2.3.1824 – 12.5.1884
Nacido en la Bohemia del Imperio austrohúngaro –Litomyšl, al este de Praga, en las proximidades de la antigua frontera entre Bohemia y Moravia–, a los seis años, apenas iniciada la escuela, que entonces impartía enseñanzas en alemán, Smetana ya estaba capacitado para ofrecer un pequeño recital de piano.
Vivió el levantamiento nacionalista de 1848, por el cual se pretendía dejar atrás el absolutismo austríaco y exaltar las características específicas de algunas de las nacionalidades, entonces artificialmente unificadas bajo el imperio.
Su última composición –Má vlast -Mi patria– consta de seis poemas sinfónicos –una forma musical creada por Franz Liszt-, relativos al paisaje, la historia y la leyenda de lo que hoy es la República Checa, con capital en Praga, haciendo especial mención del río Moldava, que atraviesa la ciudad, sobre el cual, el Puente Carlos fue escenario de los enfrentamientos, que terminaron momentáneamente con la derrota del naciente nacionalismo, al que la música de Smetana está esencial y sentimentalmente unida.
Tras la caída de las barricadas, Smetana decidió trasladarse a Suecia, donde trabajó como profesor y director de coro, en Gotemburgo, al tiempo que escribía sus primeras creaciones para orquesta.
A los 36 años, apenas establecido un ambiente político más liberal en toda Bohemia, Smetana volvió a Praga, ya preparado para dirigir su innovadora obra, reflejo del carácter nacional, con piezas como Los Brandenburgueses en Bohemia o La novia vendida, ópera, esta última, que alcanzó enorme popularidad, aunque también tuvo detractores, que encontraban en el estilo musical de Smetana demasiadas similitudes con la obra de Wagner y Liszt.
A los 60 años Smetana perdió el oído; era ya completamente sordo cuando compuso su famoso ciclo de poemas sinfónicos, de los que hemos hablado, reunidos bajo el título de Mi Patria.
El Moldava a su paso por la ciudad de Praga
Fue el tercer hijo y único varón del tercer matrimonio de su padre, que tenía cinco hijas de dos anteriores esposas, teniendo Bedrich diez hermanos, de los que a su vez, sobrevivieron siete; ninguno de los cuales aprendió a hablar checo a causa del sistema educativo imperante por entonces. Su padre, Frantisek, al parecer, un buen intérprete de violín, era fabricante y proveedor de cerveza para el castillo del conde Waldstein, en la ciudad de Litomyšl.
El compositor, por su parte, se casó dos veces, como veremos, y tuvo seis hijos, de los que sobrevivieron tres.
Siendo estudiante en la escuela premonstratense de Německý Brod, Smetana se hizo amigo del que después sería reconocido poeta y periodista de tendencia nacionalista, Karel Havlíček, que se instaló en Praga en 1838, donde estudió Filosofía, y que, sin duda, ejerció gran influencia sobre el compositor, quien a su vez viajó a Praga para llevar a cabo sus estudios en la Escuela Académica de Gramática, bajo la dirección de Josef Jungmann, también poeta, y lingüista, cuya aportación fue esencial para la formación y fijación de la moderna lengua checa.
Josef Jungmann
En Praga, Smetana tuvo, sin embargo, algunos problemas de rechazo, debido a su origen provinciano, lo que le llevó a desatender los estudios, faltando a las clases, si bien empleaba la mayor parte de su tiempo en asistir a conciertos, uniéndose asimismo, a un cuarteto de cuerda para el que compuso algunas piezas.
Por entonces tuvo la fortuna de presenciar algunos conciertos de Liszt, lo que le convenció de que su destino era la música, chocando en esto con la opinión de su padre, Frantisek, para quien la música era más bien una dedicación complementaria, que debía depender de otras fuentes de ingresos más seguras, así pues, lo envió a estudiar con un primo, cuya colaboración permitió que el compositor completara sus estudios entre 1840 y 1843, simultaneándolos con su participación en veladas musicales, que le permitieron a la vez, iniciar una vida social, en cuyo transcurso, se enamoró varias veces, destacando la figura de Kateřina Kolarova, para la que compuso algunas pequeñas piezas y sin la cual decidió que le era imposible vivir.
