martes, 8 de junio de 2021

El Greco ● Su vida y su obra ● El influjo de Sefarad. Segunda Parte

Hoefnagel, Candía. Datada en 1572

El Greco, que, como sabemos, había nacido en Candía en 1541, abandonó su isla natal, para siempre, en 1567, cuando tenía 26 años y vivió y aprendió en Venecia y Roma, antes de dirigirse definitivamente a Toledo, aquella “mejor patria”, donde desarrolló su capacidad creadora, al servicio, fundamentalmente, de una Iglesia, que, para entonces se hallaba inmersa en la Contrarreforma.

Fachada de la Iglesia de San Tito/Ναός του Αγίου Τίτου, en Hiraklion, Creta

Lo que no sabemos, es en qué grupo religioso se situaba él mismo; podía proceder de la Iglesia de Oriente u Ortodoxa, la de Occidente, o Católica o quizás podría encuadrarse entre aquellos que principalmente, le brindaron su confianza, para que pudiera ejercitar su arte; algo que, entonces, no podía practicarse con éxito, sin un apoyo o mecenazgo. La realidad histórica y biográfica muestra que aquellos que fundamentalmente le proporcionaron los primeros y principales encargos en Toledo, eran, en buena parte, descendientes de conversos. 

Sefarad, fue la capital del hebraísmo hispano, y Toledo, su centro. Tras la expulsión llevada a cabo por los reyes Isabel y Fernando, en 1492, cierto número de descendientes de conversos pudo permanecer en la tierra, alcanzando, algunos de ellos, importantes cargos civiles y eclesiásticos. Muchos más, tuvieron que abandonar el reino y hallaron acogida en diversos lugares de Europa y Asia. En Creta también se asentaron numerosos sefardíes; una condición que, como se ha visto siglos después, han conservado en la memoria, personal y grupal, de forma imborrable.

¿Pudo el Greco ser descendiente de sefardíes? Su silencio en torno a los asuntos de religión, es quizás un elemento de coincidencia con otros personajes, de gran importancia cultural en este sentido.

Un breve repaso a la historia y el devenir de la isla de Creta, aunque parezca retrasar nuestras conclusiones con respecto al pintor, bien al contrario, es posible que sirva para facilitar la posibilidad de que la hipótesis citada, deje de serlo, ya sea en sentido positivo o negativo.

Refiriéndonos, pues, a la posibilidad de una característica que, en tantos casos, se mostró imborrable a través de los siglos, revisaremos, brevemente, la historia de la isla; de sus sucesivos ocupantes, y de la huella que pudieron dejar en ella sus pobladores, durante la Edad Media, hasta su final cronológico, como es sabido, situado en 1492, un año señalado, en el que además de la Expulsión, se produciría el Descubrimiento de América y la aparición de la Gramática de Nebrija.

Brevemente. Creta es el gran testimonio y sede de la civilización Minoica -no parece preciso recordar la historia del mítico rey Minos y el laberinto del Minotauro, de los que procede el período que conocemos por este nombre-.

La isla de Creta, se encuentra al sur del mar Egeo -que, en su entorno es llamado, Mar de Creta-, cuya civilización y máximo progreso, en comparación con las demás islas, se produjo en el III milenio aC. En todo caso, es la isla más grande de Grecia.

Creta fue invadida por los aqueos a finales del S. XV aC. -recordemos que Aqueo, es una de las denominaciones clásicas de buena parte del conjunto de pueblos a los que hoy llamamos griegos, y que, como tales aparecen en innumerables ocasiones en las obras de Homero, por ejemplo-. 

Pues bien, antes de todo esto, desde el 826, la isla se había llamado Jandak, cuando los cordobeses expulsados de Al-Ándalus, tras el “Motín del Arrabal”, la ocuparon, hasta 961.

En 1204, llegaron los cruzados, y Bonifacio de Monferrato se apoderó de la isla, que pronto vendió a Venecia, la cual mantuvo su dominio, con altibajos, hasta el siglo XIX.

