domingo, 28 de enero de 2024

CANALETTO ● GRAN GALERÍA VENECIANA

 

Regata en el Gran Canal.

Pintado hacia 1740, refleja la grandiosidad decadente de la Venecia del siglo XVIII mostrada por Canaletto. La imagen de Venecia es la de una ciudad resplandeciente, de sinuosos canales por los que navegan una miríada de góndolas y ostentosas embarcaciones entre palacios porticados e iglesias de majestuosas cúpulas. Sus calles, plazas y edificios parecen todavía suspendidos en un tiempo pretérito de gloria y esplendor.

Seguramente el imaginario colectivo de la ciudad le debe mucho a la obra del pintor Giovanni Antonio Canal, mundialmente conocido como Canaletto.

Canaletto fue un vedutista, pintor de vistas, de inmenso talento que reflejó con gran maestría la Venecia del siglo XVIII, una urbe milenaria en el apogeo de su fama, cuyo brillo resplandeciente escondía una decadencia imparable, que oculta el colapso que sufre la ciudad tres siglos después.

Canaletto reflejó unas impresionantes vistas de la Plaza de San Marco o el Gran Canal y el Puente de Rialto que permiten al espectador perderse entre las calles y plazas de la ciudad. Pero lo hizo mostrando lo que le interesaba y ocultando los aspectos menos glamurosos de la laguna. Escogiendo un ángulo o una perspectiva imposible para un espectador "terrenal", normalmente a vista de pájaro, podía destacar la Venecia más fascinante. Y si eso no era suficiente, modificaba el paisaje de forma casi imperceptible para mostrarla idílica y majestuosa.

 

La Venecia del siglo XVIII es una ciudad deslumbrante, pero decadente. Aristócratas y plebeyos se mezclan, ocultos tras de las máscaras de nariz aguileña, disfrutando de las múltiples celebraciones de la Laguna, en particular el Carnaval, que dura varios meses. El Ridotto de Francesco Guardi, capta perfectamente este ambiente promiscuo en la sala del casino en la que abundaban el alcohol, las apuestas, y la gente de mala vida.

Francesco Guardi - Ridotto



El regreso del Bucentauro el día de la Ascensión (1730–1735).

Muestra la Venecia de las celebraciones fastuosas. Era la fiesta más importante de la ciudad y representaba su "matrimonio" con el mar. La tradición mandaba que después de la misa, el Dux escupiera sobre el Bucentauro, la imponente galera de la República, y lanzara al mar el anillo nupcial bendecido por el patriarca, mientras sonaban las campanas de la ciudad y aristócratas y plebeyos se reunían en la dársena de San Marco en torno a la nave. El Bucentauro representado en la pintura fue la última de las embarcaciones con este nombre, la más grandiosa jamás construida, que sería destruida a golpes de hacha en 1798 por los ejércitos franceses.

Escenografía teatral

Esa vida promiscua y excesiva encontró su escenario ideal en Venecia y en Canaletto su mejor "propagandista". Canaletto era mucho más que un paisajista. Aprendió de su padre el oficio de escenógrafo teatral y esa experiencia sin duda influyó en sus vistas. Sobre estas líneas, la Iglesia de San Marcos y el Palacio Ducal sirven de monumental trasfondo para una escena de mercado cotidiana. En correspondencia, el ajetreo de la gente dota a los monumentos de una calidez que no transmiten las pinturas de otros vedutistas contemporáneos.

Decorado icónico

La Plaza de San Marco hacia la Basílica es una buena muestra del trabajo de Canaletto. El punto de vista está ligeramente elevado, lo que dota a la pintura de una perspectiva imposible de observar de forma natural. Esto también le permitía forzar un poco la perspectiva para encajar los detalles que le interesaban, como el campanario, que no cabría en su totalidad en el campo de visión humano desde el centro de la plaza. así mismo, la icónica torre parece estilizada para dejar ver al espectador una parte del palacio ducal, sede del poder político de la ciudad, que en la realidad estaría tapado casi por completo detrás de ella.

Con todo, el detallismo es máximo, como se puede observar en la recreación de de la fachada de la Gran Basílica, recreada con absoluta minuciosidad.


