martes, 13 de noviembre de 2018

El Jefferson National Expansion Memorial en Saint Louis: 1. La compra de Luisiana


La compra de Luisiana · La Expedición Lewis - Clark · El caso Dred Scott

El Jefferson National Expansion Memorial, fue creado en diciembre de 1935, en la ciudad de San Luis, Missouri.

Arco sobre el Jefferson National Expansion Memorial en Saint Louis

El Memorial se encuentra a la orilla del río Mississippi, en el espacio en que se asentaba la ciudad original de San Luis, y recuerda varios eventos históricos. 

El Museo de la Expansión hacia el Oeste, conmemora la adquisición y exploración de Luisiana.

Muy cerca, se sitúa el punto de partida de la legendaria expedición de Lewis y Clark, destinada a explorar los territorios adquiridos por los Estados Unidos a la Francia napoleónica. 

En cuanto al Antiguo Palacio de Justicia / Old Courthouse, es un edificio federal y estatal, en el que se presentó el caso Dred Scott; una reclamación de libertad que, en principio fue desestimada. 

El Arco Gateway, que corona la memoria de los eventos citados: -compra de Luisiana, su exploración y el estallido del caso Dred Scott, contra la esclavitud-, es hoy el elemento distintivo de la ciudad. Construido en acero, mide 192 metros de altura por 192 metros de ancho.

Antiguo Palacio de Justicia

Arco Gateway
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Los antecedentes

Fueron los franceses Pierre Laclède y su hijastro Auguste Chouteau los que fundaron Saint Louis, como sede comercial, que pronto se convirtió en ciudad.

Pierre Laclède 

Nacido en Bedous, Béarn, el 22.11.1729, falleció cerca de la desembocadura del río Arkansas, el 20.6.1778. Bedous fue un trampero que, con su ayudante e hijastro Auguste Chouteau, fundó la ciudad de San Luis, Misuri, en 1764.

René Auguste Chouteau, Jr.

Nacido en Nueva Orleans, Louisiana, el 26.9.1750 y fallecido en St. Louis, Missouri, el 24.2.1829, hizo fortuna como comerciante de pieles y se dedicó a la política. Con la ayuda de su padrastro, Pierre Laclède, fundó la actual ciudad de St. Louis, en la Louisiana, francesa entonces, pero que, después pasaría a ser territorio estadounidense. 

Como miembros de una de las familias más adineradas de la región, su hermanastro Pierre Chouteau y él tuvieron durante muchos años el monopolio comercial con la tribu Osage en el Río Missouri. Tuvo estrecha y buena relación con algunos de los miembros de la expedición de Lewis y Clark y llevó a cabo numerosos acuerdos empresariales con franceses, españoles y americanos que gobernaban la región de Louisiana a principios del Siglo XIX, pero no ocurrió lo mismo con otros comerciantes y exploradores de la época, como el español Manuel Lisa o el gobernador Manuel María de Salcedo.

Antes de morir, vendió 22 de sus 36 esclavos y repartió las ganancias obtenidas entre sus descendientes Sus restos descansan en el cementerio católico de Calvary, en St. Louis.

Manuel Lisa

Nacido en Nueva Orleans, 8.9.1772 y fallecido en San Luis, Misuri, el 12.8.1820. También fue un conocido comerciante de pieles, además de explorador y agente indio, de origen español. Fundador y uno de los impulsores, de la Compañía de piel de Misuri - Missouri Fur Company, y el más conocido explorador, en su época, de las regiones indias que corresponden con los actuales estados de Misuri y Kansas. Tuvo gran influencia sobre las tribus indias de la región del alto Misuri, logrando que muchas de ellas se alinearan con los estadounidenses, contra los británicos en la guerra de 1812.

El temperamento y personalidad de Lisa le crearon graves tensiones con James Wilkinson, el gobernador del territorio de Luisiana, perteneciente a los EE. UU. Wilkinson, del que más tarde se descubrió que era agente secreto de la corona española, obstaculizó los intentos de Lisa para crear nuevas rutas comerciales con Santa Fe, en Nuevo México, prohibiendo además, que nadie hiciera tratos con él.

