miércoles, 28 de junio de 2023

Revolución Francesa 2 •Defensores de Louis XIV • Defensores del Derecho Público

Louis XVI en la Salle du Manège, en su proceso. Carnavalet.

El Interrogatorio de «Louis le dernier» por la Convención.

Se trata de la comparecencia de Louis XVI, ante los diputados de la Convención Nacional, bajo el nombre de Louis Capet, del 10 al 26 de diciembre de 1792. Había sido despojado de todos sus títulos desde el 21 de septiembre de 1792, fecha de la proclamación de la abolición de la monarquía y de la instauración, de facto, de la Primera República

Defendido por los abogados, Chrétien Guillaume de Lamoignon de Malesherbes, François Denis Tronchet, y Raymond de Sèze –cuyas posiciones políticas y sociales, revisaremos, acto seguido, tuvo que responder a las acusaciones de traición y conspiración contra el Estado, tras el descubrimiento de documentos comprometedores en su famoso “armario de hierro”, el 20 de noviembre de 1792 en Sèze. 

Louis XVI sería guillotinado el 21 de enero de 1793 a las 10 horas, 22 minutos.

Chrétien Guillaume de Lamoignon de Malesherbes,

Chrétien-Guillaume de Lamoignon de Malesherbes, Nace el 6.XII.1721, en París, ciudad en la que fue guillotinado el 22.IV.1794. Fue Magistrado, Botanista y hombre de Estado, particularmente conocido por el apoyo que aportó, en tanto que jefe de la censura real, a la publicación de la Enciclopedia de Denis Diderot y d’Alembert. 

Fue uno de los defensores de Louis XVI, en su proceso, y al ser considerado “enemigo de la patria”, también fue guillotinado.

Procedente de una importante familia de la nobleza de toga de París, fue nombrado sustituto del procurador general del Parlamento de París en 1741. Fue sucesivamente, Consejero, en 1744, Primer Presidente de la Corte de las Ayudas de París y Director de la Librería, de 1750 a 1763, es decir, responsable de la censura real sobre los impresos, puesto del que se sirvió para sostener la Enciclopedia.

1751-1772

Así, cuando el privilegio de los editores de la Enciclopedia se revocó y el parlamento ordenó la retirada de papeles de Diderot, Lamoignon de Malesherbes le advirtió secretamente. Diderot, consternado, corrió a su casa. “¡Qué porvenir!” –Gritaba, ¿Cómo, en veinticuatro horas, deshacerme de todos mis manuscritos? No tengo tiempo para clasificarlos. Y, sobre todo, ¿dónde encontrar personas que quieran encargarse de hacerlo con seguridad? -Envíelos todos a mi casa, respondió Mr. Malesherbes; allí no irán a buscarlos.

Diderot, de Van Loo.1767

En 1769, el padre de Malesherbes, Canciller de Francia, entregó su dimisión a los 87 años. Su cargo fue ocupado por el Guardasellos Maupeou, que acumuló así las dos funciones. A lo largo del año 1770, Malesherbes, cuidadoso del bienestar del pueblo, no dejó de presentar, como Presidente de la Corte de Ayudas, reclamaciones al Consejo Real, para oponerse a las nuevas tasas y a los edictos fiscales, pero también, y más particularmente, a las medidas represivas practicadas por los recaudadores de impuestos.

Durante todo el año 1770, numerosas reclamaciones fueron emitidas por la Corte de Ayudas, concernientes a la proliferación de impuestos temporales que, en lugar de ser suprimidos, eran prorrogados por el gobierno, sin formalizarlos siquiera en el Registro por el Parlamento.

Aquel año se produjo el affaire Monnérat; un comerciante de Limoges, acusado de contrabando. Tras 20 meses de cárcel, su inocencia se probó y fue liberado. Ante la Corte de Ayudas, pidió reparación, lo que le valió un nuevo arresto, a petición  del Abad Terray, controlador general de finanzas, desde diciembre de 1769.

El Presidente Malesherbes se hizo cargo del asunto y mandó detener al agricultor general que había exigido y obtenido una lettre de cachet contra Monnerat. El asunto llegó al Consejo Real, que tomó partido por el agricultor general y la Cour des Aides, redactó una reclamación. 

Dejando el dominio fiscal, que era de su competencia, Malesherbes se entregó a una fuerte crítica de justicia expeditiva, fundada en las lettres de cachet y sacó a la luz el riesgo de establecer una “autoridad arbitraria” si el Consejo del Rey no respetaba, ni las atribuciones de la Cour des Aides, ni las del Parlamento, ni las de la Cámara de Cuentas.

“Si el gobierno ha querido aprovechar una ocasión para llevar a cabo un acto de autoridad, esta ocasión ha sido muy mal elegida, porque la Cour des Aides es, quizás la menos preparada para merecer esta afrenta y porque el fondo del asunto es una vejación que clama y muy odiosa, a la cual la Cour des Aides ha querido oponerse”.

El Procurador General del Parlamento de Bretaña, Louis-René Caradeuc de La Chalotais, divirtió a los miembros del Parlamento, contando que el Duc d'Aiguillon, encargado de las fortificaciones y de la defensa costera de Bretagne, no rechazó, como pretendía, un ataque inglés cerca de Saint-Malo, pero que, durante el asaltp, se había refugiado en un molino y había librado otra batalla, galante esta vez, con la molinera, batalla en la que se había cubierto más de harina, que de gloria militar. 

Informado Versalles, el asunto hizo mucho ruido y el Procurador General fue encerrado en Saint-Malo, y después en la Bastille. Por el honor de Bretaña, se encendió una guerra entre el rey y los togados de Rennes, cuyo parlamento exigió el castigo del verdadero culpable, el Duque d'Aiguillon, y la liberación de La Chalotais. En julio de 1770, por el Parlamento de Rennes, fue inocente oficialmente el magistrado y condenado el duque d'Aiguillon a renunciar al cargo “hasta que sea purgado de las sospechas que manchan su honor”. Ocho magistrados bretones fueron a ver al rey para afirmar su decisión. Dos de aquellos ocho magistrados fueron detenidos por los mosqueteros al final de la audiencia concedida por Louis XIV. Todo mostraba un alto grado de violencia verbal.

Malesherbes no pudo permanecer indiferente a estas tensiones, pues el parlamento de Bretaña ejercía también la competencia de una jurisdicción secundaria de la Cour des Aides y en su calidad de presidente de la misma, y orgulloso de su calidad de hijo del Canciller de Francia, redactó una nueva reclamación que se añadió a las anteriores. En esta última redacción, se leen frases que plantean, de forma revolucionaria, el principio de independencia del poder judicial:

“¿Cuál sería la seguridad de los ciudadanos, si los magistrados de los que dependen su fortuna y su vida, debían lamentar siempre, el resentimiento de los depositarios de una autoridad arbitraria?”

Le Conseil du Roi había anulado todas las detenciones del Parlement de Rennes, especialmente los que se planteaban en casación contra las «lettres de cachet», que habían llevado al arresto de dos magistrados bretones; la controversia se generalizó y el Parlamento de París se hizo cargo del  caso. 

