martes, 5 de marzo de 2024

PLANTIN ● ARIAS MONTANO ● LA PERFECCIÓN DE LA IMPRENTA

Plantin muestra un ejemplar de la Biblia Regia a Arias Montano. De Jos Bellemans. Museum Plantin-Moretus. Antwerpen

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Benito Arias Montano. Fregenal de la Sierra, 1527 - Sevilla, 6 de julio de 1598. 

Humanista, Hebraísta, Biólogo, Traductor, Teólogo, Filólogo, Poeta latino, Escritor políglota, y editor de la Biblia Regia o Políglota de Amberes (1568-1572)

Sus padres fueron, Benito Arias Montano, Notario de la Inquisición y perteneciente a un linaje de hijosdalgo, que provenía de Cantabria, y Francisca Martínez. Hijo pequeño de la pareja; sus hermanos mayores fueron Rodrigo Arias Montano y Juan Arias de la Mota.

Su formación fue muy completa desde el principio: estudió primero en casa con la ayuda de su padre y luego con el sacerdote Diego Vázquez Matamoros. En 1541, con catorce años y recién fallecido su padre, se trasladó a Sevilla. Allí se preparó para entrar en la Universidad con Diego Vázquez de Alderete. Para entonces, ya había compuesto su primera obra, un Discurso del Valor y Correspondencia de las Monedas Antiguas Castellanas con las Nuevas (1541). 

En Sevilla vivió en la casa de Álvaro de Alcocer, un antiguo Secretario Real, y con Isabel Vélez de Guevara, un matrimonio al que, con sus hijos, especialmente Gaspar, considerará como una segunda familia. También contó con la protección de Cristóbal Fernández de Valtodano y de Juan Fernández Temiño

A los dieciocho años inició sus estudios en la Universidad de Sevilla, en el Colegio de Santa María de Jesús, aprendiendo Artes y Filosofía durante tres años, hasta 1547, aunque no esperó a terminar el último curso, para trasladarse a Alcalá de Henares.

En este periodo sevillano entró en contacto con el círculo intelectual encabezado por Pedro Mexía, y, en casa de Diego Vázquez de Alderete, 

El Secretario Real, Mateo Vázquez, fue protegido de Diego Vázquez de Alderete, Canónigo de Sevilla, del que tomó el primer apellido. En Sevilla inició sus estudios, probablemente en la Compañía de Jesús, para pasar, en 1565, al servicio de don Diego de Espinosa, Presidente de la Casa de Contratación de Sevilla. Cuando don Diego fue nombrado Presidente del Consejo de Castilla, Mateo Vázquez lo acompañó como ayudante a Madrid, ordenándose sacerdote.

En 1572 moría Diego de Espinosa y Vázquez ofreció sus servicios a Felipe II, obteniendo el cargo de Secretario Real el 29 de marzo de 1573. Así ejerció una enorme influencia en las decisiones del monarca, convirtiéndose en uno de los más estrechos colaboradores de Felipe II. Su rivalidad con Antonio Pérez y Ana de Mendoza de la Cerda, Princesa de Eboli, le llevó a intrigar en su contra, siendo uno de los que hicieron estallar el escándalo que provocó el encarcelamiento de Pérez y el destierro de la princesa. Tras la caída de Pérez, la influencia de Vázquez alcanzó las más elevadas cotas hasta su fallecimiento el 5 de mayo de 1591 debido a la gota.

Conoció también a Juan de Ovando y Aguirre, y a Diego de Espinosa, que ocuparían cargos importantes en el reinado de Felipe II.

Mateo Vázquez

Pero para él, sin duda la relación más fructífera, fue la del humanista y poeta latino Juan de Quirós, Cura del Sagrario de la Catedral, interesándose por las Ciencias Físicas y Médicas y, sobre todo, por la Poesía, Música, Filosofía, Lingüística y Teología. Quirós le enseñó a hacer versos latinos y le inspiró un amor sin límites por la poesía de los Salmos. En 1547 apareció un epigrama suyo y un soneto laudatorio en la Historia imperial y Cesárea, de Pero Mexía.