A pesar de las maniobras contra Lisa por parte del gobierno y de la familia Chouteau, en 1807, este empezó a preparar una expedición comercial, que debía ser anual, para obtener pieles en la región del curso superior del río Misuri. La primera salida, fue realizada bajo su supervisión, por John Colter, quien, en compañía de 42 hombres, emprendió y llevó a cabo la exploración prevista e inició acuerdos comerciales con la tribu de los pies negros, llegando a la desembocadura del río Yellowstone, lo que le convirtió en el primer europeo que vio lo que hoy es el Parque Nacional Yellowstone.

La reputación de Lisa en San Luis mejoró notablemente, como resultado de su actuación y pudo entonces hacer amistad con élite gobernante de San Luis.

En el otoño de 1817, murió su primera esposa, Polly, cuando se encontraba en Fort Lisa, y a su vuelta, el verano siguiente; en agosto de 1818, se casó con la viuda, Mary Hempstead. Tras pasar un año en San Luis, ambos se trasladaron a Fort Lisa, en Nebraska. Fue durante el invierno de 1819-20, siendo Mary, probablemente, la primera mujer blanca que remontó el río Misuri. 

Aunque Lisa volvió a San Luis con buena salud, en abril de 1820, una enfermedad desconocida le causó la muerte en Sulphur Springs, hoy dentro de la ciudad de San Luis, el 12 de agosto de 1820. Fue enterrado en el cementerio de Bellefontaine, en un terreno de la familia de su viuda.

Manuel María de Salcedo, fue el 32º gobernador de Texas bajo el reinado de Fernando VII. Había estudiado en la Academia Real de Ocaña, y después en el Real Seminario de Nobles, pasando finalmente, al ejército, en infantería, donde alcanzó el grado de teniente. En 1801, su padre fue nombrado gobernador de la Luisiana española, y más adelante, Salcedo le acompañó a Nueva Orleans, donde fue comisionado de frontera mientras España se preparaba para transferir aquella colonia a Francia.

Se casó en 1803 con una mujer de ascendencia hispanofrancesa, llamada María Guadalupe Prietto y la Ronde y juntos volvieron a España cuando Napoleón vendió Luisiana. Después fue nombrado gobernador de la provincia de Texas, aún parte del Virreinato de la Nueva España.

Durante su primer año en el cargo, Salcedo se enfrentó a muchos problemas, y tuvo importantes desacuerdos con su tío, Nemesio Salcedo. Después de recorrer los Estados Unidos durante varios meses, Salcedo avisó sobre el espíritu agresivo de los hombres de la frontera anglo-americana y para reducir la amenaza sobre las fronteras españolas, recomendó que Texas recibiera más colonos y soldados de la zona, publicando que los inmigrantes que pudieran demostrar su lealtad a España serían recibidos en la provincia, incluyendo desertores del ejército de los EE. UU. Pero, en contra de esto, su tío ordenó que la frontera permaneciera cerrada a toda la gente de Luisiana, y se alió con esclavistas de los Estados Unidos para detener a los esclavos fugitivos.

A causa de diversos enfrentamiento internos, Salcedo, partidario de la república, murió a manos de un cierto Capitán Delgado, que le acusaba de la muerte de su padre. Encargado Delgado de conducir a Salcedo y a sus compañeros presos, a la frontera, donde se debían discutir los acuerdos de su rendición, procedió a degollarlos miserablemente, uno tras otro, a mitad del camino, cuando tenían las manos atadas, dejándolos sin enterrar para que los buitres devoraran sus restos, si bien, los de Salcedo fueron recuperados por un sacerdote y enterrados en la iglesia de San Fernando.
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Después de la guerra entre Francia y los colonos nativos americanos, San Luis pasó al dominio de la Corona de España, como capital de la Alta Luisiana de la Luisiana española. 