Escribió en esta época su primera obra para orquesta; un Minuetto en si bemol.
Para cuando Smetana terminó sus estudios, el padre, aunque dio finalmente su beneplácito a la carrera musical, se encontraba en un momento económico muy difícil, por lo que el compositor decidió instalarse en Praga, en agosto de 1843, solo y sin fondos.
Por fortuna, la madre de Kateřina le presentó a Josef Proksch, director del Instituto de Música de Praga, quien aceptó al compositor como alumno al año siguiente, al mismo tiempo que este se convertía en profesor particular de la familia del Conde Thun; empleo que le permitió mantenerse en la capital mientras hacía su propio aprendizaje, entre 1843 y 1847.
Josef Proksch, fue un reconocido profesor, ciego desde la adolescencia, cuyos métodos de enseñanza se impusieron hasta finales del siglo XIX.
Josef Proksch
Durante su etapa de aprendizaje, compuso distintas obras sencillas, y la Sonata para piano en sol menor.
Durante aquella época asistió a conciertos de Berlioz en Praga, y conoció a Robert y Clara Schumann, quienes escucharon su Sonata en sol menor, pieza que, sin embargo, no convenció a aquella excepcional pareja, que veían en su composición demasiada influencia de Berlioz.
En 1847, después de lograr que Kateřina fuera contratada como maestra de los Thun, emprendió una gira de actuaciones por Bohemia Occidental con el objetivo de darse a conocer definitivamente, pero la falta de apoyos, le obligó a abandonar la idea y volver a Praga muy pronto. Allí empezó a componer su primera gran obra para orquesta, la Obertura en re mayor, mientras seguía dando clases y conciertos esporádicos.
El año siguiente se produjeron las barricadas, en cuya formación participó activamente Karel Havlíček, el amigo de la infancia de Bedrich, cuyo principal objetivo era acabar con el absolutismo de los Habsburgo, con un impulso más renovador que revolucionario y que, a la vez propugnaba un patriotismo de carácter nacionalista, tendente a recuperar la personalidad específica de algunos de aquellos territorios sometidos por el imperio. Smetana escribió dos marchas dedicadas a tales reivindicaciones, y puso música al poema titulado La Canción de la Libertad, escrito por el poeta romántico eslovaco, Jan Kollár, científico y político, uno de los más notables defensores del paneslavismo.
Ján Kollár, Mošovce, 1793–Viena, 1852
Los ejércitos Habsburgo fueron lanzados contra los rebeldes y el Príncipe de Windisch-Grätz recibió el encargo de terminar con el movimiento en Praga, tarea que llevó a cabo con facilidad y rapidez. Smetana participó en las barricadas del Puente Carlos y conoció entonces al líder estudiantil Karel Sabina -condenado a prisión hasta 1857-, quien posteriormente escribiría los libretos de sus dos primeras óperas.
Praga, junio de 1848. El Ejército ante las Barricadas. La viñeta número 6 refleja la lucha sobre el Puente Carlos.
Aquel mismo año, Smetana había enviado una carta a Franz Liszt para pedirle que aceptara la dedicatoria de su composición titulada Seis Piezas Características, y también que le recomendara a un editor musical. Liszt aceptó ambas cosas, pero no aludió al préstamo que Smetana le pidió para poder abrir una escuela de música, a pesar de lo cual, el compositor pudo reunir personalmente los fondos necesarios en pocos meses, y para finales del verano de 1848, ya tenía doce alumnos. Aunque los principios fueron difíciles, el centro creado en aquellas circunstancias, empezó a cobrar fama y se puso de moda, especialmente entre los nacionalistas.
Al año siguiente Smetana trasladó su escuela a la casa de los padres de Kateřina, donde comenzó una época de vida social, con la presencia regular de Franz Liszt y, en ocasiones, la del propio ex emperador Fernando, que residía en Praga.
Alcanzaba así el compositor un cierto nivel de vida que le permitió casarse con Kateřina, a finales de agosto de 1849. Tuvieron cuatro hijas.
