La mutua influencia entre Édouard Manet y Berthe Morisot, a veces sólo perceptible en detalles aparentemente nimios, y acaso, involuntaria, fue, sin embargo, creciente. Entre 1871 y 1872, Berthe pintó una escena de su hermana Yves, con su hija.
Berthe Morisot: Femme et enfant au balcon.
Yves Gobillard, con su hija, Bichette. Col. Part.
La hermana de Berthe Morisot, Edma, vivió en la década de 1870 con su esposo Adolphe Pontillon en la casa de sus padres en la colina en Passy, un municipio que se agregó a París en 1862. Berthe le hizo varios retratos, entre ellos, esta pintura, en la que aparece vestida de negro a causa del fallecimiento de su padre. Desde la terraza de un restaurante u hotel, madre e hija se asoman a los jardines recientemente abiertos del Trocadéro. En primer plano, el río, y al fondo, París con la cúpula del Hôtel des Invalides. La obra parece claramente pintada de la observación directa, mediante la citada técnica de “plein air''.
Al tratar la imagen de Yves de perfil y la de la niña, de espaldas, mirando a la ciudad, Berthe retomaba una idea que ya había ensayado en Cherbourg, por medio de la acuarela: Femme et enfant assis dans un pré, de 1871.
Edouard Manet - Le Chemin de fer / Gare Saint Lazare. 1873. Nat. Gal. Washington DC
El ferrocarril / Estación Saint Lazare
Le Chemin de fer - El ferrocarril, de Édouard Manet, es un interesante retrato o escena, de una mujer con una niña, en 1872/73. Se exhibió en el Salón de París en 1874, donde no fue muy aclamado, y hoy se encuentra en la National Gallery of Art en Washington DC.
La mujer es Victorine Meurent, la modelo favorita de Manet que posó para muchas de sus pinturas más celebradas, por ejemplo, para la Olympia y Le déjeuner sur l'herbe. El ferrocarril fue la última obra que el pintor hizo de ella y, la niña a su lado, de espaldas al espectador, es probable que sea la hija del pintor Alphonse Hirsch, vecino de Manet.
Los contrastes y coincidencias entre las dos figuras, llama la atención. La niña lleva un vestido blanco adornado con un lazo azul, en tanto que Victorine Meurent lleva un vestido azul con adornos blancos. La mujer mira directamente al espectador, mientras que la niña, de espaldas, mira el fondo. La cinta negra en el pelo de la pequeña y la que adorna el cuello de la mujer constituyen una especie de vínculo. Victorine Meurent sostiene un libro abierto, y tiene un abanico y un perro en su regazo. Sus dedos, marcando una página, dan la impresión de que la lectura ha sido interrumpida. En la parte inferior derecha hay un racimo de uvas, que indica que la pintura se hizo en otoño.
El perrito constituye una referencia directa a la Venus de Urbino, el famoso cuadro de Tiziano que sirvió de inspiración para la Olimpia de Manet.
Siguiendo la mirada de la niña, la del espectador se ve atraída por la escena más allá de la verja; la estación de Saint-Lazare, que, en gran parte, queda oculta a causa del vapor de una locomotora, pero a la derecha se puede ver una parte del Pont de l'Europe, que atraería el interés de muchos artistas, entre ellos, Caillebotte.
Entre los edificios que aparecen en la esquina superior izquierda, al otro lado de las vías, es muy probable que Manet representara su estudio de la Rue Saint-Pétersbourg.
En su momento, El ferrocarril fue una pintura que representaba la modernidad; en parte, por el hecho de que uno de los personajes esté de espaldas, pero también por representar la propia estación Saint-Lazare; un símbolo de la modernización de los tiempos; Monet la pintó doce veces.
Por último, el fondo, carece de perspectiva, por lo que todo el énfasis se centra en el plano de las dos figuras, en cierto modo, como ocurre con la pintura de Morisot.
Durante el Salón de 1874, la pintura recibió muchas críticas, y se hicieron chistes. Entre ellos, apareció una caricatura en la que se decía que la mujer y la niña, horrorizadas al verse, quisieron escapar, pero que Manet, para evitarlo, les había puesto las rejas. Sin embargo, la tela ganó un admirador de excepción: el entonces joven poeta Stéphane Mallarmé.
Stéphane Mallarmé c. 32 años
El personaje infantil de espaldas aparece en otras telas de Berthe, en las que logra que sus pinturas de familia adquieran un aspecto natural, muy personal y novedoso, que ya había ensayado en Intérieur, de 1871. Una mujer, de perfil, observa a una niña y separa la cortina; el día es muy luminoso y difumina sus imágenes. La fórmula no gustó y la obra fue rechazada en el Salón de 1872.