Más adelante, tropas españolas derrotaron a las inglesas en la Batalla de San Luis, consolidando así la propiedad del inmenso territorio, genéricamente llamado Far West o Lejano Oeste y gran parte del Centro-Oeste de América del Norte, donde se llevaron a cabo diversos proyectos de exploración, colonización y asentamiento, y se crearon varias rutas de gran importancia, como la llamada Senda de Oregón o el Camino de Santa Fe

Luisiana, estuvo bajo soberanía española desde 1763, como consecuencia del Tratado de París, pero en 1800, fue cedida a la Francia napoleónica mediante el Tratado de San Ildefonso, mantenido en secreto durante un tiempo. Finalmente, como sabemos, sería adquirida por los Estados Unidos a Francia, por acuerdo entre Thomas Jefferson y Napoleón, en 1803.

Tras su adquisición por Jefferson, San Luis se convertiría en el punto de partida de los exploradores Meriwether Lewis y William Clark, que fueron guiados, en ocasiones, por Manuel Lisa y por tramperos, como los Ashley's Hundred, o Los cien de Ashley. Por último, se convirtió en paso obligado para cuantos emigraban hacia el oeste, razón por la cual, durante el siglo XIX la ciudad de San Luis fue conocida como La Puerta del Oeste.

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La Compra de Luisiana

Cuando Nueva Orleans era la capital de la Provincia Española de Luisina, 1762-1803, esta calle llevaba el nombre de Calle de San Luis.

Todo empezó en 1803 con la hoy asombrosa decisión de comprar Luisiana, por parte de Thomas Jefferson, y la no menos asombrosa, de venderla, por parte de Napoleón, entonces Primer Cónsul en Francia, ofreciendo este último, no sólo la extensión solicitada por el presidente, sino toda la zona, consistente en un bloque de 2.144.476.km², por un total de 15 millones de dólares, cifra que, una vez sumados los intereses, ascendió definitivamente a más de 23 millones.

La extensión adquirida comprendía los territorios que actualmente corresponden a los estados de Arkansas, Misuri, Iowa, Oklahoma, Kansas, Nebraska, Minnesota al sur del río Misisipi, gran parte de Dakota del Norte, casi la totalidad de Dakota del Sur, el noreste de Nuevo México, el norte de Texas, una sección de Montana, Wyoming, Colorado al este de la divisoria continental, y Luisiana a ambos lados del río Misisipi, incluyendo la ciudad de Nueva Orleans. Además, la compra comprendía partes de las provincias actuales de Alberta y Saskatchewan, en lo que hoy es Canadá; en conjunto, el 23% de la superficie actual de los Estados Unidos.

La compra era considerada de enorme importancia por Thomas Jefferson, que se enfrentó a cierta resistencia interna, ya que no estaba clara la constitucionalidad de aquella adquisición, pero el presidente decidió comprarlo, para evitar que Francia y España tuvieran el poder de impedir el acceso de los comerciantes estadounidenses al puerto de Nueva Orleans, objetivo que se complementaba con el no menos importante, por parte de los Estados Unidos, de hacerse con el dominio del tráfico comercial a través del río Misisipi. 

Louisina Purchase; el territorio objeto de la compraventa, en un mapa de principios del siglo XX.

Su adquisición abrió a los Estados Unidos el acceso al océano Pacífico e incrementó de forma espectacular su territorio -algo menos que la cuarta parte del total-, por lo que supuso un acontecimiento de enorme trascendencia, que provocó un hito muy importante para el futuro de la nación americana.

En 1803, Luisiana, territorio de más de dos millones de km², lindaba al norte con posesiones británicas; al este con el río Misisipi y al sur y oeste con territorios de la Corona de España y estaba poblado por unos 35.000 habitantes; de los que alrededor de un tercio, se concentraba en Nueva Orleans. 

Por su parte, Francia tenía prisa por deshacerse de aquel territorio que había obtenido sólo dos años atrás -por el Tratado de Retrocesión con España, que obligaba a esta a devolver a Francia el territorio recibido tras la Guerra de los Siete Años

Haití ya había declarado su independencia de Francia, por lo que Luisiana perdió interés estratégico para Napoleón, que decidió venderla ante el riesgo de que Inglaterra se la arrebatara, razón por la que declaró: Esta venta no es un gran negocio para Francia, pero lo importante, es que le daremos a los ingleses un competidor nuevo en su monopolio marítimo.

