martes, 15 de enero de 2019

Rapa Nui. Navegantes; corsarios y exploradores. 3/3

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Existen varias evidencias de navegantes que tocaron, o al menos, avistaron, Rapa Nui; entre 1606 y 1786. De acuerdo con los datos, pudo haber tres avistamiento o visitas, antes de que llegara González Ahedo y dos, después.

a) 1606, Expedición de Pedro Fernández Quiroz. Portugal
b) 1687, Edward Davis. GB
c) 1722, Jacob Roggeveen. Holanda
d) 1770. Felipe González Haedo. España
e) 1774 James Cook. GB
f) 1786, Conde de La Pérousse. Francia

a) 1606, Expedición de Pedro Fernández Quiroz. Portugal

Parece ser que ya en 1606, una expedición mandada por el navegante portugués Pedro Fernández Quiroz, que buscaba la Isla de Santa Cruz, pudo recalar en Pascua, sin saberlo. La posibilidad de que así fuera, procede del contenido de sus anotaciones sobre la flora, fauna y los habitantes del lugar, conformes, prácticamente en todo, con los datos reales de la isla. 

Pedro Fernandes de Queirós

Évora, 1565–Panamá, 1614. Fue navegante y explorador al servicio de la Monarquía Hispánica, es decir, cuando toda la Península estaba bajo la misma Corona, en este caso, la de Felipe III.

El 21 de diciembre de 1603 salió desde el puerto de Callao, Perú, en busca de la Terra Australis Ignota, con tres naves: Santos Pedro y Pablo, San Pedro y Los Tres Reyes, y 300 hombres, entre marinería y tripulación.

En 1606 avistaron las islas Tuamotu; después, las Nuevas Hébridas (hoy, Vanuatu) y, finalmente, el día 26 de enero, descubrieron la Isla Ducie, a la que se llamó Encarnación. 

Fernández de Queirós desembarcó posteriormente en una isla grande que creyó parte del continente austral, a la que puso el nombre de Austrialia del Espíritu Santo, -de Austria -por la citada Casa reinante-, y de Austral.

Allí fundó una colonia que llamó Nueva Jerusalén, pronto abandonada por desacuerdos entre los expedicionarios y a causa de la hostilidad de los indígenas Ni-Vanuatu, haciéndose de nuevo a la mar, para desaparecer al poco tiempo, a causa de diversos temporales. Al parecer, dijo después el capitán, perdieron el rumbo de vuelta, por lo que decidió dirigirse a México, donde llegó, ya en noviembre de 1606.

Fragmento del Mapamundi de Hessel Gerritsz, de 1612 que refleja el descubrimiento de la Austrialia del Espíritu Santo, por parte de Quirós.

Su segundo, Luis Váez de Torres, tras buscarlo varios días, sin resultados, sí que encontró el derrotero de la vuelta y entonces supo que la llamada Austrialia no era tierra firme, sino una isla.

En 1607, Quirós volvió a Madrid, donde se creyó, o se supo, que había perdido la razón. Se dedicó a escribir memoriales a Felipe III sobre su viaje, y a solicitar fondos para organizar otro. Después de pasar siete años, prácticamente, en la miseria, finalmente, recibió permiso para volver a Perú, aunque sin verdaderos proyectos. Quirós moriría en Panamá, en 1614.
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b) Edward Davis, bucanero inglés 

Sólo existe documentación sobre Davis entre 1682 y 1693.

En 1687, Edward Davis fue llevado por los vientos hacia una tierra incógnita a la altura de Copiapó, pero sólo se supo que había estado allí, años después. 

Basándose en el hallazgo de Quiroz y Davis, los cosmógrafos de la época imaginaron la existencia de un continente que, por fuerza, tenía que ser el contrapeso de Asia y Europa. A partir de entonces, muchos aventureros se lanzaron al Pacífico en busca de aquella tierra misteriosa; la llamada, Terra Australis Incognita.

