domingo, 12 de enero de 2025

El Códice más antiguo de la Historia

 

Los especialistas afirman que este códice, en el que se han transcrito la Primera Epístola de San Pedro y el Libro de Jonás, fue utilizado durante sus liturgias por los monjes del Alto Egipto durante los siglos III y IV.

Este histórico documento fue escrito en sahídico, un dialecto del copto, en la ciudad de Alejandría, en Egipto, y se trata de la transcripción completa más antigua conocida de los dos libros bíblicos citados,

"Es justo en ese período de transición cuando los rollos de papiro empiezan a hacerse en forma de códice. Y lo que tenemos en este libro son los textos más antiguos conocidos de dos libros de la Biblia", explica con convicción Eugenio Donadoni, especialista principal en manuscritos medievales y renacentistas de Christie’s.

Según los expertos, es posible que el Crosby-Schøyen fuera escrito por una sola persona a lo largo de unos 40 años, y consta de 52 hojas o 104 páginas. La datación por Carbono-14 sugiere que el libro dataría de mediados de los siglos III y IV, y sería uno de los primeros testimonios de la expansión del cristianismo en Egipto.

Donadoni ha atribuido su conservación al clima seco del país del Nilo y añade que solo unos pocos libros de los siglos III y IV han logrado sobrevivir hasta nuestros días. "Todos los principales hallazgos de manuscritos cristianos que hicimos en el siglo XX y a finales del siglo XIX se concentran en Egipto precisamente porque este país posee unas condiciones climáticas muy concretas", afirma el especialista.

En la actualidad, el códice se conserva con todas las medidas de seguridad en el interior de unas láminas de plexiglás guardadas en dos cajas de madera bajo llave. Este importante documento forma parte de los llamados Papiros Bodmer, un grupo de 22 papiros descubiertos en Egipto en 1952 y bautizados así después de que el bibliólogo suizo Martin Bodmer los adquiriera. Comprenden segmentos del Antiguo y el Nuevo Testamento, literatura del cristianismo primitivo, así como textos de Homero y del comediógrafo griego Menandro.

Busto de Homero. Mármol, copia romana de un original helenístico del siglo II a. C. en el Museo Británico (Londres).

Menandro. Copia romana en mármol de original griego; ca. 343-291 a. C.

Adquirido por la Universidad de Mississippi, el Códice Crosby-Schøyen permaneció en las vitrinas de esta institución hasta 1981, y cambió de manos en diversas ocasiones durante la década de 1980 antes de ser comprado finalmente por el coleccionista noruego Martin Schøyen en 1988.

Forma parte de una serie mucho más amplia de obras maestras manuscritas pertenecientes al coleccionista noruego, conocida como Colección Schøyen, y que Christie's describe como "uno de los numerosos y más completos conjuntos de manuscritos jamás reunidos". 

Fragmento del Códice Crosby-Schøyen en el que se transcribieron la Primera Epístola de  San Pedro y el Libro del Profeta Jonás.

"El Crosby-Schøyen es uno de los primeros testigos de un desarrollo en la transmisión cultural y textual, así como de la historia del libro, que no tendría rival en importancia hasta la aparición de la imprenta de Gutenberg y la revolución del siglo XX en la edición y comunicación electrónicas. Es uno de los primeros ejemplos de libro en la forma en que aún lo conocemos hoy y, al ser el más antiguo en manos privadas, es poco probable que algo así vuelva a salir a subasta", ha manifestado Donadoni.

Tiene una enorme importancia como testimonio de la primera difusión del cristianismo por el Mediterráneo: los primeros monjes del Alto Egipto, en el primer monasterio cristiano, usaban este mismo libro para celebrar las primeras Pascuas; solo unos cientos de años después de la muerte de Cristo y solo unos cien años después de que se escribiera el último Evangelio.

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Primera Epístola de Pedro

Letra Capital de la Primera Epístola de Pedro en una Biblia latina del año 1407, que se conserva en la Abadía de Malmesbury, de Wiltshire (Sudoeste de Inglaterra). Es un Manuscrito belga, obra de Gerard Brils, para lectura en voz alta en ámbito monacal.