En 1645 -hacía ya casi un siglo que el Greco había abandonado su patria para siempre-, Creta inició su declive.

Ya en 1905, Elevzerios Venizelos, expulsó al príncipe Jorge de Grecia -que regía el entonces principado, bajo soberanía otomana-, y promovió la unión de la isla con la Grecia peninsular, que se formalizó en 1913.

En 1941, Creta fue ocupada “desde el cielo” por el ejército alemán. Transportados por 700 aviones de transporte y 750 planeadores, apoyados por la Luftwaffe, cayeron sobre la isla 4500 paracaidistas alemanes, que tardaron menos de quince días en ocuparla por completo. Creta permaneció en su poder hasta que su guarnición capituló en mayo de 1945.

Así pues, Domínikos Zeotokópulos, nació y vivió en una Creta completamente veneciana, si bien, hay que pensar en un período de intercambio cultural mutuo, en el que, ni el ocupante ni el nativo se enfrentaron. De hecho y, como es sabido, nuestro artista creaba iconos, cuya tradición nada tenía que ver con Venecia, que, en cambio, sí se helenizó progresivamente. 

La brevísima referencia histórica que antecede, formaría los recuerdos del Greco, aquellos que se insertan desde la infancia y que se fijan en la memoria, de forma, a veces no claramente asumida, o comprendida, pero siempre, imborrable. La dominación veneciana duró cuatro siglos.

Creta dependía, pues, directamente de Venecia y constituyó una región administrativa, llamada Reino de Candía. Su división administrativa -que hoy subsiste-, la conformó en cuatro territorios a principios del siglo XIV. Jandak siguió siendo la capital, pero con el nombre de Candía

El magistrado supremo era el Duque de Candía, nombrado directamente por el Gran Consejo de Venecia por períodos de dos años.

Mapa veneciano de Creta con las cuatro regiones de la isla creadas desde el siglo XIV.

De izquierda a derecha: La Canea/Janiá, Rétino/Rézimno, Heraclion/Hiraklion, y Sitía (Χανιά – Ρέθυμνο – Ηράκλειο – Σητεία).

Imagen actual de satélite

Paisaje al norte de las montañas Asterousia de Creta, con las llanuras de Messara y el monte Psiloritis

Danzantes cretenses en Sitía (2010) Fotog. De Manolis Chadakis

Su vestimenta podría recordarnos, salvando las distancias necesarias, a la que muestran los supuestos Zeotokópulos, padre e hijo, en la Adoración de los Pastores, del Museo del Prado.

Greco: Adoración de los pastores. 1612-14. Fragmento. MNP

En los cuatro siglos de dominación, la helenización de la población veneciana fue evidente y progresiva. Durante los primeros tiempos de ocupación, el catolicismo constituyó la línea divisoria entre los dos pueblos, pero desde principios del siglo XVI, la influencia griega se hizo cada vez más patente, del mismo modo que aumentaron los matrimonios entre cretenses y venecianos, muchos de los cuales adoptaron la fe ortodoxa. La lengua griega también fue asumida por los venecianos católicos, y utilizada incluso en los medios oficiales.

La iglesia dedicada al patrón de Venecia, San Marcos, en Candía, pasó a ser San Tito -el primer seguidor de Pablo de Tarso y primer obispo de Creta, de lo cual también nos dejó testimonio el Greco en su Apostolado, en concreto, en el que hoy se expone en el Museo del Greco de Toledo.

En lo que respecta a la posibilidad Sefardí, recordemos que, después de la Expulsión ordenada por los Reyes Isabel y Fernando, el sultán Bayaceto II dio órdenes para que los judíos fueran bien acogidos, y que su sucesor Solimán el Magnífico, declaró, refiriéndose al rey Fernando de Aragón: "¿A éste le llamáis rey que empobrece sus estados para enriquecer los míos?". También le dijo más tarde, públicamente al embajador de Carlos V "que se maravillaba que hubiesen echado los judíos de Castilla, pues era echar la riqueza".

