miércoles, 2 de septiembre de 2020

FANTIN-LATOUR • RETRATOS DE GRUPO 4 • HOMENAJE A DELACROIX

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5. Bracquemond, 6. Balleroy, 8. Latour, pintores.

Siguiendo el orden asignado a los participantes en el “Homenaje a Delacroix”, tenemos ante nosotros, tres pintores y tres escritores [5 a 10]; a los que parece recomendable presentar, de acuerdo con la dedicación específica de cada uno de ellos. Por esta razón, aparecen ahora los pintores, Bracquemond, Duranty y el propio Fantin-Latour, quedan para la siguiente y última entrada -referida a esta obra-, los escritores, Duranty, Champfleury y Baudelaire.

Felix Bracquemond

5- Félix Bracquemond. Fotografía de Nadar

Félix Bracquemond. París, 1833 - Sèvres, 1914. Fue pintor, grabador y diseñador. Parte de su fama se debe a Marie Quivoron / Bracquemond, una reconocida pintora impresionista, con la que se casó en París, en 1869.

Marie Bracquemond, autorretrato en 1870

Se estaba formando como litógrafo industrial, hasta que Joseph Guichard, discípulo de Ingres, lo invitó a su estudio, donde Bracquemond se aficionó y se inició en la pintura.

En el Salón de 1852, fue admitido con la obra, Portrait de ma grand-mère, obra que Théophile Gautier comparó con otra del mismo tema, de Hans Holbein el Joven. 

Retrato de mi abuela (leyendo la Biblia), 1851. Museo de Orsay

El año siguiente envió su Autoportrait, con las herramientas de grabador.

Autorretrato con herramientas de grabador. 

Aprendió grabado en metal y aguafuerte hacia 1853, y llegó a representar un papel clave en la recuperación de estas técnicas en Francia, y aunque tuvo que dejar de pintar, se convirtió en uno de los miembros fundadores de la Societé des aquafortistes, en 1862.

Creó más de 800 planchas; retratos, paisajes, escenas de la vida contemporánea y estudios de aves, así como reproducciones de pinturas de numerosos artistas, como Tiziano, Corot, Meissonier, Millet, Bouguereau, Gustave Moreau y de algunos impresionistas, entre los cuales, Marie Bracquemond era de las más conocidas. 

Su grabado El rey David, copiado de un cuadro de Moreau -ahora en el Hammer Museum de Los Ángeles-, recibió una medalla de honor en el Salón de París de 1884.

El rey David; original de Gustave Moreau y copia, en grabado de Bracquemond

También trabajó en la decoración de piezas de porcelana, convirtiéndose, tras pasar un tiempo en la factoría de Sèvres, en 1870, en director artístico de la firma Haviland, de Limoges, en París. Introdujo novedades en el diseño de vajillas, como la estética oriental, gracias a las estampas japonesas que se empezaban a poner de moda, de hecho, en buena parte, gracias a su propia afición.

Apoyó a los impresionistas, a algunos de los cuales - Manet, Degas, Pissarro -, animó a grabar y fue amigo de otros muchos artistas, como Whistler. Su presencia aquí se debe, naturalmente, al hecho de que aparece con algunos de ellos, en el Homenaje a Delacroix, de Henri Fantin-Latour.

Coincidiendo con la progresiva aceptación y valoración del impresionismo, Bracquemond recibió diversos galardones, como el título de caballero de la Legión de Honor, en 1882 y la gran medalla de la Exposición Universal de París, en 1900.

Su obra pictórica, aunque muy reducida en número, comprende, fundamentalmente, retratos, como el del Dr. Horace de Montègre, fundador del Positivismo con Émile Littré y Auguste Comte, así como los de la Sra, de Paul Meurice, en 1866, o el de Auguste Vacquerie y, aunque la pintura no constituía su principal interés, colaboró, aportando sus conocimientos, a la creación de la Grande Encyclopédie de Diderot et d'Alembert.

En 1856, Edmond de Goncourt se hizo muy amigo de Bracquemond, y vivió con él la complicidad del artista con Paul Gavarni, con el que se divertía inventando grabados. Goncourt también compartía con él el gusto por el arte japonés. 