Al final, Smetana entraría al servicio del antiguo emperador Fernando, entonces instalado en el castillo de Praga, aunque siguió con sus clases y componiendo, esencialmente, para piano, obras como Escenas de bodas y Hojas de Álbum, para continuar, ya en 1583 con una composición orquestal de mayor entidad, como fue la llamada Sinfonía Triunfal, que debía ser interpretada con ocasión del aniversario de boda del nuevo emperador, Francisco José, pero que fue rechazada por la corte, al considerar insuficientes sus referencias austríacas. Aun así, Smetana contrató personalmente toda una orquesta para poder interpretar públicamente la Sinfonía, pero no consiguió el éxito que esperaba, perdiendo en el intento una parte notable de sus ingresos.
Smetana en 1854.
Entre 1854 y 1856, Smetana perdió a sus hijas Gabriela, Bedriska y Kateřina, cayendo asimismo su esposa, enferma de tuberculosis. Escribió el Trío para piano en sol menor, que logró la aprobación de Liszt, pero no la de la crítica. Para completar su desánimo, recibió aquel mismo año la noticia del fallecimiento de su viejo amigo Karel Havlíček, mientras aún se hallaba en el exilio. Tal vez aquel cúmulo de tristeza, unido a la falta de un reconocimiento definitivo y claro de su obra, le decidieron a abandonar la ciudad de Praga, para instalarse en Gotemburgo, donde, casi inesperadamente y, en muy poco tiempo fue nombrado director de la Sociedad de Gotemburgo para la Música Clásica Coral y abrió una escuela que, inmediatamente se vio desbordada por el número de alumnos, aunque el éxito le ocupaba la práctica totalidad de su tiempo, por lo que apenas pudo componer.
Cuando volvió a Praga en 1857, Kateřina, su esposa, estaba gravemente enferma y, poco después fallecía Frantisek Smetana, su padre. Ese mismo año, ya en el otoño, decidió volver a Gotemburgo, llevando consigo a su ya única hija Žofie. Antes de emprender el viaje, visitó a Franz Liszt, asistiendo a una interpretación de la Sinfonía Fausto, cuya audición le ayudó a recuperar el ánimo y los deseos de componer. Afortunadamente, encontró en el pianista una cálida compañía, dentro de la soledad de su vida en Suecia, a pesar del éxito.
Durante aquella estancia conoció a Fröjda Benecke, quien habiendo llegado como alumna, pronto se convirtió en su amante, y le inspiró toda una serie de composiciones, como La visión en el baile; Ricardo III; El campamento de Wallenstein; un nuevo poema sinfónico titulado Hakon Jarl y dos obras para piano: Macbeth y las brujas y el Estudio en do en el estilo de Liszt.
Kateřina murió finalmente, en la primavera de 1859. Smetana dejó a su hija al cuidado de la madre de Kateřina, y se entrevistó con Liszt en Weimar, pero ese mismo año, perdió también a su hermano pequeño, Karel, aunque aquella triste circunstancia le aportó la posibilidad de conocer a un nuevo amor en la persona de Bettina, cuñada del propio Karel, a la que inmediatamente, Smetana propuso matrimonio. Se casaron el año siguiente y ambos volvieron a Suecia, donde Smetana, tuvo la oportunidad de ofrecer un concierto de piano ante la familia real sueca, en Estocolmo. Poco después nacía su hija Zdenka.
Casi coincidiendo con la muerte de Kateřina, Francisco José, el nuevo emperador, era derrotado en Solferino, lo que trajo, junto con el debilitamiento imperial, nuevas expectativas para el desarrollo de la cultura nacional checa, pero el éxito esperado por Smetana como pianista, no terminaba de llegar. Para entonces se había cansado ya de vivir en Suecia, decidiendo una vez más, volver a Praga en 1862.
Ya un año antes se había decidido allí la construcción de un nuevo teatro, en cuya dirección pensó Smetana, que, sin embargo, fue rechazado a causa de los vaivenes políticos, ya que se le consideraba no sólo excesivamente modernista, sino, incluso, peligroso.