En este sentido, citaremos también un pasaje de Cervantes, en el que se advierte con claridad, en este sentido. la diferencia entre “cristiano viejo” en contraposición a “converso”, en lo referente a la cultura.

Se trata de un fragmento del entremés titulado, La elección de los Alcaldes de Daganzo, en el que un candidato declara acerca de sus capacidades como gobernante:

BACHILLER

¿Sabéis leer, Humillos?

HUMILLOS

No, por cierto,

ni tal se probará que en mi linaje

haya persona tan de poco asiento,

que se ponga a aprender esas quimeras,

que llevan a los hombres al brasero,

...

Leer no sé, mas sé otras cosas tales

que llevan al leer ventajas muchas.

BACHILLER

Y ¿cuáles cosas son?

HUMILLOS

Sé de memoria

todas cuatro oraciones...

RANA

Y ¿con eso pensáis de ser alcalde?

HUMILLOS

Con esto, y con ser yo cristiano viejo,

me atrevo a ser un senador romano.

Quedaba acreditada su cualificación. Cervantes no inventa.

Como los judíos identificaban a la península ibérica con la Sefarad bíblica, los expulsados por los Reyes Católicos tomaron o recibieron el nombre de sefardíes. Estos, además de su religión, "guardaron muchas de sus costumbres ancestrales y particularmente conservaron hasta nuestros días el uso de la lengua española, una lengua que, sin duda, evolucionó con el paso del tiempo y sufrió alteraciones notables, aunque las estructuras y características esenciales siguieron siendo las del castellano bajomedieval. […] Los sefardíes nunca olvidaron la tierra de sus antepasados, abrigando hacia ella sentimientos encontrados: por una parte, el rencor, a causa de los trágicos acontecimientos de 1492; por otra, andando el tiempo, la nostalgia de la patria perdida…”

Una vez que los venecianos se helenizaron, en la isla se produjo una convivencia extraordinaria, entre diferentes culturas y creencias, sin que la fuerza tuviera que influir en la primacía de cualquiera de ellas. Quiere esto decir, que, si el Greco era ortodoxo por reminiscencia familiar -aunque dados los siglos que duraba ya la ocupación veneciana, también es posible que fuera católico-, no tuvo problemas con la iglesia de Roma, que profesaba Venecia, del mismo modo que los representantes de estas dos metrópolis, respetaron el pasado religioso y las costumbres de los habitantes de la gran isla. 

Desgraciadamente, no ocurría lo mismo en el Madrid y el Toledo de Felipe II, donde la Inquisición, más que la propia iglesia, empeñaba todas sus energías en exterminar, no ya la fe, sino cualquier uso o costumbre que no estuviera canónicamente autorizado, o simplemente, fuera sospechoso. Así, es bien conocido, cómo el Greco, tuvo que actuar como intérprete en el larguísimo y absurdo proceso seguido contra un griego, al que alguien acusó de lavarse.., a pesar de que este insistió una y mil veces, en el hecho de que padecía de hemorroides contra las cuales, se le había recomendado la aplicación de lavados con vino, jurando, asimismo, que su visita se debía al deseo de recorrer el “Camino de Santiago”. 

Lo cierto es que la Inquisición, nunca se daba por vencida y podía alargar un proceso -casi siempre basado en acusaciones anónimas-, hasta el fin de los tiempos, si no encontraba pronto una causa para el exterminio de la herejía, o el castigo del supuesto hereje, mediante el fuego u otras torturas. Pero recordemos, por cierto, que, a veces, se respetaban las conversiones, sobre todo, a largo plazo, es decir a sus descendientes; podríamos elaborar listas de descendientes de conversos que pudieron permanecer en la península y progresar, pese a todo, incluso, dentro de la iglesia católica, y a los que nadie molestaba. 