Juan de Quirós Cura de la Sancta Iglesia de Sevilla. Calco hecho por Valentín Carderera, de la xilografía anónima que aparece en portada de la Cristopatia con un soneto de Benito Arias Montano en la edición de Juan Ferrer, Toledo, 1552. Biblioteca Nacional de España.

Detalle del retrato de Pedro Mexía en Francisco Pacheco, (1564-1644). El libro de descripción de verdaderos retratos, ilustres y memorables varones, [Sevilla]- Real Academia de la Historia (Madrid).

En junio de 1548 se trasladó a Alcalá de Henares para cursar estudios de Teología en su Universidad, ampliando además sus conocimientos en Medicina, Filosofía, Lenguas Clásicas -Latín y Griego-, y Semíticas; Árabe, Hebreo y Sirio. Allí trató entre otros a los maestros Cipriano de la Huerga, Ambrosio de Morales, Hernando Díaz y Pedro Serrano, y fue coronado como Poeta

Se ordenó sacerdote y se retiró en 1559 a la peña que hoy lleva su nombre en Alájar, Huelva, para dedicarse allí al estudio -en profundidad-, de las Sagradas Escrituras.

Portada de la Biblia Políglota en edición dirigida por Arias Montano.

Su fama de docto teólogo hizo que en 1562 el obispo de Segovia, Martín Pérez de Ayala, lo llevase consigo a participar en el Concilio de Trento, donde se distinguió por su erudición.

De vuelta en España, Felipe II lo nombró su capellán en 1566 y le encomendó la ingente obra de la Biblia Políglota de Amberes, conocida como «Biblia Regia», de cuya impresión se encargó Cristóbal Plantino, miembro de la Familia Caritatis, a la que atrajo al propio Arias Montano

Las innovaciones introducidas con respecto a la Biblia Políglota Complutense y, más aún, en relación con la Vulgata, levantaron los recelos de la Inquisición, y fue denunciada por León de Castro, si bien pudo ser finalmente editada en Amberes en 1572. 

Arias corrigió la interlineal de Sanctes Pagnino y formó un verdadero aparato bíblico con sus numerosas disertaciones sobre la Masorah, los idiotismos hebreos, el lenguaje arcaico, pesos, medidas y monedas, Geografía de Palestina, Arquitectura e Indumentaria de los Judíos, Cronología, etcétera. Otros trabajos bíblicos suyos fueron, Comentarios a los doce Profetas Menores; a Josué; a los Jueces; a Isaías, etc. También una versión latina poética de los Salmos, conforme a la verdad hebraica.

En Amberes se encargó además de publicar un tratado de Cirugía de Francisco Arceo, también de Fregenal de la Sierra.

Finalizado este trabajo e instalado definitivamente en España, se dedicó por encargo de Felipe II, a gestionar la Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Tradujo al latín el famoso Itinerario del gran viajero medieval hispanohebreo Benjamín de Tudela y compuso numerosos escritos sobre los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, tratados teológicos, filosóficos y científicos, múltiples traducciones del hebreo y un abundante elenco poético en latín y castellano.

Benjamín de Tudela. Recreación actual.

Amigo del gran poeta Francisco de Aldana, que le dirigió su famosa Epístola a Arias Montano; escribió 9 tomos de Antigüedades Judías (1593) en que trata de los nombres propios y comunes caldeos, hebreos, griegos y latinos que aparecen en la Biblia; destacan, el Dictatum Christianum, Rhetoricum libri IV, (1569); los Humanae Salutis Monumenta, colección de odas latinas, dedicadas a motivos bíblicos bellamente ilustrada por dibujos de Pieter van der Borcht, con estampas de Abraham de Bruyn, Crispijn van de Passe Hieronymus Wierix, Pieter Huys y otros, e impresa por Cristóbal Plantino, Amberes, 1571; el Liber generationis Adam (1593), los Hymni et Saecula (1593) y la Naturae Historia (1594); en esta última innova la biología apartándose de la clasificación bíblica de los animales en acuáticos, volátiles y terrestres y añadiendo diferenciaciones morfológicas más complejas.