Cubierta, con el sello, y primer folio de la copia de uno de los documentos del Tratado de compra de Luisiana.

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Una vez citado el Tratado de Retrocesión, conviene, tal vez, revisar el papel histórico que había tenido el Reino de España en el territorio en cuestión.

Luisiana era el nombre de una gobernación española (1764-1803) perteneciente a la Capitanía General de Cuba, dentro del Virreinato de Nueva España. La mayor parte del territorio se extendía al oeste del río del río Misisipi y la capital y principal ciudad era Nueva Orleans. 

Luisiana había sido cedida a España por el Tratado de París, en 1763, como compensación por la pérdida de La Florida, pero volvió a cederla a Francia, junto con el Ducado de Parma, por el Tercer Tratado de San Ildefonso, a cambio del Gran Ducado de Toscana, El acuerdo fue ampliado y confirmado por el Tratado de Aranjuez, de 1801.

Su población, en 1763 era de unos 50.000 habitantes, y su extensión, como se ha dicho, ampliamente superaba los dos millones de kilómetros cuadrados. La anexión de la Luisiana había supuesto la posesión histórica de mayor envergadura del Imperio español, pero a causa, precisamente, de la enormidad del territorio -cuatro veces mayor que la propia metrópoli-, tras el breve período durante el que mantuvo la propiedad -40 años-, dejó una mínima huella mínima, limitada prácticamente a Nueva Orleans, sede del gobierno.

En naranja: área de La Luisiana española hacia 1803, con los estados actuales sobre el territorio que abarcaba cuando fue comprada por Thomas Jefferson.
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Los españoles fueron los primeros europeos conocidos que descubrieron el delta del Misisipi, durante la expedición de Alonso Álvarez de Pineda en el año 1519. Le siguió la exploración de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, con su fiel acompañante Estebanico -posiblemente, español, nacido en el norte de África- y otros dos españoles, que, entre 1527 y 1528 recorrieron a pie el territorio, de sur a norte; desde la península de la Florida hasta México. 

Alvar Núñez escribió Naufragios y Comentarios, obra en la que narraba las incidencias de los cuatro únicos supervivientes de la expedición de Pánfilo de Narváez a Florida (1527), que vivieron entre los indios durante ocho años, a veces como esclavos, otras, como comerciantes y también como curanderos, circunstancias diversas en las que atravesaron a pie los actuales Estados Unidos, hasta que, en 1537 lograron volver a territorio de control español, en la colonia de Nueva Galicia, también del Virreinato de Nueva España

El escrito de Cabeza de Vaca ofrece las primeras observaciones etnográficas sobre las poblaciones indígenas del golfo de México y en él aparecen por primera vez, algunas palabras tomadas de las lenguas americanas. Se considera asimismo la primera narración histórica sobre el territorio actual de los Estados Unidos. Fue publicada en 1542 en Zamora y, en 1555, en Valladolid, salió una edición corregida y aumentada con el viaje del autor al Río de la Plata. 

La relación y comentarios del governador Alvar nuñez cabeça de vaca, de lo acaecido en las dos jornadas que hizo a las Indias

Mucho antes de que Francia empezara a explorar esta zona y de que creara la colonia de Nueva Francia, los españoles ya habían explorado el río Misisipi -que ellos llamaban del Espíritu Santo-, y su extensísima cuenca, desde La Florida.

En 1601 desde las ya españolas Texas y Nuevo México, se produjo, por el sudoeste, la entrada de Juan de Oñate y sus tropas, también españolas, en la zona de los grandes llanos hasta alcanzar prácticamente la ciudad poblada de aborígenes, a los cuales los españoles apodaron Rayados. a causa de las rayas que llevaban tatuadas los Wichita desde los ojos hasta las orejas. La gente de Oñate llegó prácticamente hasta la ciudad de Etnazoa, la actual Arkansas City, pero las pocas tropas comandadas por Oñate tuvieron que retroceder ante la hostilidad indígena, y por el hecho de no haber encontrado la menor señal de la posibilidad de encontrar oro.

