viernes, 1 de julio de 2022

Pico della Mirandola ● Novecientas Tesis para compartir/comprender.


Pico della Mirandola, de Botticelli

Novecento tesi di Giovanni Pico della Mirandola

De adscriptis numero noningentis, dialeticis, moralibus, phisicis, mathematicis... placitis disputabit publice Johannes Picus Mirandulanus Concordie Comes

Paul Delaroche: La Infancia de Pico della Mirandola. BBAA, Nantes

Mirandola, 24 de febrero de 1463-Florencia, 17 de noviembre de 1494.

Se trata de un humanista y pensador italiano, conocido, fundamentalmente, por el hecho de que, en 1486, cuando solo tenía veintitrés años, propuso defender en público, 900 tesis sobre religión, filosofía, filosofía de la naturaleza y magia, a cuyo efecto escribió Oratio de hominis dignitate, que ha sido llamada Manifiesto del Renacimiento, y que supone una serie de textos sobre el humanismo renacentista, que él denominó Reforma hermeneútica; el término con el que se designa hoy el arte de interpretar, explicar y traducir, no solo la comunicación escrita, sino la verbal, e incluso, la no verbal.

Pico della Mirandola. Colecciones del Palazzo Ducale, Mantua. Copia, s. XVII

Cuando estudiaba en la Universidad de Bolonia, a los catorce años, Pico ya publicó Las Decretales. Después viajó por Italia y Francia, donde también asistió a la universidad. Estudió sobre todo lenguas: griego, árabe, hebreo y caldeo, con el propósito de leer la Cábala, el Corán, los oráculos caldeos y los diálogos platónicos en sus textos originales.

Evidentemente dotado de una inteligencia precoz y una prodigiosa memoria, se formó rápidamente una cultura extensa e intensa. En 1485, durante su estancia en París, leyó los trabajos de Averroes (1126-1198), el filósofo y teólogo asharí hispanoárabe que introdujo el pensamiento aristotélico en Occidente. Allí concibió la idea de unificar las tradiciones culturales aún vivas en su época.

Averroes, en “La Escuela de Atenas” de Rafael Sanzio.

El año siguiente, ya de vuelta en Italia, con sólo veintitrés años, incomprensiblemente, raptó en Arezzo a la esposa de Giuliano Moriotto dei Medici, un pariente pobre de los Medici florentinos, por lo que fue perseguido, atacado y herido. 

Hacia finales del año 1486 publicó en Roma sus Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae, conocidas como Las 900 Tesis. Se trata de novecientas proposiciones deducidas y seleccionadas entre las más diversas fuentes culturales, tanto de filósofos y teólogos latinos como de árabes, peripatéticos y platónicos, incluyendo también a pensadores esotéricos, como Hermes Trimegisto -o Trismegisto- -el sabio egipcio del que procede el “Hermetismo”-, y los libros hebreos. 

Hermes Trismegisto, en un mosaico de la Catedral de Siena.

Toma las letras y las leyes de los egipcios... que guardaba una esfinge // Dios, el creador de todas las cosas, creó lo visible y creó la primera y única persona de que se alegró y amó mucho, su propio hijo, que se llama el Verbo Santo.

La obra apareció precedida de una introducción, que tituló Discurso sobre la dignidad del hombre, texto que se ha convertido en clásico y que ofrece tres de los ideales del Renacimiento: 

-el derecho inalienable a la discrepancia; 

-el respeto por las diversidades culturales y religiosas y 

-el derecho al crecimiento y enriquecimiento de la vida, a partir de la diferencia.

En ellas manifestó el autor, su intención de demostrar la verdadera naturaleza del cristianismo, considerándolo como el punto de confluencia de todas las tradiciones filosóficas anteriores, incluidas, filosofía griega, astrología, cábala y hasta magia, lo que hacía del cristianismo un punto de convergencia de las tradiciones culturales, religiosas, filosóficas y teológicas más diversas e incluso, aparentemente, opuestas.