Aldana residió en la corte de los Médici en Florencia, donde concluyó su formación. De vuelta en España, en 1571 fue alcaide del castillo de San Sebastián y un gran consejero y amigo del rey, Felipe II. 

Destinado por el rey español al servicio del rey de Portugal don Sebastián, sobrino de Felipe II, el rey lo apreció tanto que le regaló un collar de oro por valor de mil ducados. Francisco de Aldana, junto a Diego de Torres, fue el encargado de llevar a cabo la exploración del territorio marroquí disfrazado de judío, labor que hizo en dos meses. Francisco, conocedor de casi una docena de lenguas, no tuvo problemas para desempeñar esta difícil misión. 

Murió el 4 de agosto de 1578 luchando contra los musulmanes en la Batalla de Alcazarquivir, como General de la Infantería de la expedición de don Sebastián, a pesar de haber desaconsejado esa empresa en la que participó a disgusto.

Aldana
Sebastián I de Portugal. Francisco de Aldana murió a su servicio como General en la Batalla de Alcazarquivir.

En 1584 Montano se retiró a Sevilla renunciando a todos los cargos que poseía en la corte y a otras dignidades que le ofrecían. Allí murió en 1598. 

Marcelino Menéndez Pelayo le calificó de «gran filósofo, eminente escriturario, sabio humanista y dulcísimo poeta».

Retrato de Benito Arias Montano según Pieter Pourbus, publicado por Philipe Galle en Virorum doctorum de disciplinis benemeritium effigies, 1572.

Arias Montano se hizo retratar en más de una ocasión, pero a juzgar por los ejemplares conservados nunca antes de su estancia en Amberes. Carlos Doetsch localizó catorce pinturas, veintinueve grabados, cuatro esculturas y una medalla, si bien muchos de esos supuestos «retratos» son obras de fechas muy posteriores a la muerte del erudito. En 1572 o poco antes, fue retratado por Pieter Pourbus, según Philipe Galle, que publicó una reproducción grabada de ese retrato en su colección de varones ilustres Virorum doctorum de disciplinis benemeritium effigies. 

De fecha cercana debe ser el retrato grabado por Johan Wierix, de tres cuartos, apoyada la mano derecha sobre una mesa en la que reposan dos gruesos volúmenes, llevando otro en la mano izquierda. Ambos presentan rasgos semejantes: rostro ovalado, cabello y barba cortos, nariz grande y labios apretados enérgicamente.


Hay documentos referidos a otros tres retratos de Arias Montano localizados en Amberes aún en vida del humanista, pero ninguno de ellos ha llegado hasta hoy. Sí se conserva, en cambio, la medalla que le hizo Jacobo Jonghelinck en 1569, con un retrato de perfil en el anverso y su emblema de Arquímedes saliendo del baño con el lema EURHKA en el reverso. 

De vuelta en España aún debió de retratarse en más de una ocasión, pero la documentación escasea. El anónimo conservado en la Biblioteca de El Escorial, con la inscripción BEN. AR. MONT. AETAT. AN. LXIIII, que permite fecharlo en 1591, se ha atribuido alguna vez a Juan Pantoja de la Cruz y, habida cuenta de que en esa fecha no se encontraba ya en El Escorial sino en Sevilla, a Pedro de Villegas Marmolejo, amigo del retratado, al que se presenta con cabello y barba encanecidos, como corresponde a su edad más avanzada.

 De fecha próxima y bien documentado, es el dibujo de Francisco Pacheco para su Libro de descripción de verdaderos retratos de illustres y memorables varones. El propio Pacheco indica: le visité y comuniqué año 1593. Su retrato que pongo aqui es el más parecido que ai en la edad que le conocí –66 años.

Arias Montano. Atribuido a Pedro Pablo Rubens. Museo Plantin-Moretus.

