domingo, 2 de junio de 2024

CARAVAGGIO III PARTE, BIO-GALERÍA. FINALE

... En Nápoles, Caravaggio fue víctima de un intento de asesinato, por personas desconocidas. Sus enemigos siempre estaban al acecho para castigarlo a su vuelta. Primero hubo rumores en Roma acerca de «la muerte del famoso artista Caravaggio» y después se supo que había salvado la vida, pero con serias heridas, que le desfiguraron el rostro. Al recuperarse pintó Salomé sostiene la cabeza de Juan el Bautista, mostrando su propia cabeza en el plato, que envió a Wignacourt para conseguir el perdón.


Nat, Gal. Londres

En ese mismo tiempo pintó David con la cabeza de Goliat, mostrando al joven David con un aura de tristeza al mirar la cabeza del vencido gigante Goliat, algo repetitivo en la obra caravaggista. 

"David con la cabeza de Goliat" obra de juventud de Caravaggio, realizada en 1600. Museo del Prado, Madrid.

Este cuadro le fue enviado al cardenal Scipione Borghese, sobrino del Papa, que también era superintendente y secretario de los Estado Pontificios, conocido tanto por su amor al arte como por su falta de escrúpulos. Por su vocación al mecenazgo, algunos críticos consideran que David con la cabeza de Goliat es un pago de Caravaggio a Borghese en agradecimiento por gestionar perdón papal.

Una de sus obras más conocidas de la época es La negación de San Pedro. En el claroscuro de esta pintura, una mujer señala a Pedro, y un soldado completa el trío. De esta manera, Caravaggio representó simbólicamente las tres negaciones de Pedro hacia Cristo.


Gracias al sacerdote dominico e inquisidor Donato Gentile, un conocido de la marquesa Colonna, Caravaggio logró que el cardenal aceptara verlo personalmente, no sin antes pedirle tres cuadros a cambio. En el verano de 1610 el pintor tomó un barco rumbo a Roma para poder ser indultado, lo que consiguió gracias a sus influyentes amistades romanas. La carga para su perdón consistía en al menos dos cuadros de San Juan y uno de María Magdalena.

Los extraños sucesos acontecidos por entonces en Roma, fueron objeto de muchas suspicacias populares. El 28 de julio un «avviso»; periódico privado de Roma para la corte de Urbino, anunció que Caravaggio había muerto. Algunos días después, otro «avviso» afirmó que el pintor había muerto de fiebre en Porto Ércole. Las confusiones generadas por el segundo aviso fueron tan grandes que nunca se supo a ciencia cierta la verdad, pero el cuerpo no se encontró. Un poeta, amigo íntimo del pintor, dio como fecha de su muerte el 18 de julio, víctima de fiebre en Porto Ércole, cerca de Grosseto, en Toscana.

En una carta encontrada en los Archivos del Vaticano en 1994, el 29 de julio de 1610 el sacerdote Gentile le confirmaba al Cardenal, que la muerte de Caravaggio se había producido a sus treinta ocho años en Porto Ecole.

En 2010 se localizó en un cementerio de Porto Ércole un cadáver de los siglos XVI o XVII que podría corresponder a Caravaggio, por tratarse de un varón de 1,65 metros de altura que tenía entre 35 y 40 años cuando falleció. El genoma de dicho cadáver presenta coincidencias con los de habitantes actuales de la zona que llevan el mismo apellido de Caravaggio. Un estudio forense determinó que la causa probable de su muerte fue una infección por estafilococo, quizás contraída por una herida de arma blanca.

Caravaggio «colocó la oscuridad en el claroscuro». El claroscuro llegó a escena mucho antes del arribo de Caravaggio a la pintura, pero fue él quien le dio la técnica definitiva, oscureciendo las sombras y transformando el objeto en un eje de la luz, cada vez más penetrante. Con este tipo de pintura, los artistas comenzaron a plasmar el físico y la psicología de los personajes de una forma cada vez más real y aguda. Esto le ocasionó a Caravaggio algunos problemas, por su forma de interpretar algunos trabajos religiosos que le eran requeridos por encargo. 

