miércoles, 9 de marzo de 2022

DOS GRANDES DESCONOCIDOS ● SHAKESPEARE Y CERVANTES (II)

DOS GRANDES DESCONOCIDOS●SHAKESPEARE Y CERVANTES (II)

William Shakespeare. Retrato Kobbe.- Miguel de Cervantes Saavedra. 1600. Atribuido a Juan de Jáuregui. RAE. Firma de ambos autores.

WILLIAM SHAKESPEARE

Retratos: COBBE, de 1610; CHANDOS, también de principios del siglo XVII, y DROESHOUT, de 1622: tres de los más valorados de William Shakespeare.

El último de estos tres retratos fue pintado después de su muerte por un artista que no lo había conocido. Los dos primeros encajan en el estilo de su tiempo y tienen muchas evidencias circunstanciales, pero aparte de eso y de su calidad artística, ninguno de los dos dispone de pruebas convincentes de su veracidad. A pesar de esto, los argumentos a favor de ambos son lo suficientemente convincentes, como para que los expertos se hayan puesto de acuerdo en general; una circunstancia bastante rara en este campo de investigación.

El retrato Cobbe -un hombre de cuarenta y tantos años, muy cuidado-, procede de un artista menos consumado que Chandos, mientras que el Droeshout procedería de un joven que hubiera visto a Shakespeare. Aunque ninguna puede ser la “imagen perfecta”, comparten características, como los párpados hundidos; la forma del cabello; el arco desde la ceja hasta la nariz; la mueca de los labios; la profundidad de los ojos, la forma del rostro; Definitivamente, parece que hay... algo.

La cuestión de los retratos de Shakespeare es muy compleja. En la actualidad el llamado retrato Cobbe es, según comenta el profesor Henry Woudhuysen, del University College de Londres, el que más se acerca a la imagen real de William Shakespeare:

"En la búsqueda de un retrato auténtico de Shakespeare, el retrato Cobbe viene con un sólido origen, una convincente evidencia técnica en cuanto a su fecha, y un tentador gran parecido con el grabado Droeshout que puede haber sido tomado de él. La publicación del retrato Cobbe ofrece una oportunidad para pensar de nuevo en el aspecto de Shakespeare y sus relaciones con el conde de Southampton".

¿Por qué no pueden ser todos retratos de la mayor figura de Stratford, cada uno con un estilo diferente, cada uno con una vista diferente, cada uno con un aspecto diferente?

Que William Shakespeare fuera multifacético es un eufemismo. Quizás al comparar los tres retratos podamos acercarnos más a ver al hombre detrás del lienzo, de lo que lo haríamos con un solo retrato definitivo. Quizás no todos sean creíbles, quizás sí; quizás haya certeza sobre uno, o, quizás sobre ninguno, pero, al final, ¿importa?

Lector, no mires su retrato, sino su libro"

–escribió Ben Jonson, refiriéndose al grabado Droeshout.

De acuerdo; la obra escrita no cambiará, pero aquí añadiríamos que el retrato, sí importa, porque nos gustaría conocer la apariencia de dos de los mejores escritores de la historia. Aunque esto, seguramente, nunca cambiaría nuestro concepto ni nuestra valoración literaria sobre ellos, sí nos gustaría comprobar si se refleja en algún sentido, aquello de la cara como “espejo del alma”. Finalmente, sean reales o no, ¿quién puede ya borrar de su imaginación los retratos más conocidos de estos dos héroes de las Letras, que aparecen al principio? 

Por otra parte, aprovecho este inciso para declarar que la mayor parte de lo aquí escrito procede de diferentes autores y páginas web; me he reducido a ordenarlo -ardua tarea, por cierto, dadas las múltiples posibilidades, la necesidad de traducir, y la disparidad de opiniones al respecto-, añadiendo solamente algunos comentarios como el presente. 

Para terminar, debo decir que, por muy frustrante que sea, creo que ninguno de los retratos de Cervantes y de Shakespeare, son “verdaderos”; verosímiles, tal vez, pero nada más, y, es probable, que ello se deba a causas similares en ambos casos.

FIRST FOLIO


First Folio es el nombre que los eruditos dieron a la primera publicación de las treinta y seis obras teatrales de William Shakespeare, cuyo título original es: Mr. William Shakespeare’s Comedies, Histories and Tragedies. Incluye todas las obras generalmente aceptadas como auténticas, exceptuando: Pericles, príncipe de Tiro - Pericles, Prince of Tyre, Los dos nobles caballeros - The Two Noble Kinsmen, Eduardo III - Edward III, y dos obras hoy perdidas: Cardenio, inspirada en el personaje de Cervantes, y Trabajos de amor ganados – Love’s Labour’s Won, considerada secuela de Trabajos de amor perdidos. La obra, que no contiene, sin embargo, ninguno de sus poemas. fue recopilada y editada por John Heminges y Henry Condell, amigos del Bardo – The Bard*, hacia 1623, alrededor de siete años después de su muerte.

* El "culto nacional" de Shakespeare y su identificación como el "bardo" datan de septiembre de 1769, cuando el actor David Garrick organizó un carnaval de una semana en Stratford para conmemorar que el ayuntamiento otorgaba la libertad a la ciudad. Además de obsequiar a la ciudad con una estatua de Shakespeare, Garrick compuso un verso jocoso, satirizado en los periódicos de Londres, nombrando las orillas del Avon como el lugar de nacimiento del "incomparable bardo ".