Al amanecer el 3 de septiembre de 1770, el rey se presentó en el Parlamento e intimó la orden a los parlamentarios, de no volver a intervenir en asuntos bretones. 

La idea del Canciller Maupeou era aislar los Parlamentos, unos de otros: redujo sus desacuerdos y finalmente, forzó su sumisión. 

Llegado diciembre, Maupeau lanzó un edicto que retiraba a los Parlamentarios el control político que se habían atribuido. Pero al mismo tiempo, el Parlamento de París redactó una reclamación contra aquel Edicto, llamado Édit de discipline. Fue una prueba de fuerza. El 7 de diciembre, el soberano impuso su edicto y Maupeau, miembro de su Consejo, aconsejó al rey firmeza hacia los parlamentos en la sesiones reales. El Edicto de Disciplina prohibía al Parlamento de París, que se uniera a otras cortes soberanas del reino y limitó el número de reclamaciones. 

El Parlamento, entonces, suspendió las sesiones. Fue la prueba de fuerza-

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René Nicolas Charles Augustín de Maupeou.

Montpellier, 25.II.1714 – Thuit, Eure, 29 de julio de 1792. Fue político y canciller; sus intentos de una reforma fiscal, marcaron el fracaso del Absolutismo y del Antiguo Régimen en Francia.

Nació en el seno de una familia ennoblecida en el s. XVI como “nobleza de toga”, y él mismo, como hijo mayor de René Charles de Maupeou (1688-1775), que fue presidente del parlement de París desde 1743 a 1757.

Madame d'Epinay

En 1744 Maupeou se casó con una mujer rica, Anne de Roncherolles (1725-1752), prima de Madame d'Epinay - escritora y “salonnière” conocida por sus relaciones sentimentales con Jean Jacques Rousseau y Frédéric-Melchior Grimm, y por su amistad con Denis Diderot, Jean le Rond d'Alembert, el Barón d'Holbach y otros ilustrados franceses-, y como amiga de Rousseau, se movía en el círculo de los Philosophes. Se introdujo en la vida pública como la mano derecha de su padre, en los conflictos entre el Parlement y Christophe de Beaumont, Arzobispo de París, a quien apoyó la corte.

Entre los años 1763 y 1768, años durante los cuales transcurrió la revisión del Caso Calas, el cual defendió Voltaire y el juicio de Thomas Arthur de Lally-Tollendal, Maupeou fue elegido presidente del parlamento. En 1768, se convirtió en canciller, por sucesión a su padre, quien ocupó el mismo puesto, aunque, pocos días, con objeto de permitir que se retirara con un título tan prestigioso. Con la desgracia de Choiseul, el 24.XII.1770, Maupeou se convirtió en "l'homme fort du ministère".

Se determinó a sostener la autoridad real en contra del parlamento; el bloqueo permanente a algunas reformas fiscales, los privilegios de la clase propietaria, quienes ligados a las magistraturas provinciales buscaban abrogar a su favor las funciones de los Estados-Generales. Se alió con el duque de Aiguillon, y con la amante del rey, Louis XV, Mme. du Barry, y aseguró para uno de sus más cercanos, el Abbé Terray, el despacho de Contador General.

Mme. du Barry

La lucha empezó durante el juicio del Duque d'Aiguillon, exgobernador de Bretaña, y de La Chalotais, procurador general de la provincia, quien fue apresado por el gobernador a causa de acusaciones en contra de su administración. Cuando el Parlamento mostró señales de hostilidad en contra de Aiguillon, Maupeou leyó cartas patentes de Luis XV anulando los procedimientos. Luis contestó a las protestas del Parlamento con un Lit de Justice, en el cual exigía la rendición de la minuta del procedimiento. 

Lit de Justice era una sesión extraordinaria del Parlamento de París, presidida por el Rey de Francia para el registro obligatorio de los edictos reales. Era así llamado porque en vez de sentarse en el trono, el rey se tumbaba en una improvisada lit / cama, adornada con cuatro cojines.

Lit de Justice de Carlos VII, en 1450, en el Parlamento de París.

Lit de Justice celebrado por Luis XV –niño- en el Parlamento de París en 1715.

El 27 de noviembre de 1770 apareció el Edit de Reglement et de Discipline, que fue promulgado por el canciller, prohibiendo la unión de varias ramas del parlamento y su comunicación con las magistraturas provinciales. Además dio un golpe a la parte del parlamento punible por confiscación de bienes, y prohibió posteriores obstrucciones al registro de decretos reales, después de que ya había sido dada la respuesta a una anterior protesta. Los magistrados se negaron a registrar esto, por lo que se hizo a través de un lit de justice que se produjo en Versailles el 7 de diciembre, y con el que se suspendió al Parlamento en sus funciones.

Después de cinco convocatorias a los magistrados para que volvieran a sus puestos, los magistrados fueron sorprendidos, individualmente, la noche del nueve de enero de 1771 por mosqueteros, quienes los requirieron para firmar si o no una petición para volver. Treinta y seis magistrados dieron una respuesta positiva, pero en el exilio de sus antiguos colegas por las lettres de cachet, se retractaron, y también fueron exiliados. 

Maupeou creó un consejo estado para administrar justicia pendiente del establecimiento de seis cortes superiores en las provincias, y de un nuevo Parlamento en París, en el cual la magistratura ya no sería un prerrogativa hereditaria sino que serían integradas por oficiales asalariados nombrados por la corona, y, acto seguido fue suprimida la Cour des Aides. Maupeou propuso un sistema judicial más uniforme para todo el país, el cual fue la línea a seguir para las judicaturas locales.

Voltaire alabó esta revolución, aplaudiendo la supresión de la vieja magistratura hereditaria, pero para los aristócratas y la noblesse de robe la política de Maupeou fue considerada como el triunfo de la tiranía. Las quejas de los príncipes de los nobles y de las cortes menores, fueron enfrentadas con el exilio y la opresión, pero a finales del año 1771 el nuevo sistema del Parlement de Maupeou, se estableció, y la barra, que ofreció una resistencia pasiva, volvió a ejercer acciones. Realizó un renovado intento para cobrar impuestos a los grupos privilegiados y exentos, pero la muerte de Luis XV en mayo de 1774 arruinó al canciller.

La inmediata restauración del Parlement por Luis XVI fue seguida por una renovación de las luchas entre el nuevo rey y las magistraturas. Maupeou y Terray fueron reemplazados el 24 de agosto de 1774, por Miromesnil y después por Malesherbes, traído de su exilio en 1775 para ser Secretario de Estado de la Maison du Roi, y el economista Turgot. Se dice que Maupeou declaró, "He ganado para el rey una acción para durar trescientos años: él desea perderla de nuevo. Él es el responsable de ello."

Maupeou viviendo en el retiro, siguió teniendo la oficina de canciller -abolida el primero de julio de 1790-, hasta su muerte en Thuit, Eure, en 1792, habiendo vivido para ver el derrocamiento del ancien régime. Su trabajo proponía la separación de la función política y judicial, además de la reforma para eliminar los abusos que surgían de las magistraturas hereditarias, lo que fue garantizado posteriormente por la Revolución. 