Recordemos, asimismo, que Velázquez, fue rechazado una y otra vez en la Orden de Santiago porque tenía lejanos antecedentes conversos por parte de madre y que fue el Papa, quien tuvo que ordenar su admisión, harto de absurdos retrasos, aunque, para entonces, ya quedaba poco tiempo de vida al artista; de donde proceden las dudas acerca de quien pintó sobre su pecho la cruz de la Orden en cuestión. 

La primera evidencia de la presencia de judíos en Grecia es una inscripción hallada en Oropos, Ática, cerca de Atenas; se refiere a un personaje llamado Μόσχον Μοσχίωνος / Mosjos Mosjionos y data de la primera mitad del siglo III aC.

Se trata de una estela de mármol, rota en la parte superior, que contiene un acta que fija las condiciones, desgraciadamente, perdidas en parte, para la liberación del esclavo Mosjos. Se encuentra en Delfos. 

“… por tanto, Mosjos permanecerá en casa de Frinides todo el año y será libre, sin deber nada a nadie; si le ocurriera algo a Frinides antes de que se cumpla este plazo, Mosjos será libre de ir a donde quiera. A la Buena Fortuna. …Mosjos, hijo de Mosjion de Judea, ha tenido una visión: El dios Ἀμφιαράου/Anfiarao e Ὑγείας/Hiyía, le ordenan que grabe en una estela lo que ellos le dictan y que la coloque al lado del altar.”

Mosjos sería, de acuerdo con esto, el primer judío helenizado conocido -prosigue la misma fuente-, pero, dado que escucha a los dioses helenos, difícilmente puede ser considerado como un israelita helenófono; hay que entenderlo, más bien, como un judío o palestino completamente helenizado y que ha asimilado la cultura griega. Su nombre y el de su padre, son, en todo caso, griegos. Podría tratarse también de un sirio o egipcio, comprado en Palestina.

Menorá de la Sinagoga del Ágora Antigua de Atenas.

(Abravanel, the Blog. Jewish life and not only in Greece / Εβραϊκή ζωή και όχι μόνο στην Ελλάδα).

Hacia el año 85 aC. Estrabón hablaba ya de la existencia de comunidades judías en todas las ciudades del Mediterráneo oriental. En la obra de Filón de Alejandría se menciona la existencia de comunidades en Esparta, Delos, Sikion, Samos, Cos, Creta, Tesalia, Macedonia, Corinto y Chipre, entre otras. Y ya en el siglo I, el apóstol Pablo habla de comunidades florecientes, sobre todo, en Tesalónica y Atenas.

Sin embargo, la mayor parte de los judíos de Grecia son, efectivamente, sefardíes cuyos antepasados procedían de España y Portugal. Un contingente muy numeroso se instaló en Tesalónica. La lengua tradicional de los sefardíes griegos era el ladino, con influencias balcánicas e hispanas. La Fundación para el Avance de Estudios Sefarditas y Cultura considera que la comunidad sefardí de Thessaloniki, es "irrefutablemente una de las más importantes en el mundo ".

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-1567-1570. El pintor se traslada a Venecia. Se le asocia con los talleres de Tiziano y Tinttoreto.

-1570-1576. Viaja por varias ciudades italianas hasta llegar a Roma, permaneciendo allí varios años. 

-En 1572 aparece inscrito en la Academia de San Lucas. En esta etapa se sabe de un ayudante llamado Lattanzio Bonastri (h. 1550-1585). El cretense es protegido del cardenal Alejandro Farnesio. Allí conoció a españoles famosos, como el embajador Luis de Requesens, el erudito Pedro Chacón, el canónigo toledano Luis de Castilla (hijo del deán de la catedral primada, Diego de Castilla) o Benito Arias Montano, bibliotecario de El Escorial.