1) RETRATO CHANDOS.

Retrato Chandos, NPG de Londres. 1610

National Portrait Gallery (Marzo 2022).

“Este retrato está registrado como “NPG 1” porque fue el primero retrato adquirido por la Galería.

Conocido como el 'retrato Chandos' después de un dueño anterior, la pintura representa a William Shakespeare, y es el único retrato de él que tiene posibilidades de haber sido pintado en vida del dramaturgo.

Está actualmente colgado en las paredes del National Portrait Gallery en Australia como parte de la exposición Shakespeare to Winehouse, recientemente inaugurada:

https://www.portrait.gov.au/.../shakespeare-to-winehouse...

Estamos emocionados de ver este retrato de Shakespeare como parte de su exhibición.

William Shakespeare asociado con John Taylor, alrededor de 1600-1610. National Portrait Gallery, Londres”.

Así llamado, por el nombre de sus dueños, los duques de Chandos. Algunos creen que el amigo y compañero actor de Shakespeare, Richard Burbage, lo pintó y se lo entregó a Joseph Taylor, un actor del King’s Men, la compañía de teatro en la que Shakespeare trabajó a lo largo de su carrera, llamada, Lord Chamberlain’s Men, durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, pero que cambió su nombre cuando Jacobo I accedió al trono en 1603. Taylor legó posteriormente la pintura a William Davenant, el hombre que afirmó ser el hijo ilegítimo de Shakespeare, aunque esta teoría no cuenta con ninguna evidencia histórica. El retrato Chandos –suele afirmarse, fue pintado cuando Shakespeare aún vivía, a diferencia de la pintura póstuma, el Droeshout, pero otros críticos argumentan que la pintura no puede representar a Shakespeare. En 1856 pasó a ser propiedad de la Galería Nacional de Retratos de Gran Bretaña.

De las innumerables ediciones de las obras de Shakespeare que muestran una imagen del poeta, es un hecho singular que, con mucho, la mayor parte prefiere el retrato de “Chandos”. El rostro y los rasgos de Shakespeare, tal como aparecen en la imagen de ese retrato, son aquellos con los que sus lectores probablemente estén más familiarizados. No es fácil dar cuenta de esto, ya que el retrato ciertamente no es el primero en cuanto a autenticidad, cualquiera que sea su grado de mérito artístico, pero posiblemente satisfaga más plenamente el ideal popular de la semejanza de un gran poeta. Sea como fuere, el retrato “Chandos”, por diversas razones, justifica con creces que se mantenga bajo la custodia de la nación como una rarísima y valiosa reliquia de su más grande dramaturgo. Su historia es, resumida, como sigue.

Según el catálogo de la National Portrait Gallery, donde ahora se custodia la reliquia, el retrato “Chandos” era propiedad de John Taylor, el actor, por quien fue pintado, aunque también puede ser de Richard Burbage. La imagen fue dejada por el primero en su testamento a Sir William D’Avenant. Después de su muerte fue comprado por Betterton, el actor, a cuyo fallecimiento el Sr. Keck, del Temple, lo compró por cuarenta guineas, de quien lo heredó el Sr. Nicholls, de Michenden House, Southgate, Middlesex, cuya única hija se casó con James, marqués de Carnarvon, después duque de Chandos, padre de Eliza, duquesa de Buckingham. De ahí el nombre del retrato, y esto, en definitiva, es todo lo que se sabe con certeza de su historia.

Church of the Holy Trinity; lugar del bautismo y entierro de William Shakespeare.

Sin embargo, no guarda parecido alguno con el busto erigido en la iglesia local de Stratford en la Holy Trinity, poco después de su muerte en 1616 y tampoco recuerda al grabado realizado por Martin Droeshout que aparece en los First Folio.

El descubrimiento de un nuevo retrato de William Shakespeare que podría ser el único realizado en vida al dramaturgo, pretende cerrar, al menos de momento, el debate sobre su imagen real. El profesor Stanley Wells, que fue director del Instituto Shakespeare, aseguró estar "convencido" de que este es el único retrato que se le hizo a Shakespeare en vida y que el resto de los conocidos hasta el momento son únicamente copias.

La imagen del escritor inglés más importante de todos los tiempos, presentada en Londres, permaneció durante siglos oculta entre los cuadros que posee la familia Cobbe. Fue uno de sus miembros, Alec Cobbe, quien, al visitar una exposición sobre Shakespeare organizada en 2006 por la Galería Nacional de Retratos, de Londres, se dio cuenta de que en su colección había un retrato de Shakespeare, muy similar al exhibido en este museo.

En aquella muestra, los organizadores ya reconocían que la identidad de la persona que aparece en el cuadro que exponían -conocido como el retrato "Chandos" y que actualmente está en la Biblioteca Folger- no estaba probada y que no existía certeza de que fuera un retrato hecho en vida a Shakespeare.