B. M. Intérieur, 1871
El mismo año, Berthe realizó la siguiente obra:
B. M. Vue de Paris des hauteurs du Trocadéro. Vista de París desde los altos del Trocadero. Santa Barbara Museum of Art, California. 1872
Pero, al parecer, no quedó satisfecha del resultado, ya que escribió a su hermana: «En conjunto, se parece a la obra de Manet, y éso me molesta.»
Se refería, evidentemente, al cuadro que sigue, y que Manet había hecho de la Exposición Universal de 1867:
Édouard Manet, Vue de l'Exposition de 1867, Galerie Nationale d'Oslo.
Vista de la Exposición Universal de 1867
El taller de Berthe en Passy quedó medio destruido por la guerra y ella dejó de pintar algún tiempo, centrándose en posar para Manet, que, deprimido por la derrota francesa, apenas sentía deseos de crear. Aun así, realizó el retrato siguiente:
Edouard Manet: Berthe Morisot au chapeau noir, 1872, (Collection privée).
Las mechas de pelo que se escapan del enorme sombrero negro, dan un aspecto de ligereza y espontaneidad a la pintura. En el escote resalta un ramito de violetas. Entre los muchos retratos que Manet hizo a Berthe, este sobresale por la viveza y la intensidad de la mirada.
Sin embargo, en vista de su situación y sus incertidumbres como artista -entre artistas-, Berthe Morisot habla de malestar en sus notas: “No creo que haya existido jamás un hombre que trate a una mujer de igual a igual, y esto es lo único que yo habría pedido, pues conozco mi propio valor”. Una frase que, al mismo tiempo refleja autoconfianza y resignación y que aparece en su diario íntimo, en 1890, cuando tenía 40 años; un momento en el que ya era considerada por algunos pintores impresionistas como una artista excepcional.
A principios de 1872, el marchante Paul Durand-Ruel se presentó en el taller de Manet y le compró veintidós telas. El hecho animó a Berthe a pedirle a Manet que mostrara al comprador algunos de sus paisajes con marinas y, efectivamente, Durand-Ruel, eligió y compró un óleo y tres acuarelas de la artista.
-L'Entrée du port de Cherbourg, óleo, de 1871,
-La Jeune Fille sur un banc (Edma Pontillon), acuarela, de 1872, y
-Vue de Paris des hauteurs du Trocadéro, de 1873 -también acuarela, que, al parecer, Durand-Ruel revendió pronto, «à un prix respectable» a Ernest Hoschedé, marchante y coleccionista. (Imagen, más arriba).
Berthe Morisot: L’Entrée du port de Cherbourg, c. 1871. -Entrada del Puerto de Cherburgo-. New Haven, Connecticut, Yale University Art Gallery.
B. M. La Jeune Fille sur un banc (Edma Pontillon), 1872, -Joven en un banco-.
National Gallery of Art.
De forma gradual, pero evidente, Berthe iba evolucionando desde los tonos oscuros de Manet, hacia colores cada vez más claros, casi podríamos decir, transparentes; más al modo de Corot. Empezaba a convencer a otros colegas artísticos, como Degas, que terminaron reconociendo su maestría, sin más limitaciones que las que pudieran reconocer en ellos mismos. A veces, los tonos de Berthe eran algo deslumbrantes, como en Intérieur -más arriba-, el que el Jurado rechazó en 1872, causando la indignación de Puvis de Chavannes. Al mismo tiempo y, aunque parezca lo contrario, Manet, que seguía muy de cerca el trabajo de Berthe, también cayó en cierto modo bajo su influencia, empleando los colores empleados por ella, en obras como:
La Petite fille aux jacinthes, pastel, de 1872;
Jeune fille assise sur un banc (Edma Pontillon), 1872 y
Le Berceau, de 1872, del Musée d'Orsay, enviado al Salon aquel mismo año.
B. M. Le Berceau, La Cuna, de 1872. Musée d'Orsay.
Le Berceau marcó un hito en la evolución de Berthe en este aspecto: «La forma en que Berthe ha pintado este niño, con los blancos difusos, los grises raspados y los puntos rosas salpicados por el borde de la tela, muestran un pincel extraordinariamente libre, que [además] contrasta con los trazos netamente dibujados, de la madre”.
(Stuckey Scott Lindsay, Berthe Morisot: Rétrospective au Mount Holyoke College Art Museum et National Gallery of art Washington.1987).