Evidentemente, todo lo dicho, no puede justificar los violentos métodos Maupeou, ni defender su intrigante y avaricioso carácter. Cierto que se proponía asegurar el poder absoluto para Luis XV, pero sus acciones, en definitiva, fueron un serio golpe a la monarquía.

Étienne-François de Choiseul, Madame de Brionne y el Abbé Barthélemy.

El Duque Étienne-François de Choiseul, llegó a la cabeza del gobierno, gracias al apoyo de la antigua favorita del rey, la Marquise de Pompadour, dudaba en actuar contra las reclamaciones de los parlamentarios sobre el poder real. Favorable a los Philosophes y a los Encyclopédistes como su antigua protectora, el duque suplicaba clemencia al rey.

Madame de Pompadour. Retrato por François Boucher, 1756.

Pero en la Corte de Versailles, la marquesa de Pompadour fue sustituida por una nueva favorita. la Condesa du Barry, apoyo del Guardasellos. Maupeou, partidario de un gobierno fuerte. se opuso a Malesherbes, en el asunto Monnerat y el del Parlement de Bretagne y se opuso también, en el seno del Consejo del Rey al duque de Choiseul. 

Aprovechando una toma de posición inoportuna de Choiseul en favor de España contra Inglaterra en el asunto de las Malvinas, y un nuevo riesgo de guerra con esta última, la oposición a Choiseul ganó. “La víspera de Navidad, el rey, con una palidez que raramente se le ha visto, convocó a Choiseul y le significó su desgracia. Con pocas y secas palabras, le invitó a retirarse inmediatamente a sus tierras de Chanteloup. La orden afectó también a su primo Praslin”.

Aquel fin de año de 1770, el duque fue remplazado por un triunvirato de ministros: El duque de Aiguillon, que ya era Ministro de Asuntos Exteriores y de Guerra y se hallaba en los orígenes del asunto del Parlamento de Bretaña; el abad Terray, señor de la Motte Tilly; Controlador General de Finanzas, “Bolsillo Vacío” por sus enemigos, también en el origen del asunto Monnerat, y el mismísimo Maupeou, guardasellos y feroz opositor de Malesherbes.

La Separación de Poderes fue propuesta y razonada por Montesquieu, en El Espíritu de las Leyes - L'Esprit des Lois, de 1748



En oposición a esta creación laica de los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, El Antiguo Régimen  descansa sobre “la tradición francesa, que confiaba al rey todos los poderes y que encontraba en la moderación paternal del monarca, una garantía suficiente de la legítima libertad de los súbditos” 

Siendo soberano, el rey de Francia controla, en principio los tres poderes: el Legislativo, de donde procede el adagio, “Que veut le roi, si veut la Loi”, -Lo que quiere el rey, quiere la ley-; El Ejecutivo, de donde procede la instauración de un Consejo Real, o Consejo de Estado, o Privado, y el Judicial, en fin, pues “No hay soberanía donde no existe el derecho y el deber de hacer justicia”. 

El poder soberano no tiene nada en común con la tiranía, según los propósitos del mismo Louis XV, “su carácter propio es el espíritu del consejo, de la justicia y de la razón”, pero la justicia es uno de los atributos primero del Rey. En el transcurso de su consagración, antes de recibir el cetro y la mano de la Justicia, el príncipe jura solemnemente mantener en su pueblo, la paz, la justicia y la misericordia.

Sin que el rey renunciara a su poder judicial, se operó una separación de los órganos judiciales. Para los antiguos juristas, existían en Francia, dos formas de justicia real: la justice retenue et la justice déléguée. La “Retenida” se llamaba al uso hecho por el monarca en persona, de su poder judicial. Fue lo que permitió, por ejemplo, a Louis XIII, ordenar la muerte de Concino Concini, y a sus sucesores, el uso de lettres de cachet. 

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Concini. Louvre

Concino Concini. Florencia, 23.XI.1569 - París, 24.IV.1617. Fue mariscal de Ancre y favorito de María de Médicis. Descendiente de una noble familia aretina y con el título de Conde de la Penna, Concini estudió en la universidad de Pisa antes de seguir a María de Médicis a Francia y conoció a Leonora Dori, hermana de leche de la reina, con la que se casó el 12 de junio de 1601.

Cuando María de Médicis asumió la Regencia en 1610, Concini pasó a ser su favorito; compró el marquesado de Ancre y se hizo nombrar primer gentilhombre de la cámara, intendente de la mansión de la reina, gobernador de Péronne, Roye y Montdidier, antes de ser, finalmente, elevado a la dignidad de Mariscal de Francia en 1613.

Detestado por la nobleza y por el pueblo, tuvo, sin embargo, una gran influencia política. En 1616 destituyó al canciller Brulart de Sillery e hizo nombrar ministros al Cardenal Richelieu, Mangot y Barbin.

Luis XIII, ayudado por su maestro halconero, Luynes, y de algunos fieles, le hizo asesinar por el barón de Vitry, Nicolás de L’Hospital, capitán de la Guardia de Corps, el 24 de abril de 1617, en el patio del Louvre. No se le podía arrestar porque Concini disponía de un pequeño ejército personal de más de 7000 soldados, sin contar a sus aliados. Su mujer, Leonora Dori, llamada la Galigaï, fue juzgada por brujería y decapitada, quemado su cuerpo, además, en la Plaza de la Grève el 8 de julio.

Los bienes de Concini, especialmente el castillo de Lésigni y el palacio parisino de la calle de Tournon, le fueron confiscados y entregados al duque de Luynes.

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Se denominaba Justicia Delegada, a la que se acordaba en la  actuación de los tribunales. Entre los dos, el Consejo del Rey era a la vez, ejecutivo y judicial, como Consejo Privado o Consejo de Estado preparando las leyes, compuesto por treinta consejeros de estado y ochenta maestros de consultas, y como Corte de Casación. Era la institución más libre e independiente.

Los Parlamentos, que eran a la vez, Cortes de Apelación y de lo Penal, tenían derecho de registrar leyes y actos reales. reforzados por el derecho de presentar reclamaciones. Se trataba de un rol político que los llevaba a oponerse a la ley, y al rey mismo.

Fue el caso durante la Liga, la Fronda, y hacia el fin del reinado de Louis XV. Los parlamentaros solo podían hacerlo, porque los cargos eran inamovibles. Eran cargos venales y los parlamentarios, disfrutaban de una autonomía total. Una vez instalado en su oficio, el magistrado francés del antiguo régimen, no tenía que preocuparse de las voluntades, deseos o caprichos del rey, de los duques, de los príncipes o de los ministros. La venalidad de tales oficios explicaba y fundamentaba su independencia.

Los Parlamentos, en número de once, en 1770, estaban divididos en cámaras; cada una con un Presidente sólo, autorizado a llevar un mortero (de artillería), toca de terciopelo negro, realzado por dos galones dorados, y la ambición de cada consejero era convertirse algún día en Presidente del Mortero.

Para explicar mejor la independencia de los parlamentarios, el historiador del Antiguo Régimen, François Bluche, en su libro, Au plaisir de l'Histoire, aporta esta anécdota a propósito del asunto del Collar. “La reina María Antonieta, olvidando todo amor propio, no temía solicitar, a veces por sí misma, a distintos parlamentarios. Siempre chocó con una indiferencia glacial”.

