martes, 27 de diciembre de 2022

C) EL LIBRO MIO – “DIARIO” DE PONTORMO

UFFIZI 5 ● 

PONTORMO llevó una especie de “Diario” durante el período en el que se ocupó de la decoración de San Lorenzo. Veamos lo que dice Vasari al respecto, sobre el gran creador.

Giorgio Vasari: Pontormo en San Lorenzo

El “testimonio” de Vasari.

Ahora Su Excelencia [Cosimo I de' Medici], Siguiendo los pasos de sus antepasados, siempre ha buscado embellecer y adornar su ciudad; y resolvió, habiendo llegado la necesidad a su Aviso, para hacer que se pinte toda la capilla principal del magnífico Templo de S. Lorenzo, anteriormente construido por el gran Cosimo de 'Medici, el mayor. Con lo cual se hizo cargo de esto a Jacopo da Pontormo.

Habiendo cerrado entonces esa capilla con muros, pantallas de tablones y cortinas, y habiéndose entregado a sí mismo a la completa soledad, [Pontormo] lo mantuvo todo durante un período de once años tan bien sellado, que exceptuándose a sí mismo no entró un alma viviente, ni amigo ni ningún otro. Es cierto, de hecho, que algunos muchachos que estaban dibujando la sacristía de Michelagnolo, quitando algunas tejas y el tablón de uno de los rosetones dorados que están allí, vieron todo. De que, habiéndolo oído, Jacopo lo tomó muy mal, pero no se dio cuenta más allá de cerrar todo con mayor cuidado; aunque algunos dicen que persiguió a esos jóvenes con tristeza y trató de hacer que se arrepintieran.

Imaginando, entonces, que en esta obra superaría a todos los demás pintores, y quizás, por lo que se dijo, incluso a Michelagnolo, pintó en la parte superior, en varias escenas, la Creación de Adán y Eva, el comer del fruto prohibido, su expulsión del paraíso, la labranza de la tierra, el sacrificio de Abel, la muerte de Caín, el Bendición de la Simiente de Noé, y el mismo Noé diseñando el plan y las medidas del Arca. 

Expulsión del Paraíso -Estudio de las figuras del Diluvio

A continuación, en una de las paredes inferiores, cada una de las cuales es de quince brazos en cada dirección, pintó la inundación del Diluvio, en el que hay una masa de cuerpos muertos y ahogados, y Noé hablando con Dios. En la otra pared está pintada la Resurrección Universal, que tiene que tener lugar en el último día; ofrece tal variedad y confusión, que la verdadera resurrección tal vez no sea más confusa, o más llena de movimiento, por así decirlo, que la que pintó Pontormo. Frente al altar y entre las ventanas, en la pared central, hay a cada lado una fila de figuras desnudas, quienes, aferrándose a los cuerpos del otro con las manos y las piernas, forman una escalera con la cual ascender al Paraíso, levantándose de la tierra, donde hay muchos muertos en compañía de ellos, y al final, en a ambos lados, dos cadáveres vestidos con la excepción de las piernas y brazos, con los que sostienen dos antorchas encendidas. En la parte superior, en el centro de la pared, sobre las ventanas, pintó en medio de Cristo en lo alto de Su Majestad, quien, rodeado de muchos ángeles todos desnudos, se está levantando los muertos para juzgarlos.



