sábado, 26 de marzo de 2022

Catalina de Salazar y Palacios. Esposa de Miguel de Cervantes

Últimos momentos de Miguel de Cervantes. Víctor Manzana y Mejorada. 1856. MNP (En depósito en otra institución.)

“Pintado por Manzano a sus 27 años, y presentado a la Exposición Nacional de 1858, el cuadro representa uno de los episodios más rememorados de la vida de Cervantes, cuando "Después de recibir la Extremaunción escribe al Conde de Lemos la dedicatoria de su novela Persiles y Sigismunda", como se aclara en el catálogo de dicha exposición. En efecto, tras haber concluido su última novela Trabajos de Persiles y Sigismunda el 2 de abril de 1616, el ilustre escritor cayó enfermo de hidropesía y, tras un breve viaje a Esquivias aprovechando una transitoria mejoría, quedó definitivamente postrado en cama en su casa de Madrid, desde donde expresó su deseo de besar la mano de quien había sido durante mucho tiempo su protector. 


De regreso a la Corte tras haber sido relevado de su cargo de gobernador de Nápoles, el Conde de Lemos desatendió la petición del ya moribundo Cervantes, quien el 19 de abril escribió al noble una dedicatoria de su última obra, en forma de carta. Tras haber redactado también en esos días su testamento, en el que encargaba dos misas en sufragio de su alma, el autor del Quijote moría el 23 de abril de 1616."

(El mundo literario en la pintura del siglo XIX del Museo del Prado, Madrid, Centro Nacional de Exposiciones y Promoción Artística, 1994, p.130-131, nº4).

Cervantes, en sus últimos días, escribe la dedicatoria del Quijote al conde de Lemos. 1883. Óleo sobre lienzo, 300 x 450 cm. No expuesto

“Representa los últimos momentos del escritor Miguel de Cervantes (1547-1616), cuando ya postrado y asistido por su confesor, Francisco García, y su esposa, Catalina Palacios, dedica su última obra, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, a su protector, el conde de Lemos.

El cuadro participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1884 (núm. 525), en la que obtuvo la segunda medalla. En el catálogo de la muestra se describía con el siguiente texto: "Puesto ya un pie en el estribo y en las ansias de la muerte, etc.".

(Díez, José Luis (dir.), Pintura del Siglo XIX en el Museo del Prado: catálogo general, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2015, p.446).

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No deja de ser curioso un cierto paralelo -que no parece casual-, entre los testamentos de Catalina de Salazar con respecto a Cervantes, y el de Shakespeare, con respecto a su esposa Anne Hathaway. 

En 1610, Catalina Salazar, dejaba a Cervantes: “la cama en que yo muriere, con la ropa que tuviere”. Mientras que, Shakespeare lega a su esposa, en 1616, “su segunda mejor cama”. 

Al contrario de lo que podría parecer, la cama a que se refiere el Bardo, sería la del matrimonio, puesto que, de acuerdo con la costumbre, la “primera”, se reservaba a los invitados. En resumen, ambos legan la cama a los respectivos cónyuges, lo que no deja de ser curioso si consideramos la distancia, en muchos sentidos, entre Esquivias -Toledo-, y Stratford-upon-Avon. ¿O, quizá no era tanta?

Casa de Shakespeare y Casa de Salazar Palacios

Testamento de Catalina de Palacios y Salazar, mujer de Miguel de Cervantes: “la cama en que yo muriere, con la ropa que tuviere”.

Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Comunidad de Madrid: AHPM, TOMO 1459, fols. 36r-38v (1ª foliación). Protocolo del Escribano Baltasar de Ugena. Escribano del Rey. Catalina de Salazar murió en Madrid en 1620, y fue enterrada en el mismo convento que su marido. Diez años antes había estipulado en su testamento su deseo de ser enterrada en Esquivias, junto a su padre. Tampoco se olvida de Miguel de Cervantes, a quien le deja su cama y "demás bienes muebles que yo tuviere [ ... ]. Esto sin que se le pida cuenta al dicho mi marido por el mucho amor y buena compañía que ambos hemos tenido" (fol. 38r).

Shakespeare’s will as seen by the human eye (470nm spectrum) – all text is visible on all three pages (Crown Copyright The National Archives, Image created by the British Library Board).

La Tercera Página del testamento de W. Shakespeare

Existen numerosos documentos relacionados con Catalina de Salazar, pero, en realidad es muy poco lo que nos aclaran acerca de su personalidad, su carácter, sus actitudes, etc., al igual que ocurre con tantos asuntos relativos a Cervantes.

Nacida (bautizada) en Esquivias, Toledo, el 12.11.1565,  falleció en Madrid, el 30.10.1626.

Catalina contaba entre sus antecesores algunos conocidos servidores de monarcas y prelados, y, de hecho, incluso tenían escudo de armas.

Escudo de Salazar y Vozmediano.

Andando el tiempo, Hernando de Salazar Vozmediano y Catalina de Palacios y Salazar tuvieron cinco hijos, de los cuales, Catalina fue la segunda. Sus hermanos fueron, Nicolás, Gonzalo, Francisco y Fernando.

Catalina fue bautizada en la Iglesia Parroquial Santa María, del Lugar de Esquivias.

Registro de bautismo de Catalina de Salazar y Palacios. Al margen: Catalina.