Aguafuerte de Joaquín Ballester según Agustín Esteve, en Retratos de españoles ilustres, publicado por la Imprenta Real de Madrid, 1791.

Autor desconocido. Óleo sobre lienzo, 99 x 77 cm. Casa Museo de Lope de Vega.

Autor desconocido. Óleo sobre lienzo del s. XIX. Santuario de Ntra. Sra. de los Remedios. Fregenal de la Sierra.

Próximo a la puerta de entrada a la cripta de la Iglesia de la Anunciación, de Sevilla, más concretamente en el llamado «Panteón de Sevillanos Ilustres», se encuentra el sarcófago de piedra con los restos de Benito Arias Montano sobre el que descansa la figura yacente del escritor, al que se representa con ropajes y birreta eclesiásticos cubriendo un pequeño ejemplar de la Biblia Regia con las manos, procedente del antiguo Monasterio de Santiago de la Espada.


En cuanto a los elementos que recuerdan el origen frexnense del autor, cabe citar la placa conmemorativa colocada en la fachada de su casa natal, ubicada en la calle que lleva su nombre, -conocida antiguamente como «calle la Ruda»-, el retrato al óleo de principios del siglo XIX, que figura en el «Salón de los Hijos Ilustres» del santuario de la Virgen de los Remedios, un relieve oval de medio cuerpo con una carta autógrafa del «SAPIENTISIMO BENITO ARIAS MONTANO» conservados conjuntamente en el ayuntamiento de la localidad; otro retrato al óleo sobre lienzo depositado en la sacristía de la Iglesia parroquial de Santa Catalina, etc. 

El pintor español Eugenio Hermoso (1883-1963) realizó un busto en bronce, considerado como la primera pieza en orden cronológico de su llamada «fase de escultor». Para su ejecución el artista siguió las directrices del dibujo de Pacheco que aparece en su Libro de descripción de verdaderos retratos de illustres y memorables varones, inédito hasta 1886. Fue «cedido a Fregenal» con ocasión del cuarto centenario del nacimiento del humanista extremeño y se conocen en la actualidad dos copias de la misma erigidas respectivamente en la denominada «Peña de Arias Montano» o «Peña de los Ángeles», en el término municipal de Alájar, Huelva, y en el mismo Fregenal. 

El nombre del enclave se debe a que en 1553 llega a la Peña el teólogo y humanista, el cual una vez obtenido el patronato sobre la ermita la reedificó, construyendo casa y estudio con vides, huerta de frutales y paseo con parras y árboles de diverso género. En los alrededores de la ermita descubrió y acondicionó un antiguo manantial, "la Fuente de la Peña", levantó un cenador y ordenó todo el conjunto ampliando y adornando el camino de acceso con una frondosa alameda y los alrededores con huertas y viñas, siguiendo el ejemplo de las villas rústicas y de los jardines manieristas italianos. Él intentó recrear en la Peña la visión que los artistas flamencos tenían del retiro de San Jerónimo, figura muy seguida en la Europa del siglo XVI. La figura de Arias Montano, teólogo preceptor de Felipe II y miembro honorable de la corte y vinculado al Escorial, está ligada a la Peña hasta el punto de haberle asignado su nombre. y el propio Fregenal (inaugurada en octubre de 1927).





Arias Montano. Autor desconocido. Óleo sobre lienzo, 178 x 93 cm. Biblioteca de El Escorial. 1600. Se ha atribuido al Greco y a Zurbarán.

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PLANTIN

Peter Paul Rubens, Christoffel Plantin. Museum Plantin-Moretus

Christoffel Plantijn, o Christophorus Plantinus, en latín, o Cristóbal Plantino, en español. Saint Avertin, c. 1520 - Amberes, 1589. 

Editor, impresor y librero flamenco, aunque Saint Avertin se encuentra en la actual Francia y su formación como encuadernador la recibió en París.

El florecimiento de su imprenta se atribuyó erróneamente a la concesión por parte de Felipe II, los derechos de impresión en exclusiva de los textos religiosos, aunque nadie consiguió este privilegio real.