El inglés Davis, en realidad, corsario y bucanero, llevó a cabo asaltos contra León y Panamá en 1685, este último, se considera que fue uno de los últimos grandes ataques bucaneros contra una fortaleza española.

Su carrera posterior fue recopilada por William Dampier en su libro Un nuevo viaje alrededor del mundo - A New Voyage Round the World, en 1697. También escribió sobre el tema, William Ambrose Cowley en Cowley's Voyage Round the Globe, en Collection of Original Voyages, aunque su relato es poco más que curioso, pero no tiene verdadero valor documental, ya que se auto censura, ocultando datos, a causa de la verdadera actividad de Davis; no de exploración, sino de piratería.

En agosto de 1683, Davis se unió a una expedición, también al corso, a las órdenes de Cooke. Navegando hacia el este, capturaron un barco danés de 35 cañones, que llevaba un cargamento de azúcar, al que pusieron el nombre de Bachelor's Delight - Las delicias del soltero

Desde África Occidental, navegando hacia el Pacífico por el Cabo de Hornos, Davis y otros, se unieron a John Eaton para asaltar ciudades españolas por toda la costa Centro y Sudamericana.

Al fallecer Cook en julio de 1684, la tripulación de la Delicias... eligió a Davis como capitán, pero sufrieron algunos fracasos, como un ataque fallido en El Realejo en Nicaragua, al que siguieron algunas incursiones en Paita, Perú y Guayaquil, en Ecuador, con pocos resultados, aunque sí capturaron varios barcos de esclavos, de los que algunos pasaron a formar parte de su tripulación.

Más tarde, volviendo a Panamá, atacó un envío español cargado de plata de Perú, para España. Sin embargo, parece ser que, en algunas ocasiones, grandes botines se le escaparon de las manos, lo que causó la rebelión de la tripulación y Davis abandonó el mando en aquella ocasión, pero, no tuvo dificultades para crear nuevas escuadras, con las que seguir atacando navíos españoles.

Pero lo que nos interesa aquí, es lo siguiente:

Davis Salió de Guayaquil el 12 de junio de 1687, y se detuvo en las Islas Galápagos y las Islas Juan Fernández en su viaje de retorno a las colonias americanas. Tuvo noticia del descubrimiento de una tierra a 600 leguas de las islas Galápagos a 27° 20' S -sería después conocida como la Tierra de Davis, pero, lo que es más curioso, es que pudo tratarse de la Isla de Pascua

Él y el Delight llegaron a la Indias Occidentales a principios de 1688 y, finalmente, a Filadelfia, ya en mayo. Davis y Lionel Wafer fueron encarcelados por piratería en Virginia durante dos años, pero inmediatamente volvieron a Inglaterra -1690- y, en dos años, Davis, recuperó prácticamente todas sus propiedades. 


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c) Pascua de Resurrección, año 1722, el navegante holandés Jacob Roggeveen.

Descubre, en este caso, con seguridad, la, hasta entonces mítica Tierra de Davis a la que él llamó Paash-Eilandt, es decir: Isla de Pascua



Jakob Roggeveen. 1659-1729

Middelburg, Zelanda; 1659-1729. Descubrió, efectivamente, la Isla de Pascua el 5 de abril de 1722.

En realidad, Roggeveen buscaba la Tierra de Davis. Salió con tres naves, Arend, Thienhoven y Afrikaansche Galey, junto con su ayudante, el capitán Cornelis Bouman y doscientos setenta tripulantes. 

Tras una breve escala en Brasil -donde fueron violentamente rechazados-, doblaron el Cabo de Hornos y visitaron el archipiélago de Juan Fernández. Acto seguido, cuando esperaban avistar la Tierra de Davis, el domingo de Pascua, se encontraron con la Isla a la que llamarían, de Pascua, y procedieron a su exploración. Después, siguieron en busca del continente austral.