 “En xii de noviembre de myl y quinientos y Sesenta y cinco años el Reverendo Señor Pedro de Huete cura teniente del dicho lugar batizo una hija del Señor Hernando de Salazar Vozmediano y de la Señora Catalina de Palacios Su muger cuyo nombre fue Catalina y el Señor Cura pregunto a los que la traían a bautizar que a quyen Señalavan Por conpadres que la saquen de pila los quales Respondieron Que al Reverendo Señor Juan de Palacios el Qual la tuvo de Pila otrosi el encargo el parentesco espiritual conforme al Santo concilio tridentino siendo testigos Pedro de Gamboa e Alonso palomo e Baltasar Ximenez Vezinos del dicho Lugar de Esquivias. Pedro de Huete"

El 6 de febrero de 1584, falleció su padre, Hernando de Salazar y Vozmediano, dejando la hacienda familiar sumida en múltiples deudas.  Catalina tenía entonces 18 años.

A finales de aquel mismo año, 1584, fallecía en Madrid Pedro Laínez, esposo de Juana Gaytan, escritor e íntimo amigo de Cervantes. La viuda se fue a vivir Esquvias, con unos tíos, y allí volvió a casarse, dos meses después, con Diego de Hondaro. Fue a través de Juana Gaytán, como Cervantes conoció a Catalina Salazar.

A mediados de septiembre de 1584, Catalina, soltera, de 18 años de edad, conoció a Miguel de Cervantes cuando este acudió a la casa de Juana Gaitán, con la intención de recoger un poemario, "el Cancionero", del que era autor su difunto amigo, y encargarse de su publicación, como le propuso Juana Gaitán, a cuyo efecto, firmó un poder, fechado en 22 de septiembre de dicho año, sábado, en presencia del Procurador Ortega Rosa, llegado de Madrid expresamente para este acto. Hay que decir, que el citado Cancionero no se publicó hasta 1951, por J. de Entrambasaguas.


Pero, fue entonces, sin duda, cuando Juana Gaitán presentó a Catalina, al futuro autor de Don Quijote, y fue esta la razón por la que tres meses después, Cervantes y Catalina se casaron, en la Parroquia de Santa María de la Asunción del Lugar de Esquivias, aunque no se celebraron sus velaciones, de conformidad con lo ordenado en el Concilio de Trento, según se demuestra posteriormente.

Desposorios de Cervantes y Catalina. 

Al margen: Miguel de Servantes con Cathalina Palacios: "En 12 de diciembre (1584) El Reverendo Señor Juan de Palacios tiniente desposó a los señores Miguel de Zerbantes vezino de Madrid y doña Catalina de Palacios vezina desquivias testigos Rodrigo Mexia Diego Escribano y Francisco Marcos. El Doctor Escrivano."

En las Actas de boda halladas en los archivos parroquiales del Lugar de Esquivias, no figuran familiares de los contrayentes, pues solían firmar testigos de la parroquia, para dar fe de la ceremonia, de acuerdo con la normativa de Trento (1545/1563).

El matrimonio se alojó en principio, en la casa de la familia de Catalina, donde aún vivía su madre. Un año después; el día 2 de diciembre de 1585, Cervantes ya estaba en Sevilla, como se constata por un documento firmado por él, por el que declara haber recibido 204.000 maravedís, prestados por Gómez Carrión, con la condición de devolverlos en el plazo de seis meses.

Un dato curioso e interesante, por razones no estrictamente literarias, sino artísticas, como veremos, es que el día 26 de diciembre de 1585, se casaron, en Esquivias, Gonzalo de Guzmán y Salazar, hijo de una prima de Catalina, con Elvira Dávalos y Toledo, sobrina del cura de Santo Tomé de Toledo, don Andrés Núñez de Madrid, quien poco después encargaría al Greco, la ejecución de la famosísima obra: el Entierro del Conde de Orgaz -pintado entre 1586 y 1588-, una “coincidencia” que nos haría pensar en ciertas posibilidades que relacionarían al escritor con el pintor, ya que, tanto Cervantes, como Andrés Núñez de Madrid, coincidieron en el evento.

El 16 de enero de 1586, se celebraron finalmente, las Velaciones de Cervantes y Catalina, en la iglesia de San Martín de Madrid, de la que Cervantes había sido parroquiano.

29 de marzo de 1586: Catalina de Palacios, madre de Catalina de Salazar, vende un majuelo (viñedo de cepa) para ayudar a Cervantes a liquidar la deuda que había contraído en 2.12.1585.

Unos meses después, el 9 de agosto de 1686 se formalizaba la Carta Dotal entre Miguel y Catalina, según la cual, el escritor aportaba los 100 ducados que había prometido. Un documento, nos hace saber que la madre de Catalina, otorgó un amplio poder en favor de Miguel de Cervantes, su yerno, para que pudiera decidir y llevar a cabo, cuantos negocios precisara en nombre de la familia de Salazar y Palacios, sobre las propiedades de la misma.

Firmas de Cervantes y Catalina en la Carta Dotal

Primera separación prolongada de Miguel y Catalina y posible inspiración para un personaje cervantino.

El 23 de abril de 1587, pernoctó en el Lugar de Esquivias la comitiva Real que llevaba las reliquias de Santa Leocadia, enviadas desde la ciudad belga de Saint Ghislain, a Toledo. 

Entierro de Santa Leocadia, de Cecilio Pla, presentado a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887. Museo del Prado.