Pero nunca he sido capaz de entender el significado de esta escena, aunque sé que Jacopo tenía suficiente ingenio para sí mismo, y también asociado con personas eruditas y letradas; es decir, lo que podría haber tenido la intención de significar en esa parte donde está Cristo en lo alto, resucitando a los muertos, y debajo de sus pies está Dios el Padre, que está creando a Adán y Eva. Además de esto, en una de las esquinas, donde son los cuatro evangelistas, desnudos, con libros en sus manos, no me parece que en un solo lugar pensó en cualquier orden de composición, o medida, o tiempo, o variedad en las cabezas, o diversidad en los colores de la carne, o, en una palabra, a cualquier regla, proporción o ley de perspectiva, porque toda la obra está llena de figuras desnudas con un orden, diseño, invención, composición, coloración y pintura inventados desde su propia moda, y con tanta melancolía y tan poca satisfacción por el que contempla la obra, que yo estoy decidido, ya que yo mismo no lo entiendo, aunque soy pintor, dejar a todos los que puedan verlo, formar su propio juicio. Jacopo en el período de once años que pasó en ella buscó para enterrarse a sí mismo. Y aunque se puede ver en esta obra algún poco ... ejecutado con maravilloso cuidado y gran trabajo por Jacopo... el trabajo en su conjunto es ajeno a su manera y, parece casi cada hombre, sin proporción, el torso, en su mayor parte es grande y las piernas y los brazos pequeños, por no hablar de las cabezas, en las que no hay rastro que se vea de esa singular excelencia y gracia que él solía darles a ellos. Por lo tanto, parece que en este trabajo no prestó atención, excepto a ciertas partes, y de las otras más importantes, tuvo las tuvo en cuenta en absoluto. 

En una palabra, mientras que él había pensado en este trabajo, superar todas las pinturas en el mundo del arte, fracasó en gran medida para igualar sus propias obras que había ejecutado en el pasado; de donde es evidente que el que busca esforzarse más allá de sus fuerzas y, Por así decirlo, forzar a la naturaleza, arruina las buenas cualidades con las que puede han sido generosamente dotados por ella... 

Murió poco antes de terminar la obra, y algunos declaran que murió de pena, poniendo fin a su vida muy insatisfecha consigo misma; Pero la verdad es que, siendo viejo y muy agotado, haciendo retratos y modelos en arcilla y trabajando tanto en el fresco, cayó en una hidropesía, que finalmente lo mató a la edad de sesenta y cinco años.

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IL LIBRO MIO


En realidad, hay dos documentos autógrafos de Pontormo; una carta y el diario, que contienen una visión de su personalidad. El diario, cuyo original apareció en 1902, es un cuaderno compuesto por dos conjuntos de dieciséis folios, que se encuentra actualmente en la Biblioteca de Florencia. Pontormo escribe día a día, de forma escueta y sin ninguna intención literaria; sobre su estado de salud, sobre lo que ha comido, sus encuentros, o sus discusiones con amigos y colaboradores, y aporta algunos detalles sobre la pintura de los frescos, acompañados de algunos esbozos en los márgenes. 

Se ha dicho que este diario es prueba las obsesiones de un enfermo imaginario; o, quizás, un hombre ya anciano, solitario, susceptible y melancólico, pero lo que en realidad vemos, son retazos de la actitud de un artista atento a la realidad, que no está ni encerrado en su soledad, ni es indiferente a las pequeñas alegrías de la vida. Se pueden leer con frecuencia los nombres de los amigos con los cuales Pontormo va a cenar o a charlar, especialmente, Bronzino, pero también, el historiador Benedetto Varchi, Luca Martini, el erudito, Vincenzo Borghini, Giovan Battista Gelli, de oficio, zapatero que también cultivaba las letras, y Battista Naldini, un discípulo al cual Jacopo Pontormo sí está atado de manera enfermiza.

Bronzino, de Allori – Varchi, de Tiziano – Martini, de Bronzino – Borghini, de Zuccaro y Gelli

Naldini (1549-1557) se formó en el estudio de Pontormo, y fue su heredero artístico. Después pasó unos meses en Roma; en 1560 y en 1562 fue llamado a Florencia, para trabajar a las órdenes de Giorgio Vasari en el Studiolo de Francisco I, en el Palazzo Vecchio, en el que realizó labores menores durante cuatro años, hasta que, en 1570, creó dos de las piezas más logradas del conjunto: La alegoría del sueño y La recolección del ámbar.