El profesor Wells justificó su confianza en que el retrato que posee la familia Cobbe sea por fin la imagen real del escritor inglés, por el resultado de las pruebas científicas a las que ha sido sometido, y que en su opinión demuestran que los otros tres retratos conocidos hasta el momento son copias. Concretamente, existen dos retratos de Shakespeare en las colecciones privadas de Folger y FitzGerald, mientras que un tercero, conocido como el de Ellenborough se perdió en el año 1947. El cuadro de los Cobbe pasó por un examen con rayos-X, otro con infrarrojos y un tercero centrado en la antigüedad de la madera utilizada por el retratista, para conocer la fecha en que fue pintado.

De estos estudios se obtiene la conclusión de que el retrato fue realizado en 1610, cuando el genial escritor inglés tenía 46 años, sólo seis antes de su muerte. Del pintor nada se sabe, aunque el conservador de la Colección Cobbe, Mark Broch, explicó que es posible "que el pintor pusiera su nombre en el marco, pero éste ha desaparecido". El retrato muestra un Shakespeare con perilla, sin pendiente en la oreja izquierda -adorno que sí aparece en otros retratos-, y con una larga nariz; todo ello sobre un fondo azul en el que están inscritas en la parte superior las palabras Principium Amicitias.

El hecho de que esta imagen se hiciera en vida de Shakespeare -como parecen demostrar los exámenes realizados- hace que sea "más cercana a la realidad" que la del grabado Droeshout, publicado en 1623 y que hasta ahora había sido la que tradicionalmente se ha considerado del autor, según explicaron los expertos. Este cuadro formó parte de una exposición que estuvo abierta al público desde el 23 de abril hasta el 4 de septiembre de 2009, año en que se cumplían 400 años de la publicación de los Sonetos del escritor inglés.

Shake-Speares Sonnets. - COBBE, 1610

Sonetos sin destinatari@ conocid@ ni definid@.

Hablando, por cierto, de los Sonetos, Mark Broch afirma que se ha especulado mucho tiempo sobre quién era el destinatario de esos versos y sobre si Shakespeare mantenía una relación sentimental con esa persona -ya fuera hombre o mujer-, aunque por el momento "es imposible decir nada sobre el carácter sexual de esa relación". Este debate se debe a que en la primera parte de la serie de sonetos se hace referencia a "un joven" mientras que después se habla de una misteriosa “dama negra”, lo que, sumado al contenido que tienen estos textos, no aclara las dudas acerca de la orientación sexual del escritor, a pesar de quienes creen que, conocer este dato es más trascendente que conocer la imagen del Bardo.

Por las mismas fechas, se confirmó que, debajo de lo que hoy es un almacén abandonado de Shoreditch se encuentran los restos del primer teatro de Londres, construido en 1576 por James Burbage, donde Shakespeare escribió y participó en la representación de su obra más Conocida, Romeo y Julieta.

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2) EL RETRATO DE DROESHOUT.

Creada por el grabador inglés Martin Droeshout, esta imagen aparece en la portada del First Folio, y es una de las dos únicas imágenes del Bardo consideradas genuinas -la otra es el Monumento de Stratford, también llamado Busto de Shakespeare-. Es poco probable que Shakespeare posara para Droeshout y el artista probablemente trabajó a partir de otra pintura que desapareció hace mucho tiempo.

Hay una o dos buenas razones por las que, en este caso particular, el trabajo del grabador de Droeshout debería ser más valorado que el del pintor de Cobbe.

En primer lugar, el grabado “Droeshout” fue realizado por un hábil artista cuya profesión era “dibujar del natural”; mientras que el retrato “Chandos” solo se supone que fue pintado por uno u otro de dos hombres cuya vocación era la de actor.

El grabado “Droeshout” lleva, en segundo lugar, el visto bueno especial del socio de Shakespeare, Ben Jonson; y no sólo la suya, sino que también cuenta con el aval de los íntimos amigos y “compañeros” del poeta, Heminge y Condell, a quienes recordó en su última voluntad y testamento.

En tercer lugar, está el sugerente hecho de que entre el busto de Stratford y el grabado de “Droeshout” existen ciertas correspondencias llamativas, no tan observables entre el busto y el retrato “Chandos”, que han llevado a las mejores autoridades a inferir que el escultor del busto, con toda probabilidad, tuvo el grabado ante él mientras ejecutaba los detalles de su obra, aunque modelando principalmente a partir de la máscara tomada después de la muerte del poeta. Si esa inferencia es correcta, nuevamente muestra que la impresión “Droeshout” había recibido la aprobación de los familiares del poeta, y también que Heminge y Condell obtuvieron su aprobación antes de colocarla junto a las líneas dedicatorias de Ben Jonson en el frente del famoso First Folio (1623) y que dicen así:


Poema de Ben Jonson y Grabado Droeshout

En esta obra de Martin Droeshout no hay nada, más allá de lo que muestra la propia impresión, que indique las circunstancias en las que se ejecutó originalmente. Asumiendo que otros retratos del poeta fueron, además de este, ejecutados durante su vida, la impresión “Droeshout” fue sin duda una de las primeras. Su fecha, sin embargo, es desconocida. A juzgar por la apariencia del rostro en general, y comparándolo con otras semejantes, es bastante seguro que Shakespeare no había cumplido los cuarenta años.

3) EL RETRATO FLOWER

El retrato Flower, de artista desconocido. Royal Shakespeare Company.