Los primeros colonos franceses exploraron los nuevos territorios de la cuenca del Misisipi desde los Grandes Lagos, a los que llegaron por el río San Lorenzo. Los viajes se hacían en canoas y duraban unas cinco o seis semanas, favorecidos por las corrientes descendentes del Misisipi. 

También podían acceder por el río Ohio -Ujayu-, una ruta más accesible para ir desde Montreal a Nueva Orleans en tiempos de la Nueva Francia. Las tres vías de acceso desde Nueva Orleans a la Alta Luisiana eran difíciles y estaban llenas de escollos, lo que quizás explicaría el hecho de que los franceses pudieran mantener el territorio íntegro durante más de 80 años, mientras que los españoles sólo llegaron a 40.

En 1682 la región recibía el nombre de Louisiane Française, en honor de Luis XIV. Se extendía desde el golfo de México hasta la actual frontera de Canadá. Finalmente, en 1718 se fundó Nueva Orleans, que se convertiría en la ciudad más importante del territorio y fue su capital, desde 1723.

España intervino, al final de la Guerra de los Siete Años, en apoyo de Francia y Carlos III pidió al rey francés que, a cambio del apoyo ofrecid, le entregara Luisiana, lo cual se aceptó por el Tratado de Fontainebleau de 1762

La guerra terminó, no obstante, de forma adversa para España, ya que Gran Bretaña le arrebató las Floridas, por el Tratado de París, de 1763, que reconocía su entrega, aunque mantenía Luisiana. Francia entregó a Gran Bretaña la llamada Nueva Francia, es decir, Quebec; Acadia, hoy Canadá, y el País de Illinois, hasta entonces sede provisional del gobierno francés de la Alta Luisiana.

La Luisiana española se extendía entonces, de sur a norte desde la Llanura Costera del Golfo de México hasta la frontera del Canadá, y de este a oeste, desde la cuenca izquierda del Misisipi, hasta las montañas Rocosas al NO de Colorado, abarcando gran parte del Medio Oeste. La población de tan inmenso territorio español se calcula, para 1785 en unos 125 000 habitantes, concentrados a lo largo de ríos, como el Misisipi, el río Rojo, y el Misuri. Los desplazamientos demográficos se desarrollaron a lo largo de estos ríos y del Ohio.

Ecológicamente, el inmenso territorio de la Luisiana Española correspondía a la mayor parte del hoy llamado Medio Oeste y abarcaba los Grandes Meadows, cubiertos por altos pastizales de hasta 2 m de altura, que se ubicaban al oeste de los bosques occidentales y al norte de la Travesía de los Leños o de los Bosques, después, Cross Timbers; región boscosa, que sería talada a partir de 1803, por los colonos estadounidenses. 

En 1764 se anunció formalmente la adquisición de Luisiana por parte de España y dos años después, Antonio de Ulloa empezó a ejercer como su primer gobernador español. En 1768, estalló una rebelión contra él, reducida por su segundo, Alejandro O'Reilly, que impuso la ley española, prohibiendo la esclavitud de los indígenas.

Con el gobierno español, se produjo en Luisiana una revolución demográfica, pues se favoreció la inmigración europea o de origen europeo, además de cajuns, isleños, alsacianos, estadounidenses etc., con lo cual la población creció un 500 por cien, entre 1763 y 1800, llegando a alcanzar los 50000 habitantes de distintos orígenes, cuyos proyectos económicos, sin embargo, fueron totalmente coartados por el férreo monopolio español.

La figura más conocida del periodo español fue Bernardo de Gálvez, gobernador de Luisiana, que firmó la declaración de guerra de España contra Gran Bretaña el 8 de mayo de 1779. Derrotó a los ingleses en Baton Rouge, Naches, o Nechas; Mobile y Pensacola, y recobró la Florida en 1781, hecho reconocido por el Tratado de París, de 1783. La ciudad tejana de Galveston se llama así en su honor.