Leocadia, nacida en Toledo, había recibido el martirio en esta ciudad, durante las persecuciones del emperador Diocleciano, a principios del siglo IV. En el lugar donde estuvo su casa natal se erige hoy la iglesia que lleva su nombre, pero sus restos tuvieron una vida azarosa. Se pierde su pista con la invasión musulmana para reaparecer en Oviedo a principios del siglo IX. Trescientos años después, fueron llevadas a Cambrai (Bélgica), de donde salieron en 1587 -momento en que nos hallamos-, para ser depositadas, definitivamente, en la Catedral de Toledo.

El Rey, que había pasado la Semana Santa en El Escorial, volvió a Madrid con el Príncipe para llevar a su hermana la emperatriz María y a su hija la infanta Isabel Clara Eugenia a ver y autorizar la entrada de Santa Leocadia en Toledo. El primer día de jornada se alojaron en Móstoles, después tuvieron novena en Illescas el 24 de Abril, víspera de San Marcos, y en la fecha inmediata continuaron el viaje y llegaron a la Ciudad Imperial. Astrana Marín.

Miguel pudo conversar con muchas personas, amigos o conocidos, unos de la Corte, otros de Sevilla u otras partes. Supo entonces que Felipe II decidía acometer su proyecto, madurado ya por el marqués de Santa Cruz, de invadir Inglaterra. Había nombrado por proveedor general para abastecer a la flota al consejero de Hacienda Antonio de Guevara, quien debía tener su centro y residencia en Sevilla. [...] La necesidad de acopiar enormes cantidades de víveres para la escuadra, promovió un vasto movimiento de personal. Guevara no pudo trasladarse tan pronto como quisiera a la ciudad del Betis, y delegó en el alcalde de la Audiencia de los Grados, licenciado Diego de Valdivia. Miguel vio posibilidad de colocarse en comisiones para servir aquellos abastecimientos, o porque conociera a Guevara, que habría ido con la Corte a Toledo, o porque tuviese en Sevilla personas de influjo, como Tomás Gutiérrez, con Diego de Valdivia, nombre que inmortalizó luego en El Licenciado Vidriera, y a Sevilla dispuso de repente su viaje.

Como no le daba tiempo a ir a Esquivias a despedirse de su esposa y volver, y como la ausencia había de ser larga, el día 28, acompañado del sobrino de aquélla, Gaspar de Guzmán, que le sirvió de testigo, extendía en Toledo, ante el escribano Ambrosio Mejía, amplísimo poder a doña Catalina de Salazar y Palacios en los términos siguientes:

Carta de poder de Cervantes a su esposa. (II de III.)

Sepan quantos esta carta de poder vieren, como yo, Miguel de Çervantes Saabedra, vecino del lugar desquivias, jurisdicion desta çibdad de Toledo, otorgo e conozco que doy e otorgo mi poder cunplido, bastante, segun que le tengo y de derecho se rrequiere y mas puede y debe valer y liçencia e facultad bastante en forma, a vos doña Catalina de Salazar y de Palaçios, mi muger, que estais avsente, especialmente para que por mi y en mi nonbre y en el vuestro podais demandar, rreçibir, aver e cobrar todos e qualesquier maravedis, pan, trigo y çevada y otras qualesquier cosas que a mi o a vos son e fueren devidas e perteneçientes por qualquier persona o personas vecinos de qualesquier partes, ansi por obligaçiones, çedulas, conoçimientos e quentas de libro, o sin ellas, como en otra qualquier manera, e de lo que rreçibieredes e cobraredes podais dar e otorgar vuestras cartas de pago y finiquito y lasto, que valan como si yo las diese e otorgase siendo presente; y para que podais vender e vendais qualesquier vuestros bienes e mios, ansi muebles como rrayzes a las personas e por los preçios que quisieredes, etc. etc. etc.

Firma de Cervantes en el poder a su esposa. Toledo, 28 de Abril de 1587.

A partir de estas fechas, Cervantes se halla normalmente de viaje por Andalucía Entre tanto, Catalina hacía lo que llamaríamos vida social, asistiendo a bautizos, desposorios, etc.

A mediados de junio de 1587, fallece Aldonza de Cárdenas, de 16 años, hija de Isabel de Cárdenas, prima de Catalina. Aldonza se halla muy unida a Juana Lorenzo. 

Parece evidente que ya tenemos aquí, cierta inspiración, al menos del nombre, que daría origen a un conocido personaje cervantino -o quijotesco-, ALDONZA LORENZO.

Catalina asiste y colabora en ceremonias religiosas, siempre haciendo constar que es la esposa de Miguel de Cervantes.

El 30 de abril de 1588, falleció doña Catalina de Palacios y Salazar, su madre, a la edad de 45 años, siendo enterrada el domingo uno de mayo en la iglesia parroquial del Lugar de Esquivias, aunque, por la situación caótica que sufría esta familia, no pudieron pagarse los legados que dejó mandados en sus últimas voluntades. 

Miguel de Cervantes llegó a Esquivias a mediados del mes de junio, permaneciendo en el Lugar más tiempo de lo habitual desde que fuera nombrado Comisario General de Abastos.

Mientras tanto, las visitas que hace Miguel de Cervantes a la Corte, son cada vez más espaciadas en el tiempo. Cuando estas se producen, al hallarse Esquivias en el Camino Real de Madrid a Toledo, Cervantes permanece allí dos o tres días, tanto a la ida como al regreso, partiendo de nuevo a Andalucía.