Así llamado así por el nombre de su dueño, Sir Desmond Flower, quien lo donó al Museo de Shakespeare en 1911. Esta pintura es probablemente una copia del retrato Droeshout. La mayoría de los estudiosos clasifican el retrato Flower como una falsificación realizada en el siglo XVIII.

El Flower, perteneciente a la Royal Shakespeare Company, se pintó en el siglo XIX. A pesar de que lleva la fecha de 1609, los expertos de la NPG de Londres han constatado que el pigmento de la pintura procede de principios del siglo XIX, por lo que no pudo ser creado en vida del dramaturgo.

Su nombre procede de los anteriores propietarios de la pintura, la familia Flower, que se la cedió a la Royal Shakespeare Company (RSC), en Stratford-upon-Avon, Warwickshire. La pintura muestra a Shakespeare mirando de frente. Lleva un amplio cuello blanco y está firmada de 1609 –cifra visible en la esquina superior izquierda-, aunque muchos expertos en arte ya sospecharon de su procedencia antes de que se hiciera una radiografía en 2005.

La imagen se ha utilizado en muchas ocasiones como portada de las ediciones de las obras de Shakespeare. Es similar y probablemente una copia del Grabado Droeshout, aunque apareció en 1623, en la primera edición, “First folio” de las obras de Shakespeare, que ha sido aceptado como una de las representaciones más precisas del autor, las posibilidades de que fuera copiada del retrato Flower son muchas. El desconocido autor habría conocido a Shakespeare, además de que, el hecho de que aparezca fechado en 1609, supondría que fue pintado cuando este aún vivía.

Sin embargo, a principios del siglo XX, el retrato fue analizado en detalle y se llegó a la conclusión de que no podía haber sido la fuente del grabado de Droeshout. De hecho, la evidencia, en realidad apunta a que el retrato Flower fue pintado a partir del grabado, y no al revés. Esto se debe a que la ejecución del retrato es como la de un artista que ha trazado el contorno del grabado y luego ha desarrollado y mejorado el original. La eliminación de ciertos rasgos presentes en el grabado, como la iluminación contradictoria, las sombras y la perspectiva, apuntan hacia un artista que intentaba mejorar un original.

El debate se reanudó en 1966 cuando una radiografía, tomada por el Instituto de Arte Courtauld, reveló que el retrato fue pintado sobre una obra del siglo XVI que representa a la Virgen con el niño y con Juan el Bautista; de cerca, se pueden ver rastros de esta pintura primera, a la izquierda del retrato. Para muchos, esto era una prueba de la fecha de la pintura y, por lo tanto, de su autenticidad. Argumentaron que la escasez de materiales puede haber llevado al artista de Shakespeare a encubrir a la Virgen con el niño, o que fue encubierto debido al sentimiento anticatólico de la época de Shakespeare.

Lamentablemente, esta teoría no resistió la prueba del tiempo. En 2004/5, expertos de la National Portrait Gallery del Reino Unido investigaron el retrato junto con otros dos. Al hacerlo, descubrieron que algunos de los pigmentos, incrustados profundamente dentro de la pintura, no habían estado disponibles antes de 1814. El retrato Flower, sería, por tanto,  una falsificación del siglo XIX.

4) EL RETRATO DE FAITHORNE

El grabado Droeshout. Copiado por William Faithorne para la edición de 1655 de "Rape of Lucrece".

5) RETRATO MARSHALL 

Otra imitación del retrato de Droeshout, para la portada de la edición de 1640 de los Sonetos de Shakespeare. Ambos retratos mejoraron el Droeshout, introduciendo detalles poco realistas.

6) EL RETRATO SOEST

Shakespeare, de Soest

El retrato Soest, o Zoust era propiedad de Thomas Wright, de Covent Garden, en 1725 cuando fue grabado por John Simon. La pintura fue creada por Soest unos 21 años después de la muerte de Shakespeare y se basa principalmente en la imaginación del artista. Ofrece una excelente semejanza con el poeta, pues recuerda sorprendentemente el retrato “Chandos”. Dado que Soest, o Zoust, nació en 1635, cuando hacía diecinueve años que Shakespeare había muerto, su retrato tiene que proceder de una copia, probablemente la que estaba en posesión de Sir William D”Avenant, más tarde conocido como el retrato de “Chandos”.


Fue pintado por Soest al menos treinta años después de la muerte de Shakespeare. George Vertue afirma que se basó en un hombre que se parecía a Shakespeare, mientras que la pose y la vestimenta sugieren la influencia del retrato Chandos.

Soest. 1667

7) LA MINIATURA HILLIARD.

Hilliard

Esta es la más popular de las miniaturas de Shakespeare y fue propiedad sucesivamente del poeta William Somerville, de Sir James Bland Burges y de Lord Nothcote. Es una excelente obra de arte, pero no tiene mucho valor como representación autorizada de Shakespeare.

Existe también la miniatura “Auriol”, pero Hilliard es, con mucho, la más interesante y meritoria. Cuando se expusieron sus pretensiones de autenticidad a principios del siglo pasado, la miniatura “Hilliard” pertenecía a Sir James Bland Burges, Bart., quien, en una carta a un amigo dando cuenta de ella, alegó que había sido descubierta en una cómoda que pertenecía a su madre, que la había heredado de su padre, el poeta William Somerville, y por lo tanto rastreaba su historia hasta los días en que el poeta vivía retirado en Stratford.