Edmond de Goncourt, en 1877. Fotog. de Nadar y Autorretrato de Paul Gavarni, en 1842

Bracquemond se incorporó al ambiente literario con el apoyo de Auguste Poulet-Malassis, el editor de Charles Baudelaire, con el que también asentó una firme amistad. También fue amigo de Théodore de Banville, Jules Barbey d'Aurevilly, Félix Nadar y, de toda la élite de la llamada Nouvelle Athènes.

Siguiendo sus consejos, Jean-Baptiste Corot, Jean-François Millet, Édouard Manet, Edgar Degas y Camille Pissaro, se iniciaron en el grabado. De hecho, colaboró mucho con Manet en la creación de sus aguafuertes, entre ellos, el de Olympia.

En 1888, Auguste Lepère creó, con Bracquemond, Daniel Vierge y Tony Beltrand, la revista L'Estampe originale, con el fin de interesar a los artistas y amateurs en los nuevos procedimientos  y tendencias del grabado, especialmente, en color, entre ellos, Henri Rivière, realizó a partir de entonces, “Les Trente-six vues de la Tour Eiffel”, desde 1888 a 1902. 

Henri Rivière, Vistas de la Torre Eiffel

Por la misma época, Valloton renovó, a partir de 1891, el grabado en madera, con Gauguin y Émile Bernard; mientras que Toulouse Lautrec renovó el arte del cartel.

En 1874, tras unirse a la Société anonyme des artistes peintres, sculpteurs et graveurs, Bracquemond participó en la Première exposition des peintres impressionnistes, en los talleres de Nadar en el boulevard des Capucines, junto a artistas que, ya para siempre fueron llamados “Impresionistas”, y que se inauguró el 15 de abril de 1874, con gran éxito y mayor escándalo. 

Bracquemond presentó allí un retrato dibujado; una serie de aguafuertes con retratos de Auguste Comte, Charles Baudelaire y Théophile Gautier, y otros inspirados en Turner, Ingres o Manet, mas otros dos originales: Les Saules y Le Mur. Volvió a exponer con sus amigos en 1879 y, hacia el final de aquella década, Alfred Sisley trabajó con él en Sèvres.

Escribió, Du dessin et de la couleur/Del dibujo y del color, publicado en 1886 –por cierto, muy apreciado por Vincent van Gogh, que lo cita con frecuencia en sus “Cartas”-, y de un Étude sur la gravure sur bois et la lithographie/Estudio sobre el grabado y la litografía.

En 1856, Bracquemond descubrió una serie de grabados “Manga” del japonés Hokusai, típico del género pictórico conocido en Japón bajo el nombre de Kachô-ga; pintura de flores, pájaros, insectos, crustáceos y peces, en el taller de su impresor, Auguste Delâtre, que lo había utilizado para decorar un encargo de porcelanas. El nuevo estilo le entusiasmó y le convirtió en el iniciador del japonismo en Francia, que se impondría en las artes decorativas durante la segunda mitad del siglo XIX.

En 1860 participó, primero al taller del ceramista Théodore Deck, y después en el del comerciante de cerámica Eugène Rousseau, establecido en París, que le encargó la decoración de una vajilla, para un proyecto destinado a la Exposition universelle de 1867. Bracquemond propuso modelos inspirados en los temas del Kachô-ga, todos diseñados y grabados por él mismo. Era la primera vez que un artista europeo copiaba directamente a un artista japonés, reproduciendo figuras animales de Manga y Hokusai, y así, en 1867, se convirtió en uno de los 9 miembros de la "Société japonaise du Jinglar" con Henri Fantin-Latour y Carolus Duran, ceramistas, y Marc-Louis Solon, que se reunían una vez al mes, en Sèvres, y cenaban a la japonesa.

Eugène Rousseau le consiguió el encargo de doscientas piezas para la Manufacture Lebeuf, Milliet et Cie., instalada en Creil y Montereau. Al efecto, se realizó un procedimiento experimental: Bracquemond realizó los aguafuertes, y las planchas grabadas fueron impresas por la manufactura. Acto seguido, las pruebas obtenidas se recortaban y eran colocadas sobre la pasta para imprimir el decorado; el calor del horno desintegraba el papel y dejaba marcado el dibujo. Después se pintaba sobre aquellos diseños ya grabados y la pieza volvía a introducirse en el horno a altísima temperatura.

