miércoles, 1 de noviembre de 2023

ALPHONSE Marie Louise Prat de LAMARTINE


21 de octubre de, 1790 - 28 de febrero de, 1869 fue escritor, poeta y político.

Lamartine en Barbizon en 1820. Punto de vista de los bandidos.

Pues la Naturaleza está ahí, que te invita y te ama. Sumérgete en su seno que siempre te abre.

«Car la Nature est là, qui t’invite et qui t’aime. Plonge-toi dans son sein qu’elle t’ouvre toujours…»

Lamartine en Barbizon en 1820

Henri Decaisne (1799–1852): Alphonse de Lamartine y sus pequeños lebreles italianos. 1830 Musée des Ursulines de Mâcon


Alphonse de Lamartine, de François Gérard, 1831

Durante su período como político en la Segunda República Francesa, realizó esfuerzos que finalmente condujeron a la abolición de la esclavitud y de la pena de muerte, así como también fomentó la libertad de prensa y reunión, el derecho al trabajo y los programas cortos de capacitación laboral. Era un idealista político que apoyó la democracia y el pacifismo, y su postura moderada sobre la mayor parte de cuestiones hizo que sus seguidores lo abandonaran. Tras fracasar en la elección presidencial del 10 de diciembre de 1848, se retiró de la política y se dedicó a la literatura. Contempla todos los bienes posibles de la humanidad a través de la fraternidad social: la extinción de la pena de muerte y de la guerra y una sociedad fundada sobre la libertad en que todos los bienes se repartan con igualdad entre los hombres.

Terminó su vida en la pobreza, como tantos otros literatos, el 28 de febrero de 1869, en París. Es considerado como el primer romántico francés, y es reconocido por Verlaine y los simbolistas como una importante influencia.

La duquesa viuda de Orleans entra en la Asamblea Nacional con sus dos hijos y el duque de Nemours intenta sin éxito ser proclamado regente de su primer hijo Luis Felipe, conde de París; París 24 de febrero de 1848

Félix Philippoteaux, Épisodio de la Revolución de 1848: Lamartine rechazando la bandera roja en el Ayuntamiento, el 25 de febrero de1848. Musée Carnavalet, Paris.

15 mayo 1848 Dedicado a la Asamblea Nacional.

Graziella, amiga de Lamartine, de Horace Vernet. Palacio de BBAA de Lille.


Obras completas, 79 tomos.

1848

1856

Alphonse Marie Louis Prat de Lamartine. Mâcon, 21 de octubre de 1790-París, 28 de febrero de 1869, fue un escritor, poeta y político francés del período romántico.

Su padre, Pierre de Lamartine (1752-1840) era un caballero de Pratz, capitán en el regimiento de caballería Dauphin, y su madre, Alix des Roys, era hija del intendente general del duque de Orleans. Los primeros diez años de su vida los pasó en el campo, en Milly, en el sur de Borgoña, rodeado por la naturaleza, sus hermanas, su madre y, sobre todo, por el padre Dumont, pastor de Bussières que le inculcó una gran fe religiosa, reforzada por los años que pasó en el colegio de Belley, durante los cuales leyó a Chateaubriand, a Virgilio y a Horacio.

De familia militar de la pequeña nobleza provinciana francesa, viajó bastante durante su juventud. En 1816, víctima de cierta depresión, se trasladó a tomar las aguas en Aix-les-Bains (Saboya). Allí el poeta conoció a Julie Charles, nacida con el nombre de Hérettes Bouchaud, mujer casada con el físico y aeronauta Jacques Charles y seis años mayor que él, que sufría de “consunción", como se conocía entonces a la tuberculosis galopante. Los dos jóvenes comenzaron una relación romántica que duró hasta la muerte de Julie en diciembre de 1817 a la edad de 33 años. El poeta se vio profundamente afectado por esta trágica pérdida que le inspiró, en parte, sus Meditaciones poéticas (1820). En ese mismo año, quizá para librarse de esa tristeza, contrajo matrimonio con la inglesa Mary Ann Elisa Birch. Y como su defensa de la restauración borbónica en 1814 le valió entrar en la carrera diplomática, ocupó su primer puesto oficial bajo el gobierno de Luis XVIII en la secretaria de la embajada francesa de Nápoles desde 1825 hasta 1828.