Por entonces, el conde Jan von Harrach convocó un concurso de ópera, que debía ser cómica e histórica, y siempre basada en la cultura checa, estableciendo al efecto extraordinarios premios en metálico. Smetana encargó un libreto a su ya viejo compañero de barricadas, Karel Sabina, quien escribió sobre la invasión de Bohemia en el siglo XIII, la obra titulada: Los brandenburgueses en Bohemia.
Tuvo que esforzarse Smetana entonces para superar una importante carencia en su formación, como era el desconocimiento de la lengua checa, puesto que como habíamos apuntado, durante sus años escolares se imponía el alemán. Con el mismo tesón que ponía en todos sus actos, Smetana emprendió un aprendizaje intensivo, que en poco tiempo, le hizo alcanzar el dominio absoluto de la nueva lengua.
Mientras tanto, había nacido su hija, Bozena y finalmente, en 1866 alcanzó el éxito de crítica y público, con Los Brandemburgueses, si bien se trata de una ópera que no ha pasado a la posteridad, aquel éxito le animó a emprender la composición del segundo guión escrito por Sabina, titulado La Novia Vendida, cuyo estreno fue un fracaso –quizás debido al amenazador ambiente previo a la invasión prusiana-, pero constituyó un gran éxito en una ejecución definitiva en 1870 y hasta la actualidad es su obra más interpretada, además de Mi Patria.
Sorprendentemente, tras la invasión prusiana -durante la cual, Smetana prefirió abandonar Praga, temiendo algún riesgo para su persona, al ser conocidas sus simpatías nacionalistas-, fue nombrado director del Teatro Provisional.
En mayo de 1868, estrenó su tercera ópera, titulada Dalibor, en el Nuevo Teatro de Praga, que tuvo una acogida más bien fría, y que, además de defraudar sus expectativas, provocó una oleada crítica tendente a arrebatarle el cargo de director del Teatro Provisional bajo la acusación de ser excesivamente wagneriano, y opuesto, por tanto al nacionalismo checo. Se recogieron firmas de abonados para reclamar su destitución, pero firmes apoyos, entre los que contaba con el de Antonín Dvořák, no sólo la impidieron, sino que contribuyeron a mejorar su posición.
En 1872 terminó su grandiosa cuarta ópera, titulada Libuše.
Tras su reelección, entre 1873 y principios de 1874 compuso su quinta ópera, Las dos viudas, que estrenó en el Teatro Provisional el 27 de marzo de 1874; celebrada por sus partidarios y atacada por sus opositores.
El verano siguiente, el compositor sufrió una infección de garganta que le provocó sordera, viéndose obligado a renunciar a su trabajo. Para el otoño había perdido totalmente el oído derecho y poco después, también el izquierdo, lo que le obligó a abandonar el trabajo definitivamente. El teatro le ofreció una pensión a cambio de los derechos sobre su obra, algo que, al parecer, Smetana se vio obligado a aceptar a su pesar.
En enero de 1875, escribía en su diario: Si mi enfermedad es incurable, preferiría ser liberado de esta vida. Por aquellos días, su relación con Bettina se había deteriorado radicalmente, debido a cuestiones financieras, que llevaron al matrimonio a pensar en el divorcio, aunque finalmente, no se produjo y siguieron conviviendo a pesar del mutuo desagrado.
La salud del compositor empeoraba claramente, a pesar de lo cual siguió componiendo sin rendirse. Se instaló en casa de su hija mayor, Žofie, y allí, con cierta tranquilidad, completó la composición de los seis poemas sinfónicos, titulados en su conjunto, Má vlast -Mi patria-.
Finalmente, se estrenaba la ópera titulada Libuše, con la inauguración del Teatro Nacional, el 11 de junio de 1881. Smetana asistió a la representación desde el palco del director y el estreno constituyó un éxito, tras el cual el público reclamó repetidamente la presencia del compositor en el escenario.
Llegaba así el esperado reconocimiento de Smetana, como principal autor de la música nacional checa, seguido de diversos éxitos durante los últimos años de su vida, tales como alcanzar las cien representaciones de La Novia Vendida, en mayo de 1882.
Ya en 1879 Smetana había escrito a su amigo, el poeta checo Jan Neruda, que temía que estaba perdiendo la razón. Durante el invierno de 1882-83 sufrió depresiones, insomnio y alucinaciones, además de pérdidas esporádicas del habla. Aun así, en 1883 empezó a componer la suite sinfónica, Carnaval en Praga, que nunca terminó.