Caracterizado por su rapidez para ejecutar obras marcando las líneas básicas directamente sobre el lienzo con el extremo del mango del pincel, Caravaggio pronto se convirtió en un anatema para los ortodoxos, pues se negaba a idealizar las figuras y tampoco hacía bocetos ni dibujos preparatorios. Pero los modelos son parte esencial de su trabajo, Caravaggio emplea a dos que después serán pintores, pero siempre a la sombra de su maestro; estos fueron Mario Minniti y Francesco Boneri. Al primero le adoptó para sus figuras de carácter secular, el segundo, fue su inspiración para realizar obras religiosas, como David con la cabeza de Goliat y varias representaciones de ángeles. 

Las figuras femeninas aparecen en menor medida, pero con una presencia sorprendente. Ejemplos son Fillide Melandron, Anna Bianchini y Maddalena Antognetti; «Lena» y testigo en el famoso «caso alcachofa», cuando, según los archivos judiciales en Roma, Caravaggio lanzó un plato de alcachofas hirvientes a un camarero, por razones desconocidas. Lena muchas veces es nombrada como concubina del pintor. Otras modelos son algunas prostitutas, quienes posaban para figuras de vírgenes o santas, algo muy criticado en Caravaggio, que se autorrretrató de una manera sutil y poco perceptible en varias de sus obras. Uno de los más evidentes casos es El entierro de Santa Lucía, donde aparece en el extremo derecho. 

Destaca en este período El prendimiento de Cristo, donde la aplicación del claroscuro va más allá de las caras y las armaduras, a pesar de la evidente falta de luz. El personaje de la extrema derecha es, evidentemente, un autorretrato.

Entierro de Santa Lucía
Prendimiento

Caravaggio tuvo una notable habilidad para expresar en determinadas escenas de insuperable viveza la llegada de un momento crucial. En Los discípulos de Emaús, expresa el momento en que Cristo, haciéndose pasar por un viajero, se reúne con sus discípulos para compartir su alegría. El cuadro se centra en los ojos de Jesús, puesto que no perciben sus seguidores la verdad. Al final, se descubre que Él es el Salvador resucitado, con lo que Caravaggio logró su más grande acierto en materia de pintura sacra.

Los discípulos de Emaús

La vocación de San Mateo, plasma el momento en que Cristo llama a Leví, cobrador de impuestos, quien hace un gesto similar a «¿quién, yo?». Pero a la vez, sus ojos señalan a Jesús diciendo: «Sí, te seguiré»

Vocación de San Mateo

Con La Resurrección de Lázaro, el cuerpo del muerto está aún putrefacto, pero al sentir la mano del Mesías, la vida vuelve al mismo.

Caravaggistas/Caravaggismo

La instalación del conjunto de pinturas referidas a San Mateo en la Capilla Contarelli tuvo un inmediato impacto entre los jóvenes artistas romanos, y el caravaggismo se convirtió en la moda para los incipientes artistas. Entre los primeros «caravaggistas» se encontraban Giovanni Baglione, aunque su etapa «caravaggista» duró poco, y Orazio Gentileschi.

Baglione, Autorretrato. Símbolos de Vanidad.
Retrato de Orazio Gentileschi por Anton van Dyck. Dibujo a tiza negra y aguada gris peparatorio para un grabado. Londres, British Museum

A pesar de la barrera generacional, Gentileschi fue quien mejor se adaptó al estilo del maestro y logró hacer una carrera artística propia, que le llevó a la corte de Carlos I de Inglaterra. Su hija Artemisia Gentileschi estuvo cerca de Caravaggio y logró crear su propio estilo, con mucha influencia de este. 

Otros pintores como Annibale Carracci, adaptaron el caravaggismo, que mezclaba elementos del Alto Renacimiento y del realismo lombardo. 

Carracci, Auto. Uffizi

Este estilo terminó triunfando.La estancia de Caravaggio en Nápoles produjo una escuela notable para el caravaggismo napolitano, que incluyó a Battistello Caracciolo y Carlo Sellitto. 