En 1829 fue elegido miembro de la Academia francesa. Fue electo diputado en 1833 y 1839, y ocupó brevemente el cargo de gobernador durante la revolución de 1848 en Francia. Tras la caída de Luis Felipe de Orleans, fue ministro de Asuntos Exteriores, cargo que lo habilitó a presidir un gobierno interino en la recién proclamada República, desde el 24 de febrero de 1848 hasta el 11 de mayo del mismo año.

Durante su período como político en la Segunda República Francesa, realizó esfuerzos que finalmente condujeron a la abolición de la esclavitud y de la pena de muerte, así como también fomentó la libertad de prensa y reunión, el derecho al trabajo y los programas cortos de capacitación laboral. Era un idealista político que apoyó la democracia y el pacifismo, y su postura moderada sobre la mayor parte de cuestiones hizo que sus seguidores lo abandonaran. Tras fracasar en la elección presidencial del 10 de diciembre de 1848, se retiró de la política y se dedicó a la literatura.

Al margen de sus dotes administrativas, Lamartine sobresalió en el panorama literario por la delicadeza de sus versos y sus excepcionales representaciones de la naturaleza. De su producción poética cabe mencionar Meditaciones poéticas (1820); Nuevas meditaciones poéticas (1823), Armonías poéticas y religiosas (1830), Jocelyn (1836), La caída de un ángel (1838) y Los recogimientos (1839).

Como historiador escribió Historia de los girondinos y como narrador Raphaël (1848) y Graziella (1852), que recogen sus vivencias personales. Su obra tuvo especial influencia entre los integrantes del Salón Literario de 1837. En torno a él se formó un grupo de escritores vinculados al romanticismo, entre los cuales y principalmente se hallaba Esteban Echeverría.

Es famoso por su poema parcialmente autobiográfico Le Lac (El Lago), que describe en retrospectiva el ferviente amor compartido por una pareja desde el punto de vista del hombre desconsolado. Lamartine fue un maestro en el uso de las formas poéticas del francés. Fue uno de los muy pocos literatos franceses en combinar su escritura con su carrera política.

Yo soy el primero que ha hecho descender la poesía del Parnaso y ha dado a lo que se llamaba la Musa, en vez de una lira de siete cuerdas de convención, las fibras mismas del corazón humano, tocadas y enmudecidas por las innúmeras fricciones del alma y de la naturaleza [...] Esto no era un arte, era un alivio de mi propio corazón que sacudió sus propios sollozos ("Prefacio" de Primeras meditaciones).

Pido gracia por las imperfecciones de estilo que herirán a menudo a los delicados. Lo que se siente fuertemente se escribe rápido (Prefacio a Harmonies)

Los temas de su poesía puramente lírica son cuatro: el amor, la melancolía, la naturaleza y la fe. El amor, un amor de éxtasis lánguidos, "amorosos silencios" y miradas compenetradas, se eleva cuando canta a Julie Charles; la melancolía (Flaubert hablaba del "lirismo consuntivo" de Lamartine), la naturaleza que refrena todo su desconsuelo y la fe, a veces desesperada, pero no tanto como en Alfred de Vigny. Lamartine llega a Dios a través de la contemplación de la naturaleza, en el espectáculo de los cielos, en la tierra.

En cuanto a su poesía épica y filosófica, resulta un poco más impostada que la meramente lírica. En Jocelyn poema narrativo ambientado en la época revolucionaria, refleja en nueve épocas la epopeya de la redención por el sacrificio y tuvo un gran éxito popular; se inspira tal vez en un personaje real que conoció en su adolescencia, el abate Dumont. La chut d'un ange, "La caída de un ángel", es de mera ficción. Es una epopeya metafísica en la que el ángel Cédar es reducido a esclavitud por la hermosa Daïda. El argumento es demasiado complicado y no tuvo el éxito del anterior. Como poeta social canta una "Marsellesa de la paz" y contempla todos los bienes posibles de la humanidad a través de la "fraternidad social": la extinción de la pena de muerte y de la guerra y una sociedad fundada sobre la libertad en que todos los bienes se repartan con igualdad entre los hombres.

Terminó su vida en la pobreza, como tantos otros literatos, el 28 de febrero de 869, en París. Es considerado como el primer romántico francés, y es reconocido por Verlaine y los Simbolistas como una importante influencia.