La pérdida del Afrikaansche Galey, y la falta de víveres, más el hecho de que no aparecía el menor rastro del continente austral, que constituía su objetivo, obligaron a Roggeveen a poner rumbo a Batavia, donde fue inmediatamente arrestado por infringir las leyes sobre el monopolio de la Vereenigde Oost-Indische Compagnie / Compañía de las Indias Orientales, aunque pronto fue puesto en libertad y compensado, por lo que pudo volver a los Países Bajos. 

Se le reprochó haber dejado pasar la oportunidad de realizar algunas exploraciones, que podían haber resultado muy valiosas, a causa de su afán descubridor, como conviene mejor a la figura de un verdadero navegante. En todo caso, se hicieron algunas relaciones de sus viajes, que al parecer, eran imprecisas y contradictorias, y en cuya redacción, parece que él no participó.

Con todo, fue el décimo sexto marino que completó la vuelta al mundo.

Un grabado original de16,3 x 26 cm, realizado por Bayalus y Descartes, durante la expedición de Jacob Roggeveen, en 1722

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d) Felipe González Haedo

48 años después de la llegada y breve estancia de Roggeveen, ya en 1770, el capitán de fragata González Haedo tomó posesión de la isla e Pascua, a la cual llamó San Carlos, en honor al Rey Carlos III de España.

De él y su viaje, nos ocupamos ya, en: 


Primer mapa de la Isla de Pascua levantado en 1770

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e) James Cook

En 1774 llegaba a Pascua el capitán inglés James Cook, quien junto con los naturalistas Förster, padre e hijo, llevó a cabo valiosos estudios sobre la tierra y sus habitantes. Además, realizó un nuevo mapa e hizo un espléndido registro gráfico por mano del pintor Hodges. En su honor fue bautizada la bahía de Hanga Roa como Bahía de Cook

James Cook. De Nathaniel Dance Holland. National Maritime Museum. Londres

James Cook, Capitán de la Marina Real, era miembro de la Real Sociedad de Londres para el avance de la Ciencia Natural, y de la Marina Real. Nacido en Marton, hoy Middlesbrough, en el Reino Unido, en 1728, murió en Hawai, en 1779.

En su caso, pues, no se trataba de corso ni piratería, sino de explorar y cartografiar.

Cook combatió en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), en cuyo transcurso, exploró y cartografió gran parte de la desembocadura del Río San Lorenzo, en esta ocasión, durante el asedio de Quebec. Fue el trabajo realizado entonces, lo que le atrajo la atención del Almirantazgo y de la Royal Society, ya que constituyó un éxito, que le aportó el nombramiento, en 1766, como comandante del HMB Endeavour, con el que llevó a cabo tres fructíferos viajes por el Pacífico.

Recorrió así grandes extensiones todavía inexploradas, cartografiando parte de Nueva Zelanda y Hawái, aplicando una escala que nadie había empleado hasta entonces. Al mismo tiempo, mostró, no sólo grandes cualidades como navegante, sino también su gran capacidad de liderazgo en condiciones adversas. 

A la vuelta de su primer viaje, fue ascendido a Master and Commander, lo que equivaldría a Capitán de Fragata, condición en la que le fue encargada la misión de encontrar la dichosa Terra Australis.

Durante este segundo viaje, (1772-75), tras haber comprobado que Nueva Zelanda no estaba unida por el sur a ninguna masa continental, supuso que la Terra Australis -cuya existencia todavía se daba por cierta-, se hallaría más al sur. 

Al mando del HMS Resolution, circunnavegó el globo por la más alta latitud sur recorrida hasta entonces, llegando así a convertirse en el primero -o uno de los primeros-, que cruzó el círculo polar antártico -71º 10' sur-, el 17 de enero de 1773.

Cook casi alcanzó el que sería el verdadero continente antártico, pero tuvo que volverse por falta de abastecimientos, dirigiéndose a Tahití. 