Pico della Mirandola. Atribuido a Cristofano dell'Altissimo. Florencia, Galería Uffizi.

Angelo Pietrasanta: Pico della Mirandola ante Lorenzino de' Medici. Palazzo Reale di Milano.

Su intención era que sus novecientas proposiciones se discutieran en Roma, después de la Epifanía de 1487, por los estudiosos más dotados de todo el mundo, con el fin de entablar una paz filosófica entre los cultivadores de todas las doctrinas, de las que constituye un ejemplo la interpretación de la creación basada en el Génesis y en el Timeo de Platón:

Cuando Dios terminó la creación del mundo, empezó a contemplar la posibilidad de crear al hombre, cuya función sería meditar, admirar y amar la grandeza de la creación divina. Pero Dios no encontraba un modelo para hacerlo. Por lo tanto, se dirige al primer ejemplar de su criatura, y le dice: "No te he dado una forma, ni una función específica, a ti, Adán. Por tal motivo, tendrás la forma y función que desees. La naturaleza de las demás criaturas la he dado de acuerdo a mi deseo. Pero tú no tendrás límites. Tú definirás tus propias limitaciones de acuerdo con tu libre albedrío. Te colocaré en el centro del universo, de manera que te sea más fácil dominar tus alrededores. No te he hecho mortal, ni inmortal; ni de la tierra, ni del cielo. De tal manera, que podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos.

Pero trece de esas tesis fueron consideradas "sospechosas de herejía". El papa Inocencio VIII las vinculó con la magia cabalística y prohibió el debate. Entonces, Pico preparó una Apología para defender las tesis cuestionadas, algo que los doctores eclesiásticos consideraron como un acto de soberbia y obstinación, por lo que, en aquel momento, fue juzgado y condenado por herejía, y excomulgado. Decidió entonces refugiarse en Francia, pero allí fue detenido y conducido a la cárcel de Vincennes, si bien, muy pronto, el heredero del trono de Francia, y futuro rey, Carlos VIII, intercedió en su favor y fue liberado. Posteriormente, el pontífice Alejandro VI le absolvió.

Pasado algún tiempo, se instaló en Florencia aceptando una invitación del mecenas, banquero y político, Lorenzo el Magnífico de Medicis (1449-1492).

Charles VIII. Escuela Francesa del siglo XVI. Musée Condé. Chantilly. Lorenzo de Medicis. Bronzino. Uffizi

En el año 1489 terminó el Heptaplus, un relato místico sobre la creación del universo, en el que profundiza en el Génesis buscando desentrañar sus significados más ocultos. Dos años después -contaba entonces, veintiocho-, renunció a sus cuantiosos bienes y a su parte del principado familiar, para entregarse a un profundo fervor religioso. 


Viajó por toda Italia como mendicante, hasta que, en 1493, el papa Alejandro VI lo absolvió de cualquier imputación de herejía y lo admitió de nuevo en la Iglesia católica, a pesar de lo cual, no abjuró de ninguna de sus tesis, porque, evidentemente, no las consideraba heréticas y, además, no fue obligado a hacerlo. Ingresó entonces en la Orden de los Dominicos, cuyo hábito recibió poco antes de su muerte.

El 17 de noviembre de 1494 Pico de la Miránola y Poliziano murieron en circunstancias harto sospechosas. Solo se rumoreó que uno de sus secretarios le había envenenado debido a su estrecha relación con Savonarola, el célebre impulsor de las “Hogueras de Vanidades”. 

No ha sido hasta el año 2007, cuando los cuerpos de Pico y de Poliziano se exhumaron, en la iglesia de San Marcos de Florencia, y un equipo de científicos con Giorgio Gruppioni, profesor de Antropología en Bolonia, empleando tecnología avanzada, determinó la causa de ambas muertes. 