Alphonse de Lamartine, 1844. Y retrato por Théodore Chassériau, 1865

Alphonse de Lamartine, cuyo nombre completo es Alphonse Marie Louis de Prat de Lamartine, nació en Mâcon el 21 octubre 1790 y murió en Paris el 28 de febrero de 1869, fue poeta, novelista y dramaturgo, así como una personalidad política que participó en la Revolución de febrero de 1848 y proclamó la II República. Es una de las grandes figuras del romanticismo en Francia.

Pasó la infancia en Bourgogne du Sud, particularmente en Milly, que nutrirá su inspiración poética y se formó en los colegios de Lyon y Belley, antes de volver al Mâconnais, donde llevó una vida de joven vacío y seductor. Viajó a Italia y ocupó una efímera función militar junto a Louis XVIII. En octubre de 1816, curándose en Aix-les-Bains, se encuentra con una joven casada; Julie Charles, que marca un giro decisivo en la vida del poeta, aunque su historia de amor apasionado viró a la tragedia, cuando Julie, que se había quedado en París, murió en diciembre de 1817.

Alfonso de Lamartine escribió entonces los poemas de las “Meditations”; publicados en 1820 y que obtuvieron un éxito fulgurante. Se casó el mismo año con Mary Ann Elisa Birch, una joven inglesa y ocupa el cargo de Secretario de Embajada en Italia, hasta su dimisión en 1830. Publicó durante este período otras obras poéticas como, en 1823, las Nouvelles Méditations poétiques y La Mort de Socrate, y en junio de 1830, las Harmonies poétiques et religieuses, tras ser elegido por la Academia Francesa en 1829.

En 1830, decidió entrar en política uniéndose a la monarquía de Juliio, pero, al no alcanzar la diputación, efectuó un viaje a Oriente, visitando Grecia, el Líbano y los Santos Lugares del cristianismo, cuya experiencia contó en Voyage en Orient, marcado por el drama de la muerte de su hija Julia.

En 1833 fue elegido Diputado, y antes de 1851, se había pasado del realismo al republicanismo, pronunciando discursos notables. Jugó un papel importante en el momento de la Revolución de 1848, proclamando la República, y desarrolló durante tres meses un puesto en el Gobierno Provisional, Se retiró de la vida política tras su pesado fracaso en la elección presidencial de 1848, en la que solo obtuvo un 0,28%, mientras que Louis-Napoleón Bonaparte se la llevó.

Pesadamente endeudado, vendió el dominio de Milly en 1860 y escribió obras de tema alimentario, así como numerosas compilaciones históricas, como su Cours familier de littérature (1856-1869), y otras menos criticadas, pero que quedaron como menores tales como Le Tailleur de Pierre de Saint-Point, en 1851. Su último gran poema, La Vierge et la Maison, lo escribió en 1857. 

Alphonse de Lamatine falleció en 1869, casi octogenario, y descansa en la bóveda familiar en el cementerio comunal, a lo largo del muro del parque del castillo de Saint-Point, que él transformó y en el que vivió desde 1820.

Su lirismo, asociado a una expresión armoniosa, hace de la calidad de sus poemas, la parte más notable de su obra, constituida por poemas llenos de sensibilidad e inspirados por Julie Charles, con huellas de temas románticos de la naturaleza, la muerte y el amor, como en Le Lac, L'Isolement, L'Automne, etc.

Admirado y saludado por toda la generación romántica; Víctor Hugo, Nodier, o Saint-Beuve, Lamartine fue a veces juzgado muy severamente por las generaciones siguientes. Flaubet habló de su lirismo enfermizo, y Rimbaud escribió en su Lettre du voyant, a Paul Demeny, que “Lamartine es a veces vidente, pero estrangulado por formas anticuadas”. 

Siguió siendo, no obstante, ampliamente admirado por la potencia de su genio poético y cuenta, indiscutiblemente, entre los más grandes poetas franceses del siglo XIX. 

Nacido en Mâcon -como hemos dicho-, el 21 de Octubre de 1790, su padre, Pierre de Lamartine (1752-1840), era Señor, Caballero de Prat y Capitán en el regimiento Dauphin-Cavalerie, y su madre, Alix des Roys, “hija del intendente general de M. le duc d’Orléans”. Los diez primeros años de su vida, pasados en el campo, en Milly, fueron muy influidos por la naturaleza, sus hermanas, su madre, y, sobre todo, el Abad Dumont, cura de Bussières, que le insufló un gran fervor religioso, reforzado por los años que pasó en el colegio de Belley, durante los cuales, leyó a Chateaubriand, Virgilio y Horacio.