El 31 de julio de 1590, Cervantes otorga un nuevo poder en favor de su esposa Catalina, y también de su hermana Magdalena de Cervantes, en el que las hace constar como "vezinas de Madrid". Con este poder, Cervantes se asegura de que no falten recursos para estas familias, en su ausencia, al conceder a su esposa y hermana suficiente capacidad de obrar. Cabe también pensar que Catalina se hallaba viviendo en esas fechas en Madrid, en la vivienda de Magdalena de Cervantes.

Leonor de Cortinas, madre de Cervantes, se hallaba enferma, a primeros de octubre de 1593 Miguel va a Esquivias, y de allí parten él y Catalina a Madrid. El 18 de octubre de dicho año fallece Leonor de Cortinas, siendo enterrada al día siguiente en la iglesia de San Martín de Madrid, de la que era parroquiana. 

Pasados unos días, Cervantes vuelve Sevilla para continuar con su trabajo de Recaudador de Impuestos para la Casa Real, no sin antes manifestar a su esposa su deseo de dejar dicha ocupación en el menor tiempo posible.

Las criadas que tuvo Catalina de Salazar y Palacios, representaron un gran apoyo moral para ella, dadas las prolongadas ausencias de su esposo: María, Isabel y Lucía hicieron más llevadera la vida. 

Uno de los hechos luctuosos que más afectó a Catalina por entonces, fue la muerte de su tío, el cura, Juan de Palacios, "En cinco días del mes de maio de 1595 años fallescio Juan de Palacios clérigo presvitero. Vezino deste lugar de esquivias..."

Días después llegó Cervantes a Esquivias, para asistir a la ceremonia por la que Francisco de Salazar, su cuñado, iba a tomar los hábitos sacerdotales.

A partir de esta fecha, Cervantes permanecería más tiempo en el Lugar de Esquivias, pues ya había dejado su trabajo de Comisario General de Abastos y de Recaudador de Impuestos para la Casa Real, no obstante verse obligado todavía a aclarar las cuentas de lo recaudado, y entregado al mercader Simón Freire de Lima, para que este lo hiciera llegar a la Casa de su Majestad.

Cervantes vuelve a viajar a Sevilla, para aclarar al juez que llevaba el caso la liquidación de los ingresos que hizo en el año 1592, razón por la que no asistió al entierro de Alonso de Salazar y de Guzmán, hijo de Isabel de Cárdenas, prima de Catalina, el 13 de febrero de 1596. 

1597, agosto, hasta el 28 de abril de 1598

Se ordena a Cervantes rendir cuentas de la comisión de 1594 y es enviado a prisión durante siete meses en la Cárcel Real de Sevilla; donde escribiría el Quijote como novela corta. Cuando sale de prisión; la resolución de su asunto, resulta todavía muy incierta.

El 12 de mayo de 1598 fallece Ana Franca, la madre de Isabel Saavedra, tenida por hija de Cervantes y no de su esposo; un asunto, quizás, del que también hay todavía mucho que aclarar.

A finales de febrero de 1599, abandonando la cárcel de Sevilla, Cervantes llega a Esquivias. A partir de esta fecha, él y Catalina permanecerían juntos, salvo los viajes puntuales que realizara Miguel para resolver asuntos personales sobre el litigio que le llevó a ingresar en la cárcel de Sevilla, y otros relativos a las obras teatrales que tenía publicadas.

Así, Cervantes retoma en Esquivias la redacción del Quijote, que "engendró" en la cárcel de Sevilla "donde toda incomodidad tiene su asiento y todo triste ruido hace su habitación". En el sosiego que representa su estancia en el Lugar, expresa en sus papeles los detalles de una novela basada en los antiguos caballeros andantes, dándole un importante giro al incorporar al personaje de un escudero, así como del empleo de otro lenguaje, dejando de lado el rancio castellano "que nos tiene anquilosados en el tiempo". [No sé de dónde procede esta cita.]

A mediados del mes de julio de 1600, llega la noticia de que Rodrigo de Cervantes, hermano de Miguel, había sido herido por un arcabuzazo que recibió en la Batalla de las Dunas, en Flandes, donde se hallaba prestando sus servicios en la milicia, pero lo único que pueden hacer en la familia de Cervantes, es esperar las noticias que pudieran llegar sobre su estado de salud. [Se sabe que, posteriormente, sabido ya su fallecimiento, su hermana reclamó sus pagas atrasadas, que, al parecer, jamás llegaron.]

Fernando de Salazar y Palacios

El 19 de agosto de 1600, el hermano pequeño de Catalina, Fernando de Salazar y Palacios, toma el hábito de la Orden de los Franciscanos en el Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo, bajo el nombre de fray Antonio de Salazar, con la asistencia de Cervantes y de toda la familia de Catalina en dicho Acto.