Lamoignon de Malesherbes, Presidente de la Cour des Aides, publicó textos para denunciar la injusticia en la represión de los contribuyentes, pero a la vez, y de corazón, defendía enérgicamente su propia corporación, la de los parlamentarios.

La Reclamación de Malesherbes. 

Para poner término a la guerra abierta hecha por los parlamentarios al poder real, Maupeou realizó, el 20 de enero de 1771, un espectacular golpe de fuerza para recuperar el poder judicial. Los parlamentarios parisinos fueron arrestado y exiliados –arresto del Consejo del 20 de enero de 1771-, sus cargos declarados vacantes y después confiscados y readquiridos por el Estado, por Edicto de abril de 1771. 

El Parlamento de París, está dividido en seis circunscripciones con un Consejo Superior cada una, nueva jurisdicción soberana, el Parlamento de París, subsistiendo más a la cabeza de una circunscripción más reducida, edicto de 23 de febrero de 1771. Para estas nuevas jurisdicciones, la venalidad de los oficios quedó abolida; los magistrados eran designados por el rey, pero, inamovibles, rindieron en adelante justicia gratuita y fueron retribuidos por el Estado.

El triunvirato compuesto por Maupeau, el Abad Terray y d'Aiguillon, tomó el poder y organizó un nuevo sistema judiciario en el que los jueces eran nombrados por el Estado y ya no eran propietarios del cargo. Por solidaridad con sus colegas parlamentarios, Malesherbes reunió a sus consejeros de la Cour des Aides y preparó una respuesta. Redactó una nueva reclamación, datada el 18 de febrero. Lamentaba que los parlamentarios exiliados, de los que algunos, alejados, incluso en Auvernia, tenían apenas para comer: “Los magistrados del Parlamento están dispersos en el reino por vuestras órdenes y, por un nuevo género de rigor, que Vuestra Majestad, no ha ordenado y no aprobará jamás, se han estudiado lugares desconocidos donde todas las comodidades e incluso las necesidades de la vida, deben faltarles, para agravar sus desgracias.”

Posteriormente, su propuesta se volvió política y crítica: “Sire, debemos exponeros la desgracia del Estado ante las desgracias particulares. Se quieren arrebatar a la nación los derechos más esenciales de un pueblo…”. 

Malesherbes, apeló respecto a las “leyes antiguas y respetadas” que hay que proteger “si el pueblo las ve como el muro de sus derechos y de su libertad”. Después se atrevió a escribir que el derecho divino no era ya suficiente, y escribió al monarca:

“Dios no aprueba la corona en la cabeza de los reyes, sino para procurar a los súbditos la seguridad de su vida, la libertad de su persona, y la tranquila propiedad de sus bienes.”

Para Maleshrbes, la trilogía, seguridad-libertad-propiedad, estaba en peligro. Apeló entonces a los Estados Generales: “Ya no existen, desde hace mucho tiempo, los Estados Generales”. Se ocupó de pedir a todos sus consejeros la aprobación de la reclamación, y la hizo imprimir clandestinamente y la hizo difundir públicamente antes de enviarla a la corte.

Legitimidad popular, derechos nacionales, críticas a los ministros y necesidad urgente de Estados Generales; estos conceptos, revolucionarios, serán retomados en 1789. El éxito de la difusión clandestina de esta reclamación, fue prodigioso. 

La reclamación sacudió la idea monárquica: en defecto de ser escuchada por el rey, se extendió por las calles, los salones y los cafés.

Tras haber solicitado una audiencia al rey, aplazada varias veces, Malesherbes fue recibido por Louis XIV, que le reprochó haber difundido en las tabernas, reclamaciones previamente destinadas al rey: “No recibiré las reclamaciones de la Cour des Aides, cuando conciernan a asuntos que no le corresponden. Y menos aún, cuando, antes de presentármelas, hayan adquirido una publicidad que jamás deberían tener”.

Cuando el Abad Terray, uno de los miembros del triunvirato, lanzó un préstamo de cien millones, agravando así la deuda del Estado y la presión sobre los contribuyentes, la Court des Aides se reunió el 9 de marzo de 1771 y deliberó, sin preocuparse de la amenaza de disolución. Malesherbes, redactó una última reclamación, amenazando a los que se sintieran tentados a seguir a Maupeou, convictos de “capitulación”, y anunciando que los magistrados que se unieran al nuevo Parlamento, no serían “sino súbditos, que, aceptando esta comisión, firmarían su deshonor”. 

Malesherbes, estimando la justicia en peligro, se entrega al desprecio. Después, termina con una conclusión perentoria: la Cour des Aides “ha protestado y protesta contra todos los registros hechos y por hacer en la sala de sesiones del Parlamento de París, sin los miembros necesarios del dicho Parlamento de París, y durante la ausencia forzada de su mayor número”. Monsieur de Malesherbes y los que trabajaban con él no recibirán “ni los pretendidos oficiales de dichos tribunales como oficiales de justicia, ni los actos que de él emanen como juicios, hasta el registro legítimo, con verdaderos oficiales”.

El 6 de abril de 1771, cuando permanecía en su residencia de Malesherbes, recibió con Jacques Charpentier de Boisgibault, una lettre de cachet /carta de prestigio, que le exiliaba en su castillo  a 70 Km. al sur de París, En materia económica, compartía los puntos de vista de Vincent de Gournay y de Turgot.

Tras la muerte de Louis XV, fue secretario de Estado en la Mason du Roi. Su entrada al ministerio, con Turgot, suscitó entusiasmo en la opinión liberal. 

Julie de Lespinasse, famosa organizadora de “salones”, escribió a un amigo: “¡Oh, por una vez, estad seguro de que el bien se hará, y que se hará bien”, porque estas son las luces que dirigirán la virtud y el amor del bien público. Jamás, no, jamás, dos hombres más virtuosos, más desinteresados, más activos, se han reunido, animados más fuertemente, por un interés más grande y más elevado. Lo veréis, su ministerio dejará una profunda huella en el espíritu de los hombres.`[…] ¡Oh! Malos tiempos para los bribones y los cortesanos!». Y su amigo Gabriel-Henri Gaillard, dirá de él: “Era el amor y las delicias de la nación”.

Pero las desilusiones fueron rápidas. 

También Malesherbes trató en vano de abolir el sistema de lettres de cachet. Dimitió el año siguiente, con ocasión del despido de su amigo Turgot.

De 1787 a 1888, fue miembro del Conseil d'En-haut. Propuso reformas, pero no fue escuchado. Redactó tres memorias entre 1787 y 1788. La primera ofrecía acentos proféticos concernientes al inmovilismo del rey: “No me presento para decirle tristes verdades, sino porque veo un peligro inminente en la situación de los negocios; que veo formarse tempestades, que un día, toda la potencia real no podrá calmar, y que faltas de negligencia y de lentitud, que en otras circunstancias no serían vistas, sino como faltas ligeras, pueden ser hoy faltas irreparables, que esparcirán amargura sobre toda la vida del rey, y precipitarán su reino en desórdenes de los que nadie preve el final”.