La Primera Epístola de Pedro es una carta bíblica dirigida nominalmente a los judíos dispersos en el mundo, si bien puede entenderse como una metáfora referida a los cristianos "exiliados" del Reino Celestial.

El autor aboga por la determinación y la perseverancia en la persecución, los deberes prácticos de la vida santa; cita como ejemplo a Cristo y otros motivos de paciencia y santidad y concluye con admoniciones para sacerdotes y pueblo. Ha sido definida como «el más denso resumen neotestamentario de la fe cristiana y de la conducta que tal fe inspira».

La carta se abre con un breve saludo introductorio al que sigue un conjunto de exhortaciones para la vida de los cristianos que son justificadas por medio de elementos doctrinales: se invita a vivir en la santidad ya que los cristianos han sido redimidos; se llama a la vivencia de la caridad evangélica unidos con Cristo; se exhorta a cumplir las obligaciones cívicas, comunitarias y familiares; muestra el modo en que los cristianos han de afrontar la persecución gracias a los méritos obtenidos por Jesucristo. Luego habla de los carismas y de su buen uso en la comunidad y alienta a quienes han sufrido la persecución. Finalmente vuelve a recordar a todos, empezando por los responsables, su llamamiento a la gloria de Dios. En la conclusión retoma la intención de la carta y manda los saludos epistolares.

Se trata, por tanto, de una exhortación a la vida cristiana moral y a la coherencia con la fe a pesar de la persecución o las pruebas. Según el autor de la carta, esto solo es posible por la regeneración que Cristo ha alcanzado por medio de su muerte y Resurrección -aun cuando se tratara, siempre según el autor de la carta, de una intención divina siempre presente desde el génesis-. Es el Espíritu de Dios, el de Jesucristo quien santifica a los cristianos así como resucitó a Jesús. La consideración de la vida de Jesús es también para el autor de la carta una motivación para el actuar del cristiano: el resultado de la resurrección implica que se pueden afrontar todas las pruebas con esperanza en la salvación definitiva.

Fue escrita originalmente en un griego semejante en perfección al de la Carta de Santiago. Tiene 62 hápax -voz registrada normalmente una sola vez en una lengua, en un autor o en un texto.del Nuevo Testamento-, lo cual implica amplitud de vocabulario y el uso de la Septuaginta por parte del autor. Emplea elementos retóricos propios de la lengua griega del tiempo (antítesis, sinónimos acumulados, ritmo) y también gramaticales (uso del artículo y de las conjunciones).

Por el tono impersonal de buena parte de la carta -excluidos solo el saludo inicial y la despedida-, algunos autores -K.H. Schelkle, M.E. Boismard, J.N.D. Kelly, E. Best- han dudado de que se trate de una epístola y se inclinan a pensar que sería más bien una homilía transcrita. Boismard incluso sostiene que se tata de una homilía bautismal. Sin embargo, estas teorías no han tenido mucha repercusión en el ámbito bíblico.

Las citas del Antiguo Testamento presentes en la carta, a diferencia de las demás epístolas católicas, provienen más de libros históricos, como el Pentateuco y profetas que de los sapienciales. Combina textos bíblicos en sus citas aunque sin indicar la procedencia (cf. por ejemplo, 1P 2, 3ss).

Presenta temas comunes a otros escritos del Nuevo Testamento como por ejemplo: la nueva vida por la palabra del Evangelio, el gozo en la adversidad, la adoración en espíritu.

En cuanto al autor, además de quienes sostienen que fue el mismo San Pedro –a partir del testimonio de la misma carta y de los escritos de los Santos Padres; Papías, Ireneo, Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio de Cesarea...– como A.F. Waals, A.M. Stibbs, D. Guthrie, C. Spicq, etc., están los que afirman la autoría de Silvano, personaje mencionado en la carta (cf. 1P 5, 12) y así explicar la elegancia del griego usado por el autor: así Boismard, Cullmann, Schelkle, Bornemann, Von Soden, etc.. Finalmente otro grupo de exegetas piensa que el autor se mantendría desconocido aunque sería habitante de Roma o del Asia Menor: sostienen su posición en que la carta mantiene demasiada relación con escritos del ámbito paulino; tesis de las cartas a los romanos o a los efesios, el griego usado es demasiado correcto para un pescador de Galilea y la situación de persecución que si fuera la de Pedro sería más explícito en dar información.