En 1781 el matrimonio franco-occitano formado por Martin Lebleu y su esposa, Dela Marion, aceptando la nacionalidad española, iniciaron el establecimiento -a unos 10 km al NE de su actual sitio-, del poblado entonces llamado, en honor del rey español, Lago Carlos, actualmente, Lake Charles

En 1788, con unos 2000 emigrantes anglosajones, se fundaba Nueva Madrid, en el curso medio del Misisipi, al mismo tiempo que se consolidaba la inmigración de cajuns, o cadiens, refugiados desde la Acadia, y la de colonos canarios, los llamados isleños, principalmente a la zona del delta del Misisipi. Aquellos isleños fueron uno de los núcleos poblacionales de Nueva Iberia, Barataria, Valenzuela, Villa Gálvez o Galveztown, diferente de la citada Galveston tejana; Villa Española, hoy Spanish Town, y la Parroquia de San Bernardo, entre otras localidades.

Por otra parte, las autoridades españolas promovieron importantes exploraciones que abrieron nuevas rutas comerciales, como fueron las emprendidas por Pedro Vial, Manuel Lisa y Facundo Melgares.

En la Guerra de Independencia Estadounidense, España apoyó a los independentistas contra los ingleses.

Durante el gobierno de Esteban Rodríguez Miró, se produjeron los dos primeros grandes incendios que destruyeron la mitad de Nueva Orleans. Rodríguez creó ordenanzas para regular la construcción de edificios, introduciendo el estilo español en la arquitectura de la ciudad, que empezó a contar con arcadas, patios y fuentes, de todo lo cual, quedan huellas notables hoy. Después se sucedieron varios gobernadores españoles. 

Entre tanto, se había producido la Revolución francesa y después, Napoleón Bonaparte quiso recuperar Luisiana, lo que, finalmente logró mediante el Tratado de San Ildefonso, en 1803. 

El territorio de la Luisiana española, nunca fue bien cartografiado, detalle que favoreció que el Imperio francés reclamara territorios indiscutiblemente españoles, y con la Compra de Luisiana de 1803 los estadounidenses heredaron las mismas pretensiones. Por esto, tras la venta hecha por Francia, considerada ilegal por muchos españoles -ya que se violaban los términos de la devolución-, se produjo una interminable discusión en España. 

La realidad, es que los límites reales del territorio en cuestión, no habían sido fijados en el Tratado de Fontainebleau de 1762 -por el que Francia lo había cedido a España-, pero tampoco aparecían en el Tratado de San Ildefonso de 1800, de Retrocesión a Francia, ni, por supuesto, en el definitivo acuerdo de compra de 1803. 

Manuel Salcedo entregó la Baja Luisiana el 30 de noviembre de 1803 en el Cabildo de Nueva Orleans; la Alta Luisiana fue cedida el 9 de marzo de 1804, oficialmente, en San Luis de Illinues por el teniente gobernador Carlos Dehault De Lassus.

Hasta el Tratado Adams Onís, tanto España como Estados Unidos siguieron haciendo reclamaciones, pero en 1810, ante la debilidad de España, provocada, entre otras cosas, por las Guerras Napoleónicas y por la Guerra de Independencia Hispanoamericana, los españoles se vieron obligados a dejar a un lado sus intereses americanos en el Norte.

Los estadounidenses renunciaron, no obstante, a sus pretensiones sobre Texas y a la mitad noroccidental de Nuevo México, y a cambio, España, que prácticamente ya no detentaba poder en el continente, mantuvo Nuevo México, la totalidad de Tejas y dos tercios del actual estado de Colorado, pero renunció al oeste del actual estado de Luisiana, así como a las estratégicas Floridas, geopolíticamente, llaves de la Cuenca del Caribe y del Misisipi. 

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Placa conmemorativa de la compra de Luisiana en París 

En este lugar, en la época del Ministerio del Tesoro, el 30 de abril de 1803 se firmó el acta de cesión de Luisiana por Francia a la República de los Estados Unidos de América. Los firmantes fueron Barbé-Marbois en nombre del Primer Cónsul Bonaparte y Livingstone y Monroe enviados por el Presidente Jefferson. 30 de abril de 1803
France-Luisiane Franco-Américanie
El Recuerdo Napoleónico
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Cuenca del Mississippi

Los límites de la cuenca derecha del Mississippi -a la izquierda en la imagen-, con el nacimiento de sus afluentes, conformarían los del nuevo territorio, propiedad de los Estados Unidos. Su extensión, finalmente, se estimó basándose en las exploraciones de Robert de La Salle

El precio aceptado por Jefferson, era, en realidad, una suma relativamente reducida, si bien, para los jovencísimos Estados Unidos, supuso un enorme gasto, aunque, a la larga, se convirtió en el negocio más rentable de su Historia.