En el siguiente intento, estuvo en Pascua -1744-, pero, fundamentalmente, contribuyó a aclarar la inexistencia del mito de la Terra Australis.

Hombre y mujer de Pascua. Exploración de James Cook

Se registra como otro de sus logros, el empleo del cronómetro llamado K1, que ofrecía mejores posibilidades que todos los anteriores, para medir la longitud.

A su vuelta fue ascendido y se le concedió un excelente retiro, pero, al parecer, Cook, ya no podía vivir lejos del mar, por lo que organizó un tercer viaje de exploración por el Pacífico, en cuyo transcurso fue atacado y muerto, al parecer, como venganza de sus medidas tomadas contra el robo de uno de sus barcos, por el jefe de una isla de Hawái.

Como es sabido, su legado fue de enorme transcendencia para la navegación posterior.
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f) El Conde de La Perousse

En 1786, llegó a Pascua el Conde de La Perousse. Llevó a la isla plantas y animales, con la intención de mejorar las condiciones de subsistencia de los nativos. Además, levantó un mapa del territorio

Retrato de 1778 del Conde Jean-François de Galaup de La Pérouse (1741-1788), marino y explorador francés. Retrato realizado a la vuelta de las Indias, con uniforme de Teniente de Navío, con la Orden de San Luis, que recibió el año anterior.

Isla Easter/Pascua. Le Perousse, 1797

Nacido en las proximidades de Albi, en 1741, desapareció -y, seguramente murió-, con la expedición que mandaba, en Vanikoro; Islas Salomón, en 1788.

La Pérousse salió de Brest con dos fragatas, la Astrolabe y la Boussole (Astrolabio y Brújula), y 225 hombres, entre oficiales, científicos y tripulantes, con el plan de explorar las costas del Pacífico durante cuatro años por encargo de Louis XVI.

Luis XVI dando instrucciones a La Pérousse. 1785. Nicolas André Monsiaux. 
Palacio de Versalles

En 1788 llegaron a la costa norte de la Bahía de Botani, al SE de Australia, donde se quedaron seis semanas. Antes de embarcarse de nuevo, La Pérousse entregó a los exploradores británicos que allí residían, un paquete de cartas para el ministro de marina francés, en las que explicaba sus planes de retorno, consistentes en acercarse al Índico por el estrecho de Torres, entre Australia y Nueva Guinea. 

Fue su última comunicación.


Documentos manuscritos de La Pérousse

Aunque no constituye nuestro objetivo inmediato, parece del mayor interés, intentar explicar lo  que realmente ocurrió sobre su misteriosa desaparición, a la vista de algunos testimonios posteriores, que quizás arrojan alguna luz sobre el destino de este científico y navegante, convertido en un mito para la historia de la navegación.

Jean François Galaup, conde de La Pérouse, desapareció con tripulación y sus dos fragatas, en 1788. Un estudio moderno, aclara que el suceso pudo ocurrir cerca de una isla al NO de Australia.

El antropólogo Garrick Hitchcock, de la Universidad Nacional Australiana (ANU), cree que se produjo un naufragio muy cerca de la isla Murray, al norte de la Gran Barrera de Coral y al este del estrecho de Torres.

Tal hipótesis se basaría en el relato del indio Shaik Jumail, que naufragó en la misma zona, treinta años después.

El viaje de descubrimiento de La Pérouse en el Pacífico es reconocido como uno de los más importantes de nuestra era, solo comparable con el trabajo de Cook. Sigue siendo una de las figuras más respetadas de la exploración científica del siglo XVIII, declaró Hitchcock citado en la revista especializada The Conversation.

El aristócrata francés partió del puerto de Brest en 1785 con las fragatas "Astrolave" y "Boussole", y 225 hombres, entre oficiales, marineros y científicos, pero ambas naves naufragarían en 1788 en Vanikoro, un pequeño territorio insular de las Islas Salomón.