Presentado por primera vez en la Exposición Universal de 1867, el nuevo experimento tuvo un éxito general. Figuraba en el grupo titulado: “muebles y otros objetos destinados a la vivienda”; clase 17: “porcelanas, cerámica y loza de lujo”, nº. 58, y las piezas se colocaron sobre estanterías Louis XIII, cubiertas de terciopelo, en las que aparecía una placa esmaltada a fuego con el nombre de Rousseau, que recibió una medalla de bronce, en calidad de vendedor. 

Numerosos artistas y escritores celebraron el aspecto poético de aquel trabajo, que consideraban excepcional, entre ellos, Stéphane Mallarmé.

Félix Bracquemond también trabajó para la Manufacture Nationale de Sèvres en 1870, dando a sus obras una orientación nueva que anunciaba el «estilo moderno» y asumió el puesto de director artístico del taller de la firma Charles Edward Haviland, de Limoges, en París. 

Buen amigo de Édouard Manet, James McNeill Whistler y Henri Fantin-Latour, que lo incluyó en su Hommage à Delacroix de 1864, que nos ocupa, así como en su Toast avec la Vérité, de 1865, que, posteriormente, el mismo Fantin-Latour destruyó.

Animó a Laurent Bouvier a crear sus primeras piezas en tierra cocida y barnizadas, de estilo ya muy modernizado.

Con Degas, Camille Pissarro y Mary Cassatt, pensó en fundar una revista dedicada al grabado, y en 1880, expuso por última vez con los impresionistas, presentando un conocido Portrait d'Edmond de Goncourt- Retrato de Edmond Goncourt. 

Félix Bracquemond: Edmond Goncourt. Aguafuerte y punta seca. 1882

Y ya a partir de entonces, recibió toda clase de honores: en 1882, Caballero de la Legión de Honor pasando a ser Oficial de la misma en 1889 y Medalla de Honor en el Salón de 1884. 

En 1885, Henri Beraldi, le dedicó un volumen completo, en su obra, Les Graveurs du XIXe siècle- Grabadores del siglo XIX. En 1890 fue elegido Presidente de Honor de la Société des peintres-graveurs français – Sociedad de Pintores-grabadores franceses y, en 1895, de la Société des peintres-lithographes –Sociedad de Pintores y Litógrafos, junto con su amigo Auguste Rodin.

F. Bracquemond: retrato de Manet

Marie Bracquemond: Felix Bracquemond en su Estudio. 1886

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Albert de Balleroy

6- Albert de Balleroy

El conde Albert Félix Justin de la Cour de Balleroy (1828-1872) fue pintor, grabador y parlamentario. Tanto en la pintura como en el grabado, se especializó en temas relacionados con la caza.

Era amigo de Édouard Manet, con el que compartió estudio en París, en 1856, que ambos abandonaron tras el dramático episodio del suicidio de Alexandre, el modelo y ayudante del pintor. Manet lo retrató en Música en las Tullerías, y Henri Fantin-Latour en su Homenaje a Delacroix

Édouard Manet: La Musique aux Tuileries 1860. Nat. Gallery, Londres.

Manet y Balleroy

Entre 1853 y 1870 participó regularmente en el Salón y fue uno de los fundadores del Cercle de l'union artistique, en la place Vendôme de París.

En 1871, Balleroy fue elegido miembro de la Asamblea Nacional, en representación de Calvados, muriendo poco después, de difteria.

El castillo de Balleroy, la residencia histórica de su familia, fue visitado por Marcel Proust, que se inspiró en él para convertirlo en el hogar de la familia Guermantes en su Recherche du temps perdu – En busca del tiempo perdido; el escritor transformó a Albert de Balleroy en el personaje del fallecido Guermantes; un amante de las pinturas de caza.

La emperatriz Eugenia tenía y solía mostrar una de sus obras.

[7. Duranty, Escritor].

Fantin-Latour

8- Fantin-Latour. Autorretrato en le Museo de Grenoble

Ignace Henri Jean Théodore Fantin-Latour, era la típica colección de nombres del artista, al que conocemos, sencillamente, como Henri Fantin-Latour, que nació en Grenoble, en 1836 y falleció en Buré -Baja Normandía-, en 1904.