-1576. Se traslada a España con el proyecto de trabajar El Escorial. Con este fin, entre 

-1580 y 1582, pintará el Martirio de San Mauricio, que, de acuerdo con el padre José de Sigüenza, decepcionó a Felipe II pues no movía a la piedad.

-1577. Doménico, El Griego, se establece en Toledo para cumplir sus primeros encargos gracias a la protección del deán de la catedral Diego de Castilla.

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A partir de ahora, tomamos como base, el excelente trabajo publicado por Antonio Illán Illán y Óscar González Palencia, en “ABC Actualidad”, a partir del 19/12/2013.

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A pesar de que el origen y la adhesión religiosa de El Greco sigue siendo un misterio, existen varios importantes estudios, basados en su iconografía, de los que se deduce que pudo ser de origen judío por línea materna, dado lo dicho sobre los judíos expulsados de España que se instalaron en la isla de Creta, lo que se reflejaría, por ejemplo, en la enorme relevancia que el pintor dio a las manos en muchas de sus obras, y no solo en estas, sino en la posición de los dedos, que necesariamente, ha de encerrar un simbolismo, pues, las manos tienen importantes significados en el mundo hebreo.

Greco: Desposorios de la Virgen. Museo Nal. de Arte. Rumanía.

Cabe destacar el hecho de que, en el transcurso de la ceremonia representada, el desposado, José, no estrecha la mano de la Virgen, sino que toma solamente los dedos corazón y anular, en tantísimas ocasiones, juntos y destacados de los demás por el artista cretense, quien, probablemente aparece en la pintura, detrás del sacerdote.

Es fundamental, en todo caso, considerar el peso que la comunidad hebrea alcanzó en Oriente y, de manera destacada, en el entorno en que el pintor se había criado. Por otra parte, resulta evidente que el Greco conocía bien la simbología judía.

En la “Alegoría de la Orden de los Camaldulenses” -suprimida por Pío V en 1569-, obra creada en un ambiente claramente antijudío -aunque no sabemos quién le hizo el encargo-, es evidente la colocación de las diversas celdas, o conventículos, conformando los brazos de un candelabro, con lo que resultaría que, en 1579, fecha de la realización de la obra, el Greco ideó una especie de homenaje o recuerdo a un pueblo, al que se sentía unido, aunque solo fuera por simpatía, y que, en aquel momento, seguía siendo perseguido, torturado y atormentado en España. No podemos olvidar que, la época histórica del Greco en Toledo es la de la imposición del Estatuto de limpieza de sangre, que había decretado e impuesto el cardenal Silíceo. 

Alegoría de la orden de los camaldulenses. San Benito y San Romualdo. Museo del Colegio del Patriarca, Valencia.

En aquellos momentos, se produce una incoherencia, de la que ya hemos hablado, que no deja de sorprender; era imprescindible acreditar la calidad de “cristiano viejo” para acceder a determinados cargos y, sin embargo, la realidad demuestra que varios personajes los ostentaban en las instituciones, a pesar de su reconocida ascendencia judía, la cual, pese, incluso a la conversión ancestral, se consideraba un estigma, que no se borraba ni con el bautismo.

Y volvemos así a los datos que podemos considerar seguros, sobre nuestro enigmático y silencioso griego. Cuando el artista llega a Toledo -una ciudad en la que los Estatutos de Limpieza -hay que insistir en esto-; están en pleno vigor-, él decide alojarse, precisamente, en la judería, y más concretamente, en las casas del Marqués de Villena, uno de los conversos más conocidos de la historia; casas, por cierto, muy próximas a la Sinagoga de Samuel Leví, que es como se llamaba antaño, la que hoy se denomina del Tránsito -de la Virgen-. 

Sinagoga del Tránsito. Dibujo del siglo XVIII de la sinagoga original.

Imagen actual

¿Por qué? Se ha deducido que “Doménico no compartía la paranoia antijudía de los españoles, por educación, por trayectoria personal ya conocida en Oriente, [...] y posiblemente porque él no era ajeno a la comunidad hebraica en su ascendencia de sangre”.