Fernando, al entrar en la Orden Franciscana, renunció a su herencia, disponiendo que esta fuera repartida entre sus hermanos Catalina y Francisco "por iguales partes, tanto al uno como al otro", y también manda: "...que no se pida cuenta a doña Catalina de Salazar y a Miguel de Zerbantes, su marido, de la administración que han tenido de los bienes de mis legitima materna y paterna del tiempo que la han tenido de lo que toca a los frutos della, porque se lo perdonó.../... y para cumplir y pagar y ejecutar este mi testamento y lo en el contenido, dejó y nombro por mis albaceas y testamentarios y ejecutores del, a los dichos Miguel de Zerbantes y Francisco de Palacios y a cada uno y cualquiera dellos por si in solidum, especialmente que por mi y en mi nombre y como yo mesmo, representando mi propia persona, luego como hiciere profesión en el dicho monasterio, se puedan entrar y apoderar, y entren y apoderen en todos y de todos mis bienes, y vendan y rematen dellos los que fueren necesarios en publica almoneda o fuera della, y recibir los maravedis por que los vendieron..."

En el otoño de 1600, llega la noticia de que, el 2 de julio pasado de 1600, había fallecido Rodrigo de Cervantes, como consecuencia de las heridas recibidas en Flandes.

Catalina de Salazar, el 27 de enero de 1602, asiste al bautizo de María, hija de Bartolomé de Uxena y Ana de la Peña, siendo los padrinos, Miguel de Cervantes y Juana Gaytán:

Bautismo de María. Padrinos Cervantes y J. Gaytan.

Al margen: María. “En el Lugar de Esquivias a veynte y siete días del mes de enero año de mill y seiscientos y dos años el Doctor Alonso de la Peña cura de la Yglesia del dicho lugar babtizó a María hija de Bartolome de Uxena y ana de la Peña su muger fueron compadres Miguel de Cervantes y doña Juana Gaitan encargoseles el parentesco espiritual testigos Antonio de Vivar Salazar y Juan de Salçedo vecinos del dicho lugar y lo firme. El Doctor Peña.

No obstante, Catalina sigue teniendo una actividad acorde con su condición, actuando como madrina de diversos bautizos, en cuyos registros aparece siempre como Catª, o, simplemente, Cata.

Bautismo de Juan Martín. Madrina Catalina [Catª] y Cervantes. 10.2.1601

Bautismo de Ana. Madrina Catalina [cata]. 12.9.1601

La Corte se traslada a Valladolid

A finales del verano de 1604, Cervantes y Catalina se trasladan a Valladolid. La Corte de su Majestad, el 10 de enero de 1601, se había asentado a esta ciudad, quedando la vida de Madrid ciertamente apagada, por lo que, a finales del verano de 1603, las hermanas de Miguel de Cervantes, Magdalena y Andrea, junto con la hija de esta, Constanza, y una criada de Magdalena, de nombre Isabel, se habían trasladado a la ciudad del Pisuerga, manteniendo el contacto con la Corte, motivado por el oficio de costureras de las hermanas de Cervantes. Todas estas personas, además de Juana Gaytan, Diego de Ondaro, Luisa de Montoya -viuda del cronista Garibay-, junto con sus hijos mozos, Luis Esteban y Luisa, se hospedaron en una vivienda de 2/3 plantas, en cuyo bajo había una taberna, en la calle Rastro de los Carneros, a orillas del río Esgueva, afluente del río Pisuerga.

Isabel de Saavedra

Antes de trasladarse a Valladolid, Cervantes reconoce a Catalina que la criada de Magdalena, de nombre Isabel, bautizada el 9 de abril de 1584, es hija suya, de unos amores que tuvo con Ana de Villafranca, o Ana Franca, casada con Alonso Rodríguez, y que regentaron una taberna en la calle de Tudescos de Madrid. Le dijo también que, con objeto de no tener que hacer una curadoría de la ascendencia de esta niña, se formalizó un contrato entre Magdalena de Cervantes y la citada Isabel, a la edad de 15 años, cuando quedó huérfana, a la cual Miguel otorgó el apellido de Saavedra. En el citado contrato, consta: "...de fecha once de Agosto de 1599, por tiempo de dos años, por veynte ducados en el dicho tiempo durante el cual servirá a doña Magdalena de todo lo que mandare dentro de la casa e le acompañara a servirla bien e fielmente, y la dicha doña Magdalena le ha de enseñar a hazer labor y a coser, e darla de comer y beber, e cama e camisa lavada, e hazella bien tratamiento, y obligo a la dicha su menor a que no se irá ni ausentará de su casa y servicio, y si se fuere o ausentare lo haga de servir en adelante el tiempo que faltare..."

Hasta esta misma fecha, Isabel de Saavedra igualmente desconocía la paternidad de Miguel de Cervantes, por lo que el ambiente familiar no fue todo lo placentero que cada uno pretendiera. No obstante, Catalina, merced a la educación recibida, asumiría el conocimiento de la hija de su esposo, no poniendo trabas a su relación, sabiendo, como ella sabía: "que las manchas del pasado se limpian con el paso del tiempo". 

Don Quixote de la Mancha. I Parte

Cervantes había terminado la primera parte de Don Quijote y estaba a la espera de obtener de la Casa Real la licencia para imprimir por si o por otros el libro titulado "El Ingenioso Hidalgo de la Mancha", que fue por fin aprobado a mediados del mes de diciembre de 1604.

Varios son los acontecimientos que se suceden en el año de 1605 en el entorno de Miguel y Catalina:

-A finales del mes de enero sale de la imprenta de Juan de la Cuesta, de Madrid, para ser vendido en las librerías de Francisco de Robles, Don Quijote de la Mancha, con un éxito impredecible. La familia de Cervantes son el centro de atención del mundo cultural de la época.