En octubre de 1883 se comportó de forma incoherente durante un recepción y a mediados del año siguiente, no sólo había perdido la razón, sino que, en ocasiones, se mostraba muy violento, hasta el extremo de que su familia, en abril de 1884, se sintió incapaz de atender a su cuidado, por lo que decidieron internarlo en una institución psiquiátrica, donde falleció tres semanas después.
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Rafael Kubelík & Česká filharmonie
Má vlast –Mi patria–, es un conjunto de seis poemas sinfónicos compuestos entre 1874 y 1879. Se presenta siempre como una sola obra en seis movimientos, pero cada poema fue compuesto por separado y sin conexión formal entre sí.
Smetana emplea el estilo de poema sinfónico iniciado por Franz Liszt, con un sentido nacionalista de la música, que se hizo habitual a finales del siglo XIX. Cada poema representa un aspecto del paisaje, la historia o las leyendas de Bohemia.
Vyšehrad – Vltava – Šárka - Z českých luhů a hájů – Tábor – Blaník.
El Alto Castillo – Moldava – Sarka – De los Bosques y Prados – Tábor – Blaník.
El primer poema, Vyšehrad –El Alto Castillo–, estrenado el 14 de marzo de 1875, describe el castillo de Praga, en el que residían los antiguos reyes checos y su corte. El poema se inicia con la música del arpa de Lumír, cantante de la misma corte, pasando después a reproducir los sonidos del arsenal de la fortaleza. A continuación, Smetana describe su historia, que remata con una marcha. El arpa evoca siempre el castillo. A continuación se oye la corriente del Moldava, y el poema se cierra con el arpa. Smetana nunca pudo escuchar esta obra.
El segundo poema, Vltava –Moldava–, se estrenó el 4 de abril de 1875. Compuesto en mi menor, su duración es breve. La composición –escribió Smetana–, describe el curso del Moldava: su origen, en dos manantiales –flauta–, el Moldava Frío y el Moldava Caliente, su unión, su curso a través de bosques.
Sigue una boda campesina –polka–, con la danza de las náyades –cuerda–, a la luz de la luna; en las cercanías del río se alzan castillos orgullosos, palacios y ruinas.
El Moldava se precipita en los Rápidos de San Juan –címbalos y timbales–, y después se ensancha de nuevo y fluye apacible hacia Praga, pasa ante el castillo Vyšehrad, y se desvanece majestuosamente en la distancia, desembocando en el Elba.
Este poema sinfónico, quizás, el más conocido de Smetana, procede de una antigua canción popular hoy desconocida, y es también la base del himno nacional de Israel, titulado Hatikva.
El tercer poema, terminado el 20 de febrero de 1875, recibe su título de la guerrera amazona Šárka, de la antigua leyenda checa de la Guerra de las Doncellas. Šárka se ata a un árbol simulando ser prisionera de las mujeres rebeldes. El príncipe Ctirad la libera, pero ella emborracha a los hombres del príncipe con hidromiel, y a él le convence para que haga sonar el cuerno, que no es sino la señal para el ataque de las mujeres rebeldes, que, pretenden matar a los hombres, aunque al final son derrotadas.
Z českých luhů a hájů – De los bosques y prados de Bohemia, fue estrenado el 10 de diciembre de 1878. Describe la belleza del campo bohemio.
El quinto poema, estrenado el 4 de enero de 1880, toma su nombre de la ciudad de Tábor, en el sur de Bohemia; fundada por los husitas y su capital durante la guerra.
El poema Blaník se estrenó el 4 de enero de 1880. Se refiere a la montaña del mismo nombre, en la que se supone que duerme un ejército de caballeros mandado por San Wenceslao, que despertarán y ayudarán al país cuando este lo necesite. Empieza con los mismos compases que termina Tábor. Los dos poemas forman, casi una unidad, igual que los dos primeros; Vyšehrad y Moldava, escenificando el discurrir del río al pie del castillo.
František Dvořák, 1923: Bedřich Smetana y sus amigos en 1865.
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