La miniatura de “Auriol” es ciertamente más pretenciosa que la de “Hilliard”, aunque muy inferior como obra de arte, e incluso como semejanza del poeta. Se afirmó que en algún momento perteneció a la familia Southampton, pero no hay evidencia de esto. Parece haber sido pintada cuando Shakespeare tenía treinta y tres años, y se registra que "en la parte inferior del marco de la miniatura se adjuntó una perla, con la intención de inferir que el original era una perla de hombres".

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El Busto de Shakespeare en Holly Trinity

Busto de William Shakespeare, de Gerard Johnson

Como es bien sabido, se encuentra en el presbiterio de la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Stratford-on-Avon, la ciudad natal del Bardo. Con esta imagen, generaciones de peregrinos al ya clásico santuario, se han familiarizado con esta imagen de mármol, encantados de contemplarla, siempre con profunda admiración.

Se cree que cuando Shakespeare murió, el 23 de abril de 1616, exactamente a los cincuenta y dos años de edad, se tomó un molde de sus facciones, cuyo autor se desconoce, aunque se cree que podría ser Gerard, quizás Gerald Johnson, un holandés al cual se atribuye haber hecho bien su parte del trabajo, ya que, antes de su colocación en el presbiterio de la iglesia, los parientes de Shakespeare, probablemente aprobaron el busto como una buena semejanza, y lo consideraron digno de su distinguida posición y, por supuesto, del hombre que representaba. Se suele destacar su tranquila serenidad y la suavidad de la expresión de los rasgos; aspectos que satisfacen bastante bien el ideal popular del poeta más grande de Inglaterra.

Desde su colocación en el presbiterio —entre 1616 y 1623— el busto ha sufrido no pocas vicisitudes. Originalmente coloreado para ofrecer más sensación de vida, como era costumbre en la época, el busto nunca fue restaurado ni retocado hasta 1748, un siglo y cuarto después; podemos imaginar fácilmente su estado después de ese lapso de tiempo. Sin embargo, en el último año, a instancias de un antepasado de la famosa actriz, la Sra. Siddons, recibió una atención cuidadosa y amorosa; se recuperaron los viejos colores y se mejoró el marco monumental, tratando de hacerlo de nuevo, digno del poeta. Los gastos de este trabajo, es interesante declararlo, fueron sufragados con las ganancias de una representación de la obra de Otelo, por una compañía de actores “que pasaba” por Stratford-on-Avon en aquel momento.

Casi cincuenta años después, el Sr. Malone, bien conocido en su día como entusiasta admirador y comentarista de Shakespeare, pensó que el busto necesitaba otra renovación y encargó "cubrirlo con una o más capas de pintura blanca". [-¡!-], “destruyendo a la vez su carácter original y dañando grandemente la expresión del rostro”, en opinión de los que presenciaron este acto profanador. [¿Pretendía, quizás, destacar el mármol?] Por esta desafortunada muestra de adoración al héroe, Malone fue severamente censurado, y existe al menos un registro que expresa, en cierta medida, el sentimiento de molestia que su acción causó en ese momento. En el antiguo álbum de visitantes de la Iglesia de la Santísima Trinidad se inscribieron las siguientes líneas como protesta contra la ofensa de Malone:

Extranjero, a quien se muestra este monumento,

invoca la maldición del poeta sobre Malone;

Cuyo celo entrometido denuncia su bárbaro gusto,

Que ensuciando su lápida, maltrata sus obras.

El busto permaneció durante muchos años en el estado en que lo había dejado Malone. Eventualmente, sin embargo, fue restaurado una vez más. El blanqueo de Malone fue completamente borrado, y el colorido original, se renovó en la medida de lo posible, presentándolo como “mejorado” en el año 1748. En ese estado satisfactorio, el busto ha permanecido desde entonces, con un atento cuidado, aunque ocasionalmente ha sido retocado para preservar las gloriosas características del mármol tallado como merecen ser, y sin duda lo serán, en todos los tiempos venideros.

Las inscripciones en la tablilla mural debajo del busto deben, por supuesto, siempre reclamar consideración por sus referencias a la muerte de Shakespeare, pero su importancia es eclipsada por la conocida inscripción grabada en la losa de piedra que cubre la tumba, ya que la tradición dice que los versos, compuestos por el propio poeta, y escritos, muy probablemente, cuando estaba en su lecho de muerte, dicen [o, más bien, maldicen] lo siguiente:

EL RETRATO JANSEN


Es una circunstancia notable, que no pocos de los retratos de Shakespeare hayan sido ejecutados por otros que no son sus compatriotas. Como su nombre parece implicar, el retrato de Jansen fue obra de un extranjero. Hay otros, también, con distintas semejanzas de Shakespeare aún por considerar que deben su origen en gran medida a la habilidad de devotos admiradores del poeta, que no eran en modo alguno, parientes o connacionales. En el retrato Jansen, llamado así por el nombre del pintor, Cornelius Jansen, es muy posible que tengamos una imagen de Shakespeare que lo muestre tal como debió ser. alrededor de los cuarenta y seis años, y acercándose, si no llegado ya, a la cima de su energía física y gloria intelectual.