Chateaubriand, Virgilio y Horacio.

De vuelta en Milly, empieza a escribir poesía bajo la inspiración de los poemas de Ossian traducidos al francés por Pierre Baour-Lormian. 

Ossian es recordado en las leyendas como el más grande poeta de Irlanda y un guerrero de la Fianna en el Ciclo feniano o Ciclo ossiánico de la mitología irlandesa. Es el narrador de gran parte del ciclo. La escritura Ossian está particularmente asociada al ciclo de poemas de James Macpherson que este afirma haber traducido de fuentes antiguas en gaélico escocés.

James Macpherson. de George Romney. NPG Londres. Más conocido por su heterónimo Ossián, fue un poeta escocés del Prerromanticismo, y uno de los llamados poetas de cementerio.

Ossian recibiendo en el Valhalla a los generales de la República muertos por la Patria (1802), de Anne-Louis Girodet-Trioson

Luego, tras una aventura sentimental que inquietaba a sus padres, inició un viaje a Italia (1811-1812), durante el cual conoció a una joven napolitana, que constituirá su modelo para Graziella

Luego probó suerte con la tragedia –con Medea-, y escribió sus primeras elegías. Fue nombrado Alcalde de Milly en 1812.

En 1814 fufe durante algún tiempo Guardia de Corps de Louis XVIII, cuando este fue entronizado. Se refugió en Suiza y vivió algún tiempo en Bissy, en Saboya, en la familia de Xavier de Maistre, en el momento de los Cien Días. Dimitió, finalmente en 1815. Pronto volvió a Milly y llevó una vida de gentleman campestre. Único varón de la familia, debió recibir en herencia, los dominios de sus padres, y sin estar obligado, se comprometió a indemnizar a sus hermanas con rentas.

En 1816, víctima de languidez, se fue a Aix-les-Bains, en Savoie, donde conoció a Julie Charles, nacida Bouchaud des Hérettes, una mujer casada, esposa del físico y aeronauta, Jacues Charles, seis años mayor que él y afectada de tisis –como llamaban en la época a la tuberculosis galopante. Iniciaron un idilio que duró hasta la muerte de Julie en diciembre de 1817, a la edad de 33 años. El poeta quedó profundamente marcado por esta trágica pérdida que le inspiró en parte, el compendio Méditations poétiques en 1820, que obtuvo un inmenso eco y le propulsó socialmente: pudo casarse con Ann Birch y se convierte en adjunto de la Embajada de Nápoles. El matrimonio viajó a Italia, Inglaterra, París. Al mismo tiempo, el poeta poblicó las Nouvelles Méditations poétiques, La Mort de Socrate, y Le Dernier Chant du pèlerinage d'Harold.

En 1822 nacía su hija Julia. En 1824 pierde a su hermana Césarine, esposa del Conde Xavier de Vignet, en el mes de febrero, después, a su otra hermana Suzanne de Montherot, en agosto, tras lo cual, fracasó en la Academia francesa, en la que, finalmente será elegido en 1829.

En 1825, es nombrado secretario de embajada en Florencia, pero le niegan el puesto de ministro en Francia; pide un permiso y vuelve a la provincia y publica Les Harmonies poétiques et religieuses.

Lamartine se adhiere a la Monarquía de Julio, pero es un candidato fracasado a diputado; falla en tres departamentos, Bergues, Toulon y Mâcon. Escribe Sur la politique rationnelle, empieza Jocelyn y hace un viaje a Oriente, a partir de 1832; visita Grecia, el Líbano y va hasta el Santo Sepulcro, para fortalecer sus convicciones religiosas, aunque el viaje quedará fuertemente marcado por la muerte de su hija Julia, que le inspira el poema Gethsémani ou la Mort de Julia, texto que después integraría en su relato Viaje a Oriente.

En 1833, fue elegido Diputado, puesto en el que permanece hasta 1851.

En diciembre de 1834, formó parte de los fundadores de la «Sociedad francesa para la abolición de la esclavitud." Es en esta época cuando abandona el castillo de Saint-Point, para instalarse en el castillo vecino de Monceai, en Prissé.