Según testimonio del autor de la carta, ésta fue escrita desde Babilonia, es decir, desde una de las ciudades paganas de la Antigüedad, casi con toda seguridad Roma.

Si el autor fuera san Pedro no se puede datar con posterioridad al año 67. Y el uso por parte de los Padres de la Iglesia también confirma su fecha en el siglo II. Así, se suelen dar fechas entre el 65 y el 95 -quienes sostienen la autoría de Silvano-. Los partidarios de un autor anónimo la colocan entre el 95 y el 111.

Sobre la canonicidad de la carta, ya se manifiesta Ireneo de Lyon (cf. Adversus haereses, IV, 9, 2) y también Clemente de Alejandría (cf. Stromata III, 11-18). No se encuentra en el canon de Muratori. En el siglo III ya es considerado parte del canon (cf. Eusebio de Cesarea; Historia Ecclesiástica, 3, 25) con excepción de las iglesias siríacas que solo lo incorporan desde el siglo V.

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LIBRO DEL PROFETA JONÁS

Jonás representado por Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina.

El Libro de Jonás es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo, que en las biblias cristianas se ubica entre los libros de Abdías y Miqueas. Todo invita a situar la composición después del Destierro, en el curso del siglo V. Sus hechos se ambientan en algún punto del siglo VIII.

JONÁS es el único libro del Antiguo Testamento que trata exclusivamente de la comisión encargada a un profeta de Yahveh de ir a una ciudad pagana, Nínive, a proclamar un mensaje de juicio, lo que resultó en el arrepentimiento de dicha ciudad. Fue Jonás, hijo de Amitai, quien vivió las experiencias que se relatan en este libro. Puesto que es probable que fuese el mismo Jonás que se menciona en 2 Reyes 14:25.

El libro relata que Jonás se negó a obedecer y al principio huye de la presencia de Yahveh embarcándose rumbo a Tarsis, pero en el camino Dios prepara una tempestad; Jonás les dice a los tripulantes que lo arrojen al agua y que el mar se calmará; los tripulantes, al saber que huían de Yahveh lo arrojan al mar en medio de la tempestad.

Entonces Dios envió un gran pez para que se tragó a Jonás. Después de tres días y tres noches de permanecer en el vientre del pez. durante los cuales Jonás oró, Yahveh dio la orden de que el pez lo vomitara, arrojándolo a tierra firme. 


-Una tradición en Marruecos supone que Jonás fue devuelto por el gran pez en la playa de Massa, en el área que actualmente ocupa el parque nacional de Souss-Massa-.

Después de esto, Jonás recibió por segunda vez la orden de Dios, de ir a predicar a Nínive. Accedió y, en esa ciudad anunció la destrucción inminente para temor de todos sus habitantes: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida". El Rey de la ciudad, al enterarse de dicho designio, ordenó el ayuno de toda la población. Al presenciar el arrepentimiento masivo de la población de Nínive, Dios decidió que no castigaría la ciudad ni a sus habitantes. 

Jonás se enfadó al contemplar la piedad de su Dios y el hecho de que su profecía no se cumpliera, por lo que se marchó de allí. Dios lo reprendió por su falta de compasión hacia los muchos miles de personas y animales de Nínive, pero al final lo aleccionó.

El Libro de Jonás es una historia narrativa que tiene como propósito dar testimonio de la gracia de Dios y de que el mensaje de salvación es para todos los seres humanos.

Este libro difiere de los otros libros proféticos en el hecho de que se concentra en el profeta y no en sus profecías. La escritura solo contiene un verso que resume el mensaje de Jonás para Nínive. 

Posteriormente Jesús mencionaría la historia de Jonás como una ilustración de su muerte y resurrección; a los tres días...

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