Alegoría del sueño y Recogida del ámbar. Studiolo de Francisco I, Palazzo Vecchio, Florencia.
Giovan Battista Naldini – Retratos de los colaboradores de Vasari. Palazzo Vecchio. 

Pontormo: Autorretrato. Sanguina, hacia 1525. Londres, British Museum.

El carácter íntimo y personal de este diario, por otra parte, garantiza la verdadera imagen de su autor, la cual, por cierto, concuerda mucho con la que describió Vasari; una fuente esencial y fiable, redactada sólo diez años después de la muerte del artista al que había conocido personalmente y que, además, ofrece el testimonio directo de Bronzino, el abnegado amigo de Pontormo.

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San Lucas, de Pontormo. 1525. Capilla Capponi, Santa Felicità, Florencia. Marcos Evangelista. Capponi. -Mateo Evang. Tondo para la Cúpula de los Evangelistas. Capilla Barbadori-Capponi. Florencia

Anunciación, 1526-1528. Florencia, Santa Felicita.

Dos Mujeres. -Estudio de piernas, de Pontormo

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Aunque no se trata de un “diario” propiamente dicho, constituye un testimonio autógrafo muy útil y precioso, de los últimos tres años de su vida; desde el 7 de enero de 1554 al 23 de octubre de 1556, cuando tenía unos sesenta años. Pontormo anotó, fundamentalmente sus costumbres, hábitos alimenticios, problemas de salud, condiciones climáticas, etc. con datos sobre las personas que frecuentaba y, sobre todo, del progreso de las obras relativas a los frescos del coro de la basílica florentina de San Lorenzo, la empresa a la que dedicó los últimos diez años de su existencia y que dejó inacabada debido a su repentina muerte.

Esta especie de agenda para recordar, que se conserva en un volumen misceláneo -Codex Magliabechiano, VIII, 1490- de la Biblioteca Nacional Central de Florencia, datados entre los siglos XVI y XVIII, consta de dieciséis pliegos doblados arbitrariamente, conocidos desde mucho tiempo antes, pero en paradero ignorado, fue redescubierto en 1902 por el historiador del arte romano Arduino Colasanti, uno de los fundadores y principales colaboradores entre otras cosas de la Enciclopedia Treccani y fue el estadounidense Frederick Mortimer Clapp quien lo publicó por primera vez en versión completa, en 1916, añadiéndolo, como importantísimo apéndice, a la monografía que dedicó al pintor, titulada "Jacopo Carucci da Pontormo. Su vida y obra". Sin embargo, el conocimiento de su existencia, se universalizó -por así decirlo-, cuando el crítico florentino de arte y literatura, Emilio Cecchi, publicó un artículo sobre los folios e Pontormo, en 1942, en el "Corriere della Sera", antes de publicarlo en la que sería la primera edición italiana completa, en 1956, que es la que durante mucho tiempo consultaron la mayor parte de los autores y críticos. 

Como hemos dicho, el orden de los papeles está muy alterado porque los folios fueron mal plegados, se cree que desde el siglo XVII, cuando se tituló, "Diario de Jacopo da Pontormo hecho en el tiempo que pintó el coro de S. Lorenzo", aunque el manuscrito también se conocía como "Il libro mio". No se han aclarado las dudas sobre el plegado de las hojas, cuyo estado de conservación tampoco se presta mucho a su manejo, además de que tiene grandes manchas de humedad, “incurables”. Así pues, no es seguro, que las anotaciones de Pontormo empezaran en 1554, -que son las que han aparecido hasta la fecha-. 

"En el año 1555, para la luna que comenzó en marzo y duró hasta el 21 de abril. En toda esa luna nacieron enfermedades pestíferas que afectaron a muchos hombres equilibrados y buenos y quizás sin trastornos, y a todos se les extrajo sangre. El frío no era de enero y se extendió en esta luna de marzo, que uno sentía un frío sordo y venenoso luchando con el aire reavivado por la estación de los días largos; era como escuchar el fuego en el agua, de modo que estaba con mucho miedo".