A partir de entonces, se produce el pleno florecimiento de Berthe Morisot. Frecuentemente iba a visitar a su hermana en Maurecourt, a las orillas del Oise, en los Yvelines, para pintar, lo que ayudó a que su estilo evolucionara, ya de forma evidente: Su extraordinaria sensibilidad artística se expresa ya con gran delicadeza en los rápidos toques de pincel; un arte que se aproximaría al de la Fuga -en términos musicales-, y que parece hacer nacer la luz, incluso desde los personajes inmersos en el paisaje.
La Chasse aux papillons, Caza de mariposas, de 1874, y Cache-cache, Al Escondite, de 1873, “muestran claramente su dominio de la expresión plástica, en la que las influencias de Corot y Manet ya han sido asimiladas e incluso, trascendidas.“
Sophie Monneret, L'Impressionnisme et son époque.
B. M. La Chasse aux Papillons, 1874, Musée d'Orsay.
B. M. Cache-cache, 1873. Las Vegas, Bellagio Gallery of Fine Art
De esta etapa proceden obras como:
B. M. Madame Boursier et sa fille 1873. Mme. Boursier y su hija. Brooklyn Museum.
B. M. Sur la pelouse, 1874, pastel. En el césped. Musée du Petit Palais, Paris.
B. M. Sur la plage, 1873. En la Playa. Musée des beaux-arts de Virginie, Richmond (Virginia).
En el verano de 1874, Berthe pasó las vacaciones en Fécamp, con Edma, sus hijos y algunos amigos de la familia, que también posaron para ella.
Eugène Manet, entonces, de unos cuarenta años, y también de vacaciones, no lejos de allí, iba a veces a pintar con ella. El 22 de diciembre siguiente, él y Berthe se casaban en el Ayuntamiento, y después en la iglesia de Notre-Dame-de-Grâce de Passy.
Édouard Manet, hizo, en la ocasión, dos espléndidos retratos de Berthe.
Manet: Portrait de Berthe Morisot à l'éventail – Con abanico-. Palais des beaux-arts de Lille.
Berthe aparece de luto, a causa de la muerte de su padre, en enero del mismo año. Resalta con claridad su anillo de prometida en la mano izquierda, que sostiene el abanico medio cerrado.
En el segundo retrato, Berthe oculta su cara tras el abanico.
Manet. Berthe Morisot à l'éventail. Musée d'Orsay.
El Salón de 1873, como sabemos, fue muy sonado, ya que los artistas rechazados, consideraban que el jurado era excesivamente conservador. En cualquier caso, a Berthe sí le aceptaron una pintura, que ha sido calificada de “muy convencional”: Blanche.
B. M. Blanche, -seguramente, Blanche Pontillon, su sobrina-, de bebé.
Un grupo de artistas, entre los que se encontraban, Monet, Pissarro, Sisley y Degas, firmaron una carta, el 27 de diciembre de 1873, con el proyecto de organizar una cooperativa; La Société des artistes français –Sociedad de Artistas Franceses, que se denominaría Société anonyme des artistes peintres, sculpteurs et graveurs –pintores, escultores y grabadores, a la que Berthe Morisot se unió tras el fallecimiento de su padre, o, quizás, para ser exactos, cuando terminó el período de luto por el mismo. Abandonaba así el Salón oficial, por las exposiciones de los Impresionistas, de los que llegaría a convertirse en un personaje representativo, y ello, a pesar de los consejos de Puvis de Chavannes y del rechazo de Manet, que acababa de recibir una medalla en el Salón de 1873 y que no tenía ninguna intención de unirse al grupo disidente. Las discusiones al respecto, fueron muy sonadas.
La primera exposición de los pintores impresionistas se celebró en los salones del antiguo estudio del fotógrafo Nadar, en el boulevard des Capucines. Participaron 29 artistas entre los que Berthe fue la única mujer. Sólo una semana antes de la inauguración, Puvis de Chavannes, todavía le envió una carta, para ponerla en guardia sobre la inutilidad de tal empresa, pero Berthe decidió seguir adelante, afirmando su independencia de criterio, en este caso, también frente a Manet.
Entre ls telas, se encontraban, Le Berceau/La Cuna; Le Port de Cherbourg / Puerto de Cherburgo; La Lecture / La Lectura y Cache-Cache / el Escondite.
Entre los óleos, el Portrait de mademoiselle Madeleine Thomas/Retrato de la señorita Madeleine Thomas; Le Village de Maurecourt Sur la Falaise /El pueblo de Maurecourt sobre el acantilado, etc. De acuerdo con el catálogo de la exposición , Morisot presentó 14 óleos, 3 pasteles y 3 acuarelas.
B. M. Portrait de mademoiselle Madeleine Thomas, 1873
B. M. Le Village de Maurecourt, Sur la Falaise. Pastel.
Departamento de Artes Gráficas, Museo del Louvre.