-A finales del mes de marzo, fallece Diego de Ondaro, quedando Juana Gaytán viuda de nuevo.

-El 8 de abril, nace el infante Felipe, que reinaría como Felipe IV, con el repique de campanas de todas las iglesias de la ciudad, durante toda la noche.

-Procedentes de Inglaterra, se esperaba llegaran a Valladolid una comitiva compuesta de unas 700 personas, entre los que podría hallarse William Shakespeare, para firmar, con la Casa Real de España, los acuerdos de paz, tras las batallas habidas entre ambos países.

-Cervantes está terminando la novela "El coloquio de los perros", basada en una conversación entre los perros -Cipión y Berganza- que se hallan esculpidos en la fachada del Hospital de la Resurrección, de Valladolid, muy próximo a la vivienda ocupada por Cervantes y su familia.

-El 15 de mayo, Catalina recibe una nota de su hermano Francisco, donde le comunica que se halla postrado en cama con unas fiebres, por lo que, Catalina, acompañada por una criada, se traslada al Lugar de Esquivias. De esa forma se alejaba, momentáneamente, del enrarecido ambiente en el que se había convertido la convivencia, recayendo sospechas sobre todas las mujeres que en el mismo edificio vivían.

-El veintinueve de mayo, se celebró el bautizo del Príncipe, con grandes fiestas en su honor, haciendo representaciones por la calle con los personajes principales de la obra de Cervantes: Don Quijote, Sancho Panza y Rocinante. 

-El veintisiete de junio, ante la vivienda ocupada por Cervantes en Valladolid, en el puentecillo del río Esgueva, es herido de muerte Gaspar de Ezpeleta, siendo este atendido por Cervantes y las mujeres de la casa. El alcalde Villaroel, influido por la calidad social del agresor y por la insidiosa declaración de otros vecinos, ordenó que Cervantes y sus mujeres, pasaran a disposición judicial, permaneciendo toda la noche en prisión. Tras la declaración -y todas las evidencias en contra-, fueron puestos en libertad.

Una vez que Francisco de Salazar y Palacios se halla repuesto de sus dolencias, el 7 de junio de dicho año de 1605, Catalina volvía a Valladolid. 

La Corte vuelve a Madrid, y pasados unos días, Cervantes y su familia hacen lo mismo.

Isabel de Saavedra, inesperadamente, se desposa con Diego Sanz del Águila, persona de la cual no hay referencias.

A mediados de noviembre de 1606, Cervantes y Catalina llegan a Esquivias, donde Miguel vuelve a escribir.

A finales de 1607, Isabel de Saavedra da a luz una niña, que es bautizada con el nombre de Isabel, convirtiendo a Cervantes en abuelo; pero, -Isabel mantiene una relación extramatrimonial con Juan de Urbina, casado, secretario de los Duques de Saboya-.

Unos meses después fallece Diego Sanz del Águila, por lo que, Cervantes concierta el matrimonio de Isabel con Luis de Molina, a cambio de una sustanciosa cantidad de dinero, previo a lo cual firmaron un documento que comprometía a ambas partes a cumplirlo. En las velaciones de dicho matrimonio, actuaron Cervantes y Catalina: "En el dicho dia (01-III-1609), por decreto de su Señoría Ilustrísima, el Sr. Cardenal de Toledo, vele a Luis de Molina con doña Isabel de Saavedra. Padrinos Miguel de Cervantes y doña Catalina de Salazar, etc."

8 de junio de 1609, Catalina recibe el hábito de la Orden Tercera de San Francisco, no claustral. [Tiene ahora 44 años y Cervantes, 61].

9 de octubre de 1609, fallece Andrea de Cervantes, hermana de Miguel, de forma repentina, siendo enterrada en la parroquia de San Sebastián, de Madrid. Queda su hija Constanza al cargo y custodia de Miguel de Cervantes y Catalina de Salazar.

En la primavera de 1610, fallece también la nieta de Cervantes, Isabel Sanz Saavedra, cumplidos los dos años.

Probablemente impresionada por aquellos fallecimientos, el 16 de junio de 1610, Catalina redacta el que sería su primer testamento:

"Item mando a María de Uxena, mi criada [...], de Esquivias, todos los vestidos de seda y otros cualesquiera y el manto que tuviere y camisas el día que yo muera, y esto la mando por el mucho amor que la tengo por el tiempo que me sirvió siendo niña, y ruegue a Dios por mi alma.../

Item mando que quando Dios sea servido de me llevar desta presente vida, mi cuerpo sea llevado al Lugar de Esquivias, [...] y me entierren en la sepoltura de Fernando de Salaçar Bozmediano, mi padre, que está en el coro de la iglesia del dicho lugar junto a la grada del altar mayor de la dicha iglesia, que está con su losa… 

Item mando al dicho Miguel de Zerbantes, mi marido, la cama en que yo muriere, con la ropa que tuviere, con más todos los demás bienes muebles que yo tuviere, eçebto lo que mando al dicho mi hermano, esto sin que se le pida quenta al dicho mi marido, por el mucho amor y buena compañía que ambos hemos tenido…/ 

Item mando al dicho mi marido una tierra de una aranzada, que llaman el Herrador, por sus días, y después venga al dicho mi hermano Francisco de Palaçios, y después de sus días la goze la dicha iglesia [...]. Y en caso que dicha iglesia no quiera açebtar lo susodicho, que es majuelo o tierra, es mi voluntad de mandárselo al hospital de pobres del dicho lugar con la dicha carga, y se ponga en la dicha tabla con la otra cláusula”.