Al parecer, Pontormo era hipocondríaco, razón por la cual, el manuscrito contiene numerosas y precisas descripciones de dolencias. "El jueves por la mañana vino a mí un mareo que me duró todo el día, y desde entonces he estado mal dispuesto y de cabeza débil". 15 de marzo de 1554; ... "El sábado me levanté muy mal dispuesto, cené con Piero, poco y sin ganas y por la noche tuve fiebre con gran fuego sobre mí, y no dormí nada." 8 de junio de 1555. 

"... Cené en Sancto Lorenzo y bebí un poco de griego. No es que esté bien, porque cada tres horas tengo ansiedad", 11 de julio de 1555. "El lunes por la mañana tuve fiebre y el estómago indignado; la cena no me gustó nada", 12 de agosto de 1555). "... El sábado ... por la noche me quité una astilla de un diente y comí un poco mejor", 25 de octubre de 1555. "Dia 20: ... Por la noche... golpeé la puerta con tal patada que me lastimé y lloré hasta hoy", 25 de julio de 1556.

En cuanto a la dieta, se deduce que Pontormo gastaba poco, excepto en pan; casi no figura la carne, tal vez por avaricia, por ahorro, o porque no creía que era buena su ingestión. Como sabemos, no tenía familia, y tal vez, debido a las escuetas condiciones dietéticas, le abandonó un aprendiz que, ocasionalmente vivió con él; 9 de julio de 1555: "El mio Batista se apartó del camino por la noche, supo que estaba enfermo, y no regresó, por lo que siempre lo tuve en cuenta".

Sí comía huevos, por ejemplo, sobre todo, en la forma que él llama "pez huevo", es decir, una tortilla “francesa” cuya forma plegada recuerda a un pez, y ensaladas, de endivia, lechuga, acelgas, col, etc. Cuando come carne, queda claro que no lo hace en su casa, sino muy a menudo, en la de Bronzino, su alumno favorito y abnegado, que a menudo le invitaba, especialmente, con ocasiones de algunas festividades religiosas.

" 11 de marzo 1554... Bronzino; 25 de marzo 1544 – fui a cenar con Bronzino; "El jueves, que fue el Corpus Domini, cené con Bronzino: bebi del greco; "El lunes, que era la víspera de Pascua, de Navidad- cené en casa de Bronzino y hasta la noche me quedé y cené, etc.

Retrato de Bronzino, c. 1567-71, por Alessandro Allori. Cappella di San Luca. Florencia -Autorretrato de Allori en los Uffizi.

Nos informamos asimismo de cuáles eran los personajes más conocidos del artista, como el citado Agnolo di Cosimo, es decir, Bronzino; el marchante Daniele di Bartolomeo, cuñado del pintor Alessandro Allori, alumno de Bronzino; el erudito Benedetto Varchi; el provveditore Luca Martini y otros-, y sabemos también que el artista observaba escrupulosamente las fiestas ordenadas, y que fue extremadamente cumplidor de los preceptos de la Iglesia. Al principio del manuscrito se recomienda a sí mismo "esforzarse por los 4 Tempora oservare y ayunos ordenados" -refiriéndose a los días de ayuno que debían guardarse al año. Así, por ejemplo, escribe el 9 de diciembre de 1554: "El miércoles por la noche que son ayunos, el primer día del Tempora de Adviento, no cené", y los domingos iba a misa regularmente.

Pasando a sus anotaciones en el terreno de sus relaciones sociales, es evidente, que, sobre todos los demás mencionados en el diario destaca claramente Bronzino, quien, a pesar de mantener una firme relación amistosa con el maestro, este no le ahorraba, en ocasiones, un trato poco halagador, no exento de soberbia, y aún, desagradecimiento, ya que cuando estaba de mal humor lo despedía de manera grosera, como indican inequívocamente dos apuntes de 1556.