EL RETRATO FELTON


Aparte de la cuestión de la autenticidad, es seguro decir que el retrato de Shakespeare conocido bajo el nombre de Felton Head, es uno que probablemente fascinará a la gran mayoría de los admiradores del poeta más que cualquier otro. Sin embargo, hablará por sí mismo en cuanto a esto. Pero por una mirada un tanto severa y triste, si no insatisfecha, que parece rondar los ojos, el retrato se equipara, al menos en su excelencia de idealidad, con cualquier otro ejemplo. Presenta cierta exageración en la altura de la frente, un defecto que ha llevado a algunos expertos a inferir que el retrato de Felton existía incluso antes de la impresión de Droeshout y que, de hecho, sirvió como modelo para el grabador, es, sin duda, un espléndido retrato de Shakespeare, y habla con elocuencia de la alta concepción de los rasgos del poeta que tenía el pintor. Su historia es curiosa, aunque sólo sea por el hecho de que el nombre, Gul Shakespear, y la fecha, 1597, junto con las iniciales, RB, trazadas en el reverso de la imagen, indican el parecido, como creen algunas autoridades, con la obra de Richard Burbage, el actor, que se identifica así por segunda vez con su gran contemporáneo en esta interesante conexión.

Retrato de Richard Burbage. Artista desconocido. Dulwich Picture Gallery, Londres

La máscara de Becker.


En el año 1849 se descubrió en Mayence lo que parecía ser una reliquia genuina, aunque espantosa de Shakespeare, y parecía estar casi a la misma altura en valor e interés que el busto de Stratford. Esta reliquia fue declarada nada menos que la máscara del rostro y facciones del poeta, tomada después de su muerte, en abril de 1616. Como nunca se supo qué sucedió con la máscara después de que Gerard Johnson la manipulara durante la preparación del busto, suponiendo que hubiera estado en sus manos para ese propósito, el hallazgo de una reliquia tan extraordinaria despertó un interés generalizado, no solo en toda Inglaterra. y Europa, sino en América, donde también hubo quienes estaban dispuestos a creer la historia.

La resurrección de la verdadera máscara mortuoria del inmortal autor de Hamlet sugiere naturalmente, como sin duda sugirió en ese momento, una famosa escena en el último acto de esa famosa tragedia. No obstante, su descubrimiento fue saludado con entusiasmo, y lo que pretendía ser una pista indudable de un misterio de más de dos siglos de antigüedad fue retomado de inmediato y seguido con rara persistencia por quienes declaraban que se hallaba en la máscara, la única clave para hallar una solución.

El caballero en cuya posesión se encontraba esta curiosidad, se llamaba Ludwig Becker, quien, escribiendo en 1850, dio un relato tan entretenido de ella como para inducir al Sr. Page, un conocido artista de Nueva York, a visitar Alemania y examinar allí esta famosa reliquia por sí mismo. Después de un prolongado escrutinio de la máscara, el Sr. Page declaró su firme creencia en su autenticidad, y acto seguido hizo de ella un conjunto muy interesante de modelos de las facciones de Shakespeare, que, en ese momento, atrajo gran atención. El Sr. Page también escribió un excelente relato de la historia de la máscara para Scribner’s Magazine de mayo de 1876. La reliquia fue llevada a Londres para su exhibición, donde consiguió muchos admiradores y creyentes dispuestos; en realidad se registra que, algunos quedaron tan afectados ante su vista, que ¡estallaron en lágrimas!

EL RETRATO DE STRATFORD


Al igual que la máscara Becker, el retrato Stratford de Shakespeare, llamado así por haber sido descubierto en esa localidad, en 1860, es un hallazgo bastante moderno. Se desconoce si procedía originalmente de Londres, o de cualquier otro lugar; pero, al igual que la máscara Becker, también fue llevada a la Metrópolis para su exhibición pública. Muchas opiniones se pronunciaron a favor de su autenticidad, mientras que muchas más lo desacreditaron sin vacilar. En el momento de su exhibición se libró una guerra periodística sobre la cuestión con resultados que, en conjunto, fueron desfavorables a las pretensiones del retrato.

EL RETRATO DE DUNFORD


Si este retrato, conocido como Dunford tiene la más mínima semejanza en algún particular con Shakespeare, el individuo que lo observa debe ser excepcionalmente dotado para poder advertirla. Cuando se presentó por primera vez en 1815, el Sr. Dunford, su propietario, aseguró al público que veía en el retrato una similitud con el grabado Droeshout. Cuando fue exhibido, poco después, de su descubrimiento en el año mencionado, se registra que de no más de seis mil [personas] que fueron a verlo, tres mil declararon creer en su originalidad. Incluso una autoridad como Sir Thomas Lawrence votó a su favor. Gradualmente, sin embargo, perdió crédito y ahora solo se recuerda como un ejemplo de ese extraño rasgo en el carácter del público británico, a saber, su fácil credulidad en los asuntos relacionados con Shakespeare.

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CUESTIONES COMPLEMENTARIAS

El cuadro, que, como ya sabemos, ha pertenecido la familia Cobbe durante siglos, estuvo en Irlanda, hasta los años 80, colgado con otros de la gran colección familiar en la residencia de Newbridge House en las afueras de Dublin.También sabemos que llegó a esta familia a través del matrimonio de uno de sus parientes con la bisnieta de Henry Wriothesley, tercer conde de Southampton y único empresario literario del dramaturgo. Pero estaba clasificado como perteneciente a un personaje desconocido.