Los supervivientes que alcanzaron tierra construyeron con los restos del naufragio una embarcación de dos mástiles con la esperanza de volver a Francia, pero: El destino de este barco y su tripulación, que estaba desesperada por regresar a Francia, sigue siendo un misterio.

Cuando investigaba la historia del estrecho de Torres, Hitchcock encontró un artículo, publicado en 1818 en el diario indio The Madras Courier, hablando del naufragio del indio Shaik Jumail. La historia apareció posteriormente publicada en otros medios de Australia, Reino Unido y Francia.

Declaraba Jumail, que navegaba en el mercante Morning Star, cuando encalló cerca de la costa NO de Australia, en 1814 y que pudo alcanzar la isla de Murray, donde vivió cuatro años, hasta que fue rescatado.

Jumail había visto fragmentos de vidrio y mosquetes que no eran de fabricación inglesa, y también encontró una brújula y un reloj de oro.

Los isleños le explicaron que todo aquello provenía de un barco que había encallado al norte de la Gran Barrera de Coral, alrededor de 30 años antes, dato que coincidía, precisamente, con la fecha de la desaparición de las fragatas de La Pérouse.

Posiblemente todos ellos murieron en los enfrentamientos que siguieron, excepto un niño que fue rescatado y criado por ellos, y que después se casaría con una nativa.

[Nos atenemos a lo publicado, que no explica, por cierto, cómo se sabe que hubo enfrentamientos.]

Efectivamente, la expedición de La Pérouse incluía en su rol a un niño francés llamado François Mordelle, que bien pudo ser el único sobreviviente de la expedición de La Pérouse.

Andando el tiempo, la historia descrita por Jumail quedó olvidada. Es cierto que ya en 2012 un historiador francés recuperó brevemente aquella información de 1818, si bien para descartar las posibilidades que ofrecía con respecto al misterio de la desaparición de la expedición de La Perousse.

Aun así, Hitchcock, mantiene su teoría, asegurando en un artículo publicado en la revista The Journal of Pacific History, que ni arqueólogos ni historiadores tienen conocimiento de la presencia de otra nave en la misma zona y en la misma época.

Puede que la fase final de la expedición de La Pérouse haya terminado en tragedia en el norte de Australia; la recuperación futura de artefactos del lugar de naufragio, que aún debe ser determinado, podría ofrecer la confirmación definitiva.

Esa zona, al este del estrecho de Torres y al norte de la Gran Barrera de Coral, esconde arrecifes, rocas y bancos de arena, a los que se ha llamado el cementerio de los barcos; ya que, más de cien embarcaciones terminaron allí destrozados, después de encallar.

Reconstrucción del recorrido y fechas de la expedición de La Pérousse


G. Duché de Vancy, Habitantes y Monumentos de Easter Island, del
Atlas du voyage de La Pérouse, Paris, 1785-88.

Franceses midiendo un moai. BNCH 1888

Dibujos hechos durante la Expedición de La Pérousse

En mayo de 2005, se identificaron oficialmente los restos hallados cerca de Vanikoro (islas Salomón) en 1827 y 1964, como los de la Boussole y l'Astrolabe

Apareció un sextante con la inscripción Mercier en una placa de latón. El inventario de la Boussole relacionaba un sextante proporcionado por la Academia Real de Marina, con la anotación: fabricado por sieur Mercier

El artista Gaspard Duché de Vancy, de la expedición de La Pérousse, interpretó así las extrañas estatuas halladas en la isla. 1786

La Astrolabe y la Boussole ancladas en Alaska, en 1786.
Dibujo realizado durante la expedición de La Pérousse.

Otro dibujo de las dos fragatas de La Pérousse, ancladas en 1786 en el Port-aux-Français en América del Norte –al Oeste-, hoy Lituya Bay. 
Museo Lapérousse, en Albi.

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