viernes, 23 de febrero de 2024

CHARLES BAUDELAIRE ● EL GATO

Les Chats/Los Gatos

Amantes fervorosos y sabios austeros

Aman igual en su edad madura,

Gatos, dulces y poderosos, orgullo de la casa

Para el que, como ellos, es friolero y sedentario.

Amigos de la ciencia y de la voluptuosidad,

Buscan el silencio y el horror de las tinieblas;

El Érebo los hubiera tomado como sus fúnebres corredores

Si pudieran inclinar su soberbia a un servicio.

Asumen, cuando piensan, nobles actitudes

De grandes esfinges alargadas, al fondo de sus soledades,

Y parecen dormir un ensueño sin fin.

Su torso fecundo está lleno de mágicas chispas,

De partículas de oro y arena sin fin,

Que vagamente Iluminan sus místicas pupilas.

Charles Baudelaire, Les Fleurs du Mal – Spleen et Idéal

(Publicado el ¿14 de noviembre de 1847?)

Spleen et idéal, de Carlos Schwabe, 1907

Homenaje a Delacroix, de Fantin Latour. Baudelaire, primero sentado a la derecha.

Este magnífico poema celebra la majestad de los gatos, esas criaturas, a la vez, poderosas y suaves. Comparten con los amantes de la ciencia y de la voluptuosidad, un gusto por el silencio y la oscuridad. Sus ojos brillan con una luz misteriosa, como las estrellas por la noche. Baudelaire nos invita a dejarnos mecer por su enigmática presencia ty contemplar su felina belleza.

« Le Chat », es un extracto del poemario Les Fleurs du mal de Charles Baudelaire, publicado en 1857. Pertenece a la sección «Spleen et Idéal» y es el primero de una trilogía consagrada a la figura del Gato. Baudelaire quiso, sobre todo, ofrecer un retrato elogioso del felino que nos interesa.

Baudelaire construye un retrato elogioso del gato. En efecto, se puede notar el empleo de un léxico positivo: «beau chat/Hermoso gato», « amoureux / enamorado» (v. 1), «beaux yeux/Bellos ojos» (v. 3), «loisir/descanso» (v. 5), «s’enivre du plaisir» (v. 7), «aimable bête / amable anuimal» (v. 10), «subtil/sutil» (v. 13). 

Baudelaire subraya el placer que se siente al contacto con el animal; este placer se acentúa con un lenguaje hiperbólico: «Lorsque mes doigts caressent à loisir /Cuando mis dedos lo acarician a placer» (v. 5), «Et que ma main s’enivre du plaisir/¡Y cómo se complace mi mano!» (v. 7). La sensación de placer se refuerza por la asonancia en [i], un agudo que hace surgir el éxtasis del poeta y las asonancias en [o] y en [a], que dan a entender su admiración.

«Viens, mon beau chat /Ven, mi hermoso gato», «Retiens les griffes de ta patte/guarda tus uñas » (v. 1-2), «Tes beaux yeux/ Mêlés de métal et d’agate/Tus bellos ojos/mezclados de metal y ágata» (v. 3-4).


Pero Baudelaire insiste, sobre todo, en la belleza del gato, por medio de la repetición del adjetivo «Hermoso»; su mirada, comparada con la de la mujer, es profunda y fría; una profundidad que aparece también en el primer cuarteto, a través del empleo del verbo “bucear”; “Y déjame bucear en tus hermosos ojos”. La mirada del gato es, pues, una mirada que evoca la posibilidad de un viaje espiritual; de una evasión, de alguna otra parte. Sin embargo, esta mirada fría como el metal y la piedra “Mezclados de metal y ágata”, es ambivalente y potencialmente peligrosa; el animal es, a veces, criticado en el poema: “Guarda tus uñas”; “Palpar tu cuerpo eléctrico”; “Hiere y corta como un dardo”; “Peligroso perfume”, etc. 

Baudelaire explora así la dualidad del gato, oscilante  entre belleza y peligro, sensualidad y amenaza. Este poema nos invita a reflexionar sobre las paradojas de la existencia y la complejidad de los seres, ya sean humanos, o felinos.


El Gato de Charles Baudelaire es, además, un poema emblemático.  Escrito por Baudelaire en el siglo XIX,  destaca por su rica simbología y su exploración de temas como la soledad, la belleza y la dualidad del ser humano. Se impone desentrañar sus metáforas, imágenes y estructura para comprender su significado y su importancia en la obra del poeta, todo ello en el contexto de su propia existencia.