La inscripción superior es una alusión a la Oda I de Horacio, en su Libro II, que dice: "gravesque principum amicitias et arma".

Oda I: “Pincipium Amicitia”, de Horacio. Retrato de William Shakespeare de la Colección Cobbe

El profesor Wells cree que los otros tres retratos conocidos, similares a este, son simples copias.

Retrato de Cornelis Jassen, Folger Shakespeare Library y Retrato de The Shakespeare Birthplace Trust

Los DOS RETRATOS con más posibilidades de ser AUTÉNTICOS, pues, serían: El Grabado Droeshout y el Busto Gerard Johnson.

Grabado de Shakespeare Martin Droeshout en un First Folio y Busto de William Shakespeare por Gerard Johnson

Hay otros MUCHOS RETRATOS, que son considerados IMAGINARIOS... o no.

Retrato Grafton

Fue pintado por un artista anónimo; la imagen es de 1588, cuando Shakespeare había cumplido los 24 años, cifras ambas que aparecen en una inscripción en la parte superior de la pintura.

Según los expertos que lo examinaron, en esa fecha, Shakespeare era un actor itinerante y acababa de ser padre de mellizos, además de la hija ya nacida cuando tenía 19 años y difícilmente podía permitirse un atuendo tan lujoso como el que lleva en el cuadro.

Sin embargo, Peter Ackroyd, el conocido biógrafo de Shakespeare, califica los análisis de los expertos en arte como altamente dudosos ya que el dramaturgo, a la edad de 24 años, había cosechado ya algunos éxitos con sus obras -lo que sugiere que, probablemente, ya disponía de fondos para hacerse retratar-.

Sanders Portrait. Prop. Priv. (1603).

El [simpático] retrato Sanders, tiene fama de ser una de las pocas imágenes de William Shakespeare realizadas en su vida. Presenta a un hombre de mediana edad, vestido de negro con ornamentación plateada. Tiene una etiqueta en la parte posterior que dice:

Shakespeare/Nacido el 23 de abril =1564/Murió el 23 de abril de 1616/Edad 52 años/Esta representación fue tomada en 1603/Edad en ese momento 39 años.

Esta etiqueta fue transcrita en 1909 por Marion Henry Spielmann, pero hoy, el texto original no es legible.

El retrato de Sanders es uno de los más investigados, y se afirma que representa a William Shakespeare. Lleva el nombre del hombre que poseía (y tal vez lo pintó), John Sanders, cuya familia ha sido propietaria del mismo, durante más de 400 años, incluido un viaje transatlántico a Canadá.

Su autenticidad como una verdadera imagen o semejanza de Shakespeare, sigue siendo cuestionada por los críticos, aunque los partidarios apuntan a pruebas científicas, investigaciones genealógicas y contextos históricos que datan este retrato no solo de la vida de Shakespeare, sino que lo colocan como originalmente pintado y propiedad de una familia que vivía en el mismo vecindario que el escritor y habría tenido conexiones a través de la membresía del gremio con el dramaturgo. La presencia del retrato en Canadá, su presencia actual en la esfera privada y su presupuesto limitado para más investigación y publicidad son factores que influyen en la falta de atención que se muestra al retrato.

En asociación con el propietario actual, Lloyd Sullivan, una investigación reciente del Canadian Adaptations of Shakespeare Project (CASP) en la Universidad de Guelph, ha tratado de devolver el retrato a la mirada pública y establecerlo como la única semejanza verdadera de Shakespeare pintada en su vida.

John Sanders era vecino del Bardo en su etapa londinense. Dada la proximidad geográfica, histórica, artística y bohemia de ambos, el retrato ganó credibilidad y notoriedad, aunque también ha sido contestado por los que dicen que podría ser cualquier otro y que no hay pruebas que justifiquen “tanto barullo por nada”, -aquello que trasladamos como “mucho ruido y pocas nueces”. Cuando la familia Sanders emigró a Canadá, siglos después, llevaron la pintura consigo y hoy se encuentra en Ottawa, Ontario, y sigue siendo de su propiedad.

EL RETRATO COBLITZ

William Shakespeare retratado por Louis Coblitz en 1847

Es un buen ejemplo de los múltiples retratos imaginarios o ideales del famoso dramaturgo que se hicieron en el siglo XIX.


El retrato Ashbourne, que se identificó en el siglo XIX como Shakespeare, pero después ha sido reconocido como Hugh Hamersley

Shakespeare. Retrato Chesterfield.

Una mano muy.... Greco, como la de Giulio Clovio, del Greco, en Capodimonte. -Un gesto Manuel muy expresivo ¿Influencia? El Greco falleció en 1614 y El Bardo, en 1616

El interesante retrato Chesterfield de Shakespeare es solo uno de los muchos ejemplos de representaciones del dramaturgo. Se cree que fue realizado por el pintor holandés Pieter Borsselaer o Zuccaro -cuyo nombre aparece en una inscripción-, pero es conocido por uno de sus propietarios anteriores, el conde de Chesterfield. Fue adquirido por el Trust en 1967. Es quizás la más barroca de todas las pinturas de Shakespeare; su cabeza está claramente inspirada en el Retrato Chandos -ahora en la Galería Nacional de Retratos, NPG, incluido el característico pendiente en su oreja izquierda. Este retrato no pretende haber sido pintado en vida y su estilo es claramente de la segunda mitad del siglo XVII. Una característica notable de este retrato es el gesto que Shakespeare hace con su mano izquierda. Se puede ver como una variación del gesto del logos, también adoptado por la figura de Francis Beaumont - contemporáneo de Shakespeare. 