Angelo Poliziano, por Domenico Ghirlandaio, en: Zacarías en el Templo. Fresco. Santa Maria Novella, Cappella Tornabuoni, Florencia, 1486-1490. Girolamo Savonarola, de Fra Bartolommeo di S. Marco. Museo Nal. Di San Marco, Florencia.

Los exámenes forenses, terminados en febrero de 2009, mostraron que ambos habían muerto por envenenamiento con arsénico, probablemente por mano del sucesor de Lorenzo de Médici, Pedro II “Il Fatuo”. 

Bronzino: Piero II de Medici “Il Fatuo” o Infortunado.

Durante la guerra de Nápoles (1501-1504) que mantuvieron españoles y franceses por la posesión de este reino, Piero II tomó partido por Francia, y en 1503, tras la derrota francesa en la batalla del Garellano, murió ahogado en el puerto de Gaeta, cuando intentaba alcanzar las galeras que llevaban a cabo la evacuación de las tropas francesas.

Una parte de sus Disputationes adversus astrologiam divinatricem fue publicada en Bolonia tras su muerte. En este libro Pico presenta argumentos contra la práctica de la astrología que han tenido una enorme importancia durante siglos y hasta la actualidad. Disputationes está influido en sus argumentos, por su intelectualmente admirado personaje, San Agustín de Hipona, y también por ideas de su maestro, Marsilio Ficino, que le habría animado a escribirlo. La actitud de Pico contra la astrología parece deberse, principalmente a la noción cristiana, sobre la libertad de elección, un concepto que chocaría frontalmente, con la supuesta inevitable influencia estelar, sobre la actitud humana.

El retrato más antiguo de san Agustín. Fresco del siglo VI, en el Palacio de Letrán, Roma. Marsilio Ficino, de Domenico Ghirlandaio, en: Zacarías en el Templo, detalle del fresco en Santa Maria Novella, Cappella Tornabuoni, Florencia.

Pero los argumentos de Mirandola van más allá de las objeciones de Ficino -que, por otra parte, era astrólogo-. El sobrino de Pico, un ferviente seguidor de Savonarola editó el manuscrito para publicarlo tras su muerte, y posiblemente fue corregido para que su contenido resultara más crítico. Esto explicaría el hecho de que Ficino promocionara el manuscrito y lo apoyara con tanto entusiasmo antes de su publicación.

Pico llegó a reunir una de las bibliotecas personales más ricas del Renacimiento, que legó a un amigo con la condición de no cederla a ningún convento, como era usual en la época entre los hombres de su condición, lo que coincide con su talante independiente y sus firmes y arraigadas convicciones de eterno rebelde frente la autoridad eclesiástica. Su fama era grande a su muerte, como demuestra su epitafio.

Hic situs est PICUS MIRANDOLA, cætera norunt/Et Tagus et Ganges, forsan et Antipodes.

Aquí yace Pico della Mirandola: lo demás, lo saben El Tajo, el Ganges, y hasta las Antípodas.

Cósimo Rosselli, Capela del Miracolo. Detalle de tres miembros de la Academia Platónica de Medici; a la izquierda, probablemente, el escultor Alberti; en el centro, Pico della Mirandola, y, a la derecha, Agnolo Poliziano. Aunque la figura de la izquierda, a veces es citada como Marsilio Ficino, parece que en la época era de más edad que la que aparece aquí. El fragmento es parte de la obra, “Milagro del Cáliz”.

C. Rosselli: El Milagro del Cáliz en la Capilla del Milagro, 1484 - 1486

El pintor representa la plaza frente a la iglesia, tal y como debió aparecer a finales del siglo XV. El momento descrito es el de la exposición de la reliquia que, según las fuentes, evitó la peste en 1340. En la obra hay numerosos retratos de contemporáneos, además de los tres citados.

Cristofano dell’Altissimo: Retrato de Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494).