En lo relativo al aspecto exclusivamente artístico de Pontormo, es evidente que, la parte de mayor interés del diario, es la que se refiere a los frescos de San Lorenzo, el gran ciclo pictórico en el que trabajó hasta su muerte y del que hoy sólo quedan algunos de los dibujos previos.

Lecturas e interpretaciones del “diario”.


Figuras en los márgenes

Diario de Pontormo, pintor florentino, transcrito por Filippo Baldinucci

Diario del 11 de marzo al 23 de octubre de 1554.

En las primeras décadas del siglo XVII una mano desconocida colocó la inscripción inicial de c. 63r: "Diario de Jacopo da Pontormo hecho en el tiempo que pintó el coro de S. Lorenzo". 

Esta especie de "calendario" anotado por el pintor - con muchas intermitencias - desde el 7 de enero de 1554 hasta al 23 de octubre de 1556, parece ofrecer como primer objetivo, el desarrollo de su obra en San Lorenzo, si bien descrito entre sus diarias preocupaciones por su alimentación y su salud; la parte que originalmente abre la secuencia comienza como una serie de "Prescripciones" para la vida sobria.

Una personalità inquieta, affetta da ipocondria e misantropia. Eppure malinconica e a tratti penosa. Un commento di Stefano Paolo, giornalista del Corriere della Sera.


Un tipo "melancólico y solitario", escribió Vasari, quien "al no tener firmeza de cerebro siempre iba gruñendo cosas nuevas". Durante ocho años, Pontormo, de 60 años, trabajó en 1554 en el fresco del "Juicio" en el coro de la iglesia de San Lorenzo en Florencia. Un "horror maravilloso", sombrío y apocalíptico, que habría sido destruido en el siglo XVIII durante unas obras de consolidación de la iglesia. En marzo de 1554, Pontormo empezó a escribir su "Diario", que fue interrumpido en octubre de 1556, dos meses antes de su muerte. Quién sabe por qué el pintor escribió esas notas. Y quién sabe por qué insiste tan rigurosamente en registrar su dieta diaria, su miseria, sus movimientos gastrointestinales.

El año 1554, con el que se abre el "Diario" inaugurado por un trauma. Un domingo de enero, parece que se cae del andamio de San Lorenzo; no es un caso inusual: según Vasari también le sucedió a Miguel Ángel durante las obras de la Capilla Sixtina. El hecho es que el viejo Pontormo cuenta que se dislocó el hombro y se rompió el brazo, y que intentó ser cuidado en la casa de su alumno Bronzino durante seis días: "Luego fui a casa y estuve enfermo hasta Carnevale que fue el seis de febrero de 1554". 

El objetivo era crear un calendario en el que el pintor registrara, para uso privado (por no decir secreto), no "les intermittences du coeur" sino "les intermittences du corps", de ese cuerpo que, para completar la memorable obra de San Lorenzo, requería un régimen férreo. Todo, de hecho, gira obsesivamente en torno al fresco en progreso, sobre el cual se dan noticias oportunas: hizo un brazo, terminó el putto, completó el busto, terminó la popa, etc., todo apuntado, en el margen, con bocetos rápidos que remiten a las figuras del Juicio Final que estaba pintando. 

El estilo cambia en su desarrollo: se vuelve más concentrado y solemne, la prosa se abre a vislumbres narrativas y visionarias. "... podía escuchar un ruido sordo venenoso y frío peleando con el aire, reavivado por después de largos días, que era como escuchar el fuego arder en el agua, de modo que yo estaba con gran miedo". 

Acerca de lo que pudo dar paso al nuevo proyecto, fue, quizás la lectura, en enero de 1555, de los "Triunfos" de Petrarca, que como lo demuestra una apuesta (perdida) con Bronzino sobre ciertas interpretaciones de Petrarca. Un hombre melancólico, envejecido y solitario, como Pontormo habría descubierto en Petrarca -no tanto en el poeta del amor, filtrado en el siglo XVI por Bembo, sino en el filósofo-, a su autor por excelencia: el escritor de la soledad, la angustia, el frío existencial y la muerte.