Salomé con la cabeza de San Juan Bautista, por Battistello.
Carlo Sellitto. Bautista

El caravaggismo tuvo su final durante la terrible plaga de 1656, pero las conexiones con España —al ser Nápoles posesiones española, durante el reinado de Felipe IV— fue básica para el nacimiento del caravaggismo español. Un grupo de artistas católicos de Utrecht, conocido como «Los caravaggistas de Utrecht», viajaron a Roma a principios del siglo XVII, y fueron profundamente influidos por la obra de Caravaggio, como describe Bellori. Al regreso a su ciudad, esta tendencia no duró mucho, pero durante la década de 1620 renació en la persona de pintores como Hendrick ter Brugghen, Gerrit van Honthorst, Andries Both y Dirck van Baburen. En la siguiente generación, el caravaggismo influyó en varios pintores, como Peter Paul Rubens -que realizó una copia de El entierro de Cristo-, Rembrandt Harmenszoon van Rijn y Diego Velázquez, que durante su estancia en Italia tuvo la oportunidad de conocer y estudiar el arte de Caravaggio.

El Entierro de Cristo (1602-1603). Museos Vaticanos.

La fama de Caravaggio apenas sobrevivió a su muerte. Pero su influencia en el claroscuro y en la interpretación del realismo psicológico perduró a través de los tiempos. Ejerció una influencia muy directa sobre su compañero Orazio Gentileschi, y la hija de este, Artemisia Gentileschi. 

Décadas más tarde, su obra inspiró a los franceses Georges de La Tour y Simon Vouet, y al español José de Ribera. Sus obras, con el tiempo, fueron atribuidas a otros pintores más conocidos o simplemente se pasaron por alto. El Barroco, a cuyo desarrollo tanto había contribuido Caravaggio, le fue dejando en el olvido poco a poco.

Otra de las razones de este olvido fue el hecho de que Caravaggio no crease su propio taller -como sí hizo su rival, Carracci- para difundir su estilo. Tampoco escribió nunca sobre su particular visión del arte, el realismo psicológico, que solo puede conocerse de las pinturas suyas que se han conservado. Todo esto le hizo proclive a ser denostado por sus primeros biógrafos, como Giovanni Baglione, el pintor rival que albergaba resentimiento hacia él, y el influyente crítico del siglo XVII a Giovnni Bellori, que nunca conoció a Caravaggio, pero que escribía bajo la influencia del francés Nicolas Poussin, quien detestaba su obra, aunque tampoco llegó a conocer a Caravaggio. 

Es también representativa la crítica del italiano instalado en España Vincenzo Carducci -Vicente Carducho-, quien consideraba a Caravaggio el «anticristo» de la pintura, con "monstruosas" aptitudes para el engaño. 

En la década de 1920 el crítico de arte Roberto Longhi llevó el nombre de Caravaggio a las altas esferas del arte europeo y le colocó en el centro de la atención pública con esta frase: «Ribera, Vermeer, La Tour y Rembrandt nunca podrían haber existido sin él. Y el arte de Delacroix, Courbet y Manet habría sido totalmente diferente».

El crítico de arte Bernard Berenson afirmó que sólo Miguel Ángel había ejercido tanta influencia en el arte italiano como Caravaggio.

Muchos importantes museos albergan salas en las que pueden verse numerosos cuadros, obra de otros tantos artistas, en los que se puede apreciar el estilo característico de Caravaggio: ambientación nocturna, iluminación dramática, personas corrientes utilizadas como modelos, descripción honesta de la naturaleza. Además, en tiempos modernos, pintores como el noruego Odd Nerdrum y el húngaro Tibor Csernus emularon a Caravaggio en su afán de ver la naturaleza de otra manera. El artista estadounidense Doug Ohlson ha rendido homenaje a la influencia de Caravaggio en el arte con su propia obra; el director de cine Derek Jarman llevó la leyenda del artista al séptimo arte en la película Caravaggio, y el falsificador de arte neerlandés Han van Meegeren utilizó modelos caravaggistas para sus obras falsas.

Sobreviven alrededor de 80 pinturas de Caravaggio. 


Una de ellas, La Vocación de los Santos Andrés y Pedro, ha sido identificada y restaurada en 2004. Se encontraba almacenada en Hampton Court (Royal Collection), considerada por error una copia. 

En el siglo XIX Richard Francis Burton afirmó que existía una pintura de Caravaggio en la Galería del duque de Florencia que representaba el Santo Rosario en la que estaban pintados en un círculo treinta hombres desnudos “turpiter ligati”/"indecorosamente enlazados". 