Fragmento de Botticelli, Adoración de los Magos. Uffizi. Pico della Mirandola en el centro.


Giovanni Pico della Mirandola (XV secolo), olio su tela, particolare. Bergamo, Accademia Carrara

Las 900 tesis forman una de las obras más ricas y, a la vez, más complejas del Renacimiento. Se compone de breves planteamientos filosóficos, que el autor organizó en dos grupos, fundamentalmente, para facilitar su presentación oral. El primero grupo contiene los que proceden de tradiciones filosóficas y religiosas, desde la filosofía hasta el pensamiento mágico, siempre expuestas como complementarias entre sí. El segundo, ya ofrece las conclusiones preliminares del autor, y reincide en su convicción de que todas ellas concuerdan, incluso las que parecen opuestas. Puesto que fueron redactadas para sostener una disputa pública con teólogos cristianos, casi resultan una especie de guion en el que apoyarse a lo largo de la disputa.

El autor, que en su defensa escribió el Discurso sobre la dignidad del hombre- logró que las 900 tesis expresaran, dentro de lo posible, la inmensa inquietud intelectual que floreció en el Renacimiento, así como la superación de las dificultades para acordar entre sí los planteamientos, teológico, filosófico y mágico.

A pesar de haber sido poco estudiado y menos, dado a conocer, Giovanni Pico della Mirandola fue un pensador fundamental para la escuela filosófica italiana y su historia, y sus propuestas siguen en pie. 

De la Mirandola coincidió, en la luminosa y oscura Florencia de la segunda mitad del quattrocento, con personalidades como Botticelli, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.

En un momento de rápidos e intensos cambios -el autor nació y murió durante el humanismo-, destaca por la amplitud de su pensamiento; entre religión y filosofía, y también, entre la magia y la ciencia, pero, sobre todo, porque trató, durante toda su corta existencia, de encontrar la verdad y el acuerdo, por medio de una creadora confrontación de ideas, que, en tantas ocasiones, eran o podían ser complementarias, aunque a priori parecieran contradictorias.

Con un intenso sentido de la libertad, y enorme seguridad, a los veinticuatro años, se atrevió a convocar aquel gran “concilio filosófico” en Roma, en el que pretendía presentar sus 900 tesis, para su discusión pública.

El concilio no fue bien recibido por las élites eclesiásticas, que, hasta entonces, habían tenido el monopolio de organizar concilios, generalmente, para refutar herejías y, a veces, para dirimir cuestiones de fe. Lo cierto, es que, hasta entonces, nadie, “y menos aún un particular y además de una edad casi insultante”, se había atrevido a tanto, con tanta naturalidad.

Desde el principio, el papa Inocencio VIII prohibió algunas de las tesis que Pico de la Mirandola pretendía debatir, y así se lo planteó posteriormente el cardenal Pedro Garzias, a los reyes, Isabel y Fernando, advirtiéndoles, por ejemplo, que el joven orador era un peligro a causa de sus ideas favorables al judaísmo, pues, en su opinión, podía enardecer a los conversos, por todo lo cual, solicitaba, ya de antemano, la intervención del inquisidor Torquemada. A pesar de todo, posteriormente, el papa Alejandro VI, levantó la prohibición y anuló la calificación, absolviendo a Mirandola de toda culpa.

Como es sabido, poco después, en 1492, Fernando de Aragón e Isabel la Católica, decidieron expulsar a los judíos de sus reinos.

La Florencia del Renacimiento era un lugar peligroso, donde las ideas, a menudo se dirimían con crímenes, Al parecer, entonces no se supo la razón, pero Poliziano murió inesperadamente y de la Mirandola no tardó en seguirle, a pesar de su juventud y de que no padecía enfermedad que pudiera desembocar en muerte. Todavía hoy, aunque se sabe que ambos murieron por arsénico, como veremos, se desconoce con exactitud, quién ordenó su envenenamiento. 