A instigación de Louis XVI, Malesherbes publicó, no obstante, en 1795, una Memoria sobre el matrimonio de los Protestantes, y después, en 1787, hizo adoptar el Edicto de Versalles, llamado, de Tolerancia, que organizaba el estado civil de los no católicos, iniciando así un principio de reconocimiento de la pluralidad de las confesiones.

Se había casado  con Mlle. Grimod de La Reynière, y tuvo un hijo, Guillaume, que sólo vivió dos meses, en 1751, en Clichy, y dos hijas, Pauline y Antoinette-Thérèse-Marguerite, de las que la última se casaría, con Louis Le Peletier de Rosanbo. Otra de las hijas se casaría con el hermano del escritor Chateaubriand, y otra sería la madre del ideólogo Tocqueville.

René Chateaubriend y Alexis Tocqueville

Malesherbes era un apasionado de la Botánica. A los 24 años, siguió los cursos de botánica de Jussieu y organizó sus plantaciones en su castillo de Malesherbes, en el departamento del Loira. mantuvo correspondencia sobre el tema, con Jean-Jacques Rousseau y Thomas Jefferson, intercambió plantas y tomó consejo con su vecino del campo, el gran agrónomo Duhamel du Monceau. 

Aprovechó la posición de su sobrino César Henri de La Luzerne, gobernador de las Îles Sous-le-Vent, para que le enviaran semillas.

Bajo el seudónimo de “Monsieur Guillaume”, disfrutó recorriendo Francia de incógnito, así como Holanda y Suiza, que le aportó una cosecha de observaciones, tanto sobre agricultura, como sobre la industria de las regiones que recorrió, y naturalmente, de plantas para sus colecciones.

Fue muy crítico con el Conde de Buffon y se opuso abiertamente a su Teoría de la Tierra. 

Fue elegido miembro de la Academia de Ciencias en 1750, de la de Inscripciones, en 1579 y de la Academia Francesa, en 1775.

Cuando fue a tomar las aguas en Vichy, en 1751, fue acompañado del botanista y mineralogista, Jean-Étienne Guettard, que descubrió entonces el volcanismo de los montes de Auvergne. 28 años después, escribió una carta de testimonio para defender a Guettard, al que algunos, como Faujas de Saint Fond acusaron de plagio.

French naturalist Jean-Étienne Guettard, 1715-1786. Faujas de Saint Fond, Geólogo.1741-1819

En 1792, Malesherbes visitó a su hija emigrada en Lausana, pero volvió pronto a Francia, desilusionado con la revolución. Por fidelidad al rey, que le había encargado con gran interés, la emancipación de protestantes y judíos, se presentó voluntario para asumir su defensa en el proceso y escribió al presidente de la Convención: “Ignoro si la Convención Nacional dará a Louis XVI un Consejo para su defensa, o si lo dejará a su elección. En este caso, deseo que Louis XVI sepa, que si me elige para esta función, estoy preparado para entregarme a ella”. Carta del 11 de diciembre de 1792.

Louis XVI le contestó: “Vuestro sacrificio es tanto más generoso, cuanto que exponéis vuestra vida y no podréis salvar la mía.”

Malesherbes formó parte de la delegación encargada de notificar el veredicto al condenado, el 20 de enero de 1793, en compañía de Dominique Joseph Garat, ministro de justicia, y de Jacques-René Hébert, sustituto del procurador de la Commune. 

 

Garat - Hébert

Garat. Bayona, 8.IX.1749 – ibíd., 9.XII.1833. Abogado, Periodista, Escritor y político de la corriente de pensamiento bautizada por Napoleón como ideólogos o Segunda Ilustración. Perteneció a la Masonería.

Jacques-René Hébert. Alençon, 15.XI.1757 - París, 24.III.1794. Político revolucionario y Periodista, editor del periódico radical Le Père Duchesne durante la Revolución. Sus seguidores eran conocidos como los hébertistas. Él mismo era llamado algunas veces Père Duchesne, por el título de su periódico.

Tras la ejecución del Rey, Malesherbes, hostil a la emigración, se negó a reunirse con los príncipes en el exilio, osando interpelar al futuro Louis XVIII, sobre el fragmento del testamento de Louis XVI, referido a “los que tienen grandes reproches que hacerse”. Al permanecer en Francia, Malesherbes consideraba también en asegurar la defensa de la Reina en el caso de su proceso.

Posteriormente, pero en el mismo año, el príncipe Henri de Prusia, hizo levantar un monumento a Malesherbes en Rheinsberg, con una inscripción redactada por Stanislas de Boufflers

Envejeció tranquilo en medio de la tempestad,

olvidando sus desgracias por las de su país.

De pronto se eleva, y su piadoso ánimo,

se atreve a ofrecer un escudo a las virtudes de Louis.

Ya no es por su Rey, por el que muestra su celo; 

Aunque conoce el corazón de este rey desgraciado;

pero es al hombre al que defiende, y de súbdito fiel

se convierte en amigo generoso.

Durante el Terror, en diciembre de 1793, fue detenido con toda su familia y llevado a París, y encarcelado .con su familia-, por “conspiración con los emigrados”.

Fue guillotinado el 22 de abril de 1794, con su hija Antoinette, cuyo marido, Louis Le Peletier de Rosanbo, había sido ejecutado dos días antes; su nieta Aline y su marido Jean Batiste de Chateaubriend, y dos de sus secretarios. El 10 de mayo, su hermana mayor, Anne-Nicole, condesa de Sénozan, de 76 años, fue ejecutada el mismo día que Madame Elisabeth, la hermana del rey.

Al salir de la prisión y montar en la siniestra carreta, tropezó con una piedra, dando un paso en falso; “¡Voilà, dijo sonriendo con tristeza; un mal presagio; en mi lugar, un romano, se volvería atrás”.

François Denis Tronchet

París, 23.III.1726 – Íd, 10.III.1806. Jurisconsulto y político. Después de largos estudios, se convirtió en Abogado del Parlamento de París, en 1745, durante más de cuarenta años.

Diputado de los Estados Generales de 1789; defensor de Louis XVI en su proceso; presidente de la comisión de redacción del Código Civil de 1804, tuvo un papel determinante en varias ocasiones, durante la Revolución. Fue uno de los redactores del Código Civil, con Portalis, Maleville y Bigot de Préameneu. Bajo el Imperio, fue honrado por Napoleón I, que le nombró Primer Presidente de la Corte de Casación y Senador.

François Denis Tronchet, que fue el último presidente del orden de abogados, había triunfado, tras prestar juramento, en 1745, en alcanzar una alta distinción. Los vectores de su ascenso fueron múltiples y gracias a ello, los acontecimientos de la Revolución, no lo arrastraron consigo.

Su padre, Charles Tronchet, era Procurador en el Parlamento de París, y como tal, encargado de acompañar a los pleiteadores en sus procedimientos; pero los procuradores no pleiteaban, excepto asuntos sumarios, y se ocupaban solamente, de realizar los actos escritos necesarios al progreso de un asunto ante la jurisdicción. 