En 1838, con Honoré de Balzac y Paul Gavarni, va a Bourg-en Bresse para dar testimonio a favor de viejo accionista del diario Le Voleur, Sebastién-Benoît Peytel, acusado de asesinato. Su esfuerzo fue infructuoso, porque el acusado fue guillotinado en Bourg en Bresse, el 28 de octubre de 1839.

Tras sus viajes a Oriente, se convertirá, con Víctor Hugo, uno de los más importantes defensores de la causa del pueblo serbio, en su lucha contra el Imperio Otomano. En Julio de 1833, con ocasión de su visita de Nis, en Serbia, Lamartine, ante la pila de cráneos, gritó: ¡Que dejen subsistir este monumento! Enseñará a sus hijos el valor de la independencia de un pueblo, mostrándoles a qué precio la pagaron sus padres.

Víctor Hugo

A partir de 1843, va a menudo al castillo de Cormatin, propiedad de uno de sus amigos, Henri de Lacretelle. En el curso de estos años en los que conoció graves necesidades de dinero, Lamartine se planteó abandonar la política y empezar a redactar la Histoire des Girondins. En 1847, reunió todos sus apoyos políticos y allí redactó su programa “Republicano y Socialista”. Se desplazó lentamente hacia la izquierda al paso de los años, llegando a convertirse en la cabeza de los revolucionarios, en 1848. Su Voyage en Orient, su Histoire des Girondins, le devolvieron cierta popularidad, así como sus discursos en la Cámara manifestando una cierta inflexión en su pensamiento político.

Révolution de 1848

Placa en el nº 82 Calle de la Universidad, en París, donde vivió desde 1837 hasta 1853. Dice: Es aquí donde el pueblo de París vino a aclamarlo, el 25 de febrero de 1848, tras su discurso sobre la bandera tricolor.

Félix Philippoteaux, Episodio de la Revolución de 1848 : Lamartine rechazando la bandera roja en el Ayuntamiento, el 25 de febrero de1848. Musée Carnavalet, Paris.


Alphonse de Lamartine, de Théodore Chassériau.

En 1848, con ocasión de la caída de Louis Philippe y de la proclamación de la Segunda República, Lamartine formó parte de la Comisión del Gobierno Provisional. Fue así, ministro de Asuntos Exteriores de febrero a mayo de 1848.

Partidario de una revolución política, estaba más cerca de los liberales que de los partisanos, de una reforma política y social –Louis Blanc, Albert, etc.-. El 24 de febrero de 1848, se opuso a la adopción de la bandera roja.

De acuerdo con François Arago, lleva una política moderada. Fue él quien firmó el Decreto de Abolición de la Esclavitud, del 27 de abril de 1848. El 10 de mayo de 1848, el Gobierno Provisional fue remplazado por una comisión ejecutiva, de la que se excluyeron los más a la izquierda, como Louis Blanc. Lamartine se agrupó con François Aragó, también presidente de la Comisión; Louis-Antoine Garnier-Pagés, Alexandre Ledru-Rollin y Pierre Marie de Saint-Georges.

Tras el cierre de los talleres nacionales, decidido por la Comisión Ejecutiva y las Jornadas de Junio, reprimidas en sangre por el general Cavainac, la Comisión dimitió. El 28 de Junio de 1848, Cavaignac de convierte en Presidente del Consejo de Ministros Provisional.

En el segundo semestre de 1848, ocupa la Cátedra de Derecho Internacional de Historia de los Tratados dela efímera Escuela de Administración.

En Diciembre, Lamartine obtuvo justo 0,26% en la elección presidencial que llevó al poder a Louis-Napoleón Bonaparte. En Abril-Junio de 1850, durante los debates parlamentarios sobre la ley de deportación política, Lamartine se opuso a la elección de las Islas Marquesas, aunque no se opuso al principio mismo de la deportación.

Bajo el Segundo Imperio

Alphonse de Lamartine, ca. 1865.

El final de la vida de Lamartine, estuvo marcado por problemas de dinero, debidos a su generosidad y a su gusto por los vastos dominios. Volvió un tiempo a los recuerdos de juventud, como Graziella y Raphael, pero pronto tuvo que pensar en la realidad. LA calidad de sus obras se resintió rápidamente, y en adelante, las producciones a la medida del poeta, tales como La Vigne et la Maison (1857), serán raras. 