Beaumont, 1584-1616. Dramaturgo Inglés. Charles Fullwood (act. 1870–1925).

Beaumont y Greco: San Benito. MNP

El gesto del logos, es originario de la antigua Asia occidental, pero se ve en muchas obras de arte de la antigua Grecia y Roma. Hay varias interpretaciones del significado del gesto del logos, pero existe un consenso general de que fue utilizado por los oradores para expresar asombro, o asombro e iluminación, pero tal vez también como una señal de silencio para que las palabras del orador fueran escuchadas. Esto último parece particularmente apropiado en relación con este retrato y la persona que representa.


Volviendo al "retrato Chesterfield" (1660-1670), posiblemente del pintor holandés Pieter Borsseler. Perteneció al Conde de Chesterfield (1694-1773), de ahí su denominación. 

Pero siguen siendo muchos los misterios que rodean la vida de William Shakespeare, y su verdadera identidad. Ni siquiera se tiene certeza de cómo era su rostro en realidad. Los retratos que se conservan no son fiables. El que más credibilidad posee sería el "Chandos", atribuido a John Taylor (1585-1651); aunque su autenticidad está también sin confirmar, durante muchos años ha sido considerado el retrato más verosímil del genial dramaturgo.

Como sería, en realidad, Shakespeare, si fuese auténtico el retrato Chandos.

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La aportación de Stephen Greenblatt, biógrafo de Shakespeare en la Biblioteca Folger Shakespeare en Washington DC. Foto de Juana Arias / The Washington Post / Getty Images.

Por desgracia, cada vez que pensamos que tenemos a Shakespeare en nuestras manos, se nos escapa entre los dedos. Imagínese encontrar la máscara mortuoria del Bardo, solo para que los eruditos la refuten. Durante años, los “truthers” creyeron que los secretos en realidad estaban enterrados con el cuerpo y pidieron una exhumación. Cuando escanearon la tumba con un radar, en realidad encontraron un secreto sorprendente: FALTABA LA CABEZA DEL DRAMATURGO (probablemente tomado por los ladrones de tumbas hace mucho tiempo.

SHAKESPEARE Y THOMAS MORE

Personalmente, -continúa Greenblatt-, el “secreto” teorizado de Shakespeare que encuentro más fascinante es la posibilidad de que fuera secretamente católico (o tuviera, al menos, simpatías católicas) —Algo peligroso durante el tumulto religioso de Inglaterra durante su vida. Si fuera católico, Shakespeare habría evitado plasmar esa creencia en el papel, lo que quizás explique la falta de un diario u otros escritos personales. Pero agregaría una dimensión interesante a su participación en la controvertida obra, Sir Thomas More, La historia del santo católico. ¿Cuál es la naturaleza de ese monólogo que tenemos en la letra de Shakespeare? Shakespeare tiene muchas palabras sobre la difícil situación de los forasteros, específicamente hugonotes refugiados, a causa de la intolerancia religiosa; de uno u otro modo, tan próxima a la actualidad:

Imagina que ves a pobres extranjeros

Con los niños a sus espaldas y su mísero equipaje,

Pateando puertos y costas em busca de transporte,

Mientras tú, como un rey en tu satisfacción

Silencioso en esta lucha

Te acomodas en la altura de tus opiniones


Shakespeare pinta con palabras la imagen de refugiados hugonotes con niños a sus espaldas” y cargando su mísero equipaje, ante la mirada indiferente de los protestantes ingleses.

Analizaríamos aquí, que el probable origen converso de Cervantes, constituiría un problema similar al de un Shakespeare católico, en un reino en el que se imponía el anglicanismo, pero esto requiere una exposición larga y compleja, que, en realidad, hablaría positivamente de la actitud de ambos, pero tampoco nos daría razón de la verosimilitud de sus respectivos retratos.

Para Shakespeare, termina el autor-, la mayor prueba de nuestra humanidad es reconocer la del extranjero más débil: el católico en la Inglaterra anglicana, el hugonote, el judío perseguido, el refugiado lejos de casa. Ese es un secreto que todos deberíamos compartir hoy.


Facsímil de una página de Sir Thomas More, escrita por la denominada “mano D”, que podría ser la de William Shakespeare. También aquí, aparecen hasta seis manos en el mismo texto.

Shakespeare. Autor Desconocido y Grabado de la escultura de Shakespeare a la entrada de la Galería Boydell Shakespeare. La escultura se encuentra ahora en el antiguo jardín de la casa New Place, de Shakespeare, en Stratford.

El conde Henry Wriothesley de Southampton, protector de Shakespeare

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Colofón:

Ninguna nación extranjera ha igualado a Inglaterra en apreciar el mérito de Cervantes. 

Martín FERNÁNDEZ DE NAVARRETE

Citado por DANIEL EISENBERG, de la Cervantes Society of America, “La edición del Quijote de John Bowle”, de 1781.

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