Esta vista, recreada desde la esquina noreste de la plaza, presenta de nuevo un punto de vista alzado y una perspectiva engañosa: el espacio de la plaza es más amplio que la realidad, la torre, como hemos dicho, no debería ser visible completamente. Otra vez el palacio ducal aparece detrás de la basílica y, al fondo, tras el muelle, la Basílica de San Jorge, que en la realidad apenas sería visible tras los dos edificios de la plaza San Marco.

Un Gran Canal, reducido pero completo.

En esta pintura, Canaletto recrea la boca del Gran Canal, junto al muelle de San Marco. En esta ocasión, el pintor estrecha el canal para que quepan las dos orillas y realza la iglesia de Santa María de la Salud con sus magníficas cúpulas, a la izquierda del espectador. Al fondo, aparecen varias torres sin otra finalidad que aumentar la monumentalidad de la escena

Cotidianidad monumental

En el molo / muelle, de San Marco, un pescador intenta vender sus anguilas a un par de prohombres que observan la mercancía. Una mujer pasea con dos niños y otros grupos de personas conversan animadamente. Un perro parece esperar a que algo, o alguien,  vuelva del mar. Es el día a día en la laguna, que transcurre entre la majestuosidad monumental de de la vida en Venecia, otrea vez forzada en la obra, para acercar al espectador las cúpulas de Santa María de la Salud y detrás de ella, la Iglesia del Redentor, que en la realidad quedaría casi fuera de la vista del espectador.

El puente de Rialto

No podía faltar entre las estampas de Canaletto su puente más famoso, el Puente de Rialto, el más antiguo de los cuatro que cruzan el Gran Canal, levantado a finales del siglo XVI. Como en las pinturas anteriores, Canaletto reproducen detalladamente los edificios venecianos, pero introduce su particular punto de vista de "gran angular", que le permite llenar de vida el canal con numerosas góndolas.

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Canaletto, cuyo verdadero nombre era Giovanni Antonio Canal, había nacido en Venecia, el 18 de octubre de 1697, donde también fallecería, el 19 de abril de 1768. 

Famoso por sus paisajes urbanos de Venecia dentro del nuevo género de la veduta. Hijo del pintor Bernardo Canal, tomó el nombre de Canaletto para distinguirse de él; aunque su sobrino Bernardo Bellotto, también usó ocasionalmente el seudónimo.

Canaletto nace en el seno de una familia formada por Bernardo y Artemisia Barbieri. En 1716 a la edad de 19 años empieza a trabajar como aprendiz de su padre junto con su hermano. El padre, Bernardo trabajaba como escenógrafo teatral, pintando amplios decorados para las representaciones. Bajo ésta temprana influencia, el artista empezó a familiarizarse con grandes paisajes urbanos a la vez que estudiaba con Luca Carlevarijs, pintor de escenas callejeras y era, a la vez influido por el pintor Marco Ricci..

 

Luca Carlevarijs y su vista del Palacio del Dogo desde la Riva degli Schiavoni.

Accademia: Paesaggio con viandanti - Marco Ricci

Tres años después de empezar a trabajar con su padre, en 1719, Canaletto se desplaza junto a Bernardo Canal a Roma, para pintar durante un año los decorados de las óperas de Scarlatti. Este viaje va a resultar crucial en su vida puesto que en el mismo conoce la obra de Giovanni Paolo Pannini, un gran pintor de la época, seguidor de la corriente vedutista y especializado en grandes paisajes y ruinas clásicas. Durante la estancia en Roma se relaciona con diferentes paisajistas y empieza a pintar escenas urbanas.

 

Giovanni Paolo Pannini by Blanchet y su “Interior del Panteón”.

Finalizado el trabajo en Roma, vuelve a Venecia en 1720 y se registra en el gremio de pintores al que pertenecerá hasta 1767. En este momento la técnica pictórica de Canaletto se centra en fuertes contrastes de luz, así como en una acvtividad directa sin el uso de bocetos previos preparatorios. Dicha técnica comprende el acabado del trabajo in situ y no dentro del estudio como era costumbre en aquella época, usando la cámara oscura para el encuadre de los paisajes, así como una pincelada gruesa que otorga al cuadro una sensación de humedad. 

Sus primeras obras datan de la década de 1720 a 1730. En 1723 aparece su primer trabajo fechado y firmado que hoy en día se conoce, «Capriccio Arquitectónico» (1723, Milán, colección particular), Capriccio Arquitectónico, recibiendo así sus primeros encargos de Stefano Conti y del príncipe de Liechtenstein. En esa época entabla amistad con el que será su mayor cliente, mecenas y embajador de su obra, Joseph Smith, cónsul inglés en la república de Venecia. Los trabajos de esta época están considerados por muchos como los mejores como, 

The Stonemason's Yard (1729, Londres, National Gallery).