Obligado por los suscriptores a repeticiones y a sus obras de circunstancias –apodado «Tire-Lyre”-, obligado por el mundo político, profetizó la carrera política de Émile Olivier. al fin de la década de 1850, casi arruinado, vendió su propiedad en Milly y aceptó la ayudade un régimen que reprobó, pero donde se alojó gratuitamente en París, en un chalet del Bois de Boulogne, situado al final de la Avenida Henri Martin.

Fue allí, en el 135 de ka Avenue de l’Empereur, no lejos de la actual plaza Lamartine, que falleció en 1869, dos años después de un ataque que lo paralizó, <sus funerales, en Mâcon no fueron seguidos por ningún antiguo responsable republicano, de 1848, a excepción de Émile Olivier, a quien podemos considerar como su hijo espiritual, que, además le sucedió en la Academia Francesa.

La inspiración política y social

Desde 1830, el pensamiento político y social de Lamartine se va a convertir en un aspecto esencial de su obra. Legitimista, en1820, evolucionó, poco a poco, hacia la izquierda, pero ve un peligro en la desaparición de la propiedad; esta posición ambigua, que le inspiró la creación de un Partido Social, en 1834, era insostenible.

En 1831 fue atacado en la revista Némesis, en la que se le reprochaba envilecer su musa haciéndola una servidora de las ideas políticas. Lamartine replicó, y desde entonces, su obra resultó cada vez más marcada por las ideas.

Lamartine creía en el progreso: La Historia está en marcha y las revoluciones son un medio divino para esperar un objetivo. La democracia es la traducción política del ideal evangélico. Jocelyn y La chute d’un ange, dan testimonio de las preocupaciones sociales de su autor, que obra tambén por la paz.

Pensamiento religioso de Lamartine

Jocelyn, La Chute d'un ange, y el Voyage en Orient, revelan el pensamiento religioso de Lamartine. Su deísmo era bastante vago, pero el poeta quiere expurgar la religión de la creencia en los milagros, del infierno, etc. 

Así, algunas de sus obras fueron puestas en Índice. Su fe en la Providencia es contingente de las vicisitudes de su vida, pero el deseo de servir a Dios es cada vez más fuerte. La presencia de figuras novelescas o religiosas, tales como el Abbé Dumont, atraviesan su obra, participa de esta visión evangélica.

No violento, predicó tambén el vegetarianismo. Educado por su madre en el respeto de la vida animal, repugnó toda su vida, el comer carne. Escribirá incluso, en verso en La chute d’un Ange (1838) y más explícitamente, en Les confidences (1849) y sus argumentos serán retomados por lo defensores del vegetarianismo del siglo XX.

Maestro del lirismo romántico y cantor del amor, de la naturaleza y de la muerte, Alphonse de Lamartine marcó una etapa importante en la historia de la poesía francesa con su música propia. En efecto “La Revolución francesa de la poesía puede ser datada por las Méditations poétiques de Lamartine: aquella pequeña plaqueta […] tuvo un efecto, a la vez detonante y fundador en la redefinición lenta de la poesía a la cual procede el siglo XIX. Lamartine, admirado por Hugo, Nodier o Sainte-Beuve, decían de la poesía, que era “La razón cantada”, y halló en los acuerdos un lenguaje entusiasta, es decir, de una posible comunión con Dios. 

La poesía es canto del alma. si sus elegías permanecen en la línea de las de Chénier, Bertin o Parny, sus meditaciones y sus poemas metafísicos (notablemente, “La Muerte de Sócrates” y “El Desierto”), son el resultado de una experiencia nueva, que han podido hacer decir a Rimbaud que “Lamartine es a veces, vidente, pero estrangulado por sus viejas formas. (Lettre du Voyant).

La inmensa obra -127 volúmenes-, propone a veces textos menos reconocidos (poemas de circunstancias por ejemplo de numerosos textos del Cours familier de littérature, pero se reconoce, a menudo, la expresión de un artista, para quien la poesía es “la encarnación de lo que el hombre tiene de más íntimo en el corazón y de lo más divino en el pensamiento”. Permanecerá como el gran restaurador de la inspiración lírica. La belleza de esta poesía supone, sin embargo la profunda simpatía de su íntimo lector: “La frase hace secretamente entender lo que ella hace discretamente ver y sentir. Quien lo murmura, reemplaza al que lo inventó y empieza a confundir los otoños de su alma con los de la naturaleza, pues son signos de la deploración que hay en Dios. / Tal habría sido la visita de Lamartine.”