Se amontonaron unos 3.500 visitantes y numerosos críticos, siendo uno de los más sonados, Louis Leroy, que en “Le Charivari”, tomando irónicamente como base el título de uno de los lienzos, de Monet: Impréssion, soleil levant / Impresión, sol naciente, escribió: “Me decía, puesto que estoy impresionado, es que ahí hay impresión”. Al final, su artículo, de carácter burlesco, fue el que dio paso a la denominación de la nueva pintura, que pronto empezó a conocerse como “Impresionista”.
Eugène Manet apoyaba a Berthe, sin dudas, ya en 1874, cuando la prensa la ridiculizó acusándola de ofrecerse en espectáculo. En cuanto a ella, se mantuvo con firmeza en el camino elegido –probablemente dando muestra de una fortaleza de ánimo y una seguridad en sí misma, frente a la aversión social y artística, que, tal vez hoy no alcanzamos a medir en todo su valor.
Se reafirmó, cuando después de abandonar un cuadro, cuyo fondo no había terminado, lo vendió posteriormente, sin retoques:
B. M. Portrait de madame Hubbard / Retrato de Mme. Hubbard.
Ordrupgaard museum de Copenhague.
Después participó en las subastas de Drouot, en la que vendió doce obras.
Pero como era de esperar, estalló el escándalo. Renoir contó que un detractor, calificó a Berthe de prostituée, -artísticamente- lo que le valió un puñetazo de Pisarro en la cara, motivo por el que se desencadeno una pelea que hizo necesaria la intervención de la policía.
Le Figaro denunció las tendencias revolucionarias y peligrosas de aquella primera exposición Impresionista, en una violenta diatriba firmada por Albert Wolf, que trató a los artistas de alienados, y añadió:
“Hay también una mujer en el grupo, como en todas las bandas famosas; se llama Berthe Morisot y es curioso observar que la gracia femenina se mantiene en medio de los desbordamientos de un espíritu delirante.”
Eugène Manet quiso retarle a un duelo, pero Berthe y sus amigos, le convencieron para que abandonara la idea.
Por otra parte, algunas de las obras del movimiento, se proponía reflejar, en formatos más reducidos, el mundo del trabajo que Zola describía, y que Monet, Pissarro y Degas, eligieron también como tema, a partir de 1875; Berthe también participó de esta tendencia en algunos de sus cuadros más logrados:
B. M. Percher de blanchisseuses / Tendederos de lavandería, 1875.
National Gallery of Art, Washington.
Aunque detestaba hacerlo, aquel año, Eugène se vio constreñido a posar para Berthe, resultando de sus sesiones, la obra titulada, Eugène Manet à l'île de Wight /Eugène Manet en la Isla de Wight.
B. M. Eugène Manet à l'île de Wight. 1875. Museo Marmottan
Cada vez más segura de sí misma, Berthe, se propuso vender sus telas y los dos Manet la animaron a enviarlas a la Galería Dudley de Londres, que, al final, no expuso ninguna. Sin embargo, Hoschedé, compró a Durand-Ruel su Femme à sa toilette / Mujer en el tocador; una escena de interior, llena de luz y tratada en amplios trazos.
B. M. Femme à sa toilette. 1875. Art institute, Chicago.
Arthur Baignières, crítico de arte, escribió: ”Lleva el sistema impresionista al extremo, y lo lamentamos, tanto más, cuanto que ella posee raras cualidades como colorista. Algunas de sus telas representan vistas de la Isla de Wight, que no se pueden reconocer… La Señora Morisot es una impresionista tan convencida, que puede pintar, incluso el movimiento de cualquier cosa inanimada.”
Aquellas exposiciones que Wolf calificaba “de alienados”, prosiguieron hasta 1886, con grandes dificultades, pero con mucho entusiasmo. Se celebraron ocho –la tercera, financiada por Caillebotte- Berthe participó en todas, excepto en la cuarta, la de 1879, período durante el cual concentró toda su atención en el cuidado de su hijita Julie, nacida el 14 de noviembre de 1878. No obstante, las mujeres pintoras, fueron brillantemente representadas aquel año, por dos artistas de la talla de Marie Bracquemond y Mary Cassat.
Marie Bracquemond y Mary Cassat: Autorretratos
En 1876, en la segunda exposición del grupo, en la Galería Durand-Ruel, Berthe expuso su Jeune fille au bal y Le Psyché.