El medio familiar de Tronchet, era la llamada “basoche”; el corazón de la burguesía tradicional parisina. Seguramente, fue su padre, quien transmitió a François Denis, su único hijo, el saber pragmático, hasta su fallecimiento, en 1748.

Tronchet fue abogado 19 años; prestó juramento en 1745, superando a su padre, procurador, hasta poco antes de su muerte. Los procuradores estaban entonces separados de los abogados, por una distancia social que se atenuó en el siglo XVIII.

Igualmente, Tronchet estudió con cuidado todos los derechos existentes en la época. Tras la reforma de 1769, el derecho canónico y el civil, que comprende esencialmente el derecho romano, quedaban las principales materias enseñadas; derecho civil en particular, que quedó como modelo de rigor.

Elegido por París a los Estados Generales, el 13 de mayo de 1789, con sede en el seno del Tercer Estado, se opuso, sobre todo a la transformación de aquellos en Asamblea Nacional Constituyente, aunque terminó por aceptar responsabilidades.

La Revolución hizo pasar a Francia, de una sociedad de orden y de privilegios, a una de individuos-ciudadanos. La Revolución  y después el Imperio modificaron completamente el funcionamiento de la sociedad francesa. François Denis Tronchet formaba parte de los ganadores de este período de convulsión, como atestiguan sus pasaportes y parte de su corrrespondencia. Efectivamente, en el año VII, sólo a un miembro del Cuerpo legislativo, encarnando una parcela de la soberanía nacional, a quien la administración dio su pasaporte.

El pensamiento del jurisconsulto se caracteriza principalmente por el pragmatismo y por su apego a la tradición jurídica. El pragmatismo se explica por las necesidades de su práctica profesional, que consisten en satisfacer a sus clientes en las cuestiones que plantean. Así, es la tradición lo que parece aproximar a Tronchet a la modernidad revolucionaria. 

En efecto, es el derecho natural, o, al menos, una relectura pragmática de este, lo que parece prevenir el concepto de libertad natural que aparece en la consulta número 581, fechada el 16 de septiembre de 1774, y sobre todo en la 1496, del 15 de agosto de 1784; la tradición del derecho romano pudo, en efecto, sostener que todos los hombres son libres: siendo la esclavitud una institución del derecho de gentes, que regula las condiciones de la guerra y la paz. 

En contraposición, las referencias precisas a los teóricos del derecho natural moderno, están prácticamente ausentes de las consultas, lo que no sorprende, dada la débil penetración de las ideas de la Escuela de Derecho natural y de Gentes en Francia. Se puede aceptar la hipótesis de que su formulación del derecho natural, estaba ligado, por entonces, a la teoría neo-romana de la libertad que ya había sido desarrollada bajo el protectorado de Cromwell, en Inglaterra, en 1656, por Nedham y Harrington. Esta idea se une a la que fue desarrollada por los historiadores del derecho natural, y sobre todo, Dan Edelstein, según el cual, el pensamiento del derecho natural, en el siglo XVIII fue vulgarizado a través del modelo de la República romana, que se apoya en las leyes fundamentales, tomando sus fuentes en la tradición. 

Las referencias a la Repúblca y al amor de la patria, son bastante corrientes en el mundo judicial al principio del siglo XVIII, particularmente en el  mundo de los parlamentarios jansenistas, de los que Tronchet no estaba lejos. Tales referencias corren parejas con la idea de un necesario retorno a las leyes naturales, de los que una monarquía “despótica”, habría provocado el olvido.

François Denis Tronchet, hizo una lista de diversas normas aplicables relativa al derecho común en su consulta número 1461. Para fijar con certeza el derecho común, hay que consultar:

1. La razón

2. Las costumbres

3. Los sentimientos de los autores

4. La jurisprudencia

Cita, en primer lugar, la “razón”, que designa, quizás, el derecho romano, o la “razón escrita”. Esta última se aplica al derecho de obligaciones y contratos. Después, menciona el derecho de costumbre, que regía el derecho sucesorio y las cuestiones tocantes a los derechos señoriales. Acto seguido, vienen “los sentimientos de los autores”, es decir, la doctrina, y, finalmente, “la jurisprudencia”, es decir, las decisiones de las cortes y de los tribunales en sus asuntos pasados. El derecho canónico, que regía las cuestiones eclesiales y el derecho matrimonial, no es mencionado. 

En esta consulta, es sorprendente constatar que los edictos y ordenanzas reales, no se nombran. Sólo las normas creadas por los hombres de ley –doctrina de la jurisprudencia-, y las que han sido elaboradas separadamente, al lado o independientemente del poder –a saber; razón y costumbre- son invocadas. Parece, pues, que Tronchet estuviera atado a un derecho de autoridad, es decir, de doctores; construido por los sabios y practicantes, más que a un derecho autoritario, impuesto por el poder público, utilizando el procedimiento de la legislación.

Tronchet, le défenseur et la défense du roi, entre légendes et politique

Tres años y medio después de haber sido elegido de París a los Estados generales, aceptó participar en la defensa de Louis XVI, en su proceso ante la Convención nacional, en diciembre de 1792 y enero de 1793, después de lo cual abandonó sus consultas durante varios meses y probablemente, tuvo que esconderse. 

En efecto, Trochet, que salió de la arena política a la separación de la Constituyente, en septiembre de 1791, fue, a partir de 1792, de nuevo, abogado, o para usar la expresión de la época, “defensor oficioso”. Volvió a ofrecer consultas y a renovar contactos con sus antiguos colegas. Su participación en el proceso del rey Luis XVI, contribuyó a su leyenda, pues fue, bajo la Restauración, descrito como un héroe, junto con sus colegas, Malesherbes y de Séze. 

A continuación, bajo el segundo Imperio, se convirtió en una de las figuras más alabadas por los magistrados en sus discursos de devolución de las jurisdicciones de apelación o de casación. Estos dos aspectos del personaje han podido enturbiar la comprensión de la manera en que actuó durante el proceso del rey.

Mientras que Target se había negado a defender a Louis XVI bajo diversos pretextos; sobre todo, su edad, sus enfermedades nerviosas, sus dolores de cabeza y sus ataques de asfixia, que padecía desde hacía 15 años, Tronchet aceptó unirse a la defensa del soberano destituido. Sin embargo, su carta de aceptación, mostraba ciertas reticencias de cara a los monárquicos. Sin afirmar explícitamente su apoyo a la República, precisaba que había vivido “completamente extraño a la Corte, con la cual nunca tuvo relación directa o indirecta”.

Semejante afirmación es más política que exacta, pues Tronchet no había dejado de frecuentar a personas de la Corte, que formaban parte de su clientela; si no era, ciertamente, un hombre de corte, tampoco había carecido de contacto con Louis XVI, especialmente, tras el arresto de Varennes, donde fue uno de los emisarios de la Constituyente, junto al rey. De hecho, permaneció verosímilmente, en relación con el soberano, hasta el 10 de agosto de 1792, puesto que en los archivos de Jean-François de Yoly, Ministro de Justicia el 10 de agosto de 1782, tomados en 1793, en el curso de una requisición del Comité de Salud Pública, cuyo nombre figura con Camus, Rabaut et Fréteau, sobre una lista de personas que podía ser llamadas junto al rey, por el consejero. Para evitar toda crítica en cuanto a su remuneración eventual, debida al hecho de que defendía al rey, subrayó al final de su misiva: “no aceptaré ningún testimonio de reconocimiento de quienquiera que sea sobre la tierra”, significando que rechazaría toda remuneración, incluso del viejo rey. 