Resulta evidente por lo leído [añade aquí el autor de la Cronología] en este testamento, que Catalina tiene muy en cuenta que Cervantes no reciba algo que después pueda transmitir a su hija Isabel de Saavedra. 

Por otro lado, Catalina manda ser enterrada en la iglesia de Santa María del Lugar de Esquivias, en sepultura de sus padres. Evidentemente Catalina no tenía otra referencia más próxima para poder decidir donde ser enterrada. Miguel aún vivía y no era cuestión de averiguar donde querría que se le enterrara al fin de sus días. Bien es cierto que en abril del pasado año de 1609 Cervantes también había entrado en la Orden de San Francisco, igual que Catalina y Andrea, dos meses después. Por último, el hecho de ser la primera citada, María de Uxena, parece mostrar, que la sentía más próxima que a otras/as familiares políticos. 

Cervantes y Catalina se mudaron de casa varias veces en esos años, hallándose Miguel cada vez más próximo a sus contertulios de la Imitatoria de Madrid -adonde también algunas veces le acompañaba Catalina-, así llamada, por cierto, porque se creó en Madrid, a imitación de las de Italia.

El 28 de enero de 1611, fallecía en Madrid Magdalena de Cervantes a la edad de 67 años. A partir de esta fecha, al no tener ningún vínculo que les obligara a permanecer en Madrid, Cervantes y Catalina, en compañía de Constanza que ya no se separaría de ellos, trasladan su residencia a Esquivias, donde sigue viviendo Juana Gaytan, desde 1605, cuando volvió de Valladolid.

En su estancia en el Lugar de Esquivias, Cervantes asistía a la tertulia del Mesón de la Plaza, que en esas fechas regentaba Simón Hernández, padre de Juan y de Susana, de tan grato recuerdo para Cervantes y Catalina. En dicho Mesón, conoce a Pedro Alonso (del Quijote), que hacía labores de gañán en la hacienda de Catalina; El Vizcaíno, que seguía regentando la Posada; el morisco Ricote (del Quijote); Sancho, hijo de don Hernando de Gaona y de doña Luisa de Godoy y Quixada, y otros vecinos del Lugar, con quien Cervantes charlaba. 

Y cuando Miguel volvía a casa, escribía.

A finales de enero de 1612, la familia Cervantes vuelve a Madrid, a la calle de las Huertas, donde Cervantes entra en contacto con las academias de moda y con los círculos literarios y cortesanos de la Corte.

En agosto de 1613, salen de la imprenta las Novelas Ejemplares y después, El Viaje del Parnaso, que al fin se atrevió a realizar Cervantes, en verso.

Cervantes, al parecer, tenía relativamente avanzada la Segunda Parte del Quijote, cuando salió la edición apócrifa del Quixote de Avellaneda. A partir de esta fecha, retoma -y probablemente, altera, dadas las circunstancias-, su Segunda Parte, aunque por entonces, estaba dedicado a la redacción del Persíles.

Así, en agosto de 1614, Cervantes entrega al impresor Juan de la Cuesta, la Segunda Parte de Don Quixote, iniciando los trámites de solicitud de las aprobaciones y tasas pertinentes. En esta edición, Cervantes escribe una frase, que pone en boca de Don Quixote, para ensalzar a Dulcinea, que algunos investigadores mantienen que se refería a su esposa Catalina de Salazar:

“puesto que la contemplo como conviene que sea una dama que contenga en si las partes que puedan hacerla famosa en todas las del mundo, como son: hermosa sin tacha, grave sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por bien nacida...”.

Después cae enfermo y, a primeros de marzo de 1616, él y Catalina vuelven a Esquivias. 

Prólogo del Persiles

Su salud no mejora; la sed que padece no puede ser saciada: "Esa enfermedad es de hidropesía, que no la sanará toda el agua del mar Océano que dulcemente se bibiere..." Así pues, a mediados del mes de abril de 1616 emprenden regreso a Madrid, dejando constancia de ello en el Prólogo del Persiles y Sigismunda

"Sucedió, pues, lector amantísimo, que viniendo otros dos amigos y yo del famoso Lugar de Esquivias, por mil causas famoso, una por sus ilustres linajes y otra por sus ilustrísimos vinos..." [de donde Astrana Marín deduce que tenían más lustre los vinos que los linajes]. 

Ya en Madrid, a primera hora del 18 de abril, Catalina acude a la parroquia de San Francisco, a requerimiento de Miguel, consciente de que llegaba su hora, para que le fuera administrada la Extremaunción, en plenitud de sus facultades mentales.

Al día siguiente, 19 de abril de 1616, con ayuda de Catalina, Cervantes redacta la dedicatoria al Conde de Lemos de "Los Trabajos de Persiles y Sigismunda. Historia Setentrional".


Y el 22 de abril de 1616, fallece Miguel de Cervantes. 

Es enterrado el día 23, hallándose junto a él, su esposa, Catalina de Salazar y Palacios, Isabel de Saavedra, su hija, Francisco de Salazar, Fernando de Salazar, Constanza, Juana Gaytán y Luis de Molina, así como sus contertulios de la Imitaroria de Madrid.