Su Voyage en Orient es, con el de Nerval. tras el Itinéraire de Paris à Jérusalem de Chateaubriand, una de las obras maestras del viaje. Su título completo, Souvenirs, impressions, pensées et paysages pendant un voyage en Orient (1832-1833), ou Notes d'un voyageur, subraya bastante bien la ambición literaria de Lamartine, poeta de una naturaleza limitada, cuya visión voluptuosa obra un espacio inmenso al ensueño, a una profunda meditación. 

“La poesía se sueña en efecto lo mas a menudo en Lamartine, como una fundición suave, de orden casi erótico, encargado a la vez de liberar el yo y de ocupar, frente a él, -digamos, casi de seducir-, el espacio de un paisaje.

En la década de 1840, el economista Frédéric Bastiat, que mantenía una buena relación con Lamartine y que admiraba al escritor, le reprochó su incomprensión de la economía y las posiciones paradójicas o ambiguas que, según él, resultaban.

En una carta a Bastiat, Lamartine escribió: Su doctrina no es, más que la mitad de mi programa; usted se queda en la Libertad, y yo, en la Fraternidad”. Bastiat respondió: “La segunda mitad de su programa destruirá la primera” y desarrolló sus argumentos en el panfleto La Loi.

En una carta de 1953 a Louise Colet, Gustave Flaubert escribió: “Lamartine se destruye; Yo no lo lloro. […] “No, no tengo ninguna simpatía por este escritor sin ritmo, por este hombre  de Estado sin iniciativa. Es a él a quien debemos todas las tontas penas del lirismo de lagrimón, y al que debemos agradecer el Imperio: hombre que va a los mediocres y que los ama […].

“No quedará de Lamartine sino con qué hacer medio volumen de piezas sueltas. Es un espíritu eunuco, le faltan “órganos masculinos”; nunca ha pisado más que agua clara”. 

Gustave Flaubert, de Pierre François Eugène Giraud. Palacio de Versalles

El año anterior, en 1852, comentaba así la Graziella de Lamartine: “Es una obra mediocre, aunque la mejor cosa que Lamartine ha hecho en prose. Hay bonitos detalles… dos o tres bellas comparaciones de la naturaleza […]; voilà, más o menos, todo. Y en principio, para hablar claro ¿la besa o no la besa? No son seres humanos, son maniquíes."

¡Qué bellas las historias de amor, donde la cosa principal está tan rodeada de misterio, que no sabemos a qué atenernos!” La unión sexual, está relegada sistemáticamente a la sombra, como beber, comer, hacer pis, etc.

Este prejuicio me molesta. He aquí un muchacho, que vive continuamente con una mujer que le ama y a la que él ama, pero nunca hay un deseo. Ni una nube impura viene a oscurecer este azulón. ¡Oh hipócrita! Si hubiera contado la historia verdadera, habría sido mucho más bello. Pero la verdad requiere machos más peludos que M. de Lamartine. Es más fácil, en efecto, dibujar un ángel, que una mujer […] Pero no; hay que hacer lo conveniente, lo falso; las damas deben leerle. Mentiras y mentiras; ¡mira que eres tonto!”

Alexis de Tocqueville, de Th. Chasseriau. Palacio de Versalles

Alexis de Tocqueville se mostró muy crítico hacia el hombre político: “No sé si he encontrado, en este mundo de ambiciones egoístas, en medio del cual, he vivido, un espíritu más vacío de pensamiento del bien público, que el suyo. He visto multitud de hombres molestar al país para engrandecerse; es la perversidad corriente, pero este es el único, creo yo, que me ha parecido siempre dispuesto a decepcionar al mundo, para distraerse. Nunca he conocido un espíritu menos sincero, ni que tuviera un desprecio más completo por la verdad. Cuando digo que la despreciaba, me equivoco; no la honraba en absoluto, como para ocuparse de ella de alguna manera. Cuando lee y cuando escribe, sale y entra de la verdad sin el menor cuidado”.

Víctor Hugo, a quien Lamartine nombró alcalde del 8º distrito de París y al que propuso el puesto de ministro de Instrucción, lo presenta, al contrario,, como alguien “noble, tranquilo, generoso, dedicado al país, impulsando el patriotismo hasta la devoción y la devoción hasta la abnegación.”

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