Después, para subrayar sus reticencias, explicaba que no esperaba verse “arrancar del fondo de su campo de retiro absoluto al que estaba decidido”. Igualmente insistía, para mejor exonerarse, sobre el papel pasivo que asumiría en aquella defensa, es decir, un papel reducido a ser sólo un “órgano pasivo” del acusado, forzado por las circunstancias. Y no forzado, sino en el sentido de que se veía reclamado de manera pública, y un rechazo por su parte, equivaldría a un prejuicio de culpabilidad, que sería “temerario antes de todo examen y bárbaro después del mismo” según él.

Un rechazo público, por su parte, tras el examen de las piezas, habría constituido una señal para la opinión pública, de que Louis XVI era culpable, y habría afectado negativamente a su defensa. 

Defender al rey representaba también para el jurista una convicción profunda, la de la indispensable necesidad del rol del abogado en el procedimiento penal, pero también la de la autonomía de los principios fundamentales del derecho en relación con las exigencias circunstanciales de la política. 

Por lo demás, no era deshonrosa; la participación en la defensa del rey, era, incluso en aquella época, percibida como un honor por el bien de los ciudadanos que se proponían asegurar espontáneamente. 

Así, el 13 de diciembre de 1792, un ciudadano de París, que vivía en el número 32 de la calle Boucher, escribió al presidente de la Convención Nacional que se atreviera a buscar el favor de defender a Louis XVI: algo que a sus ojos constituía el honor supremo. Y añadió: “Demostrar a mis conciudadanos y a toda Europa, que la felicidad de la nación francesa fue siempre el objeto de la más tierna solicitud del infortunado Louis, tal es, ciudadano presidente, la tarea que me impondré, y que de antemano, encuentro fácil de cumplir”.

De la misma forma, Giroust, antiguo abogado, ofrecía, el 19 de diciembre de 1972, defender al rey. Se jubiló casi de inmediato, e inauguró un despacho de abogado en París, por lo que nunca fue molestado.

Durante el Consulado, François Denis Tronchet multiplicó las actividades; presidente del Tribunal de Casación, miembro del Consejo de Ancianos, de 1800 a 1804 y senador de la Somme, en 1801.

Napoleón Bonaparte lo designó, con otro juristas eminentes, para preparar, de 1800 a 1804. el Código Civil, llamado “Código Napoleón”, junto a Portalis, Bigot de Préameneu y Maleville, bajo la dirección de Cambacérès. Declaró al respecto: «El código civil debe detener esta diversidad, que parecía dividir Francia en algunas naciones; pero como no se trata de romper las costumbres de los franceses, y el legislador está reducido, ha parecido justo preferir las costumbres más universales, que son las de los países de costumbres.

“El Código Civil debe acabar con esta diversidad que parecía dividir a Francia en varias naciones, pero como no se trata de romper las costumbres de los franceses y que el legislador está reducido, ha parecido justo preferir las costumbres más universales.“

La historia del Código Civil resulta muy compleja, pues está saturada por una multiplicidad de interpretaciones. Por lo demás, su acontecer, fue observado desde diversas instancias; historia política, historia del derecho e historia de los juristas. 

No defendía el divorcio, pero tenía que aceparlo. 

En el año IX, Tronchet presidió una comisión encargada de estudiar la cuestión de la remisión, que fue rechazada en nombre de una estricta aplicación de la Constitución. Formó parte, con Sieyès, Lanjuinais y Garat, cabezas de fila de la oposición senatorial, en el establecimiento de la herencia del Consulado.

Tronchet participó en la elaboración de un gran número de leyes concernientes a la herencia; los hijos legítimos e ilegítimos; era partidario de la división en partes iguales entre los hijos, en las sucesiones. Estuvo en el origen del derecho hipotecario y en la mayor parte de las leyes municipales.

Raymond, Conde de Sèze

Conocido como Romain Desèze, fue abogado, magistrado, y político. Nació en Burdeos, el 26 de septiembre de 1748 y falleció en París, el 2 de mayo de 1828. Su sobrino, Aurélien, fue famoso por la amistad amorosa que mantuvo en su juventud, con George Sand.

En 1780 se casó con Marguerite Brethous, viuda de Pierre Lazare Dumas, ella tenía treinta años y era hija de Étienne Brethous, abogado del Parlamento, y de Marie de Cercelier. Tuvo dos hijas, Marie y Jenny. Sus hijos, Étienne, que fue primer presidente de la Cámara y Par de Francia, y Adolphe, que fue maestro de consultas en el Consejo de Estado.

Al principio pleiteó en su ciudad natal, y después fufe llamado a París por el ministro Vergennes. Fue elegido consejero de Marie-Antoinette en el asunto del «Collar de la Reina» y fue él quien logró la absolución de Pierre-Victor de Besenval, acusado de alta traición en 1789.

Fue designado por Louis XVI, para unirse a sus defensores, Tronchet y Malesherbes. Pleiteó con valor la defensa del rey ante la Convención, el 26 de diciembre de 1792 

Cuando ambos lo propusieron, el rey lo aceptó; se le comunicó la decisión el día 16 de diciembre de 1792 y emprendió el trabajo el día 21. Durante el día, leyó las piezas del dossier, y por la noche, redactó una súplica. El día 25 presentó el proyecto al rey y el 26 ya pleiteó ante la Convención. Se basó en los siguientes puntos: 

-Incompetencia de la Convención e ilegalidad del procedimiento.

-Justificaciones de las grandes decisiones del rey desde la celebración de los Estados generales, en torno a la idea que Louis XVI jamás aprobó; la desgracia del pueblo y su deseo de que no corriera la sangre.

"Ciudadanos, os hablaré aquí con la franqueza de un hombre libre ; busco entre vosotros, jueces, y sólo veo acusadores. Queréis pronunciaros sobre la suerte de Louis; pero ¡ya tenéis decidido el voto! Queréis pronunciaros sobre la suerte del Louis, y vuestras opiniones ya recorren Europa. ¿Louis será, pues, el único francés para el cual no existirá ninguna ley ni forma? No tendrá. ni los derechos de los ciudadanos, ni las prerrogativas del rey. No disfrutará, ni de su antigua condición, ni de la nueva. ¡Qué extraño e inconcebible destino!”

Fue entonces arrestado como sospechoso, en su casa de campo de Brévannes, cerca de Corbeil, y detenido en la prisión de La Force, hasta el 31 de enero de 1794 y después transferido a otra casa, de la que no salió hasta el 27 de julio de 1794.

La Restauración

En 1815 fue nombrado presidente de la Corte de Casación y el 17 de agosto de 1815, Par de Francia. 

Fue elegido por la Academia francesa, el 22 de mayo de 1816, en sustitución de Jean-François Ducis (sillón 33) y recibido por el marqués Louis de Fontanes, el 25 de agosto siguiente. Contestó al discurso de recepción de Georges Cuvier.