Muchos críticos consideraron que Jefferson se comportaba de forma hipócrita, haciendo algo que habría criticado si lo hubiera hecho otro. De hecho; los Federalistas se opusieron drásticamente a la adquisición, apoyando las relaciones con Gran Bretaña frente a Francia. Juzgaron la compra como inconstitucional y consideraban que EE.UU. había pagado aquella enorme suma sólo para hacer la guerra a España. La Cámara de Representantes también se opuso; y el líder de la mayoría opositora, John Randolph provocó una votación que, a su pesar, aprobó la compra por el estrecho margen de 59 contra 57.

Los Federalistas incluso defendieron que aquellas tierras eran de propiedad española, y no francesa, si bien los documentos más recientes, algunos secretos hasta entonces, indicaban lo contrario. Los federalistas temían, en realidad, que el poder político de los estados de la costa este, fuese amenazado por los nuevos ciudadanos del oeste. Además, se temía que los nuevos estados esclavistas que surgirían inevitablemente, aumentarían también la tensión entre el norte y el sur.

El sábado 30 de abril de 1803, el Tratado, que establecía los términos de la adquisición de Luisiana, fue firmado por Robert Livingston, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos; James Monroe, presidente, en 1816, y por el aristócrata francés, Barbé Marbois, en París.

Robert Livingston, James Monroe y Barbé Marbois

Jefferson lo anunció oficialmente el 4 de julio. Después de su firma, Livingston declaró: Aunque hemos vivido mucho, este es la más noble tarea de nuestras vidas... Desde este día los Estados Unidos ocupan su lugar entre las potencias de primer rango. El Senado ratificó la compra por un amplio margen (24-7) el 20 de octubre del mismo año y, al día siguiente se autorizó la designación de un gobierno militar interino, por parte de Jefferson.

En la legislación ad hoc, promulgada el 31 de octubre, el Congreso ordenaba que las autoridades civiles locales continuasen en los puestos que tenían durante el mandato francés y autorizó al presidente a emplear el ejército para mantener el orden en caso necesario. Asimismo, se dispusieron planes para mandar misiones a explorar y cartografiar el territorio, siendo la más célebre, la expedición de Lewis y Clark

Francia abandonó Nueva Orleans el 20 de diciembre de 1803. El 10 de marzo del año siguiente, por una ceremonia celebrada en San Luis, se representó la transferencia formal del territorio a las nuevas autoridades.

Tras la expedición de Lewis y Clark, el gobierno de los Estados Unidos se propuso controlar efectivamente toda la región, puesto que el comercio a lo largo de los ríos Misisipi y Misuri todavía estaba dominado por comerciantes británicos y franceses y por sus aliados indios. A este efecto, en 1804, Fort Bellefontaine, cerca de San Luis, fue reconvertido en establecimiento militar, y en 1808 se construyeron otros dos fuertes con factorías comerciales; Fort Osage en el río Misuri y Fort Madison en el alto Misisipi. Cuando en el transcurso de la Guerra anglo-estadounidense de 1812-1815, los británicos y sus aliados indios derrotaron a las fuerzas norteamericanas en el alto Misisipi, ambos fuertes fueron abandonados, al igual que otros, construidos por los estadounidenses durante la guerra, entre ellos, Fort Johnson y Fort Shelby, en Wisconsin.

Después de confirmada la posesión estadounidense de la región por el Tratado de Gante, se edificaron o ampliaron diversos fuertes a lo largo de los ríos Misisipi y Misuri.

George Caleb Bingham, c. 1845: Tratantes de pieles descienden por el Missouri. MET.
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Continuará: 
2. La Expedición Lewis-Clark
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