Se habló de la intervención de Cristoforo da Casalmaggiore, secretario de Pico, pero no se hizo ninguna investigación, tal vez porque aquellos crímenes eran demasiado comunes entonces, y posiblemente, también influyera el hecho de que, el mismo día que murió el autor de las Tesis, Carlos VIII de Francia, entraba triunfante en Florencia.

El Arcángel San Miguel se aparece a Carlos VIII. Statuts de l'ordre de Saint-Michel, iluminación atribuida a Jean Hey, Paris, BnF, hacia 1493-1494.

Así pues, Pico della Mirandola, el Humanista, perdió toda oportunidad de dar a conocer sus proyectos y conclusiones, el 17 de noviembre de 1494. Imposible saber si, de haber vivido más tiempo, habría podido darlos a conocer en paz y seguir aprendiendo mediante su confrontación, mientras veía germinar sus numerosas semillas de concordia.

Investigaciones científicas, llevadas a cabo en 2.018, demostraron científicamente, que Della Mirandola murió envenenado con arsénico y su amigo Poliziano, a causa de una ingesta continuada de la misma sustancia.

Giovanni Pico della Mirandola y Angelo Poliziano. Galería Uffizi

EFE / Redacción Valencia 14/05/2018 

Un estudio internacional, en el que han participado investigadores de la Universitat de València (UV), ha hallado pruebas científicas sobre las causas de la muerte del filósofo Giovanni Pico della Mirandola y del poeta Angelo Poliziano, dos de los humanistas más importantes del Renacimiento italiano.

La investigación, publicada por la revista Journal of Forensic and Legal Medicine, concluye que al menos Della Mirandola murió envenenado con arsénico, mientras que en el caso de Poliziano, sugiere una posible exposición continua a esta sustancia causada por factores ambientales o tratamientos médicos, ha informado hoy la universidad valenciana.

En el estudio han participado los investigadores del departamento de Química Analítica de la UV Agustín Pastor y Miguel de la Guardia, quien señala que este trabajo ha ayudado a "esclarecer los misterios de la muerte de estos personajes" del siglo XV, que durante años ha sido objeto de controversia y sobre la que crecía la teoría del complot y el envenenamiento.

El estudio es resultado del trabajo internacional multidisciplinario entre diferentes instituciones europeas, dentro del espíritu de colaboración del laboratorio ArchaeChemis, ha informado De la Guardia.

Los análisis antropológicos, junto con evidencias documentales, la datación con carbono 14 y el examen del ADN de los restos de los cuerpos han apoyado la identificación de los restos atribuidos a Pico della Mirandola, y los resultados del análisis apoyan la hipótesis de que el humanista murió por intoxicación aguda de arsénico.

El análisis de metales pesados, realizado sobre huesos y tejidos momificados, demostró que en los restos del filósofo existían niveles potencialmente letales de arsénico, hecho que refuerza la teoría de la intoxicación extraída de las fuentes documentales.

Los resultados publicados en el artículo no han confirmado sin embargo que el poeta Angelo Poliziano muriera por una intoxicación aguda de arsénico, sino que sugieren una posible exposición continua a esta sustancia causada por factores ambientales o tratamientos médicos.

Además, como consecuencia de la mala conservación de los restos de Poliziano, no se puede excluir que procesos bioquímicos hayan modificado la composición elemental original ósea después de un proceso postmortem, añade el estudio. La investigación forma parte de la línea que desarrolla el laboratorio ArchaeChemis en arqueología forense, en particular el desarrollo de técnicas analíticas que permiten esclarecer la muerte de individuos o poblaciones en el pasado.

Con tan sólo 23 años, Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494) propuso defender 900 tesis de religión, filosofía, filosofía de la naturaleza y magia. Es el autor del Manifiesto del Renacimiento y un conjunto de textos sobre el humanismo renacentista, bautizados como Reforma hermeneútica.