La primera y rechazada versión de San Mateo y el ángel, es otra de las obras perdidas de Caravaggio; fue destruida durante el bombardeo de Dresde —ciudad a la que el cuadro había sido llevado en 1811 por Jerónimo Bonaparte. Del mismo, existen, únicamente, varias fotografías en blanco y negro.

Sobrecogedora imagen tras el bombardeo de Dresde.

Actualmente existen cuatro pinturas de Caravaggio en España, catalogadas como autógrafas del artista:

David vencedor de Goliat, Museo del Prado,
Santa Catalina de Alejandría, Museo Thyssen-Bornemisza,
Salomé con la cabeza de Juan el Bautista, Palacio Real de Madrid y
San Jerónimo en meditación, Museo de Montserrat.


La obra San Juan Bautista de la Catedral de Toledo suscita dudas, a pesar de su altísima calidad, y algunos expertos la asignan a Bartolomeo Cavarozzi.

En marzo de 2021, una pintura con el tema del Ecce Homo -Jesucristo presentado al pueblo por Poncio Pilato-, atribuida inicialmente al círculo de José de Ribera, se retiró de subasta en Madrid con sospechas de poder ser obra de Caravaggio. Posteriormente salió a la luz que provenía de la familia del político español Evaristo Pérez de Castro (1769-1849), quien la había obtenido de la Academia de San Fernando en 1823 mediante trueque: entregó a cambio un San Juan Bautista atribuido a Alonso Cano. En aquella época el cuadro se creía efectivamente obra de Caravaggio, pero este pintor era poco estimado; menos que Cano. Previamente el óleo había pertenecido a las Colecciones Reales desde al menos el reinado de Carlos II. La obra ha sido estudiada por expertos en el maestro italiano y el consenso mayoritario es que se trata de un original seguro. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) para evitar su exportación. 

El Museo del Prado exhibe la obra desde mayo de 2024, en condición de préstamo de nueve meses prorrogable, gracias a la generosidad de su nuevo propietario, cuya identidad no se ha revelado.

Detalle de Ecce Homo (después de la restauración). Michelangelo Merisi, Caravaggio. 1605-09. Imagen cortesía de colección privada


Antiguamente existieron en colecciones españolas al menos otras dos obras creídas del maestro, ahora en el extranjero: La crucifixión de San Andrés, Museo de Arte de Cleveland y El sacrificio de Isaac, que perteneció a la Colección Barbara Piasecka Johnson hasta su venta en julio de 2014. Salió a subasta como obra más próxima a Cavarozzi que autógrafa de Caravaggio, pero a pesar de ello alcanzó los 4,6 millones de dólares.

La crucifixión de San Andrés, Museo de Arte de Cleveland

El sacrificio de Isaac. Caravaggio

San Mateo y el ángel. Caravaggio

San Juan Bautista. Caravaggio

Cristo en el jardín de los olivos. Caravaggio

Ecce Homo (Préstamo Prado).

Ecce Homo restaurado 2024 Madrid, colección privada, expuesto Museo del Prado
San Francisco meditando. Caravaggio
María Magdalena, Caravaggio
Flagelación, Caravaggio
Flagelación, Caravaggio

Virgen con el Niño, Caravaggio

San Juan Bautista, Caravaggio

San Juan Bautista, Caravaggio

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Artemisa Gentileschi. Auto.

Artemisia Lomi Gentileschi. Roma, 8 de julio de 1593-Nápoles, hacia 1656, fue una pintora barroca italiana. Su formación artística comenzó en el taller de su padre, el pintor toscano Orazio Gentileschi (1563-1639), uno de los grandes exponentes de la escuela romana de Caravaggio. Aprendió de su padre la técnica del dibujo y el fuerte naturalismo de las obras de Caravaggio, con quien se la ha comparado por su dinamismo y por las escenas violentas que a menudo representan sus pinturas. En sus cuadros desarrolló temas históricos y religiosos. Fueron célebres sus pinturas de personajes femeninos como Lucrecia, Betsabé, Judit o Cleopatra, en los que se han leído rasgos feministas

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