Fuente: Stefano Paolo, para Corriere della Sera

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A 1 de febrero hice del paño hacia abajo y el 5 la terminé, y a 16, sábado, hice las piernas del niño que está debajo; el viernes comenzó a hacer buen tiempo y dicho sábado hizo frío, aunque antes había estado lloviendo, pero sin hacer frío, y a 21 cené con Bronzino liebre y vi los juegos de magia y la noche de Carnaval cené allí (…). 

Al 4 de marzo hice el torso que está debajo de esa cabeza y me levanté una hora antes de que amaneciese. 

El domingo 10 de dicho mes, comí con Bronzino y por la noche cenamos a las 23 horas un pescado grande y varios pequeños fritos, gastándose 12 soldos que tenía Octtaviano; y por la noche el tiempo, que durante varios días había sido bueno y sin lluvia, comenzó a estropearse. 

El lunes hice el brazo de la figura de cabeza que se alza y la dejé en ese punto, como muestra el boceto: el martes y el miércoles hice el viejo, y su brazo. 

A 15 de marzo, viernes, comencé el brazo que tiene la correa sobre la cabeza, y por la noche cené un pez de huevo, queso, y una nuez y 11 onzas de pan”.

Fuente: EL «DIARIO» DE PONTORMO | MI SIGLO


La Pintura y la Cena

Febrero de 1556

El domingo 16 cené con el Bronzino ... la noche del lunes comí un poco de carne que Bronzino me compró, ... tomó la parte buena para sí mismo y se fue [?]; el miércoles Bronzino me compró carne de cerdo; para la cena tuve dos huevos, 10 oz de pan. 

El jueves 20 hice la cabeza que está gritando y por la noche tuve ternera y hasta el día 29 dejé todo terminado hasta el suelo... El 3 de marzo hice la cabeza de la figura dibujada aquí; el 4 de marzo hice parte del torso hasta los senos y hacía tanto frío y corrientes de aire que por la noche estaba ronco y al día siguiente No podía trabajar. el día 6 hice todo el torso. ...el día 7 terminé las piernas.

El jueves me levanté una hora antes amanecer y comencé la figura debajo de la cabeza. 8 de abril sábado las piernas. 

El domingo cené con el hermano y fuimos a dar un paseo desde el Puerta de Prato. El martes comencé el brazo de la figura. El miércoles el otro brazo y la pierna, que fue la vigilia de la Ascensión. 14 El jueves cené con el Hno. Viernes y sábado terminé la figura.

El domingo cené con el hermano y por la noche no comí y comencé a sentirse enfermo. El lunes por la noche, alrededor de las 8 en punto, hubo truenos, relámpagos y lluvia. y frío, y sigue siendo así hoy miércoles lloviendo todos los días y Antes de esto hubo dos meses de buen tiempo. El jueves 28 comencé la figura que está así debajo de la cabeza y El viernes lo terminé, el sábado hice el libro. El domingo no cené y por la noche cené con Piero. El lunes primero de junio hice el niño moro. El día 7 cené con el hermano y por la noche se sentía enfermo. el día 9 empecé, la figura que es así. [figura] 10 el miércoles. Jueves Viernes Sábado hice ese pedacito del brazo y lo terminé. Todas las figuras completas de la escena están terminadas.

Las “figuras”, son las que aparecen en boceto, en los márgenes. Traducciones de Vasari y Pontormo tomadas de: Giorgio Vasari, Vidas de pintores, escultores y arquitectos, trad. Gastón du C. David Ekserdjian (Nueva York: Knopf, 1996), 2: 368-71; y Romero Mayer, Pontormo's Diary (Nueva York: Out of London Press, 1979), 147-151, 153-157.).

Dos bellísimos bocetos:

Madonna con il Bambino e san Giovannino. (1514-1515) di Pontormo. Particolare.

Studio affresco Cappella Capponi. Santa Felicita. Florencia

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