Dentro de las posibilidades que sirven a la hipótesis de la ascendencia judía del pintor, se suele destacar el hecho de que su hermano Manussos fuera recaudador de impuestos en Creta, actividad encomendada habitualmente a judíos, pero, sobre todo, se apoya en la seguridad, muy bien documentada, de que los personajes de los que se rodea en Toledo, son conversos o descendientes de conversos, como Jerónima de las Cuevas, Petronila de Madrid, Juan de las Cuevas, Manuel de las Cuevas; el deán de la Catedral don Diego de Castilla, que le encargaría  “El Expolio”, la única obra que realizó para esta institución religiosa. El Greco ya contaba con la amistad del hijo de este último; Luis de Castilla, desde su estancia en Roma. Gregorio de Angulo, que intermedió para que se le adjudicaran las pinturas para la capilla Oballe, en la iglesia de San Vicente, y Pedro Vélez de Silveira, aparecen entre otros personajes menos conocidos.

Expolio, en la Catedral de Toledo

Y, sin embargo, el Greco, que se vería abocado a afrontar tantos procesos legales, nunca tuvo problemas en orden a su probable ascendencia o a su ignorado credo.

Pedro Vélez de Guevara. Toledo, 1529/1530 – Sevilla, 1591. Excelente familia, formación y relaciones, pero no logró obtener un cargo en la Corte, pese al apoyo de su amigo, el más que reconocido Benito Arias Montano. La razón: “falta de limpieza” en su linaje; cada vez que sonaba su nombre para una promoción salía a relucir el origen converso de su familia materna. El propio arzobispo de Sevilla, Rodrigo de Castro, por ejemplo, se encargó de alertar de ello a la Corte en 1582.

Diego de Castilla. 1507-1584. Deán de la catedral de Toledo desde 1551 hasta su fallecimiento y mecenas. Fue uno de los principales opositores al estatuto de limpieza de sangre promovido por el cardenal Juan Martínez Guijarro [apellido que cambió por el de “Silicio”] en Toledo. Su origen judío sería una limitación en su posterior carrera religiosa.

Dedicó mucho tiempo a investigar y describir en su libro, Historia del Rey don Pedro y su descendencia que es la de Castilla, con datos genealógicos, que demostrarían su parentesco directo con Pedro I de Castilla. Serían los hermanos naturales de este monarca, los Trastámara, ascendientes, tanto de Isabel, como de Fernando, los que persiguieron a los judíos más implacablemente ya antes de la Expulsión definitiva.

Sus padres fueron Felipe de Castilla y Francisca de la Encina. Estudió derecho civil en la Universidad de Salamanca, los continuó en Bolonia, y, en 1536, volvió a España, a Palencia, donde inició su carrera religiosa en la catedral de San Antolín de dicha ciudad.

En 1545, tras la muerte de su padre, heredó el deanato de la catedral de Toledo.

Cuando, en 1547, el arzobispo de Toledo aprobó, decretó e impuso el estatuto de limpieza de sangre, Diego de Castilla -como hemos dicho-, fue uno de sus más importantes opositores. 

Como albacea de María de Silva, viuda de Pedro González de Mendoza, contador mayor de Carlos I, se ocupó de la construcción, en Toledo, de la iglesia del monasterio cisterciense de Santo Domingo de Silos en el que doña María quiso ser enterrada; llamado El Antiguo, para distinguirlo del Real

Afortunadamente, su hijo, Luis de Castilla, le recomendó la contratación de El Greco para la realización de los principales retablos de aquella iglesia, y el 2 de julio de 1577, el griego recibió el encargo formal para la creación de tres retablos, con nueve pinturas para el citado convento. 

Santo Domingo el Antiguo. Toledo

La Trinidad



La Asunción






San Juan Evangelista


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