Han pasado 31 años de aquel 12 de diciembre de 1584, en que se desposaron Cervantes y Catalina en la iglesia de Santa María del Lugar de Esquivias. 

Pasados unos días, Catalina, en compañía de su hermano Francisco, gestiona con el librero la publicación de la obra póstuma de Cervantes: Los trabajos de Persiles y Sigismunda, permaneciendo Francisco al lado de su hermana hasta finales del mes de julio de dicho año, en que regresó al Lugar de Esquivias.

Catalina no volvió nunca más a Esquivias, por lo que, Francisco, que se desenvolvía muy bien en esos cometidos, se trasladaba con frecuencia a Madrid, para gestionar todo lo concerniente a las publicaciones de Miguel de Cervantes. 

El 21 de septiembre de 1624 fallece y es enterrada Constanza de Ovando -que se hallaba al cargo y custodia de Catalina-, hija de Andrea de Cervantes y, supuestamente, de Nicolás de Ovando, a la edad de 59 años. Se hallaban presentes, Francisco de Salazar y Palacios y Luis de Molina.

Muerte de Catalina

Acta de defunción de Catalina de Salazar y Palacios

Catalina de Salazar murió diez años después que Cervantes; el 30 de octubre de 1626 en Madrid, siendo enterrada el día 31 de dicho mes. En su Acta de defunción, leemos:

"Doña Catalina de Salazar. Viuda. Murió en la calle de los Desamparados en 31 de Octubre de 1626 Años. Recibió los Santos Sacramentos de mano de Carlos Manrrique. Testo ante Alonso de Valencia signo su firma en veinte de este presente mes y Año = Enterrose en el convento de las Trinitarias = y mando le dijesen Trecientas Misas del Alma, y funda una memoria. Albaceas Luis de Molina y Francisco de Palacios que Vibe en la misma casa".

En su segundo testamento, de 20 de octubre de 1626, ante el escribano Alonso de Valencia, Catalina de Salazar mandaba ser enterrada en sepultura junto a su esposo, "...por el mucho amor que se tuvieron en vida...", en el Convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid. Nombró por sus albaceas a Luis de Molina, esposo de Isabel de Saavedra, la hija de Cervantes, y a Francisco de Palacios, hermano de Catalina de Salazar y Palacios que ejercía su labor pastoral en el Lugar de Esquivias.

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En la redacción de su testamento de fecha 16 de junio de 1610, Catalina mandaba: "Item mando al dicho Miguel de Zerbantes, mi marido, la cama en que yo muriere, con la ropa que tuviere, con más todos los demás bienes muebles que yo tuviere, eçebto lo que mando al dicho mi hermano (Francisco), esto sin que se le pida quenta al dicho mi marido, por el mucho amor y buena compañía que ambos hemos tenido...Y en su segundo testamento, de 20 de octubre de 1626, Catalina manda ser enterrada "en el Convento de las Trinitarias de Madrid, en sepultura de Miguel de Cervantes, por el mucho amor que nos tuvimos en vida...". 

Es un hecho que, a pesar de que Cervantes, “abandonara” aparentemente, el hogar conyugal tres años después de la boda, no dejó de acudir al Lugar, y que a partir de febrero de febrero de 1599, el matrimonio ya no se volvió a separar.

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Terminaremos aquí, prácticamente igual que empezamos; citando testamentos.

En definitiva; parece claro que Cervantes tuvo que abandonar el domicilio conyugal ante la necesidad de encontrar un empleo, que, como sabemos, lo encontró, pero en Sevilla, donde posteriormente hubo de permanecer, al ser encerrado en prisión por desajustes en sus cuentas. Una retención que resultaría muy valiosa para la concepción de su inmortal obra. 

Hay que considerar, por cierto, que sus salarios llegaban tarde, o nunca y que él, no hace falta expresarlo de otra manera; necesitaba comer, por lo que resulta probable, que se auto concediera algún adelanto, para salir de agobios; adelantos, que posteriormente, no tenía medios para reponer. 

Aun así, como se ha visto, él siguió acudiendo a Esquivias regularmente, junto a su esposa, como demuestran los documentos en los que juntos participan en bautismos, así como el hecho de que cuando se trasladó a Valladolid, tras asentarse allí la Corte, Catalina estaba con él. 

Sin embargo, tal vez lo más convincente en el sentido de que siempre hubo buena relación entre ellos, no es su actitud, ni su testimonio, sino el de Catalina, expresado claramente, en sus dos testamentos, en los cuales declara positivamente, sin dubitaciones:

1) ...por el mucho amor y buena compañía que ambos hemos tenido.

2) A pesar de que anteriormente había mandado ser enterrada en Esquivias, junto a su padre, en el segundo testamento manda que sea junto a su esposo, "...por el mucho amor que se tuvieron en vida...", en el Convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid. 

¿Parecería exagerado deducir que el matrimonio Cervantes-Salazar, mantuvo una relación, cuando menos, suficientemente respetuosa y cordial, por parte de ambos? Estos matices afectivos no aparecen explícitamente en los registros, pero, esto no significa que no los haya. 

Fachada norte del Convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid.

“La Orden Trinitaria a la cual debió principalmente su rescate.”

Placa dedicada a Cervantes, realizada por Ponzano, en la fachada de la calle Lope de Vega.

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