Nacido el 9 de abril de 1821 en París, Baudelaire vivió en una época de grandes cambios y transformaciones sociales, políticas y culturales. Pues su siglo fue testigo de la Revolución Industrial, que trajo consigo una acelerada urbanización y un crecimiento desmedido de las ciudades. París, en particular, experimentó una metamorfosis radical, convirtiéndose en el epicentro de la modernidad y el progreso. Sin embargo, esta modernización también trajo consigo una serie de problemas y contradicciones, como la alienación, la deshumanización y la pérdida de la individualidad.

Baudelaire, como poeta y crítico de su tiempo, captó de manera magistral estas tensiones y contradicciones. Su obra maestra, «Las flores del mal», publicada en 1857, es un reflejo de la angustia y la desesperación que experimentaba el autor frente a la realidad urbana y la decadencia moral de la sociedad.

A lo largo de su vida, el poeta afrontó numerosas dificultades y conflictos internos. Su padre murió cuando él tenía solo seis años y la relación con su madre fue complicada, además, Baudelaire tuvo una vida amorosa tumultuosa y sufrió problemas de salud, adicciones y problemas financieros.

Estos aspectos biográficos se reflejan en su poesía, que se caracteriza por su intensidad emocional, su melancolía y su búsqueda constante de la belleza en medio de la decadencia. Baudelaire fue un poeta maldito, un outsider que se rebeló contra las convenciones sociales y literarias de su época.

Los contextos histórico y biográfico de Charles Baudelaire son fundamentales para comprender su obra y su visión del mundo. Su poesía es un testimonio de la complejidad y la contradicción de la condición humana y su legado perdura como una de las voces más influyentes de la literatura moderna.

Reconocido como uno de los grandes poetas Simbolistas del siglo XIX, dejó un legado literario que aún hoy sigue siendo objeto de estudio y admiración. Su obra, llena de imágenes evocadoras y oscuros matices, nos sumerge en un mundo en el que la belleza y la decadencia se entrelazan de manera única. Uno de sus poemas más emblemáticos, que refleja a la perfección su estilo y su visión del mundo, es, precisamente, «EL GATO».

Baudelaire utiliza al gato como símbolo de la dualidad humana, de esa parte oscura y misteriosa que todos llevamos dentro. El gato, con su elegancia y su mirada penetrante, se convierte en el reflejo de los deseos más profundos y ocultos del ser humano. A través de su descripción detallada y minuciosa, el poeta nos sumerge en un ambiente cargado de sensualidad y misterio.

El gato, en su silencio y su sigilo, se convierte en el compañero perfecto para explorar los rincones más oscuros del alma humana. Baudelaire nos invita a adentrarnos en ese mundo interior, a dejarnos llevar por nuestros instintos más primitivos y a descubrir la belleza que se esconde en lo prohibido. El gato, con su mirada enigmática, nos seduce y nos atrapa en su juego de luces y sombras.

El simbolismo de «El Gato» es evidente en sus versos. El animal se convierte en metáfora de la pasión desenfrenada, de la sensualidad y del deseo. Baudelaire muestra al lector, cómo el gato, con su elegancia y su indiferencia, lo sumerge en un mundo de placeres prohibidos y le invita a romper con las convenciones sociales. A través de su poesía, el autor le incita a explorar su propia naturaleza humana, a aceptar sus pulsiones más salvajes y a encontrar la belleza en lo que la sociedad considera tabú.

En conclusión, «El Gato» de Charles Baudelaire es un poema que nos sumerge en el mundo simbólico del autor, en el que la dualidad humana y la búsqueda de la belleza en lo oscuro se convierten en protagonistas. A través de su descripción detallada y su lenguaje evocador, Baudelaire nos invita a explorar nuestra propia naturaleza y a romper con las convenciones establecidas. Este poema, como muchos otros de su autoría, nos muestra la genialidad y la profundidad de la obra de Charles Baudelaire.

El gato, ese enigmático y misterioso animal, ha sido durante siglos un símbolo recurrente en la literatura y el arte. Su figura evoca una dualidad fascinante que refleja la complejidad de la naturaleza humana. Uno de los escritores que mejor supo capturar esta dualidad en su obra fue precisamente, Charles Baudelaire, quien en su famoso poema nos sumerge en un análisis literario detallado y profundo de este enigmático felino.