Fue nombrado por el rey Louis XVIII, Gran Tesorero de la Orden del Espíriu Santo y presidente del colegio electoral de la Gironde, y después, por el rey Charles X, presidente del colegio electoral de la Seibe, y Ministro de Estado.

Raymond de Sèze era francmasón, de la logia de la “Nueve Hermanas”, a la que perteneció también Voltaire.

Murió el 2 de mayo de 1828 y fue enterrado en el cementerio Père Lachaise de París. A su muerte, Chateaubriand pronunció su elogio fúnebre en la Cámara de los Pares, el 18 de junio de 1828. Su hijo, Étienne-Romain (1780-1862) le sucedió en la Cámara de los Pares.

“Ruego a los Señores de Malesherbes, Tronchet y de Seze, que reciban todo mi agradecimiento y la expresión de mi sensibilidad, por todos los cuidados y trabajos que han sufrido por mi causa.”

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sábado, 24 de junio de 2023

San Juan Bautista y San Juan Evangelista ● Galería


Bautismo de Cristo por Francisco de Goya. Hacia 1780

San Juan Evangelista y Bautista. Museo del Prado. Greco.

Vitral neogótico de la catedral de Meaux, en Francia.

San Juan, Cena. Capitel románico del monasterio de San Juan de la Peña.

Relieve románico, S. XII del Bautismo de Jesús, procedente de Ares, Galicia. M.A.N. Madrid.

Bautismo de Jesús. Piero della Francesca. Nat. Gal. Londres

Iglesia de la Anunciación, de Sevilla. Relieve del retablo de San Juan Bautista. Juan Martínez Montañés. 1610.

La Fiesta de San Juan Bautista. Jules Bretón. Museu Art Filadelfia.

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SAN JUAN EVANGELISTA. San Ireneo, Padre de la Iglesia, discípulo de San Policarpo, que a su vez fue discípulo de San Juan Evangelista, es una segura fuente de información sobre el Apóstol. San Ireneo afirma que este se estableció en Éfeso después del martirio de San Pedro y San Pablo, pero es imposible determinar la época precisa. De acuerdo con la Tradición, durante el reinado de Domiciano, San Juan fue llevado a Roma, donde quedó milagrosamente frustrado un intento para quitarle la vida. La misma tradición afirma que posteriormente fue desterrado a la isla de Patmos, donde recibió las revelaciones que escribió en su libro del Apocalipsis.

Después de la muerte de Domiciano, en el año 96, San Juan pudo regresar a Éfeso, y es creencia general que fue entonces cuando escribió su Evangelio. El mismo nos revela el objetivo que tenía presente al escribirlo. "Todas estas cosas las escribo para que podáis creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y para que, al creer, tengáis la vida en Su nombre". Su Evangelio tiene un carácter enteramente distinto al de los otros tres y es una obra teológica tan sublime que, como dice Teodoreto, "está más allá del entendimiento humano el llegar a profundizarlo y comprenderlo enteramente". La elevación de su espíritu y de su estilo y lenguaje, está debidamente representada por el águila que es el símbolo de San Juan el Evangelista. También escribió el Apóstol tres epístolas. Se han hecho objeciones a la afirmación de que San Juan sea el autor del cuarto Evangelio.

San Juan murió pacíficamente en Éfeso hacia el tercer año del reinado de Trajano, es decir hacia el año cien de la era cristiana, cuando tenía la edad de noventa y cuatro años, de acuerdo con San Epifanio.

San Juan Evangelista, de Leonardo da Vinci.

San Juan es sin duda un hombre de extraordinaria y al mismo tiempo de profundidad mística. Al amarlo tanto, Jesús nos enseña que esta combinación de virtudes debe ser el ideal del hombre, es decir el requisito para un hombre plenamente hombre. Esto choca contra el modelo de hombre machista que es objeto de falsa adulación en la cultura, un hombre preso de sus instintos bajos. Por eso el arte tiende a representar a San Juan como una persona suave, y, a diferencia de los demás Apóstoles, sin barba. Es necesario recuperar a San Juan como modelo: El hombre capaz de recostar su cabeza sobre el corazón de Jesús, y precisamente por eso ser valiente para estar al pie de la cruz como ningún otro. Por algo Jesús le llamaba "hijo del trueno". 

San Juan Ev. En Patmos. Cosmè Tura. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid

S. XIV. Patmos. Autor desconocido.

Leonardo da Vinci

San Juan y San Francisco de Asís. Seguidor de El Greco. Museo del Prado.

San Juan Evangelista. Greco. MNP

S. Juan Evangelista en Patmos. Ribera. MNP. Cedido.

San Juan Evangelista en Patmos. J. B. Maíno. MNP. No expuesto.

Domiciano, noticioso de sus actividades, lo llamó y lo condenó a morir en una tinaja llena de aceite hirviendo, colocada frente a la Puerta Latina; pero el santo salió de este tormento completamente ileso. Cuando Domiciano supo que el apóstol, tras la prueba a que lo había sometido, continuaba ejerciendo el misterio de la predicación, lo desterró a una isla inhabitada, llamada Patmos.

Santiago de la Vorágine, Leyenda dorada.

S. Juan en la Isla de Patmos. Velázquez. Nat. Gallery. RU.

Hans Memling. San Juan en Patmos

Juan Evangelista, miniature de Grandes Heures of Anne of Brittany, Reina consorte de France (1477-1514). BNF

San Juan Evangelista en Patmos. (¿?).

Bancaja Fund.

SJE. Baltasar del Águila. BBAA Córdoba

San Juan Evangelista. Obra realizada para "Windmoor Study Center” en South Bend, Indiana. USA.

San Juan Evangelista en Patmos, Cristóbal García Salmerón, Hacia 1620. 99,5 x 131,5 cm. MNP No expuesto

San Juan en Patmos. Sebastián Martínez Domedel. 1650. Catedral de Jaén

San Juan Evangelista en Patmos. Col. Part. México

San Juan Evangelista. Bernardo Cavallino. ca. 1645. MNAC

San Juan Evangelista. Rubens. MNP

El Greco. San Juan Evangelista. Santo Domingo el Antiguo. Toledo.

Cenacolo di Sant'Apollonia, Del Castagno, 1445-1450.


Cenacolo di San Marco, Ghirlandaio, 1486.

De Juan del Castillo -considerado maestro de Murillo

La representación sustituye la tradicional fórmula de la Última Cena, para situar en la composición a San Juan Evangelista como testigo de esta y a San Ignacio de Loyola, para quien el misterio de la Eucaristía era uno de los símbolos fundamentales. 

De Juan del Castillo.

Juan el Apóstol apoyado en el pecho de Cristo", Suabia / Lago de Constanza, a principios del siglo XIV

De Santos Queer





La Chora de Patmos y el Monasterio de San Juan el Teólogo, por Valeria Casali.

Mosaico sobre la entrada de la Gruta del Apocalipsis. Njaker.

Interior del Monasterio de San Juan el Teólogo. Thanasis Christodoulou

Interior del Monasterio de San Juan el Teólogo, Yiannis Theologos Michellis.

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