Entre los años 1740 y 1741 realiza un viaje por el río Brenta, durante el que crea numerosas pinturas. En la década de 1740 empieza a variar su técnica y a usar una pincelada suelta e imprecisa. Sus colores dejan de ser oscuros y se inicia en el uso de la luz, con dorados, rojos y demás colores vivos que dotan al cuadro de gran luminosidad. 

El Castillo de Alnwick, en Northumberland. Canaletto pintó este cuadro durante su estancia en Inglaterra entre 1746 y 1755.

En 1746 Canaletto se traslada a Inglaterra para trabajar en ese país hasta su regreso a Venecia en 1755. Su traslado se había visto forzado en parte por la Guerra de Sucesión Austriaca que hizo que los visitantes ingleses, principales clientes de Canaletto que adquirían sus cuadros como recuerdos dentro del denominado Grand Tour, no pudieran visita4r Venecia. 

Londres: Puente de Westminster desde el Norte, el día de Lord Mayor. (1746)

Al volver a Venecia en 1756, le nombran miembro de la Academia Veneciana de Pintura y Escultura en 1763. La técnica de sus últimos años se caracteriza por un estilo nada elaborado, superficial y por la repetición de paisajes de forma sistemática. 

Sus restos descansan en la iglesia de san Lio de Venecia.

Su reconocimiento se propagó a través de su obra y por la generación de discípulos que instruyó, entre los cuales destacan Bernardo Belloto, Francesco Guardi, Michele Marieschi, Gabriele Bella y Giuseppe Bernardino Bison.

Bernardo Bellotto - Autorretrato con el atuendo del Procurador veneciano. Museo Nacional de Varsovia

Francesco Guardi, interpretado por Pietro Longhi (1764). Sala del Parlatorio, Ca' Rezzonico, Venecia

Michele Marieschi

Gabriele Bella: La Cantata de los huérfanos para el Duque del Norte. Pinacoteca Querini Stampalia

Giuseppe Bernardino Bison; retratado por Giuseppe Tominz (1830)

Joseph Smith vendió gran parte de su colección al Rey Jorge III, que la incluyó en la Royal Collection. Merced a su viaje, estancia y venta de cuadros de Venecia, muchas de sus pinturas se hallan en Inglaterra en museos y colecciones privadas como la Colección Wallace, el Museo Soane o el palacio de Woburn Abbey.

Durante el siglo XIX, la estima de Canaletto decayó, siendo duramente criticado por Ruskin. Recobró auge indirectamente gracias a la vistas venecianas pintadas por Claude Monet y pintores posteriores. De hecho, el año 2005 en la subasta celebrada en Sotheby's en julio, el cuadro Gran Canal, vista al noreste desde el Palazzo Balbi hacia el puente de Rialto, alcanzó la cifra de 19 millones de libras esterlinas.

Canal Grande da Palazzo Balbi a Rialto, de Canaletto. Portego paintings, Ca' Rezzonico, Venice

Piazza San Marco con la Basílica, (1730).

Roma, Arco de Constantino, (1742), Royal Collection, Windsor.

Vista del Gran Canal hacia la Punta della Dogana, desde Campo San Ivo, mediados del siglo XVIII, Pinacoteca di Brera.

El Gran Canal, Venecia, (c. 1730).

Vista de la entrada al Arsenal, (1732).

El Bucintoro regresa al Molo el día de la Ascensión, (1730).

El nombre de Bucintoro, procede del veneciano buzino d'oro –barca de oro-, latinizado en el medievo como bucentaurus, nombre de una hipotética criatura mitológica similar al Centauro, pero con cuerpo de bovino.

El dux en el Bucintoro se dirige a San Nicolò di Lido, (1766), Francesco Guardi- Museo del Louvre.

El castillo de Alnwick en Northumberland. Canaletto pintó este cuadro durante su estancia en Inglaterra entre 1746 y 1755.

Puente de Westminster, (1746).

Casa de Northumberland, (1752).

La Regata Vista da Ca'Foscari.

Il Bucintoro. Museo Thyssen-Bornemizsa en depósito en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

Plaza de San Marcos en Venecia, hacia 1723-1724. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid



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