En este poema, Baudelaire nos presenta al gato como un ser que encarna, tanto la belleza y la elegancia, como la crueldad y la oscuridad. A través de su descripción minuciosa, nos muestra cómo el gato se convierte en un símbolo de la dualidad humana, representando tanto nuestros instintos más oscuros como nuestra capacidad de ser seres racionales y sensibles.

El poema comienza con una imagen de belleza y armonía, describiendo al gato como un ser «majestuoso y sereno» que se desliza con gracia y elegancia. Sin embargo, esta imagen idílica pronto se ve contrastada por la descripción de sus ojos, que reflejan una mirada penetrante y misteriosa. Es en esta mirada donde encontramos la primera señal de la dualidad del gato, ya que sus ojos pueden ser tanto «brillantes y claros» como «opacos y turbios».

A medida que avanza el poema, Baudelaire nos sumerge en la oscuridad y la crueldad del gato. Lo describe como un ser solitario y nocturno, que se mueve en las sombras y caza a sus presas con una precisión implacable. Esta faceta del gato recuerda nuestra propia capacidad de ser depredadores, de actuar con crueldad y egoísmo cuando nuestros instintos más primitivos se despiertan.

Sin embargo, el poeta también nos muestra la otra cara de la moneda. A medida que el poema avanza, nos revela la sensibilidad y la ternura que también habita en el gato. Nos habla de su capacidad de ronronear y acurrucarse en nuestro regazo, de su habilidad para brindarnos compañía y consuelo en momentos de soledad. Esta dualidad nos recuerda que, al igual que el gato, los seres humanos también somos capaces de ser tanto crueles como compasivos, y de albergar en nuestro interior una mezcla de luces y sombras.

En conclusión, el gato de Baudelaire se convierte en un símbolo poderoso de la dualidad humana. A través de su poema, el autor nos invita a reflexionar sobre nuestra propia naturaleza, recordándonos que somos seres complejos y contradictorios. Al igual que el gato, podemos ser tanto bellos como crueles, tanto oscuros como luminosos. Esta dualidad es parte esencial de nuestra condición humana y, al reconocerla, podemos llegar a comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás.

En cuanto a la estructura del poema, Baudelaire opta por utilizar versos libres, sin una métrica fija, lo que le permite jugar con la cadencia y el ritmo de las palabras. Esta elección refuerza la sensación de caos y desorden que se percibe en la obra, así como la idea de que el gato es un ser impredecible y enigmático.

Además, el poema se divide en cuatro estrofas de diferente extensión, lo que contribuye a crear un efecto de progresión narrativa. En la primera estrofa, el autor describe al gato como un ser seductor y enigmático, capaz de hipnotizar a aquellos que se cruzan en su camino. En la segunda estrofa, nos muestra el lado oscuro del gato, revelando su naturaleza cruel y sanguinaria. En la tercera estrofa, reflexiona sobre su dualidad, destacando su belleza y su capacidad para causar daño. Por último, en la cuarta estrofa, Baudelaire concluye el poema con una reflexión sobre la fugacidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte.

En cuanto al estilo, El Gato se caracteriza por el uso de imágenes y metáforas impactantes. Baudelaire utiliza una amplia gama de recursos literarios para transmitir la complejidad de su naturaleza. Por ejemplo, lo compara con un espejo que refleja la oscuridad del alma humana, o con un tigre que acecha en la noche. Estas metáforas no solo enriquecen el lenguaje poético, sino que también nos permiten adentrarnos en la mente del autor y comprender su visión del mundo.

En resumen, El Gato de Charles Baudelaire es un poema que destaca por su estructura y estilo innovadores. A través de versos libres y metáforas impactantes, el autor nos sumerge en un mundo oscuro y enigmático, donde el protagonista es un gato que encarna la dualidad entre la belleza y la crueldad. Esta obra maestra de la poesía nos invita a reflexionar sobre la complejidad de la naturaleza humana y la fugacidad de la vida.

En la tradición literaria, la figura del gato ha sido objeto de fascinación y misterio. Desde tiempos inmemoriales, estos felinos han sido retratados como criaturas enigmáticas, astutas y con una presencia magnética. 

El inconfundible Gato de “La Familia de El Greco”. 