Se encargó, con Arias Montano, de la impresión de la Biblia Políglota Regia, y fue nombrado por ello Architipógrafo Regio, por Felipe II. Fue miembro de la Familia Caritatis. Su imprenta en Amberes, denominada Officina Plantiniana, se conserva convertida en Museo Plantin-Moretus, por su yerno y heredero, Jan Moretus.


Museo Plantin-Moretus

Karel Ooms – Impresores Plantín en Amberes

Frontispicio de la Vulgata Leuven, de 1559, Amberes, Christophe Plantin. Una reimpresión de la edición de 1547.

Christoffel Plantijn (1520-1589) Missale romanum (1572)

Escudos de Aragón, de León y de Castilla en las exequias de Carlos I de España, V del Sacro Imperio Romano Germánico

Jérôme Cock (dibujo), Jean y Luc de Dovar (grab.) y Cristóbal Plantino (ed.) - Jérôme Cock et. al., Funerales de Carlos I de España y V del Sacro Imperio, Amberes, Cristóbal Plantino, 1559, LÁM. 19.

Christophe Plantín, Tipógrafo, Editor y Librero, nació cerca de Tours, en 1514, y murió en Amberes, en 1589. Fue aprendiz en Caen en la imprenta de Robert Macé, y aprendió también encuadernación en ésta y en otras ciudades de Francia. En 1549 se estableció en Amberes como encuadernador y empezó a trabajar como tipógrafo en 1555. 

Cuando llegó a Amberes sus encuadernaciones, sus trabajos de marroquinería y grabado superaban todo lo que se hacía en los Países Bajos. En 1567 tuvo que salir de Amberes por problemas con la justicia y abrió una librería en París, en la rue Saint Jacques. 

En 1583 Wilhelm Silvin le cedió la imprenta de la Universidad de Leiden, que Plantino dirigió durante tres años, y donde le sucedió su yerno Raphalengius, casado con su hija Madeleine, y más tarde su nieto Christoph Beys. 

Tuvo mucho éxito con sus negocios en Amberes. Hizo grandes gastos para procurarse los más bellos caracteres de imprenta y los correctores más cultos. Se dice que empleó caracteres de plata. Formó una excelente biblioteca, admiración de sus visitantes. Reunió grandes riquezas, que invirtió en honrar las ciencias y ayudar a los sabios. 

Su reputación como impresor no fue mayor que la que tuvo como hombre de letras. Llevó a la perfección el arte de la imprenta. Su casa era considerada como uno de los monumentos de la ciudad y una de las maravillas de Europa. 

Tres de sus hijas se casaron con impresores: Raphalengius ejerció en Leiden, Moretus en Amberes y Bey en París. Contemporáneo de Aldo y Estienne, fue considerado el primer impresor de su tiempo. Reunió talleres notables de grabado en cobre y en madera. 

Encargó al docto Arias Montano dirigir una nueva edición de la Biblia Políglota de Alcalá, de la que hizo encuadernar 12 ejemplares en vitela para Felipe II, que le nombró Prototypographus Regius en1575, y le encargó de la inspección de la imprenta en los Países Bajos. Sus prefacios a los autores latinos prueban su erudición. Su casa era atracción de los sabios también por las facilidades que encontraban para imprimir sus obras. Tuvo correctores eminentes. Sus obras se distinguen por su corrección y elegancia. Su marca es una viñeta xilográfica que representa una mano saliendo de una nube y trazando un círculo con un compás, el célebre compás de oro, con el lema «Labore et constantia». 

Imprimió obras de Justo Lipsio, de Ortelius y muchos otros sabios. Imprimió su propio catálogo, en Amberes, en 1584. La empresa tipográfica plantiniana duró más de tres siglos. En 1875 un descendiente de su yerno, Jacinto Moretus, cedió a la ciudad de Amberes todo el material de la oficina, con lo que se creó en su casa el Museo Plantin-Moretus, que sigue siendo de interés universal.




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