Angelo Ambrogini, más conocido como Angelo Poliziano (1454 - 1494), fue un humanista, poeta y reconocido filólogo italiano, amigo de Giovanni Pico della Mirandola. 

Los restos de Poliziano y Pico della Mirandola fueron exhumados en 2007 en la iglesia de San Marcos de Florencia para ser examinados por un grupo de científicos con el fin de determinar la causa de ambas muertes. Un año después se anunció que los restos examinados contenían arsénico en cantidad tóxica, además de mercurio y plomo.

El estudio es consecuencia del trabajo internacional multidisciplinario entre diferentes instituciones europeas.

Las tumbas de Pico della Mirandola, Poliziano Angelo y Girolamo Benivieni en la iglesia de San Marco, Florencia, detrás de una estatua de Girolamo Savonarola.

La placa en la tumba común, en la iglesia de San Marco en Florencia, habla del amor de Pico y su buen amigo Girolamo Benivieni:

...Qui giace Giovanni Mirandola, il resto lo sanno

anche il Tago e il Gange e forse perfino gli Antipodi.

Aquí yace John Mirandola, el resto lo sabe

también el Tajo y el Ganges, y tal vez incluso las Antípodas.

Morì nel 1494, visse 32 anni. Girolamo Benivieni, affinché dopo la morte la separazione di luoghi non disgiunga le ossa di coloro i cui animi in vita congiunse Amore, dispose d'essere sepolto nella terra qui sotto. Morì nel 1542, visse 89 anni e 6 mesi...

Murió en 1494, vivió 32 años. Girolamo Benivieni, para que después de la muerte la separación de los lugares no separe los huesos de aquellos cuyas almas en vida se unieron en el Amor, dispuso ser enterrados bajo esta tierra.

Monumento a Savonarola en San Marcos, ante las lápidas de Pico, Benivieni y Agnolo Poliziano. Detalle.


Antonio di Paolo Benivieni, médico, nació en Florencia, el 3 de noviembre de 1443, ciudad, en la que también falleció el 2 de noviembre de 1502. Estudió medicina en la Universidad de Pisa y Siena. En su obra De abditis nonnullis ac marandis morborum et sanationum causis, de 1502, sobre algunas de las causas desconocidas y sorprendentes de enfermedades y curaciones describe 111 observaciones clínicas y describe por primera vez ciertos procesos como los abscesos retrofaríngeo y mesentérico, así como la perforación intestinal. Fue considerado como el fundador de la Anatomía Patológica. Y, de hecho, algunos de los métodos utilizados por Benivieni en las autopsias son similares a los utilizados actualmente. Murió en 1542, a los 89 años.

En la parte posterior de la tumba, no visible en la iglesia, hay otra placa, en la que se lee:

“... Girolamo Benivieni de Giovanni y Pico della Mirandola, se colocó en el año 1532. 

Io priego Dio Girolamo che 'n pace

così in ciel sia il tuo Pico congiunto

come 'n terra eri, et come 'l tuo defunto

corpo hor con le sacr'ossa sue qui iace...”

“Ruego a Dios, Girolamo, que en paz así en el cielo esté tu amigo Pico, como era en la tierra, y, que, como tu difunto cuerpo permanezca aquí con sus sacros huesos...”

“Yo de tal manera me formé —escribió della Mirandola -en el Discurso sobre la dignidad del hombre— que, no jurando en palabras de nadie, me he internado por todos los maestros de la filosofía, he revuelto todos los pergaminos, he pasado revista a todas las escuelas”.

...tanto Platón como Aristóteles, y muchos filósofos de todos los tiempos “tenían por averiguadísimo que nada era tan importante para alcanzar el conocimiento de la verdad, en cuya busca se afanaban, como frecuentar al máximo este ejercicio de la disputa”.

"Aprender y filosofar no es pertrecharse detrás de un cierto modo de pensar, sino estar abierto a encontrar la verdad allí donde ésta se encuentre."

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