El poeta describe al gato como un ser que se desliza sigilosamente por los tejados, observando con ojos penetrantes y misteriosos. Esta imagen evoca la idea de un ser que se mueve entre las sombras, que conoce los secretos más profundos y que guarda en su mirada un conocimiento ancestral.

A lo largo del poema, Baudelaire explora la relación entre el gato y su dueño, estableciendo un paralelismo entre ambos. El poeta describe al felino como un ser independiente y libre, que no se somete a las normas y convenciones de la sociedad. Esta libertad contrasta con la figura del dueño, quien se encuentra atrapado en una existencia monótona y alienante. El gato se convierte así en un símbolo de rebeldía y resistencia ante las restricciones impuestas por la sociedad.

El poema también nos muestra la dualidad del gato, que puede ser tanto un ser tierno y cariñoso como un depredador implacable. Baudelaire explora esta ambivalencia, destacando la capacidad del felino para alternar entre la dulzura y la ferocidad. Esta dualidad refleja la complejidad de la naturaleza humana, que también puede ser capaz de actos de amor y violencia.

En conclusión, el poema «El Gato» de Charles Baudelaire nos sumerge en un mundo de misterio y dualidad. A través de la figura del felino, el poeta nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana y las tensiones que existen entre la libertad y la conformidad. Este análisis literario detallado y profundo nos permite apreciar la riqueza simbólica y la maestría poética de Baudelaire, quien logra capturar la esencia de la figura del gato en la tradición literaria.

En la obra maestra de Charles Baudelaire, «El Gato», el autor utiliza el lenguaje de manera magistral para transmitir una serie de emociones y reflexiones profundas. A lo largo del poema, Baudelaire emplea un lenguaje rico y evocador que nos sumerge en un mundo oscuro y misterioso.

Desde el comienzo del poema, el autor utiliza una serie de metáforas y comparaciones para describir al gato. Lo presenta como un ser enigmático y seductor, capaz de despertar tanto admiración como temor. Utiliza palabras como «mágico», «felino» y «sutil» para describir al gato, creando una imagen vívida en la mente del lector.

Además, Baudelaire utiliza un lenguaje sensorial para transmitir las sensaciones que el gato provoca en aquellos que lo observan. Utiliza palabras como «perfume», «mirada penetrante» y «caricia suave» para describir la presencia del gato, creando una atmósfera de sensualidad y misterio.

El autor también utiliza el lenguaje para explorar temas más profundos, como la dualidad del ser humano y la naturaleza efímera de la vida. A través de metáforas y símbolos, Baudelaire nos invita a reflexionar sobre nuestra propia existencia y nuestras pasiones más oscuras.

En resumen, el uso del lenguaje en «El Gato» es fundamental para transmitir las emociones y reflexiones que Baudelaire desea compartir con el lector. A través de metáforas, comparaciones y un lenguaje sensorial, el autor nos sumerge en un mundo lleno de misterio y sensualidad, invitándonos a reflexionar sobre nuestra propia naturaleza y las pasiones que nos consumen; el gato se convierte en una metáfora recurrente que representa la soledad y la melancolía. A lo largo de su famoso poemario «Las flores del mal».

Más allá de su aparente simplicidad, “El Gato” también  ofrece un profundo análisis de la sociedad y su decadencia. A través de su imagen, el autor nos muestra cómo la sociedad se ha vuelto cada vez más egoísta, superficial y deshumanizada. Pero el gato, en su esencia, representa la libertad y la independencia, características que la sociedad moderna ha perdido en su afán por el consumismo y la búsqueda del éxito material. Baudelaire nos muestra cómo el gato se convierte en un ser solitario, que se aleja de la compañía humana y prefiere vagar por las calles en busca de su propia satisfacción.

Además, el gato también simboliza la superficialidad y la obsesión por la apariencia física. Baudelaire lo describe como un ser elegante y seductor, que se preocupa por su aspecto y busca constantemente la aprobación de los demás. Esta obsesión por la imagen y la necesidad de ser aceptado, es una clara muestra de la apreciación moral de la sociedad.

En resumen, El Gato de Charles Baudelaire es mucho más que un simple poema sobre un animal. Es una crítica profunda a la sociedad y su decadencia, mostrando cómo la búsqueda del éxito material, la falta de empatía y la obsesión por la apariencia han corrompido los valores fundamentales de la humanidad. A través de la figura del gato, Baudelaire nos invita a reflexionar sobre nuestra propia sociedad-

La relación entre el narrador y el animal, en «El Gato», es una de las características más intrigantes y enigmáticas de este poema. A lo largo del texto, el narrador establece una conexión profunda y compleja con el felino, que va más allá de una simple relación entre un hombre y su mascota.