En Grenoble estudió con su padre, Théodore (1806-1872), también pintor, para pasar después, a la que hoy es Escuela Superior de Artes Decorativas, y entonces, Escuela de Dibujo, de carácter gratuito desde su creación. Allí tuvo como maestros a Louis-Alexandre Péron y a Horace Lecoq de Boisbaudran, y en 1854, pasó a la Escuela de Bellas Artes, donde tuvo como compañeros a Edgar Degas, Alphonse Legros y Jean-Charles Cazin. En 1861, asistió ocasionalmente al taller de Gustave Courbet.

En 1875, se casó con Victoria Dubourg, también pintora, a la que ya conocemos.

Henri Fantin-Latour, La Familia Dubourg, 1878. Paris, Musée d'Orsay.

Los padres de Victoria y ella misma, a la derecha, A la izquierda, Charlotte.

Formó parte del grupo llamado “de 1863” y del Canáculo de Battignolles, del que surgiría un Impresionismo, que, en cierto modo, por entonces, seguía manteniendo evidentes lazos con el romanticismo. 

En 1867 también se unió a la “Société japonaise du Jinglar“, formada por nueve miembros, que se reunían para cenar platos japoneses y entre los que ya se encontraba, como sabemos, Bracquemond.

El aspecto más interesante de Latour, en esta ocasión, es el hecho de que renovó la práctica del retrato colectivo, que empleó, en parte, como manifiesto, en parte, como homenaje, o en apoyo de las nuevas tendencias, aunque él no se definía como componente de ninguna de ellas.

Realizó pues, cinco obras de grupo, de las que se conservan, fundamentalmente, cuatro, siendo la primera, cronológicamente, nuestro “Hommage à Delacroix”, de 1864, de la que él mismo formó parte.

Homenaje 1864. Orsay

Siguió Le Toast, en 1865, una obra de la que ya hemos hablado y que debía constituir un homenaje a los pintores realistas, pero él mismo la destruyó.

Un atelier aux Batignolles, en homenaje a Manet, es de 1870.

Batignolles 1870 Orsay

Siguió la obra titulada: Un coin de table, de 1872, en homenaje, también, a los poetas parnasianos, como eran Paul Verlaine y Arthur Rimbaud.

Coin de table 1872. Orsay

Por último, en, Autour du piano/En torno al paino, de 1885, Latour dejó para la historia los rostros de diversos músicos y musicólogos.

Autour du piano 1885. Orsay. Al piano, Emmanuel Chabrier

También pintó bodegones, de flores y de frutas, que encontraban compradores con facilidad. y creaba imágenes de interiores, en una gama muy simplificada, casi siempre entre gris y marrón, con llamativos resultados. Su amigo Whistler, dio a conocer su obra en Inglaterra, en un momento en que la pintura impresionista francesa, no era muy apreciada todavía, y, a través del mismo, conoció a su cuñado Francis Seymour Haden –cirujano y grabador-, y al grabador Edwin Edwards.  

Francis Seymour Haden c. 1880 y Edwin Edwards con su esposa en 1875, retratados por Fantin-Latour

Al ser un gran entusiasta de la música –le gustaban, especialmente, Berlioz, Schumann y Wagner, intentó representarla creando una pintura muy fluida y ejecutada en largas pinceladas, como hizo en Trois filles du Rhin, /Tres hijas del Rin, de 1876, y en buena parte de sus litografías. Sus retratos, como los de su esposa, Victoria Dubourg, o los de sus amigos, Manet o Verlaine, muestran un tono muy armonioso, y a la vez, un realismo muy penetrante

Les Filles du Rhin ou L'Or du Rhin. 1876. Orsay

Victoria Dubourg. 1873. Gante. Manet, 1867. Chicago. Verlaine, 1872. Orsay

Como muchos otros pintores de su época, Fantin-Latour se interesó por la fotografía, tomando numerosas imágenes como base para su trabajo pictórico.

Fantin-Latour fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, en París.

Fantin-Latour: Un coin d’atelier / Rincón del taller

Autorretrato de Fantin-Latour en el Corridor Vasari. Florencia

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