B. M. Jeune fille au bal. La Muchacha en el baile. Musée d'Orsay
B. M. Le Psyché. Musée Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Berthe se estaba convirtiendo en una de las figuras señeras del grupo impresionista, junto con la citada pintora americana, Mary Cassatt, que vivía en París desde 1874, pero la crítica convencional se ofuscó contra aquella pintura “femenina”, a excepción de Stephane Mallarmé, que siempre mostró un apoyo entusiasta.
De todas formas, las pinturas de Berthe interesaron menos a los críticos, que las de Renoir, Caillebotte, o Monet. Destacaban en ella, no obstante, las “exquisitas armonías blancas y plateadas”, como las que aparecerían en Rêveuse, o en la citada La Toilette (Jeune femme de dos à sa toilette – Muchacha de espaldas en su tocador).
B. M. Rêveuse, pastel sobre tela. Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas city, Missouri
Las obras que presentó en 1877 recibieron la vaga aprobación de Paul Mantz: «No hay, en todo el grupo revolucionario, más que una Impresionista, que es Madame Berthe Morisot», y la de Théodore Duret, que la clasificó dentro del “Grupo primordial de los impresionistas”.
En 1880, en la V Exposición, presentó, Jours d’été, e Hiver.
B. M. Jours d'été. Le lac du Bois de Boulogne –Días de verano. El lago de Bois.de Boulogne, 1879. National Gallery, Londres
B. M. Hiver, 1880. Dallas Museum of Art.
Algunas de sus últimas obras aparecían muy emparentadas con otras de Manet; la Joven de espaldas en el tocador (1975), se parecía a Devant la glace, de Manet, y Jour d’été, recordaba En bateau, del mismo. Las cuatro telas, fueron calificadas por la crítica, como “inacabadas”.
Manet: Devant la glace y Jour d’été
A partir de 1882, Berthe Morisot y Mary Cassatt aparecieron definitivamente como las máximas representantes de la nueva tendencia impresionista, en opinión de los críticos. Por primera vez en toda la historia del arte, dos mujeres fueron consideradas como maestras indiscutibles de un movimiento de vanguardia.
(Stuckey Scott Lindsay, Berthe Morisot: rétrospective au Mount Holyoke College Art Museum y National Gallery of art Washington, New York et Paris,
Hudson Hill Press et éditions Herscher.)
Berthe dio prueba por entonces de más audacia que los años anteriores; algo que indignó a dos de los críticos que, hasta entonces la habían valorado positivamente; Paul Mantz y Charles Ephrussi. “La señora Morisot ha terminado por exagerar su manera, hasta enturbiar unas formas que ya eran imprecisas. No hace sino volver a empezar lo ya empezado y el resultado es curioso, pero cada vez más metafísico. Se necesita, evidentemente, un talento colorista, para sacar de la nada, este refinamiento.”
Charles Ephrussi, se escandalizó con los pasteles: «Un paso más y tratar de distinguir o comprender lo que sea, se hará imposible”.
A partir de 1880, Berthe y su familia pasaron los veranos en una casa de campo en Bougival, y desde el 81, algunos los inviernos, en Niza. Ambos lugares que inspiraron a Berthe un buen número de obras que presentó en sucesivas exposiciones revolucionarias.
De Niza volvió con Le Port de Nice, óleo en dos versiones y dos formatos, y una tercera obra, Plage à Nice, 1881-82, en acuarela.
B. M. Port de Nice. Dallas Museum of Art
B. M. Plage à Nice, 1881-82, Nationalmuseum Stockholm.
Pero fue Bougival la que se convirtió en un fuente de inspiración todavía más importante para ella. Su obra más ambiciosa; de allí proceden, Le Jardin, 1882-83; Le Quai de Bougival y Eugène Manet et sa fille dans le jardin.
B. M. Le Jardin (1882-1883). Sara Lee Corporation.
B. M. Le Quai de Bougival. 1883 Nasjonalgalleriet Oslo
B. M. Eugène Manet et sa fille dans le jardin. E. Manet con su hija en el jardín.
«Las formas siguen siendo vagas en los cuadros de Mme Berthe Morisot, pero una vida extraña las anima. La artista ha encontrado el medio de fijar los brillos, las luces producidas sobre las cosas y el aire que las envuelve… el rosa, el verde pálido, la luz vagamente dorada, cantan con una armonía inexpresable. Nadie representa el impresionismo con un talento más delicado, ni con más autoridad que Mme Morisot.»
Gustave Geffroy
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me parece un acercamiento a la figura de Monisot excelente! el análisis de su obra, su momento y su relacion histórica es todo un descubrimiento. gracias
ResponderEliminarEs una alegría, cuando lo escrito encuentra una mirada atenta, sin la cual, su ciclo estaría incompleto. Gracias a ti.
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