El gato, ese enigmático y misterioso animal, ha sido durante siglos una representación de la belleza y la sensualidad en la literatura y el arte. En la obra de Charles Baudelaire, adquiere un papel protagónico, convirtiéndose en un símbolo de la dualidad humana y de la atracción hacia lo desconocido.

Baudelaire describe al felino como un ser seductor y u elegante caminar. Utiliza diversas metáforas y descripciones detalladas para transmitir la sensualidad y la belleza que emana de este animal. El gato se convierte así en un objeto de deseo y fascinación para el poeta y para el lector.

Además de su simbolismo, el gato en la obra de Baudelaire también representa la belleza y la sensualidad en su forma más pura. El autor utiliza una prosa poética y evocadora para describirlo, resaltando su elegancia y su capacidad para despertar los sentidos. El gato se convierte así en un objeto de admiración estética, una representación de la belleza que trasciende lo meramente físico.

En la obra maestra de la literatura francesa, «Las Flores del Mal», el poeta Charles Baudelaire utiliza el símbolo del gato para explorar también la muerte y la mortalidad, a lo largo de sus poemas.

Uno de los elementos visuales más destacados en «El Gato» es la descripción del felino en sí mismo. Baudelaire retrata al gato con una mirada penetrante que parece leer los pensamientos más oscuros del protagonista. 

Otro elemento visual importante en «El Gato» es la descripción de los paisajes y escenarios que rodean al protagonista. Baudelaire utiliza una paleta de colores sombríos y desolados para representar el entorno en el que se desarrolla la historia. Los lugares descritos, como los callejones oscuros y los cementerios abandonados, refuerzan la sensación de soledad y desesperación que experimenta el protagonista. Estos paisajes sombríos se convierten en un reflejo visual de la angustia y el tormento interno del personaje principal.

En conclusión, «El Gato» de Charles Baudelaire es un poema que utiliza de manera magistral los elementos visuales para crear una atmósfera misteriosa. A través de la descripción del gato, el contraste entre la luz y la oscuridad, y la representación de paisajes sombríos, el autor logra transportar al lector a un mundo lleno de simbolismo y significado. Este análisis detallado de los elementos visuales en «El Gato» nos permite apreciar aún más la maestría de Baudelaire como poeta y su capacidad para evocar emociones a través de la palabra escrita, habida cuenta, sin duda, que se trata de sus personales emociones, como es sabido, plagadas de características muy específicas.

La influencia de Edgar Allan Poe en «El Gato» de Baudelaire es innegable y se puede apreciar en diversos aspectos de esta obra maestra de la literatura francesa. Ambos autores comparten una fascinación por los temas oscuros y macabros, así como una habilidad para crear atmósferas inquietantes y perturbadoras.

Uno de los elementos más evidentes de la influencia de Poe en «El Gato» es la presencia de un narrador poco fiable. Al igual que en muchos de los relatos de Poe, el protagonista de este poema narra su historia desde una perspectiva subjetiva y perturbada, lo que nos lleva a cuestionar la veracidad de sus palabras. Esta técnica narrativa, conocida como «narrador no confiable», crea una sensación de intriga y misterio que es característica de la obra de ambos escritores.

Además, la figura del gato negro que aparece en el poema de Baudelaire es un claro homenaje al cuento de Poe del mismo nombre. En ambos casos, el gato negro se convierte en un símbolo de la culpa y la obsesión, y desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la trama. Baudelaire adopta la figura del gato negro de Poe y la utiliza para explorar sus propios temas y obsesiones, añadiendo así una capa adicional de profundidad y significado a su poema.

Otro aspecto en el que se puede apreciar la influencia de Poe en «El Gato» es en el uso del lenguaje y la estructura. Ambos autores emplean un estilo poético y evocador, utilizando imágenes vívidas y metáforas impactantes para transmitir sus ideas. Además, tanto Poe como Baudelaire experimentan con la forma y la estructura de sus obras, rompiendo con las convenciones literarias de su época y creando así un estilo único y personal.

En conclusión, Baudelaire rinde homenaje a Poe y al mismo tiempo logra crear una obra maestra que es única y original en sí misma.

Baudelaire y Poe

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